18 de junio de 2018
2
Corintios 12:11
dice:
11
Me
he vuelto insensato; vosotros mismos me habéis obligado a
ello.
En realidad, debería haber sido encomiado por vosotros, porque en
ningún aspecto fui inferior a los apóstoles más eminentes, aunque
no soy nadie.
Aunque
Pablo estaba escribiendo a los corintios, estaba escribiendo como si
sus críticos leyeran su carta. Como él tenía la intención de
enviar copias de sus cartas a otras iglesias, como era la práctica
habitual, Pablo sabía que, con el tiempo, muchos de sus críticos
las leerían. No fue la iglesia de Corinto (como un todo) la que
"obligó" a Pablo a hablar insensateces al presentar sus
credenciales apostólicas carnales (genealogía) en 2
Corintios 11:21,22).
Si
la genealogía era lo que se requería para ser un verdadero apóstol,
Pablo "debería
haber sido encomiado"
por sus críticos, porque su genealogía, tan importante para ellos,
era impecable. Asimismo, había sido educado por Gamaliel y había
sido un fariseo acérrimo. Él conocía todas las doctrinas judías
de memoria y entendía sus razonamientos. Estaba más educado en las
tradiciones judías que la mayoría, si no todos, de sus críticos
judíos que decían ser apóstoles. Por lo tanto, Pablo no era
"inferior
a los apóstoles más eminentes",
aquellos más altamente estimados entre ellos.
El
hecho de que Pablo haya podido despojarse del prejuicio de
superioridad judía desde sus primeros días es realmente notable. De
ninguna manera Pablo estuvo solo en esto, pero no hay duda de que él
fue el líder del evangelio del Nuevo Pacto, el cual rechazaba que la
carne tuviera algún valor para determinar el lugar de uno entre el
remanente "elegido" por gracia (Romanos
11:6,7).
Este
problema, que ya había dividido al judaísmo, según lo establecido
por el muro divisorio en el templo, fue el mismo problema que amenazó
con dividir a la Iglesia en el primer siglo. Pablo se mantuvo firme
contra este doble estándar carnal. Desafortunadamente,
este mismo problema ha surgido de nuevo en los últimos días. Creo
que se resolverá de una vez por todas cuando Agar-Jerusalén con sus
hijos de la carne sea expulsada, como dice Pablo en
Gálatas
4:25,30.
Verdaderos
apóstoles
12
Las
señales de un verdadero apóstol se realizaron entre vosotros con
toda perseverancia, mediante señales, prodigios y milagros. 13
Porque, ¿en qué aspecto fuisteis tratados como inferiores al resto
de las iglesias, excepto en que yo mismo no me convertí en una carga
para vosotros? ¡Perdonadme por esto!
Pablo
estaba hablando de sí mismo, por supuesto, porque él era el único
que había realizado señales y milagros en la iglesia de Corinto.
Aunque no estaba solo en esto (porque sabemos que Lucas estaba con él
y tal vez otros también), ciertamente se incluye a sí mismo en
esto.
Durante el
tiempo en que se estaba estableciendo la iglesia de Corinto, Pablo no
trataba a los griegos como "inferiores" de ninguna manera.
Les dio el mismo estatus que “al resto de las iglesias”,
probablemente una referencia a otras iglesias que tenían más
miembros judíos. Después de todo, la mayoría de las iglesias,
incluso las establecidas por Pablo, habían comenzado con unos pocos
conversos judíos de una sinagoga local. Sin embargo, Dios hizo
señales y prodigios entre todos ellos, sin importar su genealogía.
De
hecho, este precedente comenzó mucho antes, cuando por primera vez
Felipe fue a Samaria (Hechos
8:5,6)
y más tarde cuando Pedro fue a Cesarea a la casa de Cornelio (Hechos
10:1,24,28,44-46).
Lucas anotó con entusiasmo esto en su relato en el libro de Hechos
para mostrar que esta imparcialidad fue una verdad fundamental en los
inicios de la iglesia (Hechos
10:34,35).
