Primera Corintios 15 (13) - RESULTADOS DE CREER EN LA RESURRECCIÓN, Dr. Stephen E. Jones



29/09/2017



En 1 Corintios 15:30 Pablo pregunta:

30 ¿Por qué estamos también en peligro cada hora?

Quiere decir que si los muertos no resucitan, si no hay resurrección, entonces, ¿qué sentido tiene creer en Cristo, si sólo nos pone en constante peligro de ser detenidos y posiblemente incluso asesinados por "sedición" contra el gobierno y sus dioses? Él continúa en 1 Corintios 15:31,

31 Yo os protesto, hermanos, por la jactancia que siento por vosotros, la cual tengo en Cristo Jesús nuestro Señor, que cada día muero.

Su protesta era contra aquellos que negaban la resurrección. Sin embargo, él también afirma que los creyentes en Corinto realmente creyeron en la resurrección; por lo tanto, Pablo podía alardear de su aceptación de la verdad, que él mismo había depositado en medio de ellos. Por esta razón, dijo, "muero cada día".

Pablo hablaba aquí en dos niveles, porque sus palabras tenían un doble significado. Superficialmente, estaba dispuesto a estar "en peligro cada día", sabiendo que en cualquier momento podría ser llamado a dar testimonio de Cristo como un mártir. Podía morir físicamente en cualquier momento, pero estando dispuesto a aceptar tal peligro, Pablo mató la voluntad del alma y el deseo de la carne para buscar su propia comodidad y bienestar. 1 Corintios 15:32 afirma esto:

32 Si por motivos humanos luchaba con fieras en Éfeso, ¿de qué me sirve? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, porque mañana moriremos.

Pablo no había luchado literalmente con bestias salvajes en Éfeso, porque no era un gladiador ni había sido lanzado a los leones como creyente; pero medio siglo después, Ignacio, obispo de Antioquía, escribiría en su Epístola a los Efesios, capítulo 1,

"Porque al oír que vengo de Siria por causa de Cristo, nuestra esperanza común, confiando en vuestras oraciones para que se me permita pelear con bestias en Roma, para que así por el martirio pueda llegar a ser discípulo de Él", quien se dio Él mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios, '[ustedes se apresuraron a verme]".

El mismo Pablo dice que tal martirio, provocado por renunciar firmemente a negar a Cristo, sería inútil si los muertos no fueran resucitados. Si no hubiera resurrección, sería mejor, como decían muchas personas, "comamos y bebamos, porque mañana moriremos"; en otras palabras, disfrutemos de la vida ahora mientras podamos, y no hagamos nada que provoque que los gobernadores nos ejecuten. Isaías 22:13 también menciona una filosofía mundana, que aparentemente estaba extendida en su propio tiempo entre su propio pueblo.

Pablo continúa en 1 Corintios 15:33,34,

33 No os engañéis: "Las malas compañías corrompen las buenas costumbres". 34 Tened prudencia como debéis, y dejad de pecar; porque algunos no tienen conocimiento de Dios. Digo esto para vergüenza vuestra.

Aquí Pablo citó un dicho muy conocido de los Thais de Menandro, un poeta y comediante ateniense que había escrito sus obras alrededor de tres siglos antes. La KJV traduce esta cita: "las malas comunicaciones corrompen las buenas costumbres". Thais de Menandro había popularizado un principio llamado "comedia de modales", exponiendo las diversas debilidades y fracasos de la moral griega, cosas que Pablo llamaba "pecado".

Comedia de modales, ingeniosa forma cerebral de comedia dramática que retrata y a menudo satiriza las costumbres y afectaciones de una sociedad contemporánea. Una comedia de modales se refiere al uso social y la cuestión de si los personajes cumplen ciertos estándares sociales. A menudo el estándar social que gobierna es moralmente trivial pero exigente. La trama de una comedia de este tipo, generalmente relacionada con un asunto de amor ilícito o un asunto similarmente escandaloso, está subordinada a la frágil atmósfera del juego, al diálogo ingenioso y al comentario punzante sobre las debilidades humanas.

Pablo reconoce la verdad de su dicho que "las malas compañías corrompen el buen ethos", o ética, por lo que lo adopta como una verdad cristiana. En otras palabras, Pablo dice: "dejad de pecar; porque algunos no tienen conocimiento de Dios". Él implica que aquellos que continúan pecando carecen del conocimiento de Dios, es decir, de la naturaleza o carácter de Dios. Pablo también reconoció que algunos creyentes necesitaban elevar su nivel de conducta para conformarse con el modo de vida que Dios tenía para ellos. Al escribir esto, Pablo seguía el ejemplo de Menandro, pues el propósito de Menandro era también elevar el nivel de ética en la sociedad griega señalando sus deficiencias.

