APOCALIPSIS - Libro VII - Cap. 8 - LOS DIEZ CUERNOS (El fin de la Ramera), Dr. Stephen Jones

 





Apocalipsis 17: 12-13 dice:


12 Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido un reino, pero recibirán autoridad como reyes con la bestia por una hora. 13 Estos tienen un solo propósito y dan su poder y autoridad a la bestia por una hora.


Si tratáramos de pintar un cuadro de una Bestia con siete cabezas y diez cuernos, nos enfrentaríamos a un gran problema. ¿Cómo caben diez cuernos en solo siete cabezas? Es obviamente simbólico, y el ángel le explica a Juan que los cuernos, como las siete cabezas, son “reyes”. Sin embargo, cuando Juan recibió esta revelación (96 dC), estos reyes o reinos aún no habían surgido. Así que este era un evento futuro.


En este caso había diez naciones o grupos étnicos en Europa que aún no tenían reinos propios, porque estaban bajo el control del Imperio Romano. Ellos eran:


1. Bávaros

2. Francos

3. Bergundianos o Burgundios

4. Alemanes

5. Suecos

6. Visigodos

7. Alanos

8. Vándalos

9. Ostrogodos

10. Hérulos (que se fusionaron con los longobardos, o lombardos, "barbas largas")


Estas diez naciones pueden estar conectadas con los "dedos" de los pies de la imagen en el sueño de Nabucodonosor, que se mencionan en Dan. 2: 41-42. Sin embargo, Daniel no da detalles sobre los dedos de los pies, aparte de que estaban en los “pies” de la Cuarta Bestia. Mientras que las “piernas” eran de hierro (Imperio Romano), los pies y los dedos eran en parte de hierro y en parte de cerámica (o barro, KJV). Dan. 2: 42 explica el significado de esta mezcla, diciendo: una parte del reino será fuerte y otra parte será quebradiza.


Al carecer de la fuerza del hierro puro, estos diez dedos de los pies no eran tan fuertes como Roma. Sin embargo, como estaban en los pies de la imagen, se levantarían después de la caída del Reino de Hierro en el 476 dC. Obviamente, cuando Roma se derrumbó, los diez dedos de los pies se volvieron relativamente más fuertes que Roma. Sin embargo, el profeta no nos da más detalles hasta Dan. 7: 7, cuando revela cómo la Cuarta Bestia con grandes dientes de hierro… tenía diez cuernos.


Dan. 7: 8 dice que mientras el profeta contemplaba el significado de la Bestia de Hierro, otro cuerno pequeño salió entre ellos, y tres de los primeros cuernos fueron arrancados de raíz. Este Cuerno Pequeño lo hemos identificado como la Roma Papal, que surgió cuando la Roma Imperial se desmoronaba. En el Libro 2 de mi comentario sobre Daniel, Profeta de los Siglos, capítulo 2, mostré cómo los tres cuernos arrancados por el Cuerno Pequeño eran los hérulos (en 493 dC), los vándalos (en 533) y los ostrogodos (en 553). Estos son los últimos tres en nuestra lista de reinos (p. 34). Sus historias, escritas por cristianos ortodoxos de Roma, los llaman bárbaros, porque eran cristianos arrianos, no ortodoxos.


Los diez cuernos de Dan. 7: 7 son también los diez cuernos de Apocalipsis 17: 12, pero Juan no escribe nada sobre la conquista del Cuerno Pequeño y el desarraigo de tres de esos cuernos. El ángel le dice a Juan en Apocalipsis 17: 13 que darán su poder y autoridad a la bestia. La Bestia, por supuesto, es el Cuerno Pequeño de Daniel 7, por lo que al vincular estos dos conjuntos de profecías, vemos que tres de los "cuernos" no dieron voluntariamente su poder a la Bestia, sino que fueron sometidos violentamente por la guerra.


Los diez cuernos formaron diez reinos independientes durante un breve período (“una hora”) después de la caída de Roma en el 476 dC, tras de lo cual a partir del 493 estos cuernos comenzaron a ser arrancados.



Guerra contra el Cordero


Apocalipsis 17: 14 continúa,


14 Estos pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque Él es Señor de señores y Rey de reyes, y los que están con Él son los llamados y escogidos y fieles.


Aquí nuevamente vemos el tema de la guerra del Cuerno Pequeño contra los Santos, profetizado por primera vez en Dan. 7: 21, luego por Juan en Apocalipsis 13: 7, y ahora nuevamente en Apocalipsis 17: 14, donde se describe como una guerra contra el Cordero. La guerra del Cuerno Pequeño se dirige en última instancia contra Jesucristo mismo, pero debido a que Él está fuera de su alcance (en el Cielo), la guerra se dirige contra su Cuerpo en la Tierra, es decir, el arnion, los corderitos o los Santos.


