IDEAL NO ES VISIÓN / QUEMAR LOS PUENTES, Oswald Chambers




No es lo mismo un ideal que una visión. Un ideal no tiene una inspiración moral, mientras que una visión sí. La gente que se entrega a ideales rara vez hace algo. Una persona puede utilizar el concepto que tiene de Dios y sus atributos para justificar y racionalizar la negligencia intencional en sus deberes. Jonás trató de excusar su desobediencia diciéndole a Dios. "Yo sabía que tú eres un Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte y de gran misericordia, que te arrepientes del mal", Jonás 4:2. Yo puedo tener una concepción correcta acerca de Dios y esa puede ser la misma razón por la que no cumplo con mi deber. Por dondequiera que haya visión, también existe una vida recta porque la visión imparte el incentivo moral.

Los ideales pueden adormecer y llevar a la ruina. Examínate espiritualmente y verifica si únicamente posees ideales o una visión. "Donde no hay visión"... Una vez que perdemos de vista a Dios, comenzamos a permitir algunos desenfrenos. Abandonamos la oración y cambiamos la visión de Dios por las pequeñeces de la vida. Sencillamente empezamos a obrar de acuerdo con nuestra propia iniciativa. Si obedecemos dócilmente a los dictados de nuestro yo y lo que hacemos es por iniciativa propia, sin esperar que Dios intervenga, vamos hacia abajo y hemos perdido la visión. ¿Nace hoy nuestra actitud de la visión de Dios? ¿Esperamos que Él haga obras mayores de las que ya ha hecho? ¿Tiene nuestra perspectiva espiritual frescura y vitalidad?



"Añadid a vuestra fe, virtud".
2 Pedro 1:5 LBLA

'Añadid' implica que hay algo que nosotros debemos realizar. Corremos el riesgo de olvidar que no podemos hacer lo que Dios hace y que Él no hará lo que nosotros debemos hacer. No podemos salvarnos ni santificarnos a nosotros mismos. Dios es el que lo hace.

Pero Él no nos dará carácter ni buenos hábitos de compartimiento y no nos obligará a caminar rectamente delante de Él. Todo eso tenemos que hacerlo nosotros mismos. Debemos ocuparnos en la salvación personal que Dios ha obrado en nosotros (ver Filipenses 2:12). 'Añadid' implica desarrollar el hábito de hacer cosas, lo cual es difícil en la etapa inicial. Tomar la iniciativa significa que comienzas a instruirte en el camino por el que debes andar.

Cuídate de preguntar por el camino cuando lo conoces perfectamente bien. Toma la iniciativa, deja de vacilar y da el primer paso. Sé decidido cuando Dios habla, obedece en fe y de inmediato lo que Él dice y nunca cambies tus decisiones iniciales. Si vacilas cuando Dios te ordena hacer algo, pones en peligro tu posición firme en la gracia. Toma la iniciativa, tómala tú mismo, da el paso voluntariamente y al instante, y hazlo de tal modo que resulte imposible volver atrás. Quema los puentes que están detrás de ti. Di: "Escribiré esta carta", "pagaré esa deuda" y luego hazlo. Que sea algo irrevocable.

Debemos adquirir la costumbre de escuchar a Dios con atención, en todo y desarrollar el hábito de descubrir lo que Él dice y obedecerle. Si cuando se presenta una crisis nos volvemos de manera instintiva hacia Dios, esa actitud indica que el hábito se ha formado. Debemos tomar la iniciativa en el lugar donde estamos y no donde no estamos.

(Por gentileza de E. Josué Zambrano Tapias)

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