"Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero"
1 Pedro 2:24
La Cruz de Cristo es la verdad revelada del juicio de Dios sobre el pecado. Nunca la asocies con la idea de martirio. La Cruz fue triunfo magnífico que sacudió los cimientos mismos del infierno. No hay nada más seguro e irrefutable en el tiempo o la eternidad que lo que Jesucristo cumplió en el madero. Este hecho regresó a toda la raza humana a una relación correcta con Dios, e hizo de la redención la base de la vida humana, es decir, abrió el camino para que cada persona tenga comunión con Dios.
La Cruz no fue algo que le "ocurrió" a Jesús: Él vino a morir. El propósito de Su venida fue la Cruz. Él es ...el cordero que fue sacrificado desde antes de la creación del mundo (Apocalipsis 13:8). La encarnación de Cristo no tendría significado sin la Cruz. Cuídate de hacer una separación entre Dios manifestado en la carne y el Hijo convirtiéndose en pecado (ver 1 Timoteo 3:16 y 2 Corintios 5:21). El propósito de la encarnación fue la redención. Dios se encarnó con el fin de quitar el pecado y no para beneficiarse a Sí mismo. La Cruz es el centro del tiempo y la eternidad, la respuesta a los enigmas de los dos.
La Cruz no es la cruz de un hombre, sino la de Dios, y nunca puede ser totalmente comprendida a través de la experiencia humana. La Cruz es la exhibición de la naturaleza divina, es la puerta por donde cualquier miembro de la raza humana puede entrar a una unión con Él. Cuando llegamos a la Cruz, no la atravesamos, sino que permanecemos en la vida, cuya puerta de entrada es la Cruz. El centro de la salvación es la Cruz de Cristo. Y la razón por la que es fácil obtener esta salvación es porque a Dios le costó mucho. La Cruz es el lugar donde Dios y el hombre pecador se funden en uno solo por causa de un choque, y donde se abre el camino a la vida. Pero el choque fue contra el corazón de Dios.
Así como se les ordenó a los discípulos, tú tampoco debes decir nada hasta que el Hijo del hombre haya resucitado en ti. Es decir, hasta que la vida del Cristo resucitado te domine de tal manera que verdaderamente entiendas lo que Él enseñó mientras estuvo aquí en la Tierra. Cuando llegas al estado interior apropiado, las palabras que Jesús pronunció se vuelven tan claras que te sorprende no haberlas comprendido antes. Pero, no las podías entender porque no habías desarrollado una adecuada disposición espiritual que te permitiera sobrellevarlas.
Nuestro Señor no oculta estas cosas, pero sólo estaremos preparados para recibirlas cuando la condición de nuestra vida espiritual sea idónea. Jesús dijo: Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar (Juan 16:12). Primero debe existir una comunión con Su vida resucitada para que podamos soportar cualquier verdad en especial. ¿Realmente sabemos algo sobre la vida del Jesús resucitado que mora en nosotros? La evidencia de que sí lo sabemos es que comenzamos a entender Su Palabra. Dios no puede revelarnos nada, si no tenemos Su Espíritu. Y nuestros puntos de vista obstinados e inflexibles efectivamente van a impedir que Él nos revele algo. Sin embargo, nuestra obtusa manera de pensar terminará tan pronto permitamos que la vida nueva en Cristo actúe con libertad en nosotros.
"Les mandó que a nadie dijeran ..." Pero son tantos los que hablan de lo que vieron en el monte de la transfiguración, de su experiencia en la cumbre. Han tenido la visión y dan testimonio de ella, pero no hay una relación entre lo que hablan y la manera como viven. Sus vidas no tienen sentido porque el Hijo del hombre todavía no ha resucitado en ellos. Me pregunto cuándo se va a formar Cristo en ti y en mí.
"Les mandó que a nadie dijeran lo que habían visto,
hasta que el Hijo del hombre hubiera resucitado de los muertos"
Marcos 9:9.
Así como se les ordenó a los discípulos, tú tampoco debes decir nada hasta que el Hijo del hombre haya resucitado en ti. Es decir, hasta que la vida del Cristo resucitado te domine de tal manera que verdaderamente entiendas lo que Él enseñó mientras estuvo aquí en la Tierra. Cuando llegas al estado interior apropiado, las palabras que Jesús pronunció se vuelven tan claras que te sorprende no haberlas comprendido antes. Pero, no las podías entender porque no habías desarrollado una adecuada disposición espiritual que te permitiera sobrellevarlas.
Nuestro Señor no oculta estas cosas, pero sólo estaremos preparados para recibirlas cuando la condición de nuestra vida espiritual sea idónea. Jesús dijo: Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar (Juan 16:12). Primero debe existir una comunión con Su vida resucitada para que podamos soportar cualquier verdad en especial. ¿Realmente sabemos algo sobre la vida del Jesús resucitado que mora en nosotros? La evidencia de que sí lo sabemos es que comenzamos a entender Su Palabra. Dios no puede revelarnos nada, si no tenemos Su Espíritu. Y nuestros puntos de vista obstinados e inflexibles efectivamente van a impedir que Él nos revele algo. Sin embargo, nuestra obtusa manera de pensar terminará tan pronto permitamos que la vida nueva en Cristo actúe con libertad en nosotros.
"Les mandó que a nadie dijeran ..." Pero son tantos los que hablan de lo que vieron en el monte de la transfiguración, de su experiencia en la cumbre. Han tenido la visión y dan testimonio de ella, pero no hay una relación entre lo que hablan y la manera como viven. Sus vidas no tienen sentido porque el Hijo del hombre todavía no ha resucitado en ellos. Me pregunto cuándo se va a formar Cristo en ti y en mí.
(Por gentileza de E. Josué Zambrano)
Hasta los 30 años era Jesús el hombre. En nosotros pueden ser 10, 20.30, 40 años de vivir como hombres o mujeres religiosos; pero en el caso de Jesús a partir de los 30 años se convierte en Jesucristo e inicia la persecución, la oposición, etc., hasta completar su misión en la cruz del calvario. Entendamos pues sus palabras: El que quiera venir en pos (no solamente de Jesús, sino de Cristo), niéguese asimismo, tome su cruz cada día y sígame, .....hasta donde?.... Hasta la cruz.
ResponderEliminarAsí es. Gracias por tus comentarios José Antonio. Un abrazo!!!
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