La Biblia a menudo habla de ángeles sin definirlos realmente. Por esta razón, muchas personas han expuesto sus creencias y teorías en un intento por llenar los vacíos en las Escrituras. Puede ser difícil discernir qué creencias son correctas y cuáles no. Nadie tiene todas las respuestas, por supuesto, porque “en parte conocemos y en parte profetizamos” (1ª Corintios 13: 9). Sin embargo, muchos han tenido encuentros angelicales de un tipo u otro, cada uno de los cuales ha contribuido a nuestra comprensión de la naturaleza de los ángeles.
Hechos 23: 7-8 nos dice que los mismos saduceos y fariseos estaban divididos sobre este tema:
7 Mientras él [Pablo] decía esto, se produjo una disensión entre los fariseos y los saduceos, y la asamblea se dividió. 8 Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu, pero los fariseos creen todo esto.
Los ángeles a menudo aparecen como hombres, por lo que es probable que los saduceos creyeran que éstos eran solo hombres. Los apóstoles se pusieron del lado de los fariseos en estos asuntos particulares. Hablando de ángeles, Hebreos 1: 14 dice:
14 ¿No son todos ellos espíritus ministradores, enviados para servir por causa de los que heredarán la salvación?
Un espíritu ministrador es alguien que sirve, y, por lo tanto, se envían ángeles para ministrar a favor de “los que heredarán la salvación”.
Ángeles y hombres
Génesis 32: 24 nos habla del “varón” con el que luchó Jacob,
24 Entonces Jacob se quedó solo, y un varón luchó con él hasta el amanecer.
¿Era solo un hombre? No, porque años después, cuando Jacob bendijo a los hijos de José, dijo en Génesis 48:16: “El ángel que me ha redimido de todo mal, bendiga a estos muchachos… y viva mi nombre [Israel] en ellos”. Fue el ángel quien le dio a Jacob el nombre de Israel y lo redimió de todo el mal que Esaú pensaba infligirle al día siguiente.
La palabra hebrea traducida ángel es malak. Literalmente significa "mensajero". Los hombres a menudo envían mensajeros para entregar mensajes. Dios hace lo mismo. “El varón (hombre) Gabriel” fue el ángel que entregó el mensaje de Dios al profeta en Daniel 9: 21-22,
21 Mientras yo todavía estaba hablando en oración, entonces el varón Gabriel, a quien había visto en la visión anterior, vino a mí en mi gran cansancio a la hora de la ofrenda de la tarde. 22 Me instruyó, habló conmigo y me dijo: "Daniel, he venido ahora para darte inteligencia con entendimiento".
¿Era Gabriel realmente solo un varón en la visión de Daniel? Mira Daniel 8: 15-16,
15 Cuando yo, Daniel, vi la visión, procuré entenderla; y he aquí, de pie delante de mí estaba uno que parecía un hombre. 16 Y oí la voz de un hombre entre las orillas del Ulai, y gritó y dijo: “Gabriel, da a este hombre [es decir, a Daniel] el entendimiento de la visión”.
Hay tres personajes que están involucrados en esto, uno invisible con "la voz de un hombre", un segundo que es Gabriel, que "parecía un hombre", y el profeta Daniel que era el hombre que recibía la revelación. ¿Cuál es la voz del hombre? ¿No es el tipo o calidad de tono que uno podría esperar de un hombre que está hablando? Eso no significa necesariamente que el hablante sea realmente un hombre, porque puede ser que él fuera Dios hablando con la voz de un hombre para hacerse inteligible.
La madre de Sansón ve un ángel
En Jueces 13: 3 leemos,
3 Entonces el ángel del Señor se apareció a la mujer y le dijo: "Mira que ahora eres estéril y no has dado a luz, pero concebirás y darás a luz un hijo".
¿Cómo era este ángel? Jueces 13: 6 dice:
6 Entonces la mujer vino y se lo contó a su marido, diciendo: “Un varón de Dios vino a mí y su apariencia era como la apariencia del ángel de Dios, muy impresionante…”
El esposo de la mujer, Manoa, entonces oró: "Oh Señor, permite que el hombre de Dios que has enviado venga a nosotros otra vez". Su oración fue respondida. Jueces 13: 9 dice:
9 Dios escuchó la voz de Manoa, y el ángel de Dios volvió a la mujer que estaba sentada en el campo…
Se hizo muy claro que este era en verdad un ángel cuando “Hizo prodigios mientras Manoa y su esposa miraban, porque aconteció que cuando la llama subió del altar hacia el cielo, el ángel del Señor subió en la llama del altar” (Jueces 13: 19-20). Cuando le preguntaron su nombre, el ángel respondió en Jueces 13: 18: "¿Por qué preguntas mi nombre, viendo que es maravilloso?" El nombre hebreo es pili, "secreto, incomprensible, maravilloso, extraordinario". Creo que este era el ángel de la fuerza secreta, pero maravillosa de Sansón.