Jesús toma esta persecución como algo personal, por supuesto, porque perseguirlos es perseguir a Jesús mismo. Este principio se revela en Hechos 9: 4, cuando Jesús se apareció por primera vez a Saulo en el camino a Damasco y le preguntó: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” Cuando Saulo preguntó quién era, Jesús respondió en Hechos 9: 5, Yo soy Jesús, a quien tú persigues.


Entonces vemos este principio nuevamente en Apocalipsis 17: 14, donde la guerra contra el Cordero es una guerra contra Jesús mismo pero se pelea en la Tierra contra los santos (Daniel 7: 21). El término arnion de Juan es el Cuerpo de Cristo, aquellos que siguen la dirección de su Cabeza. El Cuerno Pequeño, en cambio, exige que el Cuerpo de Cristo considere a los papas como su cabeza.


El Cordero está destinado a vencerlos, es decir, a vencer a los diez cuernos dirigidos por la Bestia del Cuerno Pequeño. ¿Como podemos estar seguros? Porque Cristo es Señor de señores y Rey de reyes. Como heredero legítimo del mundo, Él no puede perder, aunque la guerra parezca ir mal para los Santos durante el tiempo asignado al Cuerno Pequeño. El Cuerno Pequeño estaba destinado a vencer a los Santos HASTA que les llegara el tiempo de poseer el Reino.


Es interesante, entonces, que Juan nos asegure que la victoria de Cristo sobre la Bestia no la logra Él solo, aunque ciertamente Él es la razón del éxito. El ángel le dice a Juan que el Cordero vencerá, junto con los que están con Él. Daniel los llama los santos del Altísimo, pero el ángel en Apocalipsis 17: 14 dice que “son los llamados [kletos, “llamados, invitados”] y escogidos [eklektos, “elegidos, escogidos”] y fieles [pistis, “fiable, fiel]”.


El Cuerpo de Cristo es primero llamado, o invitado (como a un banquete), luego escogido como los "elegidos" de Dios, y finalmente son hallados fieles cuando son probados por la persecución del Cuerno Pequeño. Ser uno del pueblo escogido de Dios implica estos tres elementos. Cabe destacar que falta en esta lista su raza o genealogía. Así, el ángel apoya la declaración de Pablo de Rom. 11: 7, donde vemos que no todos los israelitas son “escogidos”, sino solo el Remanente de Gracia que había permanecido fiel a Dios en la persecución de Jezabel. El término “pueblo escogido de Dios” no se aplicaba a los judíos incrédulos, ni, en el caso del Cuerno Pequeño, el término se aplica más tarde a la Iglesia Bestia que persigue a los Santos.



Las aguas


Apocalipsis 17: 15 dice:


15 Y me dijo: Las aguas que has visto donde se sienta la ramera, son pueblos y muchedumbres y naciones y lenguas.


Esta es una referencia a un pasaje anterior de Apocalipsis 17: 1, que habla de la gran ramera que está sentada sobre muchas aguas. Es una imagen de la Novia falsificada que tiene dominio sobre muchas personas y naciones.



El fin de la Ramera


Apocalipsis 17: 16 luego nos lleva al final de la Era,


16 Y los diez cuernos que viste, y la bestia, estos aborrecerán a la ramera y la dejarán desolada y desnuda, y devorarán sus carnes y la quemarán con fuego. 17 Porque Dios ha puesto en sus corazones que ejecuten su propósito teniendo un propósito común, y dando su reino a la bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios.


Los diez cuernos están unidos como una sola Bestia sobre la cual cabalga (o gobierna) la Ramera, pero al final Dios hace que la(s) Bestia(s) se vuelva(n) contra la Ramera y coman su carne. Esto se hizo para cumplir la historia profética de Jezabel, quien fue devorada por sus propios perros. Elías profetizó esto en 2º Reyes 9: 10,


10 Y los perros comerán a Jezabel en el territorio de Jezreel, y nadie la enterrará.


Cuando se cumplió esta profecía, Jehú, que había sido ungido rey, encontró a Jezabel en 2º Reyes 9: 32-36,


