CANAÁN Y BABILONIA - Parte 1, Dr. Stephen Jones (GKM)

 


Fecha de publicación: 27/11/2023
Tiempo estimado de lectura: 6 - 8 minutos
Autor: Dr. Stephen E. Jones

https://godskingdom.org/blog/2023/11/canaan-and-babylon/


La semana pasada discutimos la disputa sobre quién tiene el derecho legítimo a la tierra de Palestina. Desde un punto de vista bíblico, el heredero de Abraham fue Isaac, el hermano de Ismael. Si en algún momento Isaac no pudiera retener la tierra, ésta volvería a manos de Ismael, que era el segundo en la línea y Esaú-Edom era el tercero.

Sin embargo, incluso antes de Abraham, ya existían los cananeos en la tierra. ¿Qué hay de ellos? ¿Tenían un derecho legal sobre la tierra?

La historia de Génesis 9: 20-27 cuenta cómo Noé se emborrachó y “Cam, el padre de Canaán, vio la desnudez de su padre”. La mayoría de la gente supone que Noé se quitó la ropa y se fue a la cama a dormir. Sin embargo, el libro de Jaser nos dice que Cam y Canaán en realidad desnudaron a Noé y le robaron su manto.

Jaser explica además que la vestimenta de Noé era la túnica de pieles que Dios le había dado a Adán después de que pecó (Génesis 3: 21). Esta prenda había sido transmitida a los herederos como símbolo de autoridad para gobernar la Tierra. Noé recibió la vestimenta de Adán, pero luego Cam la robó y la entregó a Canaán. Obviamente, Canaán no podía usarla abiertamente, porque esto lo habría expuesto como el ladrón. Pero Canaán se la dio más tarde a su hijo Cus, quien se la pasó a su hijo Nimrod.

Cuando Nimrod se puso la túnica a la edad de 40 años, recibió poder para gobernar el mundo y así estableció el reino de Babilonia. Está claro que Nimrod había usurpado la autoridad sobre la Tierra y la utilizó para esclavizar a los hombres. Noé era el verdadero rey de la tierra, y le transmitió esta primogenitura a Sem, quien fue el constructor de Jerusalén y quien gobernó bajo el título de Melquisedec, “Rey de Justicia”.

Jaser lo llama Adonisedec, “Señor de Justicia”. Sem sobrevivió a Abraham, por lo que, aunque Abraham era el heredero designado, la primogenitura en realidad lo pasó por alto y fue directamente a Isaac. Quien sucedió a Sem como rey de Jerusalén adoptó el mismo título, aunque no era el heredero legítimo de la primogenitura. Años más tarde, cuando Josué condujo a los israelitas a Canaán, vemos cómo “Adonisedec, rey de Jerusalén” (Josué 10: 1) luchó contra Josué.

Fue en los días de Isaac que sus hijos gemelos, Jacob y Esaú, tuvieron una disputa por la primogenitura. Ahí es donde comenzamos nuestro estudio anterior, pero el problema tuvo sus raíces mucho antes en la historia de Cam y Canaán. Canaán fue señalado como el destinatario de la maldición de Noé (Génesis 9: 25), como si Noé discerniera que le habían dado el manto de autoridad.

En mi libro, Secretos del Tiempo, mostré cómo la maldición de Noé sobre Canaán lo puso a él y a sus descendientes en Tiempo Maldito (414 años). El Tiempo Maldito en sí es un período de gracia. En este caso, le dio tiempo a Canaán para cumplir con las obligaciones y responsabilidades inherentes a la autoridad para gobernar la Tierra. Esto, sin embargo, fue modificado porque Nimrod se mudó al este y se convirtió en babilónico. Por lo tanto, Nimrod se convirtió en el rey principal de la Tierra, mientras que la autoridad de Canaán se limitó a la tierra de Canaán (o Palestina).

Tanto Nimrod como Canaán fueron usurpadores por derecho propio, porque se negaron a reconocer la autoridad de los verdaderos herederos de la primogenitura: Isaac y Jacob-Israel.

La maldición sobre Canaán se basó en el hecho de que quería la autoridad sin cumplir con los requisitos divinos de esa autoridad. La autoridad y la responsabilidad siempre van a partes iguales. La responsabilidad del poseedor de la primogenitura era traer justicia a la Tierra y liberar al pueblo mediante la Ley del Jubileo. Pero todos los usurpadores lo hacen para esclavizar a los hombres, no para liberarlos.