Es claro, entonces, que este ángel fue identificado como “un hombre de Dios”, que es un término que también se aplicaba a los profetas. En Deuteronomio 33: 1, se dice que Moisés es “el hombre de Dios”. Asimismo, “un varón de Dios vino a Elí” (1º Samuel 2: 27), no un ángel, sino un profeta sin nombre que era el mensajero de Dios para llevar un mensaje a Elí, el sumo sacerdote.
Sin duda, esta fue en parte la razón por la que los fariseos y los saduceos no estaban de acuerdo sobre la naturaleza de los ángeles. Los fariseos creían que eran agentes sobrehumanos, mientras que los saduceos creían que solo eran mensajeros terrenales enviados por Dios para transmitir un mensaje a otros hombres.
Aparición de Gabriel a Zacarías
Zacarías, un sacerdote en Jerusalén, era el padre de Juan el Bautista. Su esposa Isabel fue estéril durante muchos años. Aconteció que le tocó en suerte a Zacarías que fuera él quien ofreciera el incienso en el templo, y mientras ministraba, se le apareció Gabriel con un mensaje. Lucas 1: 11 dice,
11 Y se le apareció un ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso.
El ángel se identificó a sí mismo en Lucas 1: 19,
19 Respondió el ángel y le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy en la presencia de Dios, y he sido enviado para hablarte y traerte esta buena nueva.
A nadie más se le permitía entrar al Lugar Santo mientras el sacerdote elegido para el día estaba ofreciendo el incienso en el Altar del Incienso. Entonces, desde ese punto de vista, es muy poco probable que este ángel fuera solo un hombre (sacerdote), porque no hay indicios de que ninguno de los sacerdotes que esperaban el regreso de Zacarías tuviera conocimiento de que uno de ellos había ido al Lugar Santo para hablar con él.
Gabriel dice que él “está en la presencia de Dios”, representado, por supuesto, por el lugar físico donde estaba parado frente al Lugar Santísimo. El Arca, por supuesto, no estaba en el Lugar Santísimo, porque había desaparecido justo antes del cautiverio babilónico. Aun así, el Altar del Incienso estaba en la puerta-cortina de la habitación donde se suponía que estaba la presencia de Dios.
Está claro a partir de este encuentro que los fariseos tenían razón en su comprensión de que los ángeles eran seres espirituales.
Ángeles guardianes
Daniel 12: 1 dice,
1 En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de guardia [amad, “toma posición, se mantiene firme”] sobre los hijos de tu pueblo…
Aquí Miguel es llamado un “príncipe”, pero en Apocalipsis 12: 7 leemos de “Miguel y sus ángeles” que hacen guerra en los cielos contra el Dragón. Miguel es el Ángel de la Resurrección, pues leemos que cuando él se levanta, los muertos también se levantan con él (Daniel 12: 2). Sin embargo, el profeta nos dice que Miguel “guarda a los hijos de tu pueblo”. Quizás este sea el origen de la creencia en los ángeles de la guarda.
Creo que todo el mundo tiene un ángel de la guarda, que se le asigna desde el principio de los tiempos. Estos ángeles definen los llamados de las personas y ayudan de alguna manera a llevar a esas personas a sus llamados. A los ángeles se les da nombre por Dios, dándoles características específicas que reflejan una porción de la propia naturaleza de Dios. Quizás colectivamente reflejen la plenitud de la naturaleza de Dios, y cuando todo sea restaurado, las naturalezas angelicales encontrarán su plena expresión en todos los que estén reconciliados con Dios.
Yo creo que los ángeles son seres creados, pero como son creados en los cielos fuera del ámbito del tiempo, no podemos hablar de ellos en términos terrenales, como si fueran temporales. Difícilmente puede decirse que lo que se crea en el Reino Eterno del Cielo tenga un principio o un final, porque estas son palabras que definen las limitaciones del tiempo terrenal.
Sin embargo, en los mensajes a las siete iglesias en Apocalipsis 2 y 3, vemos que cada mensaje se le da al "ángel de la iglesia" (Apocalipsis 2: 1, 8, 12, 18; 3: 1, 7, 14). Algunos dicen que este “ángel” es en realidad el pastor o supervisor de la iglesia, cuyo ángel le entregó el mensaje a él, para que pudiera transmitirlo a su rebaño. Ya hemos visto que existe una estrecha interacción entre los ángeles y los hombres de Dios. Así que tal vez este punto de vista tenga mérito, al menos en algún nivel. Sin embargo, no hay duda de que también estaba involucrado un ángel espiritual, ministrando a los herederos de la salvación.
