SEGUNDA DE CORINTIOS, Cap. 12 / 3: Verdaderos apóstoles, Dr. Stephen Jones





18 de junio de 2018




11 Me he vuelto insensato; vosotros mismos me habéis obligado a ello. En realidad, debería haber sido encomiado por vosotros, porque en ningún aspecto fui inferior a los apóstoles más eminentes, aunque no soy nadie.

Aunque Pablo estaba escribiendo a los corintios, estaba escribiendo como si sus críticos leyeran su carta. Como él tenía la intención de enviar copias de sus cartas a otras iglesias, como era la práctica habitual, Pablo sabía que, con el tiempo, muchos de sus críticos las leerían. No fue la iglesia de Corinto (como un todo) la que "obligó" a Pablo a hablar insensateces al presentar sus credenciales apostólicas carnales (genealogía) en 2 Corintios 11:21,22).

Si la genealogía era lo que se requería para ser un verdadero apóstol, Pablo "debería haber sido encomiado" por sus críticos, porque su genealogía, tan importante para ellos, era impecable. Asimismo, había sido educado por Gamaliel y había sido un fariseo acérrimo. Él conocía todas las doctrinas judías de memoria y entendía sus razonamientos. Estaba más educado en las tradiciones judías que la mayoría, si no todos, de sus críticos judíos que decían ser apóstoles. Por lo tanto, Pablo no era "inferior a los apóstoles más eminentes", aquellos más altamente estimados entre ellos.

El hecho de que Pablo haya podido despojarse del prejuicio de superioridad judía desde sus primeros días es realmente notable. De ninguna manera Pablo estuvo solo en esto, pero no hay duda de que él fue el líder del evangelio del Nuevo Pacto, el cual rechazaba que la carne tuviera algún valor para determinar el lugar de uno entre el remanente "elegido" por gracia (Romanos 11:6,7).

Este problema, que ya había dividido al judaísmo, según lo establecido por el muro divisorio en el templo, fue el mismo problema que amenazó con dividir a la Iglesia en el primer siglo. Pablo se mantuvo firme contra este doble estándar carnal. Desafortunadamente, este mismo problema ha surgido de nuevo en los últimos días. Creo que se resolverá de una vez por todas cuando Agar-Jerusalén con sus hijos de la carne sea expulsada, como dice Pablo en Gálatas 4:25,30.


Verdaderos apóstoles

Pablo escribe en 2 Corintios 12:12,13,

12 Las señales de un verdadero apóstol se realizaron entre vosotros con toda perseverancia, mediante señales, prodigios y milagros. 13 Porque, ¿en qué aspecto fuisteis tratados como inferiores al resto de las iglesias, excepto en que yo mismo no me convertí en una carga para vosotros? ¡Perdonadme por esto!

Pablo estaba hablando de sí mismo, por supuesto, porque él era el único que había realizado señales y milagros en la iglesia de Corinto. Aunque no estaba solo en esto (porque sabemos que Lucas estaba con él y tal vez otros también), ciertamente se incluye a sí mismo en esto.

Durante el tiempo en que se estaba estableciendo la iglesia de Corinto, Pablo no trataba a los griegos como "inferiores" de ninguna manera. Les dio el mismo estatus que “al resto de las iglesias”, probablemente una referencia a otras iglesias que tenían más miembros judíos. Después de todo, la mayoría de las iglesias, incluso las establecidas por Pablo, habían comenzado con unos pocos conversos judíos de una sinagoga local. Sin embargo, Dios hizo señales y prodigios entre todos ellos, sin importar su genealogía.

De hecho, este precedente comenzó mucho antes, cuando por primera vez Felipe fue a Samaria (Hechos 8:5,6) y más tarde cuando Pedro fue a Cesarea a la casa de Cornelio (Hechos 10:1,24,28,44-46). Lucas anotó con entusiasmo esto en su relato en el libro de Hechos para mostrar que esta imparcialidad fue una verdad fundamental en los inicios de la iglesia (Hechos 10:34,35).


