SOMOS PRIMOGÉNITOS DE ASNO (ISMAELITAS ESPIRITUALES) EN NECESIDAD DE REDENCIÓN, Dr. Stephen E. Jones


Israel era un ismaelita espiritual

Ya hemos visto el paralelismo entre Abram-Agar y Dios-Egipto. Este paralelo también identifica a Ismael con Israel. Ismael era el hijo de Abraham y Agar, Israel era el hijo de Dios y de Egipto. ¿Qué nos enseña esto? En Génesis 16:12, Dios le dijo a Agar que su hijo sería un hombre asno-salvaje.
12 Y él será hombre fiero [Hebreo, pereh adam, "hombre asno-salvaje"]; su mano será contra todos, y la mano de todos contra él, y él habitará en presencia de todos sus hermanos.
La palabra hebrea pereh utilizada en el versículo anterior siempre se traduce "hombre asno-salvaje" en la versión King James, sólo no es así en este versículo en particular. Es lamentable que los traductores no se den cuenta de la importancia del símbolo del asno en la Biblia, por lo que prescinden de él. Pero una vez que vemos que Ismael se identifica como un asno-salvaje, podemos ver el significado espiritual en esta historia. Jeremías 2:24. Asimismo identifica a Jerusalén como un "asno-salvaje"
24 Un asna salvaje [pereh] acostumbrada al desierto, que en su ardor olfatea el viento [tiempo de "calor"] ¿quien la detendrá? Todos los que la buscaren no tendrán que fatigarse; poque en el tiempo de su celo la encontrarán.
Es evidente que ni Ismael ni Jerusalén eran asnos salvajes literales. Las Escrituras están hablando en sentido figurado. Ambos eran asnos salvajes espirituales, que preferían la vida silvestre a una vida de servidumbre en la casa de Dios. Amaban su libertad sexual. En otras palabras, Jerusalén, que se suponía debía estar casada con Dios, se negó a permanecer fiel a Él en ese vínculo matrimonial, siguiendo continuamente en pos de dioses extranjeros. Esta es la condición del asno salvaje espiritual.
Por lo tanto, vemos la conexión espiritual entre Ismael e Israel. Cuando Egipto dio a luz a Israel, dio a luz a un asno salvaje espiritual. Israel se rebeló contra Dios continuamente desde el principio, y violó su contrato de matrimonio que había prometido en el Sinaí ( Éx. 19:8 ). Entonces la pregunta es, ¿cómo puede Israel convertirse en aceptable a Dios? ¿Cómo puede Israel traer la justicia del Reino como hijo primogénito de Dios? La respuesta se encuentra en la Ley de los Primogénitos, en Éxodo 13.

La Ley de los primogénitos

Ya hemos visto que Egipto estaba dando a luz al hijo primogénito de Dios. Pero Israel estaba lejos de ser perfecto en este punto. Ellos todavía eran medio egipcios. Tenían un Padre celestial, pero tenían una madre terrenal. Ellos eran ismaelitas espirituales. En el simbolismo de la Biblia, eran "asnos salvajes". Y así, Dios tuvo que hacer algo al respecto antes de que pudiera aceptarlos como auténticos hijos. Él instituyó la fiesta de la Pascua para rectificar el problema. En la explicación de Dios para la Fiesta de la Pascua (Éxodo 13), leemos en los versículos 8-13,
8 Y contarás a tu hijo en ese día diciendo: Se hace esto por lo que el Señor hizo conmigo cuando me sacó de Egipto ... 11 Y será que, cuando Jehová te hubiere metido en la tierra de los cananeos ... 12 Que pondrás aparte al Señor todo lo que abriere matriz, y asimismo todo primer nacido de tus animales; los machos serán de Jehová.13 Y todo primerizo de un asno has de redimir con un cordero; y si tú no quieres redimirlo, quebrarás su cuello, y todo primogénito de hombre de entre tus hijos has de redimir.
Los asnos no eran animales "limpios". Ellos estaban sucios y no aptos para ser de los primogénitos varones que debían darse a Dios. Y así que Dios ordenó que los corderos se dieran como sustitutos de los asnos. Luego, en la misma oración, Dios informa a Israel que todos sus hijos primogénitos tenían que ser redimidos por un cordero. Sin ese cordero pascual, todos los primogénitos de Israel habrían muerto junto a los primogénitos de Egipto ( Éx. 12:13 ). En otras palabras, los israelitas eran todos asnos espirituales en necesidad de redención. Ellos eran ismaelitas espirituales, hombres asnos-salvajes. Y así, todos tenían que celebrar la fiesta de la Pascua, en la que ofrecieron a Dios un cordero sin mancha como su sustituto. El cordero de la Pascua los calificó para ser llamados hijos de Dios.
En un contexto del Nuevo Testamento, observamos la Pascua a través de la sangre de Jesús, que es nuestro Cordero inmaculado. En nuestros cuerpos carnales, todos somos asnos salvajes, tenemos un padre celestial y una "madre" egipcia y por eso en Romanos 7:24, 25 Pablo clamó,
24 ¡Miserable hombre de mí...! 25 Con la [espiritual] mente yo mismo sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.

Nuestra tendencia al pecado (la mente carnal) no es debida a genes de nuestro Padre celestial, sino de nuestra madre carnal. Somos una mezcla de semillas de los cielos y la tierra. Somos por lo tanto inaceptables para Dios en nuestra condición actual. Pero gracias a Dios, se hacen ofrendas para limpiarnos sobre su altar por la Ley de sustitución. Jesús vino como nuestro Cordero Pascual para redimir a los asnos salvajes primogénitos. Esto nos ha dado una justicia posicional con Dios, porque él ya no nos mira como asnos, sino como las ovejas de Su prado. Somos imputados justos, Dios llama a lo que no es como si fuera ( Romanos 4:17 ).
(Extracto del libro "Secretos del Tiempo", cap. 5: 

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