Apoyo
financiero para el ministerio de Pablo
En
2
Corintios 12:13,
Pablo dice que la única forma en que trató a los corintios de
manera diferente fue en el asunto del apoyo financiero. Rechazó que
la iglesia de Corinto le pagara, pero confió en otras iglesias e
incluso en su propio trabajo para su apoyo. Su declaración,
"¡Perdonadme
por esto!"
Debe tomarse como irónica, no como una disculpa literal. (Hoy
podríamos decir en castellano, "¡Bueno, disculpadme!")
14
Ahora,
por tercera vez, estoy listo para ir a vosotros, y no seré una carga
para vosotros; porque no busco lo que es vuestro, sino a vosotros;
porque los hijos no son responsables de atesorar para sus padres,
sino los padres para sus hijos.
Pablo
no tenía la intención de visitar la iglesia de Corinto en persona,
sino de llegar a ellos por medio de su carta. Recordemos que antes,
en 2
Corintios 1:23
y 2:1
ya les había dicho que no iba a visitarlos antes de su viaje
misionero a Jerusalén. De hecho, estaba escribiendo esta carta
mientras se dirigía hacia Jerusalén.
El apóstol
les habla como un padre espiritual. Como la iglesia de Corinto era su
hija espiritual, era apropiado que no los responsabilizara de apoyar
a su padre espiritual, sino que el apoyo fuera del padre para los
hijos. Entonces él defiende su práctica de no tomar su dinero en
apoyo de su ministerio.
16
Pero
sea como fuere, yo no os fui carga; sin embargo, siendo astuto, os os
sorprendí con engaño.
De
nuevo, Pablo estaba siendo irónico. Estaba expresando los puntos de
vista de sus críticos, que afirmaban que Pablo los había engañado
astutamente con su evangelio y su enseñanza acerca de la
imparcialidad de Dios. Él dice en 2
Corintios 2:17,
17
Ciertamente,
no me he aprovechado a través de ninguno de los que os he enviado,
¿o sí? 18 Insté a Tito a ir, y envié al hermano con él. Tito no
se aprovechó de vosotros, ¿verdad? ¿No nos comportamos con el
mismo espíritu y caminamos con los mismos pasos?
Ni Pablo,
ni Tito, ni ningún otro hombre del equipo de Pablo se aprovecharon
de los corintios. En otras palabras, ninguno de ellos tomó ningún
apoyo financiero por su trabajo en esa iglesia. Aparentemente, Pablo
fue extremadamente cuidadoso en este asunto, sabiendo que, de ser
posible, sus críticos usarían el tema en su contra. Por lo tanto,
no solo el propio Pablo, sino también el resto del equipo siguieron
la misma regla y se negaron a tomar dinero de ellos, aunque
técnicamente tenían todo el derecho a recibir una compensación por
su trabajo.
2
Corintios 12:19
dice:
19
Todo
este tiempo habéis estado pensando que nos defendíamos ante
vosotros. En
realidad,
es delante de Dios que hemos estado hablando en Cristo; y todo,
amados, para vuestra edificación.
Pablo había
pasado mucho tiempo en esta carta defendiéndose: su apostolado, sus
enseñanzas imparciales del Nuevo Pacto y su política monetaria.
Pero en realidad, afirma Pablo, él ha estado "hablando en
Cristo", es decir, diciéndoles la mente de Cristo en estas
diversas controversias. Su propósito era edificarlos, fortalecer su
fe, lidiar con la inmoralidad, y enseñarles las Escrituras como si
Cristo estuviera enseñando en persona.
El
miedo de Pablo
En
los versículos finales de 2 Corintios 12, Pablo le dice a la iglesia
(y a nosotros también) qué estaba tratando de evitar con su
estricta política monetaria. Él comienza diciendo en 2
Corintios 12:20,
20
Porque
temo que quizá cuando yo vaya, halle que no sois lo que deseo, y yo
sea hallado por vosotros que no soy lo que deseáis; que quizá haya
pleitos, celos, enojos, rivalidades, difamaciones, chismes,
arrogancia, desórdenes; 21 temo que cuando os visite de nuevo, mi
Dios me humille delante de vosotros, y yo tenga que llorar por muchos
que han pecado anteriormente y no se han arrepentido de la impureza,
inmoralidad y sensualidad que han practicado.
