Mar 19, 2019
Judas nos
da un segundo ejemplo bíblico que prueba que la fe inicial de las
personas puede no perdurar. Después de exponer el ejemplo de los
israelitas en el desierto, continúa dando el ejemplo de los ángeles
que pecaron.
Los
Nefilim
Judas
6
dice:
6
Y
los ángeles que no mantuvieron su propio dominio, sino que
abandonaron su morada propia, Él los ha mantenido en lazos [aidios]
eternos
bajo
la oscuridad para el juicio del gran día.
1
Y
sucedió que cuando los hombres comenzaron a multiplicarse en la faz
de la tierra y les nacieron hijas, 2 que los hijos de Dios vieron que
las hijas de los hombres eran hermosas; y tomaron esposas para sí
mismos, escogiendo entre todas.
Esto
parece ser una referencia al pasaje del libro de Enoc, que ofrece un
relato bastante elaborado y detallado de los ángeles que toman
mujeres terrenales y produjeron gigantes en la Tierra. El hecho de
que hubo gigantes en esos días está bien establecido en la historia
bíblica, comenzando con Génesis
6:4,
4
Los
Nefilim estaban en la tierra en aquellos días, y también después
[es
decir, después del Diluvio],
cuando los hijos de Dios vinieron a las hijas de los hombres, y ellas
les dieron hijos. Estos
son los héroes de la antigüedad, hombres de renombre.
El
Diluvio fue enviado para destruir a estos Nefilim ("gigantes"),
pero, sin embargo, siglos después del diluvio todavía había
descendientes de los Nefilim en la Tierra. O
bien el Diluvio no los destruyó a todos, o hubo otra ocasión
“posterior” cuando los ángeles tomaron a las hijas de los
hombres como esposas.
Los Nefilim todavía existían en los días de Moisés, porque eran
la razón principal por la que los israelitas no tuvieron la fe para
entrar en la Tierra Prometida. Números
13:32,33
dice,
32
Entonces
entregaron a los hijos de Israel un mal informe de la tierra que
habían espiado, diciendo: “La tierra por la cual hemos pasado, al
espiarla, es una tierra que devora a sus habitantes; y todas las
personas que vimos en ella son hombres de gran tamaño. 33 Allí
también vimos
a los Nefilim
(los hijos de Anak son parte de los Nefilim);
y nos convertimos en saltamontes a nuestra vista, y así fuimos a la
vista de ellos".
La tribu de
Anak (Anakim) era la rama de los Nefilim que dominaba Canaán. Su
nombre, Anak, significa cuello o collar, lo que indica que
probablemente eran conocidos por sus largos cuellos o por sus
collares de oro.
Los
Refaim
Una
tribu diferente de Nefilim era conocida como Refaim, que vivía en el
lado este del río Jordán en la tierra de Basán. El nombre Refaim
proviene de rapha,
"curar", y puede haberse referido a su uso de aceite de
bálsamo que era famoso por sus propiedades curativas. El bálsamo se
cultivaba en Galaad y los israelitas que vivían allí habían
aprendido el secreto de su destilación. Jeremías
8:22
pregunta: “¿No
hay bálsamo en Galaad? ¿No hay médico allí?
Los
israelitas destruyeron el último de los Refaim después de que
Moisés condujo a Israel a la tierra de Moab, preparándolos para
cruzar el Jordán. Deuteronomio
3:11-13
nos dice:
11
"(Porque
solo
quedaba Og rey de Basán del remanente de los Refaim.
He aquí, su cama era una cama de hierro; está en Rabá de los hijos
de Amón. Su longitud era de nueve codos y su anchura de cuatro codos
de codo ordinario). 12 Así que tomamos posesión de esta tierra en
ese momento … 13 Y el resto de Galaad, y todo Basán, el reino de
Og, se lo di a la media tribu de Manasés, toda la región de Argob
(concerniente a todo Basán, se
llama la tierra de Refaim).
La cama de
Og tenía nueve codos de longitud, de acuerdo con el codo ordinario
de seis anchos de mano (19.8 pulgadas, aprox. 4,5 metros). La cama de
Og, entonces, tenía 14.85 pies de largo (aprox. 4,5 metros), lo que
sugiere que el mismo Og probablemente tenía unos 13 pies (aprox. 4)
de altura.
Lo
que fuera que sucedió en Génesis
6:4,
estos "hijos de Dios" o "ángeles" se llaman
Nefilim,
cuyo nombre proviene de la raíz hebrea de la palabra naphal,
"caer".
Por
lo tanto, obtenemos el término "ángeles
caídos",
es decir, los ángeles que cayeron en rebelión o apostasía. Otros
intérpretes hebreos explican esto diciendo que los ángeles habían
atacado o habían caído
sobre sus
víctimas, en este caso, las hijas de los hombres. Cualquiera que
fuera la explicación, creían que los ángeles habían "caído"
al tomar a las hijas de los hombres como esposas.
Monte
Hermón
El
resultado de esto fue que los gigantes gobernaron esa área cerca del
Monte Hermón, donde los Nefilim en realidad habían descendido en
Génesis
6:2.
El libro de Enoc, capítulo 13, versículos 6 y 7 nos dice:
“Y fueron en total doscientos; que descendieron en los días de Jared en la cima del Monte Hermón, y lo llamaron Monte Hermón, porque en él habían jurado y se habían atado con imprecaciones mutuas".
El
nombre Hermón proviene de charam,
que se traduce de diversas maneras como "prohibición, devoción,
maldición". Por ejemplo, en Josué
6:18
Jericó fue puesta bajo charam,
lo que significa que todo el oro, la plata, el bronce y el hierro se
dedicaron a Dios. Cualquiera que violara la prohibición era sometido
a una maldición, como lo que sucedió con Acán (Josué
7:1).