Pablo había sido bien educado en la filosofía y literatura griegas antes de ir a Jerusalén para estudiar bajo Gamaliel. Su trasfondo le hizo el misionero más eficaz para los griegos de todos los apóstoles y le permitió transmitir las Escrituras hebreas a las mentes griegas.


La lección de Pablo aquí es que debido a nuestra creencia en la resurrección de los muertos, tenemos la esperanza que nos permite "morir diariamente" sin temor a que la muerte pueda ser el fin de todas las cosas; por esta razón, no tenemos que cambiar nuestro testimonio para que se ajuste a los órganos de gobierno. No necesitamos negar a Cristo cuando exigen que nos sometamos a sus falsos dioses. Y esta actitud de morir diariamente se traslada a nuestra conducta cotidiana, pues al llegar al conocimiento de Dios, negamos la carne y sus deseos carnales, tratando al viejo hombre como si estuviera muerto.

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Dr. Stephen Jones

Primera Corintios 15 (12) - BAUTIZÁNDOSE POR LOS MUERTOS (2), Dr. Stephen Jones





28/09/2017



Pablo escribe en Romanos 6: 3,

3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús hemos sido bautizados en su muerte?

Muchos extrañan el punto de que somos bautizados en Cristo, no en la denominación de la iglesia. La denominación de la iglesia no murió por nuestros pecados, ni nos redimieron de la esclavitud del pecado. Por lo tanto, la denominación (o ministerio) no tiene derecho a reclamar a un creyente bautizado como su siervo. Los hombres son sólo mayordomos dando instrucciones y los empleados registrando la transferencia del título de propiedad. El creyente bautizado solía ser el esclavo del pecado (Romanos 7:14), pero ahora ha sido comprado (o redimido) por la sangre de Jesucristo. Pablo dice en 1 Corintios 7:23,

23 Fuisteis comprados por precio; no os convirtáis en esclavos de los hombres.

Cuando los hombres bautizan a otros en su propio ministerio o denominación, esperando incrementar su membresía de esclavos, el bautismo se vuelve pervertido. El que está siendo bautizado puede tener fe en Cristo, pero acaba siendo esclavo de los hombres. Este es el espíritu de denominacionalismo que ha caracterizado la era de la Iglesia desde la época de Pablo, quien hizo todo lo posible para combatir este espíritu. Pablo no quería que los creyentes fueran divididos entre Cefas, Apolos, Cristo o el mismo Pablo, como si el pueblo fuera esclavo de los hombres.

Así es también con el bautismo en favor de los muertos. Los mormones revivieron la práctica de bautizar a los muertos a principios de 1800, pero su propósito no era facilitar la compra de esclavos para Jesucristo, sino para sus propios reinos futuros. Tan importante es esto para ellos que gastan grandes cantidades de energía reuniendo tablas genealógicas para redimir a sus antepasados muertos.

Cuando encuentran uno, alguien está en poder de ese pariente muerto y es bautizado por él o ella en un templo mormón. Ellos creen que este bautismo sólo es válido si se hace en un templo mormón, porque esa persona muerta es confirmada como miembro de la religión mormona. La persona muerta se convierte específicamente en parte de la casa de la persona que se bautiza físicamente en su nombre. Así, bautizar a los muertos aumentarán su reino personal, dicen, cuando se conviertan en dioses creando sus propios mundos en los tiempos futuros.

El bautismo mismo es una doctrina bíblica, pero como todas las verdades, puede ser abusada en la práctica. La mayoría de las denominaciones de las iglesias lo usan para obtener sus propios siervos en el nombre de Jesús; sin embargo, limitan su alcance a los vivos. Los mormones, sin embargo, van más allá de esto reclamando también a los muertos, bautizándolos en la organización mormona y esclavizando a los hombres. Sus demandas son inválidas, por supuesto, porque así como Dios redimió a Israel de la esclavitud de los hombres en Egipto, así también Cristo nos redimió con Su sangre de la esclavitud de los hombres en el mundo.

El problema se resolvería si los hombres comprendieran y enseñaran la historia del rey Saúl, que es un tipo de la Iglesia durante la era pentecostal. Saúl fue coronado en el día de la cosecha del trigo (1 Samuel 12:17), que hoy se conoce como Pentecostés. Por lo tanto, Saúl era un tipo de la Iglesia en la era pentecostal. Saúl usurpó la autoridad y reclamó el reino para sí mismo, pensando que Dios le había dado la propiedad del reino. Pero él era un rey rebelde, a pesar de que es probable que siempre pensara que tenía el derecho dado por Dios para gobernar como él lo hizo.