La función de los ángeles guardianes
En mi opinión, los ángeles son creados por la Palabra de Dios que Él habla. Cada ángel es creado por una palabra específica, que se convierte en su nombre. Los nombres indican la naturaleza de uno, así que el nombre de cada ángel es su naturaleza y nos dice su función. Entonces se le da forma al ángel a través de la imaginación de Dios, esencialmente creando una “forma de pensamiento”, por así decirlo. Luego, el ángel se le asigna a alguien en la Tierra que está destinado a asumir la misma naturaleza dada a su ángel. Esto permite que cada uno cumpla con ese llamado específico, siempre que el hombre o la mujer puedan “absorber” al ángel y esencialmente convertirse legalmente en uno con el ángel. Eso se basa en el principio del matrimonio, donde marido y mujer son “una sola carne” (Génesis 2: 24).
Por lo tanto, así como Jesucristo es el logos, “la Palabra” (Juan 1: 1), así también nosotros nos convertimos en las Palabras de Dios. En ambos casos, la Palabra se hace carne. Por esta razón, los “mensajeros” terrenales comienzan a ser indistinguibles de los “mensajeros” celestiales. El ángel encuentra su expresión a través de nosotros, y lo llamamos “inspiración”.
También se representa como un río que nace dentro de nosotros (Juan 7: 38), un río de vida cuyo origen está en nuestro espíritu, que a su vez es nuestro punto de contacto con el Cielo mismo. Al final, así es como Dios trae el Cielo a la Tierra y cumple su voluntad “como en el cielo, así en la tierra” (Mateo 6: 10).
Algo así debe haber sido entendido en la Iglesia Primitiva. En Hechos 12 leemos cómo el ángel organizó una fuga de la cárcel para Pedro (Hechos 12: 7). Cuando salió de la prisión, fue a la casa de María, la madre de Juan Marcos (Hechos 12: 12), donde estaban orando por Pedro. Llamó a la puerta y una sirvienta llamada Rode fue a ver quién estaba allí.
Cuando vio a Pedro, “entró corriendo y anunció que Pedro estaba parado frente a la puerta” (Hechos 12: 14). Ahora, el quid de la cuestión se ve en Hechos 12: 15,
15 Ellos le dijeron: “¡Estás loca!” Pero ella siguió insistiendo en que así era. No dejaban de decir: “Es su ángel”.
Rode dijo que era el mismo Pedro. Los otros dijeron: “Es su ángel”. ¿Por qué dirían esto? ¿No sería porque el ángel de Pedro probablemente tomaría su apariencia? Parece que esta fue su explicación racional de la palabra de Rode. Pensaron que Pedro todavía estaba en prisión, por lo que no podía estar parado en la puerta. Pero si Rode pensó que estaba viendo a Pedro, entonces debe haber sido su ángel quien se parecía a él.
Si un ángel puede manifestarse como un “hombre de Dios”, entonces tal vez un “hombre de Dios” (como Pedro) podría manifestarse como un ángel. ¿Pero cómo?
Hace años, durante mis días en la Red de Oración, escuché cómo dos hombres en misión profética caminaban por una carretera en Ohio camino a “ver al presidente” en Washington. El FBI se enteró de esto y se preguntó acerca de sus motivos. Enviaron agentes para vigilarlos. Pero luego se les ordenó a los hombres que se desviaran e hicieran una misión secreta en la ciudad.
Informaron que sintieron que algo extraño sucedía. Los ángeles tomaron parte de su ADN y lo usaron para tomar sus formas. Los ángeles siguieron caminando por el camino, mientras los hombres se desviaban. Los agentes del FBI siguieron a los ángeles, pensando que estaban siguiendo a los dos hombres.
Más tarde, los hombres tomaron un autobús a Pittsburg, Pensilvania, para no llegar tarde a la reunión programada. Mientras estaban en la reunión, otros se les acercaron y les dijeron: “Los vimos caminando por la carretera”.
“Pero tomamos un autobús por esa ruta”.
“No, fuiste tú, con el bastón en la mano y la cruz roja en la mochila”.
Me tomó un tiempo convencerlos de que en realidad no eran ellos. Fue entonces cuando se dieron cuenta de que los ángeles habían ocupado su lugar.
Esto ilustra la estrecha conexión entre nosotros y los ángeles que nos han sido asignados. Los ángeles toman la forma de hombres (y mujeres), según lo deseen, y nosotros también nos unimos a nuestros ángeles a medida que somos formados a su imagen.
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