CUANDO EL ARROYO SE SECA, Manantiales en el Desierto




6 de octubre
1ª Reyes 17:7, "pasados algunos días se secó el arroyo"

La educación de nuestra fe es incompleta si no hemos aprendido que el perder puede contribuir a nuestra ganancia espiritual, que hay un ministerio de fracaso y de desvanecimiento de las cosas y que es un don el ponerse a la disposición de otros. Las inseguridades materiales de la vida contribuyen a nuestro establecimiento espiritual. El arroyo agostado junto al cual Elías se sentó y meditó, es un verdadero cuadro de la vida de cada uno de nosotros. "Aconteció ... que el arroyó se secó" - Esa es la historia de nuestro ayer y una profecía de nuestros mañanas.

De una u otra manera, tenemos que aprender la diferencia entre confiar en el don y confiar en el Dador. El don, puede ser bueno durante un cierto tiempo, pero el Dador, es el Amor Eterno.

Querit, fue un problema muy difícil para Elías, hasta que llegó a Sarepta, y entonces todo fue tan claro como la luz del día. Las palabras duras de Dios, nunca son Sus últimas palabras. La aflicción, la pérdida y las lágrimas de la vida pertenecen al intermedio y no al final.

Si Elías hubiese sido conducido directamente a Sarepta se hubiera perdido algo que después le ayudó a convertirse en un profeta más sabio y un hombre mejor. Él vivió en Querit por fe. Y cuando quiera que en su vida y la mía se haya secado alguna fuente terrenal y los recursos exteriores, es para que aprendamos que nuestra esperanza y ayuda están en el Dios que hizo el Cielo y la Tierra.

- F. B. Meyer.

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