Apoyo financiero para el ministerio de Pablo

En 2 Corintios 12:13, Pablo dice que la única forma en que trató a los corintios de manera diferente fue en el asunto del apoyo financiero. Rechazó que la iglesia de Corinto le pagara, pero confió en otras iglesias e incluso en su propio trabajo para su apoyo. Su declaración, "¡Perdonadme por esto!" Debe tomarse como irónica, no como una disculpa literal. (Hoy podríamos decir en castellano, "¡Bueno, disculpadme!")

Pablo continúa en 2 Corintios 12:14,

14 Ahora, por tercera vez, estoy listo para ir a vosotros, y no seré una carga para vosotros; porque no busco lo que es vuestro, sino a vosotros; porque los hijos no son responsables de atesorar para sus padres, sino los padres para sus hijos.

Pablo no tenía la intención de visitar la iglesia de Corinto en persona, sino de llegar a ellos por medio de su carta. Recordemos que antes, en 2 Corintios 1:23 y 2:1 ya les había dicho que no iba a visitarlos antes de su viaje misionero a Jerusalén. De hecho, estaba escribiendo esta carta mientras se dirigía hacia Jerusalén.

El apóstol les habla como un padre espiritual. Como la iglesia de Corinto era su hija espiritual, era apropiado que no los responsabilizara de apoyar a su padre espiritual, sino que el apoyo fuera del padre para los hijos. Entonces él defiende su práctica de no tomar su dinero en apoyo de su ministerio.

Pablo continúa en 2 Corintios 12:16,

16 Pero sea como fuere, yo no os fui carga; sin embargo, siendo astuto, os os sorprendí con engaño.

De nuevo, Pablo estaba siendo irónico. Estaba expresando los puntos de vista de sus críticos, que afirmaban que Pablo los había engañado astutamente con su evangelio y su enseñanza acerca de la imparcialidad de Dios. Él dice en 2 Corintios 2:17,

17 Ciertamente, no me he aprovechado a través de ninguno de los que os he enviado, ¿o sí? 18 Insté a Tito a ir, y envié al hermano con él. Tito no se aprovechó de vosotros, ¿verdad? ¿No nos comportamos con el mismo espíritu y caminamos con los mismos pasos?

Ni Pablo, ni Tito, ni ningún otro hombre del equipo de Pablo se aprovecharon de los corintios. En otras palabras, ninguno de ellos tomó ningún apoyo financiero por su trabajo en esa iglesia. Aparentemente, Pablo fue extremadamente cuidadoso en este asunto, sabiendo que, de ser posible, sus críticos usarían el tema en su contra. Por lo tanto, no solo el propio Pablo, sino también el resto del equipo siguieron la misma regla y se negaron a tomar dinero de ellos, aunque técnicamente tenían todo el derecho a recibir una compensación por su trabajo.


19 Todo este tiempo habéis estado pensando que nos defendíamos ante vosotros. En realidad, es delante de Dios que hemos estado hablando en Cristo; y todo, amados, para vuestra edificación.

Pablo había pasado mucho tiempo en esta carta defendiéndose: su apostolado, sus enseñanzas imparciales del Nuevo Pacto y su política monetaria. Pero en realidad, afirma Pablo, él ha estado "hablando en Cristo", es decir, diciéndoles la mente de Cristo en estas diversas controversias. Su propósito era edificarlos, fortalecer su fe, lidiar con la inmoralidad, y enseñarles las Escrituras como si Cristo estuviera enseñando en persona.


El miedo de Pablo

En los versículos finales de 2 Corintios 12, Pablo le dice a la iglesia (y a nosotros también) qué estaba tratando de evitar con su estricta política monetaria. Él comienza diciendo en 2 Corintios 12:20,

20 Porque temo que quizá cuando yo vaya, halle que no sois lo que deseo, y yo sea hallado por vosotros que no soy lo que deseáis; que quizá haya pleitos, celos, enojos, rivalidades, difamaciones, chismes, arrogancia, desórdenes; 21 temo que cuando os visite de nuevo, mi Dios me humille delante de vosotros, y yo tenga que llorar por muchos que han pecado anteriormente y no se han arrepentido de la impureza, inmoralidad y sensualidad que han practicado.