Contrasta con David, que ocupó el trono como un rey mayordomo, sabiendo que el trono no era suyo, sino que sólo estaba autorizado a gobernar sometido a Dios y a hacer cumplir las Leyes de Dios. David era un hombre según el corazón de Dios (1 Samuel 13:14). David era una joya rara, porque la mayoría de los hombres no comprenden el principio de la propiedad de Dios y de la mayordomía del hombre. Es por esta razón que a los hombres les resulta difícil distinguir entre la Iglesia cuya pertenencia está en el Cielo (Hebreos 12:23) y sus propias organizaciones humanas hechas por el hombre, cuyos miembros están inscritos en la Tierra.


Aplicación práctica
El problema que enfrentamos es que Pablo menciona sólo una vez el bautismo en nombre de los muertos. Da algunas pistas, pero muy pocos detalles. Tampoco nos da instrucciones prácticas. Un solo testigo aporta los hechos de un caso, pero se requieren dos o tres testigos para confirmarlo. Tenemos un solo testigo aquí, así que en cierta medida nos quedamos en un estado de limbo.

Por esa razón, muchos han rechazado la declaración de Pablo, por varias razones. Pero uno no puede rechazar ni siquiera un solo testigo sin rechazar una parte de la Palabra Viva. Un comentarista afirma que Pablo estaba hablando de algún culto griego, en lugar de la práctica cristiana; pero este punto de vista es tensa, en vista del hecho que Pablo no condena la práctica de ninguna manera.

La declaración de Pablo en 1 Corintios 15:29 nos dice que si no hay resurrección, entonces el bautismo en favor de los muertos es inútil y sin sentido. El trata ese bautismo como si fuera normal. Recuerde que Pablo estaba respondiendo a la carta de Cloe, y es evidente que bautizar a los muertos no era polémico -o, al menos, la cuestión no fue planteada por su carta.

Debido a que sólo tenemos un testigo en cuanto a la validez del bautismo por los muertos, sólo podemos asumir, por el momento, que el bautismo por los muertos tiene validez. Si es así, ¿cómo debe practicarse hoy? ¿Debemos bautizar en representación de los muertos?

Primero, si lo hiciéramos, deberíamos bautizar a las personas en Cristo, en vez de en una denominación. Debemos tratar de aumentar el número de esclavos/siervos de Cristo, en lugar de aumentar el tamaño de los reinos de los hombres.

El bautismo por los muertos no puede depender de si los muertos son conscientes o no. Pero parece que es mejor pensar que los vivos no pueden imponer los beneficios del bautismo a un sujeto que no quiere. Según la Ley del Bautismo en Levítico 14:1-7, nadie debía ser bautizado a menos que fueran al sacerdote para ser inspeccionados. Si la persona había sido sanada de lepra, entonces el sacerdote lo bautizaba. Si la lepra permanecía, entonces el sacerdote no lo bautizaba.

En otras palabras, el bautismo es un testimonio terrenal de un acto celestial que se hizo antes del bautismo. En el Nuevo Testamento, la gente acudía al bautismo si tenía fe. Si el bautizador veía esa fe, daba testimonio bautizando a la persona. Somos justificados por la fe oyendo la Palabra de Dios; el bautismo es el testimonio terrenal del hombre de la justificación de Dios. El bautismo en sí mismo no justificaba a nadie, porque es posible que una persona pueda pretender tener fe e incluso convencer al bautista de su fe. En tal caso, su bautismo no sería válido, porque se hizo en falso testimonio.

El bautismo infantil, creo, no es un bautismo válido, aunque ciertamente tiene valor como una dedicación del hijo a Dios; pero un niño es demasiado joven para consentir en el bautismo. El bautismo infantil se ha utilizado como una herramienta de pertenencia a una iglesia, que supuestamente salva a una persona, pero ese es el problema del espíritu denominacional. El bautizador en tal caso pretende dedicar al niño a Dios, pero en la práctica, el niño se dedica a la organización de la iglesia y se convierte en esclavo de los hombres, que actúan como si fueran dueños del Reino.

Si los muertos no tienen existencia consciente en ningún nivel, entonces no pueden consentir en su bautismo. Dado que el bautismo es un testimonio de la propia fe, los muertos deben primero tener fe con el fin de que alguien se bautice por los muertos. El mayor obstáculo en tal caso es que el bautizador debe tener el discernimiento espiritual para saber si el muerto o muertos en cuestión tienen fe o no. En los días de Moisés, era relativamente fácil ver si una persona había sido sanada de lepra. Cuando los ministros bautizan a los vivos, es un poco más difícil, pero no imposible, discernir el corazón del candidato al bautismo y ver en él pruebas de fe. Pero discernir pruebas de fe en los muertos es mucho más difícil; por lo tanto, es evidente que no muchos estarían calificados para bautizar a los muertos.