Según el
libro de Enoc, al monte se le dio el nombre de Hermón a
causa de un juramento que había unido a los ángeles caídos en
algún tipo de pacto. La implicación es que si alguno de ellos
desertaba filas o se negaba a ayudarse mutuamente en momentos de
necesidad, se verían amenazados.
El
libro
de
Jubileos
4:15 también data de este evento en los días de Jared,
específicamente en el décimo Jubileo de Adán, en el sexto año de
la tercera "semana" (de años). Sabemos por las Escrituras
que esto es precisamente cuando nació Jared, pero la opinión del
autor de que esto fue cuando los Nefilim se llevaron a las hijas de
los hombres, no puede ser verificada por las Escrituras. Los relatos
en Jubileos
y
Enoc
nos
dicen que el mismo Enoc reprendió a estos caídos y sus
descendientes.
El
Monte Hermón es Sión
Deuteronomio
4:48
dice,
48
desde
Aroer, que está en el borde del valle de Arnón, incluso hasta el
Monte Sión (es decir, Hermón).
Esto
es importante, porque aprendemos de Hebreos
12:22 KJV
que el
Monte Sión es el lugar de reunión para la verdadera Iglesia.
22
Mas
vosotros habéis venido al monte
Sión,
y a la ciudad del Dios viviente, a la Jerusalén celestial, y a una
compañía innumerable de ángeles.
El
monte Sion, o Hermón, fue el lugar donde Jesús se transfiguró en
Mateo
17:1,2.
Sabemos esto porque Jesús acababa de llevar a Sus discípulos a
Cesarea de Filipo (Mateo
16:13),
donde Pedro había hecho su gran confesión en el versículo 16.
Cesarea de Filipo (la antigua ciudad de Dan) estaba al norte de
Samaria en la base sur del Monte Hermón. Era donde se encontraba la
Gruta de Pan, que los judíos llamaron "las
puertas del infierno"
(Mateo
16:18).
Jesús
llevó a tres de Sus discípulos al Monte Sión (Hermón), donde se
transfiguró y donde Dios lo declaró como "Mi
Hijo amado, con quien tengo complacencia"
(Mateo
17: 5).
En otras palabras, Jesús era el VERDADERO Hijo de Dios, mientras que
los ángeles caídos fueron FALSOS "hijos de Dios" que
intentaron cumplir la profecía de manera ilegal.
Los
Nefilim aparentemente entendieron que la idea de la filiación
implicaba algún tipo de unión entre el Cielo y la Tierra, pero
intentaron cumplir esto ilegalmente. El verdadero cumplimiento, por
supuesto, fue cuando el Espíritu Santo vino sobre María y engendró
a Jesucristo (Mateo
1:18).
Nosotros también tenemos la autoridad de convertirnos en hijos de
Dios al ser engendrados por el Espíritu Santo a través de la
semilla del evangelio, que engendra a Cristo en nosotros al escuchar
y creer la Palabra.
Los
verdaderos hijos de Dios, entonces, ven al Monte Sión como el
monte del Nuevo Pacto.
Con Jesús como nuestro ejemplo, se nos da la esperanza de
transfiguración o "cambio" (1
Corintios 15:51).
Al final, ser hijos de Dios significa que el Cielo y la Tierra se han
unido para formar cuerpos glorificados. Ese es el objetivo final de
la Fiesta de los Tabernáculos, como lo he demostrado en otros
estudios.
La
enseñanza de Judas
Judas
mencionó a los ángeles que pecaron para decirnos que no
solo los hombres, sino también los ángeles, podían caer.
Todos los israelitas habían sido justificados por la fe cuando
salieron de Egipto, pero su fe carecía de resistencia. Los ángeles,
presumiblemente, habían sido perfectos en algún momento, pero aún
así "cayeron" (naphal).
Ambos ejemplos fueron diseñados para advertir a la Iglesia acerca de
los gnósticos, cuyo fundador originalmente había creído el
evangelio y fue bautizado, pero cuyo corazón fue expuesto más
adelante (Hechos
8:23).
Ambos
ejemplos muestran la
distinción también entre la Iglesia y los Vencedores en el tema de
la filiación. La
filiación es progresiva, ya que aunque un hijo es técnicamente un
hijo al nacer, no es un hijo pleno hasta que es maduro.
Un
menor no es diferente de un sirviente o esclavo,
dice Pablo en Gálatas
4:1.
Un
hijo inmaduro es una obra en progreso, pero el padre no le confía el
patrimonio familiar hasta que tenga la edad suficiente para ser
responsable de su uso.
Así
también los israelitas nacieron en Egipto (Oseas
11:1),
pero la mayoría de ellos no lograron alcanzar la madurez espiritual
cuando llegaron a la frontera de la Tierra Prometida. Los llamados
"hijos de Dios" en Génesis
6:2
intentaron alcanzar la filiación de manera ilegal a través de la
rebelión, por lo que también fueron descalificados.
Ambas
historias están llenas de lecciones para que la Iglesia las aprenda,
pero el punto principal de Judas es que la Iglesia sepa que deben
estar en guardia contra aquellos que profesan a Cristo, pero no
permanecen en Su enseñanza. Esto demuestra la importancia de
perseverar hasta el final.
(NOTA
DEL TRADUCTOR: las Escrituras distinguen entre Sion, sin tilde,
que era la fortaleza de David en la Vieja Jerusalén; mientras que
Sión, con tilde, es el Monte Hermón, un tipo de la Nueva Jerusalén.
Véase la etiqueta:
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Tags: Serie didáctica
Categoría: Enseñanzas
Autor del blog: Dr. Stephen Jones
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