ESTUDIO VIDA DE ÉXODO
MENSAJE CIENTO
OCHENTA Y CUATRO
ERIGEN EL TABERNÁCULO
(1)
Lectura bíblica:
Ex. 40:1-38
Ver estudio completo aquí: http://www.librosdelministerio.org/books.cfm?id=0A29C0CE
...
DOS COMIENZOS
En Éxodo 40:2 dice: “En el
primer día del mes primero harás levantar el tabernáculo, el tabernáculo de
reunión.” Dios le ordenó a Moisés que levantara el tabernáculo el primer
día del primer mes del segundo año. Este es un hecho muy significativo. Sabemos
que el primer mes del primer año era la época de la Pascua. Por lo tanto, transcurrió un año desde la Pascua hasta la erección del tabernáculo.
En Éxodo 12:14, vemos que
el pueblo de Dios tuvo dos comienzos.
El primer comienzo fue la Pascua,
destinada a la salvación de los
hijos de Israel. El segundo comienzo fue
la morada de Dios. Estos dos comienzos son tipologías o signos muy claros. El primer comienzo consiste en ser
salvo, en experimentar la Pascua, en que el juicio de Dios pase sobre nosotros.
Todo cristiano auténtico ha experimentado este comienzo. ¿Pero qué hay del
segundo comienzo, el comienzo relacionado con la edificación de la morada de
Dios? Queda patente que muy pocos cristianos están conscientes de la necesidad
de tener este segundo comienzo.
Cuando yo era joven, leí algunos libros acerca de la supuesta segunda bendición. Los
cristianos pentecostales declaran que uno debe experimentar el bautismo del Espíritu Santo para conseguir esta
segunda bendición. Ellos alientan a los creyentes a buscar esta segunda
bendición. Estos (¿otros?) cristianos hacen hincapié en la vida interior y afirman que la
segunda bendición es algo interno. Algunos de sus argumentos son: “Usted debe experimentar la cruz de Cristo. Si la
experimenta, entonces se sentirá lleno de vida. Esta vida que lo llena en su
interior es la segunda bendición.” ¿Pero alguna vez escuchó hablar de una segunda bendición, de un segundo
Abib, en el segundo año? El primer mes del calendario santo es llamado el mes
de Abib, que significa espigas tiernas, y representa un comienzo nuevo y fresco
en vida.
Todos necesitamos dos comienzos, uno representado
por la Pascua en Éxodo 12, y el otro, por la erección del tabernáculo en Éxodo
40. Este asunto es muy
significativo. El segundo comienzo no está relacionado con el hecho de hablar
en lenguas, ni tampoco con el hecho de estar lleno interiormente para llevar
una vida interior. Tampoco se trata de la segunda bendición mencionada por
algunos cristianos. Estos creen que recibimos la segunda bendición al recibir
la santidad. A partir del libro de Éxodo, vemos que el segundo comienzo está relacionado con la edificación de la morada de
Dios. Cuando experimentamos la edificación de la morada de Dios de una manera práctica en nuestra vida
cristiana, entonces tenemos el segundo comienzo. ¿Cual es la morada de Dios hoy
en día? La morada de Dios es la iglesia,
llamada la casa del Dios viviente (1 Ti 3:15). La edificación de esta casa es
el segundo comienzo, la auténtica segunda bendición, el comienzo que se produce en el primer día del primer mes del segundo
año. ¡Me alegra tener la certeza de haber experimentado el segundo
comienzo! Muchos hermanos que se reúnen con nosotros también tienen esta
certeza. ¡Es toda una bendición! Este segundo comienzo con la edificación de la morada de Dios es muy
superior al hecho de hablar en lenguas,
de estar lleno interiormente, y de la santidad. No se puede comparar
ninguna de estas cosas con la edificación de la morada de Dios, su iglesia.
Al oír eso, algunas personas dirán: “Witness Lee siempre está
hablando de la iglesia. Adondequiera que va, él enfatiza a la iglesia, porque
ésta es su carga.” En realidad no estoy promoviendo mi “carga;” más bien estoy
promoviendo la carga de Dios. ¿Qué vemos al final de Éxodo?
Vemos la morada de Dios. Vemos el tabernáculo que Dios ocupa y posee de una
manera gloriosa para ser Su expresión. Vemos lo mismo al final de la
Biblia. En los últimos capítulos del libro de Apocalipsis, vemos un
tabernáculo, la Nueva Jerusalén, ocupada y poseída por Dios, de una manera
gloriosa para Su expresión. En Éxodo 40:34 vemos que “la
gloria de Jehová lleno el tabernáculo,” y en Apocalipsis veintiuno vemos que la
Nueva Jerusalén posee la gloria de Dios (Ap. 21:10-11). Tanto al final de Éxodo como al
final de Apocalipsis vemos la gloria de Dios llenando el tabernáculo, Su
morada.
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