Es probable, también, que si los muertos necesitan bautismo, alguien debe predicarles el evangelio para despertar fe en sus corazones; pero es ilegal comunicarse directamente con los muertos, como muchos en el ocultismo tienen la pretensión de hacer (Deuteronomio 18:10-12). En lugar de eso, debemos escuchar la voz del Profeta similar a Moisés, quien iba a ser resucitado en los postreros días (Deuteronomio 18:18,19). Ese Profeta es Jesucristo (Hechos 3:20,21,22,23).

Así vemos que el bautismo por los muertos primero requiere que los muertos sean conscientes en algún nivel y que ellos estén en necesidad del bautismo. Ahora vemos que para hacer esta obra, no puede hacerse sino como un acto ante la Corte Divina. No debe hacerse sino en la presencia de Dios y por Su consentimiento y autoridad. Allí se deberá dar al espíritu del muerto un simple mensaje del evangelio que invoque la fe, de modo que sea elegible para el bautismo. Si estos obstáculos pueden ser cumplidos, entonces el bautismo por los muertos puede ser hecho.

¿Qué pasa con la Comunión?
Pero esto también plantea otra pregunta. ¿Qué hay de la comunión? El bautismo y la comunión son dos traslados rituales de los días del Antiguo Pacto, aunque ambos fueron alterados hasta cierto punto para ajustarse al nuevo paradigma bajo el Nuevo Pacto. El espíritu de una persona muerta no puede hacer nada por su cuenta, sino que requiere un representante en la Tierra para hacer estas cosas en su nombre.

La comunión es otro asunto, y no podemos cubrir este tema completamente aquí; sin embargo, hemos enseñado en los últimos meses cómo la comunión se puede extender a la Tierra misma para liberar la Tierra de beber sangre inocente. La sangre inocente puede ser una de las razones para bautizar a los muertos. Si su sangre clama desde el suelo, como vemos con la sangre de Abel, entonces parece que al menos algunos de los muertos están buscando una solución a su problema. ¿Podemos nosotros, como miembros del cuerpo de Cristo, hacer algo en su nombre?

Bien, de hecho estamos redimiendo la Tierra de la sangre inocente por el principio establecido en Deuteronomio 21:9. En lugar de derramar la sangre de los sacrificios de animales, como lo hicieron bajo el Antiguo Pacto, derramamos la sangre de la Nueva Alianza, que es la sangre de Jesucristo. Esta es una característica principal de la comunión. ¿Si podemos tomar la comunión en representación de la Tierra y por la sangre inocente que se derrama sobre la Tierra, entonces este principio también podrá extenderse al bautismo por los muertos?


Hay muchas cosas para reflexionar, pero como dije antes, ya que Pablo menciona esto sólo una vez, no puedo presumir de enseñarlo como una doctrina establecida. De manera individual, cada persona debe orar por su propio testimonio, y si el Espíritu da testimonio de ello, cada uno debe hacer lo que el Espíritu le instruya. Mi esperanza es que esta discusión haya sido útil de alguna manera.

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Dr. Stephen Jones

Primera Corintios 15 (11) - BAUTIZÁNDOSE POR LOS MUERTOS (1), Dr. Stephen Jones




NOTA ADMINISTRADOR:
Nos parece que este tema pueda ser polémico. Rogamos no sacar conclusiones precipitadas antes de leer ambas partes, esta y la que le seguirá.

27/09/2017



Después de establecer la doctrina de la resurrección y de cómo Dios tiene la intención de salvar a todos los hombres al final, poniendo todas las cosas bajo Sus pies, Pablo hace una extraña declaración en 1 Corintios 15:29-32,

29 De otra manera, ¿qué harán los que son bautizados por los muertos? Si de ninguna manera los muertos resucitan, ¿por qué entonces son bautizados por ellos? 30 Y también, ¿por qué estamos también en peligro a toda hora? 31 Yo protesto, hermanos, por la satisfacción que siento por vosotros, la cual tengo en Cristo Jesús nuestro Señor, que muero diariamente. 32 Si por motivos humanos luché contra las fieras en Éfeso, ¿de qué me sirve? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, porque mañana moriremos.

He citado el versículo 29 en su contexto para obtener el propósito más completo de la declaración de Pablo acerca del bautismo por los muertos. Empecemos diciendo que el uso de Pablo de las palabras "de otra manera" relaciona este pasaje con el pasaje anterior acerca de que Dios es "todo en todos". Visto así, podríamos ver la Restauración de Todas las Cosas como la razón por la cual se bautizaba a la gente (hiper, "en nombre de") los muertos.

