¡El Espíritu Santo me abrió algunas Escrituras recientemente, brindándome una nueva revelación que creo que puede cambiar nuestro enfoque y traer el Reino de Dios a nuestras situaciones!
“Porque nuestra leve tribulación, que es momentánea, produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; mientras nosotros no miramos las cosas que se ven, sino las que no se ven: porque las cosas que se ven son temporales; pero las cosas que no se ven son eternas.” (2ª Corintios 4: 17-18)
Hizo hincapié para mí en la palabra "mientras". Mientras mantengamos nuestros ojos en el reino eterno, reconociendo que Dios está haciendo algo en nuestra aflicción, esta aflicción estará obrando para nosotros un sobreabundante y eterno peso de gloria. Si no mantenemos nuestros ojos enfocados en lo eterno, en la verdad de que Dios está obrando algo en ello, simplemente seremos miserables y prolongaremos el proceso; no estará obrando en nosotros un peso de gloria.
Tenemos que pasar a través del velo de la carne hacia lo invisible, buscando una ciudad con cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios (Heb. 11: 10). ¡Él está construyendo algo en ti! Jesús nos ha dado su gloria (Juan 17: 22), pero nuestra carne y alma están clamando a gritos por tener el primer lugar en nuestro enfoque, cómo nos sentimos y nuestro punto de vista personal basado en experiencias pasadas. Tenemos que elegir en qué nos enfocamos. ¿Está nuestra fe en la aflicción, o en lo que Dios está haciendo para conformarnos a la imagen de Cristo (Romanos 8: 29; 12: 2; Filipenses 3: 10; 1ª Pedro 1: 14-16)?
El lugar angosto
En griego, la palabra “aflicción” (thlipsis) significa “presionar”, “presión”, “angustia”, “problema” y “estrechez”. Su palabra raíz (thlibo) significa “aglomeración” y “restringido a un lugar 'estrecho'” (Concordancia de Strong). ¡Esta aflicción tiene la intención de desplazar las mentalidades carnales y anímicas, empujándolas a la superficie para que puedas verlas y elegir el Espíritu de Dios y la mente de Cristo, para que la gloria de Dios se manifieste!
Somos llamados a la gloria eterna, y este proceso nos está perfeccionando para ello (1ª Pedro 5: 10). ¡Hay una gloria en nosotros que necesita salir! Pablo lo dijo bien: “Porque considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que se revelará en nosotros” (Rom. 8: 18).
¡Gracia y paz multiplicadas para vosotros!
Hay una gracia y una paz disponibles para nosotros en este proceso; de hecho, se puede multiplicar. ¿Cómo? ¡Por el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesucristo!
"Gracia y paz os sean multiplicadas en el conocimiento de Dios, y de Jesús, nuestro Señor, según nos ha dado su divino poder todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y virtud". (2ª Pedro 1: 2-3)
¡Cada vez que tienes más conocimiento de ÉL, obtienes gracia y paz multiplicadas para ti! “Conocer a alguien” se usa a menudo para describir la intimidad en la Biblia. En la intimidad, te vuelves más consciente de su presencia y de su amor inagotable, y se te multiplican más gracia y paz. Jesús es el Príncipe de la Paz (Is. 9: 6). “Príncipe”, en griego, significa “gobernador”, “gobernante” y “capitán”. Deje que Jesús y su paz gobiernen su vida, en lugar de sus pensamientos y emociones.
“Por nada estéis afanosos; antes bien, en toda oración y ruego, con acción de gracias, sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, mantendrá (guardará) vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. (Filipenses 4: 6-7)
En la Concordancia de Strong, la palabra “mantener, guardar” (phroureo) significa “ser un vigilante por adelantado, es decir, montar guardia como centinela”. El léxico griego de Thayer afirma que significa "guardar, proteger con guardia militar, ya sea para evitar una invasión hostil o para evitar que los habitantes de una ciudad sitiada huyan". ¡La paz de Dios será como una guardia militar sobre nuestros corazones y mentes!
Dejar y no dejar
Hay dos versículos clave que el Espíritu Santo me resaltó mientras estudiaba estas cosas; toma nota del “dejar” y “no dejar”:
“Y que la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la cual también sois llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos”. (Col. 3: 15)
(Foto vía Pixabay)
“La paz os dejo, mi paz os doy: yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” (Juan 14:27)
Aquí es donde tenemos que ejercer nuestra voluntad: dejar que la paz de Dios gobierne y que nuestro corazón no se turbe ni tenga miedo. Atraviesa el velo de la carne hacia la verdad de que el Espíritu Santo de Dios está en ti, ¡y deja que Él gobierne! ¡Él está listo y dispuesto a ayudarte, a iluminarte con la verdad y a recordarte que Cristo mismo está intercediendo por ti (Hebreos 7: 25)!
Elevarse sobre
¡Llevad cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo (2 Corintios 10: 5)!
La palabra “obediencia” en griego (hupakoe) significa “escucha atenta”. ¡Lleva cautivo todo pensamiento incrédulo a lo que Él está diciendo! Elévense en sus pensamientos a la verdad de que están sentados con Él en los lugares celestiales (Ef. 2: 6; Col. 3: 1). A través de su Sangre estamos sentados con Él posicionalmente, pero también estamos todavía en nuestros cuerpos aquí físicamente. Somos vasos llenos del Espíritu Santo para traer el Reino de Dios a la Tierra.
Comience a crear nuevos patrones. Elévese y reciba la visión, la sabiduría, la fuerza y el gozo de Aquel que ha creado todas las cosas y ordenado las obras en las que debe andar (Efesios 2: 10). Fije su mente en la verdad de que Dios está obrando ahora mismo en usted (Filipenses 2: 13), que la aflicción está obrando en usted un sobremanera y eterno peso de gloria mientras no mira las cosas que ve, sino el reino invisible donde Él está.
Hay una provisión abundante del Espíritu disponible para que usted reciba estas verdades. Deje que repercutan en todo su ser hasta que se vuelvan parte de usted y transformen su vida. Deje que su carne y su alma sean presionadas hasta que pierdan el control y pueda caminar libremente en el Espíritu, siendo portador de su gloria, y derramando su gracia y paz a todos aquellos con los que entre en contacto. ¡A través de usted, que su Reino venga a la Tierra como lo es en el Cielo!
Alane Haynes se salvó radicalmente en 1981, cuando el Señor Jesucristo se le apareció. Inmediatamente recibió salvación, liberación y una sanidad sobrenatural de su cuerpo y mente. Alane, maestra y oradora apostólica y profética, es autora de cuatro libros. El primero, "Moisés - Conmocionado en el desierto", nació de un sueño profético y muchas noches del Espíritu Santo despertándola y diciéndola "Escribe lo que te digo". Hace podcasts a través de Charisma Podcast Network; “Stirring of the Waters” es su show. Alane y su esposo Kerry son cofundadores de “Eternal Truth Now Ministry” y son locutores de Holy Spirit Broadcasting Network (hsbn.tv). Les apasiona el poder de la Palabra de Dios y desean ver a las personas cumplir con los destinos que Dios les ha dado y traer su Reino a la Tierra. Cuando no están ministrando.
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