Pablo
quería estar en unidad con la iglesia de Corinto. Él no quería
acercarse a ellos solo para descubrir que habían sido influenciados
por las doctrinas y las declaraciones maliciosas hechas por los
falsos apóstoles. Pablo no quería venir a ellos solo para descubrir
que no eran lo que él deseaba que fueran. Del mismo modo, no quería
que los tomaran por sorpresa y decepcionados por sus propias
enseñanzas.
Pablo
quería asegurarse de que la iglesia entendiera exactamente dónde se
encontraba en estos asuntos importantes. Para evitar sorpresas
embarazosas, se comunicó con ellos por carta y mensajeros.
Pablo sabía
que la naturaleza humana tenía su manera de causar problemas,
incluso entre los cristianos. Era demasiado fácil seguir los deseos
del alma carnal (el "viejo hombre"). Si permitía que la
iglesia de Corinto se deslizara hacia la inmoralidad y el pensamiento
carnal, se horrorizaría y avergonzaría cuando volviera a estar
entre ellos.
¿Regresó
alguna vez Pablo a Corinto?
Es posible
que Pablo no haya visto (en persona) a sus amigos corintios nunca
más. Iba de camino a Jerusalén, donde permanecería detenido
durante dos años (58-60 d.C.) y luego iría en barco como prisionero
a Roma. El naufragio obligó a Pablo y a la tripulación del barco a
permanecer en la isla de Melita (Malta) durante los meses de
invierno, antes de que pudieran completar su viaje en la primavera
del 61.
Pablo
permanecería en Roma por otros dos años esperando juicio ante Nerón
(Hechos
28: 30).
En el 63 d.C., fue absuelto con la ayuda de Séneca, el filósofo y
tutor de Nerón, con quien entabló una amistad. Luego fue a España
y a Gran Bretaña, donde predicó el evangelio antes de regresar a
través de Galia (Francia) y Helvetia (Suiza) a Macedonia en el 64.
En
el 65 Nerón ordenó a Séneca que se suicidara, y en el año 67
Pedro y Pablo fueron llevados a Roma para ser juzgados y ejecutados
por ser parte de una religión ilegal (no reconocida). La esposa de
Pedro fue ejecutada primero para presionar a Pedro a renunciar a
Cristo a fin de salvar su vida y la suya también. El obispo Eusebio
de Cesarea cita las Misceláneas
de
Clemente, Libro VII, diciendo:
"Se nos dice que cuando el bendito Pedro vio a su esposa ser llevada a la muerte, se alegró de que su llamada había llegado y que ella estaba regresando a casa, y le habló en los tonos más alentadores y reconfortantes, dirigiéndose a ella por su nombre: 'Cariño mío, recuerda al Señor'. Tal fue el matrimonio de los bendecidos, y su sentimiento consumado hacia sus seres queridos" [Eccl. Hist. III, xxx].
Pedro mismo
fue crucificado boca abajo por propia solicitud, porque no creía que
fuera digno de encontrarse en su muerte de la misma manera que Jesús
había sido crucificado. Los romanos concedieron su solicitud final.
Pablo fue
decapitado, porque era ciudadano romano. Los ciudadanos romanos
tenían privilegios y tenían derecho a ser decapitados en lugar de
ser crucificados.
No se sabe
si Pablo alguna vez visitó la iglesia de Corinto nuevamente.
Ciertamente tuvo la oportunidad de visitarlos desde el 64 al 67.
Desde el momento en que regresó
de su cuarto viaje misionero a España y Gran Bretaña en el 64,
hasta su arresto y ejecución en el 67, Pablo tuvo los tres últimos
años de ministerio. Pero todo lo que Pablo logró durante
esos años está envuelto en el misterio, cubierto por las arenas del
tiempo.
Tags: Teaching Series
Category: Teachings
Dr. Stephen Jones
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