Independientemente de lo que hicieran, es claro primero que los muertos no se perdieron para siempre. Los Vencedores muertos serían levantados primero, el resto de los muertos más tarde. Pero aquellos que murieron en incredulidad tendrían que esperar el Jubileo Final antes de regresar a la herencia que se perdió cuando Adán pecó. Este es el orden de la salvación completa, y cuando toda la Creación de Dios haya sido reconciliada con Cristo, entonces y sólo entonces estará completo el Plan Divino para este universo.

En vista del hecho de que incluso los incrédulos muertos serían salvos al final, está claro que Pablo y otros creyentes estaban preocupados por ellos y creyeron que algo todavía podría hacerse en su favor. Los creyentes que vivían en la Tierra podrían ser bautizados en nombre de los incrédulos muertos. Por extensión, la gente también podría orar por los muertos, porque el bautismo puede ser pensado como una forma de oración, una petición de ciudadanía hecha ante la Corte Divina (Nota del traductor: Es la primera noticia que tenemos de que se pueda orar por los muertos. El argumento, de todos modos, es la única explicación plausible que hemos escuchado con relación a este oscuro pasaje de “bautizarse por los muertos”, que nosotros nunca entendimos cabalmente, y parece sugerirlo; claro está, suponiendo que orar por los muertos fuera correcto. Esto iría en contra de la lucha de Lutero contra las indulgencias, que basaban su extorsión en el amor de los vivos por sus familiares muertos. Tampoco entendemos en qué forma podríamos orar por los ya muertos, puesto que “está establecido que el hombre muera una vez y después de esto el juicio”. Por ejemplo, ¿cómo orar por familiares y demás incrédulos muertos? ¿qué es lo que le pediremos a Dios por los fallecidos? Creemos que si esto es así la oración deberá ser para librarlos del Lago de Fuego ante el Gran Trono Blanco. Lo que si hemos podido ver en Apocalipsis 6:10 es como los del otro lado si pueden orar por que se hagan las cosas en este lado. De momento nosotros no tenemos confirmación al respecto sobre poder orar por los muertos, por lo que pedimos al Señor que nos la conceda si este argumento de Jones es conforme a Su voluntad. De todos modos no se anticipen hasta ver la segunda parte, que vendrá mañana).


Bautismo
El bautismo es un acto legal en la Corte Divina, por el cual un mortal es registrado en los registros del Cielo como inmortal, habiendo pasado de muerte a vida. El bautismo por los muertos, como principio general, es lo que todos hacemos cuando somos bautizados. Técnicamente, cuando una persona es bautizada, teniendo fe en Cristo, la Corte Divina emite un certificado de defunción para el viejo hombre y un certificado de nacimiento a vida para el Hombre de la Nueva Creación.

Es el "papeleo" formal, que cambia el estatus legal (o espiritual) de uno, que garantiza un resultado futuro. Lo que se cambia en el Cielo establece el patrón que se cumplirá en la Tierra dentro de los límites del tiempo y el espacio. Cada persona que es bautizada se convierte en una diminuta parte del Plan General por el cual Dios se convierte en "todo en todos".

Así que cuando una persona es bautizada, hay un cumplimiento interno del principio de la resurrección que se cumplirá a nivel corporativo con dos resurrecciones y un Jubileo. Tal bautismo tiene el poder de borrar las distinciones genealógicas y de género, junto con todas las distinciones sociales y de clase, haciendo que todos sean iguales en Cristo a los ojos de la Ley. Es el gran unificador, y esta unidad no termina en la muerte. El compañerismo (comunión, "común unión") reemplaza a la muerte, porque Pablo dice en Romanos 8:35-39,

35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? … 38 Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni las cosas presentes, ni las cosas por venir, ni los poderes, 39 ni la altura, ni la profundidad, ni ninguna otra cosa creada podrán separarnos del amor de Dios, que es en Cristo Jesús nuestro Señor.

El amor de Dios en Cristo es mayor que la muerte; por lo tanto, la muerte no tiene poder para separarnos, ni de Cristo mismo ni de los demás como Su Cuerpo. Durante los años de historia, este Cuerpo de Cristo ha continuado creciendo, y en consecuencia la comunión ha aumentado. Sin embargo, el Cuerpo está muy incompleto sin la mayoría de la humanidad, que aún permanece en la oscuridad fuera de este compañerismo. El propósito de la resurrección y convocatoria al Gran Trono Blanco, es llevarlos también a la comunión, una vez que hayan inclinado la rodilla y confesado su lealtad a Jesucristo.