Pablo quería estar en unidad con la iglesia de Corinto. Él no quería acercarse a ellos solo para descubrir que habían sido influenciados por las doctrinas y las declaraciones maliciosas hechas por los falsos apóstoles. Pablo no quería venir a ellos solo para descubrir que no eran lo que él deseaba que fueran. Del mismo modo, no quería que los tomaran por sorpresa y decepcionados por sus propias enseñanzas.

Pablo quería asegurarse de que la iglesia entendiera exactamente dónde se encontraba en estos asuntos importantes. Para evitar sorpresas embarazosas, se comunicó con ellos por carta y mensajeros.

Pablo sabía que la naturaleza humana tenía su manera de causar problemas, incluso entre los cristianos. Era demasiado fácil seguir los deseos del alma carnal (el "viejo hombre"). Si permitía que la iglesia de Corinto se deslizara hacia la inmoralidad y el pensamiento carnal, se horrorizaría y avergonzaría cuando volviera a estar entre ellos.


¿Regresó alguna vez Pablo a Corinto?

Es posible que Pablo no haya visto (en persona) a sus amigos corintios nunca más. Iba de camino a Jerusalén, donde permanecería detenido durante dos años (58-60 d.C.) y luego iría en barco como prisionero a Roma. El naufragio obligó a Pablo y a la tripulación del barco a permanecer en la isla de Melita (Malta) durante los meses de invierno, antes de que pudieran completar su viaje en la primavera del 61.

Pablo permanecería en Roma por otros dos años esperando juicio ante Nerón (Hechos 28: 30). En el 63 d.C., fue absuelto con la ayuda de Séneca, el filósofo y tutor de Nerón, con quien entabló una amistad. Luego fue a España y a Gran Bretaña, donde predicó el evangelio antes de regresar a través de Galia (Francia) y Helvetia (Suiza) a Macedonia en el 64.

En el 65 Nerón ordenó a Séneca que se suicidara, y en el año 67 Pedro y Pablo fueron llevados a Roma para ser juzgados y ejecutados por ser parte de una religión ilegal (no reconocida). La esposa de Pedro fue ejecutada primero para presionar a Pedro a renunciar a Cristo a fin de salvar su vida y la suya también. El obispo Eusebio de Cesarea cita las Misceláneas de Clemente, Libro VII, diciendo:

"Se nos dice que cuando el bendito Pedro vio a su esposa ser llevada a la muerte, se alegró de que su llamada había llegado y que ella estaba regresando a casa, y le habló en los tonos más alentadores y reconfortantes, dirigiéndose a ella por su nombre: 'Cariño mío, recuerda al Señor'. Tal fue el matrimonio de los bendecidos, y su sentimiento consumado hacia sus seres queridos" [Eccl. Hist. III, xxx].

Pedro mismo fue crucificado boca abajo por propia solicitud, porque no creía que fuera digno de encontrarse en su muerte de la misma manera que Jesús había sido crucificado. Los romanos concedieron su solicitud final.

Pablo fue decapitado, porque era ciudadano romano. Los ciudadanos romanos tenían privilegios y tenían derecho a ser decapitados en lugar de ser crucificados.

No se sabe si Pablo alguna vez visitó la iglesia de Corinto nuevamente. Ciertamente tuvo la oportunidad de visitarlos desde el 64 al 67. Desde el momento en que regresó de su cuarto viaje misionero a España y Gran Bretaña en el 64, hasta su arresto y ejecución en el 67, Pablo tuvo los tres últimos años de ministerio. Pero todo lo que Pablo logró durante esos años está envuelto en el misterio, cubierto por las arenas del tiempo.


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