HECHO PARA DIOS / CONOCIENDO A DIOS (Sorbos Místicos), François Fenélon




ESTÁS HECHO PARA DIOS

Todo es para Dios y para Su propósito. Por supuesto Él quiere que  seas feliz, pero esa no es su más alta meta. La gloria de Dios y su propósito son el fin de todas las cosas. Buscar el eterno propósito de Dios y alinearte con él. Ahí hallarás felicidad y salvación, pero no como un fin en sí mismo. 

Todo es para Dios. No hay muchas personas que puedan siquiera pensar en que todo sea para Dios, y que no sea para sí mismos, pero éste es el llamado más alto. Es duro oír o entender esto porque quieres vivir para tus  propios intereses. Y es duro convencer a una persona moderna que  Dios es su último fin, y que todo en la vida debería ser hacia Dios y para Dios. Esto no significa que no puedas disfrutar de ti mismo y de tu libertad en Dios. Sencillamente has de desear que se cumpla el propósito de Dios por encima de cualquier otra cosa de la Creación. 

Tú le perteneces a Dios, has sido hecho para Él. Tus instintos naturales te dicen que protejas tu vida y que te cuides de ti mismo. No hay nada malo en esto, pero puedes vivir por un instinto más profundo en lo interior de tu espíritu que sólo vive para la gloria de Dios.

Algunas personas aman a Dios porque en su bondad Él extiende su mano para salvarlas. Pero puedes experimentar el amor por Dios incluso aunque nunca extendiera su mano para salvarte (¡aunque este supuesto es imposible!). Puedes amar a Dios sencillamente por quién es, y no por lo que hace por ti. ¿Ves la diferencia? No está mal que estés contento con que Dios te haya salvado, tan sólo es mejor no depender de eso, y vivir por aquello que Dios está buscando al redimirte.

Si crees que este tipo de amor es imposible, tengo dos cosas que decir. En primer lugar, nada es imposible con Dios. ¿Vas a acusar a los más grandes cristianos de cada generación vivir una ilusión tan sólo porque no puedes igualar su estándar? En segundo lugar, la vida eterna es un don de la gracia de Dios. No está obligado a dártela, pero Él, a pesar de los pesares, ha dado a su Hijo para que la heredases. Si, sólo como ejemplo, Él decidiera no darme vida eterna, y si en el momento de mi muerte física desapareciera en el olvido, Dios y Su propósito no habrían cambiado, ¿verdad que no? Dios nunca se vio obligado a salvarme, ¿no es así? Todo cuanto tengo de Él, mi vida misma, es un don de gracia. Siquiera aunque escogiera no salvarme por la eternidad, aún es mi Creador, y es libre de hacer conmigo lo que quiera. Dios aún es Dios. Su carácter aún es el mismo. Su propósito sigue inalterado. ¿No habré de seguir amándole por esto?

Pero Dios te ha preparado para que seas suyo por siempre. ¿Te atreves a amarle demasiado? Aún le amaré a pesar de lo que haga conmigo. ¿Te atreverás a amarle menos, cuando Él te ama más? ¿Te hará más egoísta la recompensa que te espera? ¿Es la vida eterna tu meta, y no Dios Mismo? ¡En verdad tu amor es débil si esto es cierto!



CONOCIENDO A DIOS

La mayoría de las personas no conocen a Dios realmente. Saben lo que han leído, o les han contado, pero es una experiencia intelectual que carece de verdadera experiencia espiritual. La mayoría de nosotros maduramos mientras nos decían que hay un Dios, pero no sé hasta que punto lo creemos. No actuamos como si creyésemos en Dios, y los que creen en Dios tienen una relación basada en el miedo en vez de en el amor. 

¿Cuántos aman a Dios y quieren conocerle por Sí Mismo? Ruego que siempre haya ese tipo de personas, aunque sean casos excepcionales. Todos nosotros fuimos hechos para Dios, pero cuando a las personas se les dice que busquen a Dios por dentro, es como si se les pidiera que se mudaran a otro planeta. ¿Qué lugar estará más alejado, o habrá tierra más insólita, que tu propio corazón?
Oh Dios, no te entendemos. No sabemos que existimos a través de Ti. Ayúdame a verte en todas partes. Tú permites una cosa extraordinaria: una mezcla de bien y de mal en los corazones de incluso aquellos que más entregados están a Ti. Estas debilidades nos mantienen humillados y cercanos a Ti. Así pues estrangula en mi corazón cuanto se levante para cuestionar Tu bondad. Déjame sentarme en silencio ante Ti, y entonces empezaré a entender. Nada te hostiga a amedrentar a tus enemigos. “Eres paciente —dice Agustín—, porque eres eterno.” Oh Dios, ámate en mí. Cuanto más te amo, tanto más me persigues con tu amor implacable. Oh Dios, te adoro. Me has hecho sólo para Ti. Existo para Ti.

(Por gentileza de E. Josué Zambrano)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Agradecemos cualquier comentario respetuoso y lo agradecemos aún más si no son anónimos. Los comentarios anónimos no serán respondidos.