En vista de esta futura conversión, no hay razón por la cual nosotros, como creyentes, no debamos orar por ellos (Ver nota anterior). En Juan 17:9 Jesús oró solamente por los Vencedores, los que le eran devotos según las Leyes de la Devoción (Levítico 27), los que Él estaba levantando para gobernar en el siglo venidero. Sin embargo, al mismo tiempo reconoció su propia "autoridad sobre toda la humanidad" (Juan 17:2). Él ejercerá esa autoridad en el momento apropiado.


Intercesión sacerdotal
El lenguaje de Pablo en 1 Corintios 15:29 claramente va más allá del propio bautismo. Cuando somos bautizados en el sentido usual, es un bautismo de muertos, porque venimos como almas mortales que necesitan inmortalidad y un cambio de identidad. Pero cuando Pablo habla del bautismo POR los muertos -es decir, a favor de los muertos- habla en otro nivel. Una persona está siendo bautizada en nombre de otra persona.

Un sacerdote es un intercesor. Un sacerdote representa a Dios ante los hombres y a los hombres ante Dios. Los profetas también son intercesores, porque son un tipo especial de sacerdote. En mi libro Principios de Intercesión (http://josemariaarmesto.blogspot.com.es/2014/06/folleto-principios-de-la-intercesion-dr.html), establezco, por el propio ejemplo de Cristo, los pasos que un intercesor toma para lograr el objetivo de su intercesión:

Identificación: El intercesor se identifica (ponerse en su lugar) con los necesitados. Jesús vino a la Tierra y se hizo hombre a semejanza de carne humana.
Llevando Su Iniquidad: El intercesor es culpado por el problema (o pecado) de aquellos que realmente tienen la culpa. Así que Cristo fue culpado por el pecado del mundo, que fue profetizado por el sacerdote cada vez que ponía las manos sobre un animal para imputar el pecado del pueblo a ese animal.
Sufriendo la Penalidad: El intercesor es asesinado o sufre el castigo que la propia gente normalmente habría sufrido. Jesús mismo murió, pero nosotros, como intercesores, a menudo experimentamos la muerte de una manera interna, permitiéndonos morir a nosotros mismos de una manera más grande de lo que habíamos conocido previamente.
Resurrección: El intercesor se levanta entonces en victoria de cualquier forma de muerte que haya experimentado, así como Jesús mismo fue resucitado de entre los muertos.
Ascensión: El intercesor entonces asciende al Trono, una posición de la autoridad espiritual y desde esa posición, trae a muchos hijos a la gloria (Hebreos 2:10). Habiendo pagado el precio, sellándolo con su sangre (por así decirlo), y aprendiendo a amar a las mismas personas que lo mataron, se le da al intercesor la autoridad para garantizar el éxito de su trabajo.

El punto es que un intercesor hace la obra de intercesión en favor de los muertos vivientes, aquellos que aún están en sus pecados, ya sean creyentes o no creyentes. La intercesión no es una mera oración, porque cualquiera puede orar por los demás. La intercesión es una forma mucho más profunda de oración en la que el intercesor se convierte en un sacrificio vicario por los pecados de los demás. Jesús fue el único sacrificio perfecto, por supuesto, y por esta razón Él fue calificado para interceder en nombre del mundo entero. Pero a nosotros también se nos llama a veces como intercesores menores para compartir la carga. Al hacerlo, no sólo nos convertimos en parte de la solución al problema del mundo, sino que también estamos aprendiendo a amar, al tiempo que adquirimos una comprensión más profunda de lo que Cristo mismo experimentó.


Intercediendo por los muertos
Los muertos no están perdidos para siempre, dice Pablo. Todos serán recuperados, todos serán restaurados. No sólo el hombre necesita esta restauración, sino que Dios mismo debe recuperar todo lo que creó de Sí mismo. Todas las cosas fueron creadas "de Él", pasan "por Él", y finalmente regresan "para Él" (Romanos 11:36). Si algo no es restaurado, entonces Dios permanecería incompleto para siempre, y Dios nunca podría ser "todo en todos". Tal cosa no es posible.

Sin embargo, desde el siglo V la iglesia ha tratado de acabar con la creencia en la Restauración de Todas las Cosas -que era, con mucho, la visión más común antes de la gran controversia que surgió en el año 400 d.C. (véase mi folleto Una breve Historia de la Reconciliación universalhttp://josemariaarmesto.blogspot.com.es/2015/11/folleto-una-breve-historia-de-la.html). En su lugar llegó la doctrina del castigo sin fin, donde la palabra griega aionios, “perteneciente a una edad”, fue sustituida por la palabra latina aeternas, “eterna”. A medida que los hombres comenzaron a ver a los incrédulos muertos como perdidos eternamente, no había razón para orar por ellos más, o para ser bautizados en su favor.

