EL MISTERIO DE SU SILENCIO, Manantiales en el Desierto




Febrero 9

"Mas él no le respondió palabra". (Mateo 15: 23)

"El callará de amor". (Sofonías 3:17)


Puede ser que algún hijo de Dios que esté leyendo estas palabras haya pasado por alguna terrible aflicción, alguna desilusión amarga y haya recibido algún descorazonamiento de alguna parte completamente inesperada. Puede ser que estés deseando que la voz del Maestro te diga: "Toma aliento", pero en vez de esto solo te encuentras con el silencio y en un estado de miseria y misterio -"Él no le respondió ni una palabra".

La ternura del corazón de Dios debe ser herida al escuchar las tristes quejas que se elevan de nuestros corazones débiles e impacientes; porque no nos damos cuenta que si Él no nos contesta es por nuestro bien y para nuestro bienestar espiritual.

El silencio de Jesús es tan elocuente como Su Palabra y puede ser, no una señal de rechazamiento, sino de Su aprobación y de Su profundo propósito de bendición para ti.

"¿Por qué te abates, oh ... alma?" Aún tu le alabarás, aún por Su silencio. Presta atención a una antigua historia muy interesante, que nos relata la forma en como una cristiana vio a otras tres en oración: 
Al arrodillarse, el Maestro se acercó a ellas. Cuando se aproximó a la primera, se inclinó hacia ella con mucha gracia y ternura y con una sonrisa llena de Su esplendoroso amor, le habló con el acento más puro y melodioso.
Al dejarla, pasó a la segunda y lo único que hizo fue colocar Su mano  sobre su inclinada cabeza y darle una amorosa mirada de aprobación.
Por la tercera pasó precipitadamente sin detenerse para mirarla, ni para decirle ni una sola palabra. 
La mujer se dijo en su sueño, "mucho debe amar a la primera, a la segunda le dio Su aprobación, pero no las señales de amor que dio a la primera. La tercera debe de haberlo afligido profundamente, porque Él no le dijo ni una sola palabra, ni la miró al pasar.
Se preguntó, qué es lo que ella habría hecho y ¿por qué hizo Él tanta diferencia entre las tres? Al tratar de buscar razones por la forma de actuar de Su Señor, Él mismo se puso a su lado y dijo:  
"¡Oh mujer! qué erróneamente me has interpretado. La primera mujer arrodillada tiene necesidad de todo el peso de Mi amor y Mi cuidado para guardar sus pies en Mi sendero estrecho. Ella necesita Mi amor, Mis pensamientos y ayuda a cada momento del día. Sin ellos, fracasaría y caería.
"La segunda tiene una fe más robusta y un amor más profundo y puedo esperar que ella confíe en Mí, suceda lo que suceda y  haga lo que haga la gente".
"La tercera, a quien parecía que no percibí y descuidé, posee una fe y un amor de la cualidad más refinada, y la estoy entrenando por medio de procesos rápidos y drásticos para el servicio más elevado y santo. Ella Me conoce tan íntimamente y confía tan por completo en Mí, que no tiene necesidad de palabras, miradas o insinuaciones exteriores para Mi aprobación. No desmaya, ni se desalienta por ninguna circunstancia que Yo le prepare para que la atraviese. Confía en Mí cuando el sentido, la razón y el instinto más fino del corazón se rebelan; sabe que obro en ella para la eternidad y aunque ahora no sepa la explicación de lo que hago, lo comprenderá después".
"Yo, en Mi amor, guardo silencio, porque amo más de lo que las palabras pueden expresar, o de lo que el corazón humano puede comprender y también por amor hacia vosotros, para que aprendáis amarme y a confiar en Mí como enseña el Espíritu. Para que respondáis espontáneamente a Mi amor sin el estímulo de ninguna señal exterior".
Él "obrará maravillas" si aprendes el misterio de Su silencio, y le alabas cada vez que Él retira Sus dádivas, para que conozcas mejor al Dador.

-Señeccionado 

















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