¡DEJA TU ORGULLO Y SOMÉTETE AL ESPÍRITU SANTO! / MOTIVACIONES ERRÓNEAS, (Sorbos místicos), François Fenélon




LA PROFUNDIDAD DEL ORGULLO

Sabes lo que Dios quiere de ti ... ¿cómo puedes negarte? Sientes que tu resistencia a Su llamada proviene por completo del amor propio ¿Permitirás que tu orgullo crezca y se invente más excusas ingenuas con el mero fin de rehusar la misericordia de Dios?

Aplicas demasiados principios morales a tus pensamientos vagabundos ... sólo aprende a ignorarlos. Confiesas cosas que mejor harías en pasar por alto. No obstante, el hecho de que resistas de continuo al Espíritu Santo no te preocupa en absoluto. ¿Será porque a Dios no le parece adecuado darte lo que quieres, y de la forma que lo quieres?

El interés propio y el orgullo te hacen rechazar los dones de Dios porque no vienen con el lazo que es de tu gusto. ¿Cómo vas a ser capaz de orar? ¿Qué es lo que Dios te está diciendo en lo recóndito de tu espíritu? Lo único que Él pide es muerte, pero tú no quieres otra cosa más que vida. ¿Cómo le puedes pedir que conteste una oración de la forma en que tú quieres que se conteste?

¿Importa acaso si recibes los dones de la gracia de la manera en que un mendigo recibe pan? Esto no hará que los dones sean menos puros o menos preciosos. Recibe con humildad la dulce gracia que Dios quiere darte.



MOTIVACIONES ERRÓNEAS

Hay algo engañosamente incorrecto en la manera que tratas con tu sufrimiento. Mientras que por fuera sólo pareces preocupado por la gloria de Dios, la propia naturaleza sin conquistar te está causando problemas en lo recóndito. 

Estoy seguro que quieres que Dios sea glorificado, pero quieres que Su gloria se exprese a través del testimonio de que Él te ha hecho perfecto. Permíteme que te diga que esto alimenta al amor propio. Sencillamente, es una sutil argucia de la naturaleza propia.

Si en verdad quieres madurar a través del descubrimiento de tus defectos, no te justifiques ni condenes en ellos. En vez de eso, tráelos con mansedumbre ante Dios. Ponte de acuerdo con Él en todas las cosas ... incluso en aquellas que no puedas entender.

Permanece en paz, pues la paz es lo que Dios desea para ti sin importar lo que ocurra. De hecho, existe una paz de conciencia que los pecadores deberían disfrutar desde que se arrepienten. El sufrimiento debería ser pacífico y estar templado con el consuelo de Dios. Recuerda la maravillosa Palabra de Dios que en una ocasión te deleitó: ... Yahweh no estaba en el ruido y el fragor, sino en una voz apacible y delicada. (I Reyes 19:11)



(Por gentileza de E. Josué Zambrano Tapias)

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