A medida que la Iglesia se hizo más romana en la naturaleza, y más agustiniana en particular, surgió la necesidad de distinguir entre creyentes e incrédulos cuando oraban por los muertos. La idea del Purgatorio fue establecida para los creyentes no vencedores, en contraste con el "Infierno" como el lugar donde todos los incrédulos iban. De esta manera, la Iglesia fue capaz de continuar, en una escala limitada, sus oraciones por los muertos, mientras que perdió toda esperanza para la gran mayoría de la humanidad.

Pero el punto de Pablo en 1 Corintios 15:29 era mostrar que el bautismo por los muertos (y la oración también) era participar en la Restauración de Todas las Cosas para que Dios pudiera ser "todo en todos". El Plan de Dios no pide que se rescate sólo al dos por ciento de la Creación. La sangre de Cristo pagó el pecado del mundo entero (1 Juan 2:2). Él pagó por ello, y Él ciertamente reclamará todo lo que Él compró, no dejando nada al diablo. Él tiene el derecho de salvar todo lo que Él compró, Él tiene el poder de hacer cumplir Sus derechos, y Su amor le obliga a hacerlo.

Por lo tanto, cuando oramos de acuerdo a la voluntad de Dios para que Su Plan se cumpla, estamos orando por la Restauración de Todas las Cosas, entendamos esto o no. Esto significa que estamos orando por la gran mayoría de la humanidad que ha vivido y muerto sin Cristo. ¿Son esas oraciones inútiles? Por supuesto no. ¿Fue la sangre de Cristo un esfuerzo desperdiciado en gran parte?¿Era la eficacia de la sangre de Cristo aplicable solamente al dos por ciento de la humanidad? Por supuesto no.

¿El "libre albedrío" del hombre es un impedimento para la salvación de todos? Por supuesto que no. Si Dios puede anular el "libre albedrío" de los hombres llamándolos al Gran Trono Blanco en contra de su voluntad, y si puede condenarlos a vivir bajo la autoridad de los que gobernaban sobre ellos, ¿no podría también anular su "libre albedrío"? El hecho es que Dios es lo suficientemente soberano como para hacerles doblar las rodillas y confesar su lealtad a Cristo. Realmente, ¿quién haría algo diferente, una vez que vean la gloria de Dios y entiendan la verdad? ¡La voluntad de Dios es mayor que la voluntad del hombre, y Él tiene Sus caminos para hacernos querer doblar la rodilla!

Ya hemos visto que "el amor nunca falla" (1 Corintios 13:8), y sin embargo, a menudo no creemos que el amor de Cristo es más poderoso que la voluntad del hombre. A menudo atribuimos más poder a la voluntad del hombre que al amor de Cristo. Tampoco entendemos los derechos legales del Creador o incluso los derechos de un redentor, habiendo tenido tan poco entrenamiento en la Ley Bíblica.

La Ley de Dios define los derechos de Dios y de los hombres, y la Restauración de Todas las Cosas está enraizada en los derechos de Dios. El derecho de Dios a gobernar Su Creación es mayor que el privilegio temporal del hombre de rechazar Su gobierno. En la relación del hombre con Dios, el hombre sólo tiene privilegios, porque ningún hombre se creó a sí mismo. Los privilegios están siempre subordinados a los derechos, así como la autoridad siempre está subordinada al poder superior que la autorizó.


En la Parte 2, discutiremos los aspectos prácticos del bautismo de los muertos y cómo se practicó en la Iglesia Primitiva.

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Dr. Stephen Jones

PUERTA ABIERTA QUE HOMBRE NO PUEDE CERRAR, Kevin Barret



https://hearhisheart.wordpress.com/2017/09/27/the-door-that-no-man-can-shut-is-now-open-before-us/