Por lo tanto, la autoridad que Canaán usurpó se convirtió en una maldición para él. El Tiempo Maldito viene en ciclos de 414 años. Después de 414 años, Abimelec, el rey de los filisteos (que representaba a Canaán) hizo un pacto de paz con Isaac (Génesis 26: 26-31). La Biblia no fecha este evento, pero el libro de Jaser sí lo fecha. Por esto sabemos que este pacto de paz tuvo lugar precisamente 414 años después de que Noé maldijo a Canaán. Esto dio a los cananeos otro ciclo de 414 años para cumplir con los términos de la autoridad divina. Terminó el año en que Josué cruzó el Jordán y comenzó a traer juicio sobre los reyes de Canaán.

Hay muchas lecciones que aprender aquí. 

En primer lugar, no hay evidencia de que el autor de Jaser supiera algo sobre el Tiempo Maldito. Por eso es notable que el libro feche el pacto de paz, dando a Canaán otro ciclo del Tiempo Maldito.

En segundo lugar, los filisteos en realidad no eran cananeos en absoluto y, sin embargo, pudieron representar a Canaán al hacer este pacto de paz. Los filisteos eran inmigrantes de Chipre y, por lo tanto, descendían de Jafet, no de Cam. Pero como vivían en la tierra de Canaán, eran cananeos desde un punto de vista legal.

El principio detrás de esto tiene sus raíces en las Leyes Agrarias bíblicas. Esto abre un área completamente nueva de comprensión que es demasiado extensa para cubrirla aquí. Tendremos que estudiar esto más adelante. Basta decir que los pecados del pueblo se atribuyen a la Tierra misma. Por eso el arrepentimiento del pueblo sanará la tierra (2º Crónicas 7: 14). Además, cuando hay un asesinato sin resolver, la Tierra misma se contamina y debe ser limpiada con sangre (Deuteronomio 21: 1-9). Bajo el Nuevo Pacto, apelamos a la sangre de Jesucristo.

Cuando Canaán usurpó el manto de la autoridad, teniendo deseo de poder, no es probable que entendiera que esta autoridad se convertiría en una maldición para él. Sólo el heredero designado de la promesa podría cumplir con la responsabilidad de la primogenitura, e incluso entonces, sólo a través del Nuevo Pacto. De hecho, Jesús es el único capaz de cumplir con esta responsabilidad, y por la fe su Cuerpo gobierna la Tierra bajo Él.

La maldición de Noé aseguró que a Canaán se le dieran 2 x 414 años para cumplir con la responsabilidad de llevar la tierra de Canaán a la justicia. Por supuesto, fracasaron, pero los israelitas, aun así, tuvieron que esperar hasta que terminara el tiempo asignado a Canaán. En otras palabras, se deben respetar los decretos de Dios y los verdaderos herederos no deben impacientarse.

La Tierra Prometida (Canaán) era un tipo y una sombra de la verdadera Tierra Prometida que Abraham buscaba como extranjero y peregrino en la Tierra. Note también que Dios le dio a Abram la tierra de Canaán; pero le dio a Abraham una patria celestial. Ismael nació de Abram (Génesis 16: 15); Isaac nació de Abraham (Génesis 21: 2-3). La diferencia es la letra hebrea hey, que es el soplo de Dios: el Espíritu Santo. Abraham no podía engendrar a Isaac hasta que su nombre hubiera sido cambiado, indicando un cambio de corazón/naturaleza. Por lo tanto, había dos promesas, la menor dada a los hijos de la carne y la mayor dada a los nacidos del Espíritu.

Cuando Josué condujo a Israel a través del Jordán hacia Canaán, había llegado el momento de que Canaán fuera juzgada por no utilizar la autoridad divina para traer justicia a la Tierra. Los israelitas parecían ser los verdaderos herederos de la promesa, pero al final ellos también fracasaron. Luego Dios los expulsó de la tierra, a fin de preparar el camino para un mejor pacto que tendría éxito. Este es el tema del Nuevo Testamento y del libro de Hebreos en particular.

Canaán mismo fue también un tipo profético de las naciones en su conjunto en nuestro tiempo. Aquí es donde vemos la conexión entre Canaán y Nimrod el babilónico. El propio Nimrod descendía de Cam, Canaán y Cus. Babilonia estaba en Mesopotamia, la tierra entre dos ríos, cuyos habitantes eran de Sem o de Jafet.

La conquista de Canaán por parte de Josué fue realizada por el poder de la espada, esa arma del Antiguo Pacto que solo trae muerte y destrucción. El mayor Josué/Yahshua conquista el mundo a través del poder de una espada espiritual, que es la Palabra de Dios. Esta espada trae vida, no muerte, porque es mucho más cortante que cualquier espada de dos filos (Hebreos 4: 12). 

Por lo tanto, las lecciones de Josué deben modificarse bajo Jesús/Yahshua. No esperamos ver el mundo destruido, como muchos han pensado. Esperamos ver a Babilonia caer intacta y quedar bajo una administración nueva y mejorada bajo los hijos de Abraham, cuyo objetivo es ser una bendición para todas las naciones.


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