Palabra del Señor:
Mis queridos elegido, escuchadme atentamente en este día. 
Vengo a vosotros con los brazos abiertos de amor y con emoción de corazón. No os desaniméis con los desastres y el caos que se propagan a través de vuestra tierra. Escuchadme cuando os digo que os tengo bajo Mis brazos de protección. ¿No he advertido que estas cosas venían? ¿No he predicho estas cosas en las Escrituras y he enviado a Mis profetas para advertirles de nuevo estas cosas? Así pues, no debéis ser perturbados en espíritu o en mente con respecto a las sacudidas y los juicios que están por venir.
Sin embargo, hoy no vengo a hablaros de estas cosas. No, vengo hoy a hablar de algo de mayor importancia. Mis elegidos, he preparado una puerta abierta para muchos de ustedes. Y pronto caminarán por esta puerta abierta que ningún hombre puede cerrar. Y cuando hagáis esto, todo lo que sabéis de repente será diferente; porque aprenderéis a ver y andar por Mi Espíritu en todo lo que habéis dicho y hecho. Y vosotros discerniréis la diferencia entre la carne y el Espíritu. Y me buscaréis con la mayor intensidad que jamás hayáis conocido. Y en esto, me reuniré con vosotros y comenzaremos un viaje que os llevará a vuestro destino en Mí y andaréis conmigo hasta el final de vuestros días en el reino de la Tierra y por la eternidad. Y en esto, seréis como yo en espíritu y en verdad. Y haré grandes hazañas a través de ti. Y muchos de vosotros se convertirán en parte de Mi Gran Ejército en estos Últimos Días.
Sin embargo, no todos vosotros seréis parte de Mi Gran Ejército, porque tengo planes diferentes para que algunos de vosotros sean mártires en estos Últimos Días. Pero no os preocupéis, porque os cubriré con Mi protección, y aunque vuestro cuerpo natural pruebe la muerte, no seréis dañados ni aún inquietados en espíritu. En unos segundos antes de que os encontréis con vuestra muerte, rápidamente tomaré vuestros espíritus de vuestros cuerpos para que estén Conmigo. Por lo tanto, animaos en esto, Mis amados; porque aun siendo uno de Mis mártires en estos últimos días, vuestra recompensa será grande.
Ahora, escuchadme cuando os diga a todos que comencéis a buscarme para esta puerta abierta; porque os digo que sucederá muy rápido. No duden, pero creen y esperen que Yo los lleve a través de esta gran puerta espiritual. Porque os declaro que habéis entrado en los días más grandes de la Tierra, ya que pronto seréis testigos de que mis grandes días pasados ​​se mueven por toda la Tierra. Sin embargo, no penséis que estos últimos días serán fáciles. Porque como yo os he dicho en mi Palabra, el camino a la vida en Mí es estrecho y angosto; sin embargo, grande es la recompensa.
Así que entonces animaos. No os enojéis, ni os fatiguéis, con respecto a las grandes sacudidas y juicios que están por venir. Porque os digo que crecerán con intensidad y frecuencia. Pero protegeré a los que son Míos. Y sabed esto también, que no todos los que se llaman a sí mismos por mi nombre son míos. Por lo tanto, muchos serán barridos con los impíos. Digo esto para que no miréis a otros creyentes que perderán sus vidas en estos últimos días y penséis que no puedo protegeros, porque mi brazo no es demasiado corto para que yo sea incapaz de proteger a los Míos. Además, no todos los que perderán sus vidas en estos últimos días son de los impíos. Es triste decirlo, pero muchos de los Míos están fuera de Mi voluntad, y por lo tanto, no bajo Mi completa protección del enemigoAsí pues, buscadme en todas las cosas, y sobre todo, procurad ser uno conmigo en espíritu y en verdad.
Os amo, mis queridos, y sólo deseo lo mejor para vosotros. Es por eso que os doy muchas advertencias. No deseo que ninguno perezca. Sin embargo, las Escrituras declaran la verdad de que Mi pueblo es destruido por su falta de conocimientoAsí pues, buscadme, y buscadme a menudo. De seguro pondré sobre vuestros corazones lo que necesitáis hacer para vuestra protección y provisión en estos Últimos días. A algunos les diré que se vayan de donde están antes de que ocurra un desastre. Así que, permaneced cerca de Mi Espíritu en todo momento para que sepáis qué hacer y cuándo hacerloEsto es para vuestra propia protección.
Estoy emocionado por vosotros en estos últimos días. Es hora de que Mi Novia se prepare para Mi venida; pero primero, debo despertarla, porque ella ha estado durmiendo durante muchos años y todavía está soñolienta y sin discernimiento de muchas cosasPero sé cómo despertar a Mi novia, y así lo haré. Estad vigilantes, pueblo Mío, porque Yo hago algo nuevo en la Tierra en estos últimos días. Así como cuando Juan el Bautista estaba predicando y bautizando en el desierto bajo mi unción de Elías, así una Compañía pronto se levantará en la Tierra con la misma unción de Elías y llevá a Mi Esposa a preparar el camino para Mi venida.
Oh, qué días emocionantes vivís. Por lo tanto, dejad a un lado todo pecado y peso que tan fácilmente os acosa y poned vuestro rostro como pedernal para seguir fuertemente tras de Mí. Porque ciertamente veré vuestros esfuerzos y os recompensaré en gran medida conforme a vuestras obras. Por lo tanto, os digo, buscad, pedid, llamad, y la puerta se abrirá para vosotros. Os amo a todos muy profundamente y espero con ansias reunirme con cada uno de vosotros. Por lo tanto, no tomad esta invitación a la ligera. Buscadme ahora mientras puedo ser hallado. Seguramente valdrá la pena ...
“Conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque tienes un poco de potencia, y has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre”. 
Apocalipsis 3: 8 (AKJV)