32 Entonces levantó su rostro hacia la ventana y dijo: “¿Quién está de mi parte? ¿Quién?" Y dos o tres oficiales [“eunucos”] lo miraron. 33 Y él dijo: “Tírenla abajo”. Así que la arrojaron al suelo, y parte de su sangre fue rociada sobre la pared y sobre los caballos, y él la pisoteó. 34 Cuando entró, comió y bebió; y él dijo: Ocúpate ahora de esta maldita mujer y entiérrala, porque es hija de un rey. 35 Y fueron a enterrarla, pero no encontró más de ella que el cráneo y los pies y las palmas de sus manos. 36 Por eso volvieron y se lo dijeron. Y dijo: Esta es la palabra de Yahweh, que habló por medio de su siervo Elías tisbita, diciendo: En la heredad de Jezreel los perros comerán la carne de Jezabel.


Los “perros” en esta profecía son el equivalente de los diez cuernos que forman la Bestia sobre la cual cabalga la Gran Ramera. Cuando termina el tiempo de la persecución de la Ramera, los Santos obtienen la victoria sobre ella. La Corte Divina emite un decreto dando el dominio a los Santos del Altísimo. Entonces Dios pone en el corazón de los “perros” que se vuelvan contra la ramera y se la “coman”.


Comer o devorar es una metáfora hebrea para conquistar. Vemos esto cuando los diez espías dieron un mal informe en Núm. 13: 32, diciendo: “La tierra… devora a sus habitantes”. Pero Josué respondió en Núm. 14: 9 KJV, son pan para nosotros. La pregunta era ¿quién se comería a quién? Es decir, ¿quién conquistaría y consumiría a quién?


Entonces el ángel aclara que los “perros” (o naciones) que habían sido seducidos por la Gran Ramera serían los que la destruirían y la devorarían. Acab y Jezabel habían usurpado la viña de Nabot en Jezreel, que era un tipo del Reino, por lo que ambos fueron asesinados en Jezreel. Jezreel significa “Dios esparce”. Cuando se aplica a Israel, significa esparcir semilla para sembrarla en la Tierra (Oseas 2: 23), pero cuando se aplica a Jezabel, se refiere a esparcir sus huesos cuando cada perro pelea por su parte.


Esta espeluznante escena, por supuesto, es puramente simbólica cuando se trata del cumplimiento real de la profecía en nuestro tiempo. El punto es que el Sistema de la Ramera será destruido por las naciones y las personas que han sido oprimidas por su dominación. Los Santos no tendrán que pelear esta batalla excepto en la guerra espiritual. Dios usará a los incrédulos ciegos para ejecutar justicia sobre la perseguidora.


La explicación angelical termina en Apocalipsis 17: 18, diciendo:


18 Y la mujer que has visto es la gran ciudad, que reina sobre los reyes de la tierra.


La implicación es que los reyes de la tierrason también los “perros” que se vuelven contra Jezabel y “comen” su carne. La ciudad ya ha sido identificada anteriormente como “Babilonia”, y Apocalipsis 16: 12 implica que los Reyes del Oriente son las naciones que Dios ha levantado para derribar el yugo de Babilonia-Jezabel. A los Santos del Altísimo se les da entonces el Mandato de Dominio, aunque el ángel no nos dice con precisión cómo sucederá esto.


El patrón principal que tenemos es el de Dan. 6: 1-3, donde Darío el Medo nombra a Daniel jefe de estado cuando reorganiza el reino en 120 provincias ("sátrapas"). Eso representa a los Santos del Altísimo a los que se les da autoridad en el Reino que ha de venir.


La Séptima Copa de vino derramada sobre Babilonia hacia el final de Apocalipsis 16 profetiza la caída de la ciudad en términos de los terremotos y el granizo. El derrocamiento de la Ramera al final de Apocalipsis 17 se basa en la historia profética de Jezabel. Estos relatos no se contradicen entre sí, sino que brindan detalles complementarios. Por lo tanto, de alguna manera el “granizo” divino de la verdad sobre Babilonia en Apocalipsis 16: 21 sugiere que los diez cuernos de la Bestia Roja se volverán contra la Ramera cuando sepan la verdad acerca de ella.


También es importante notar que los Santos no son los que comen la carne de la Ramera, sino las Bestias que ella ha gobernado. Dios usa a las naciones para realizar su propósito y ejecutar el juicio decretado por los Santos del Altísimo. Por lo tanto, cuando observamos los acontecimientos internacionales de hoy, no debemos condenar a las naciones por derrocar a la Ramera. Las naciones pueden ser bestiales, pero al final, son agentes del juicio divino.


Esto pone fin a Apocalipsis 17, con su descripción de la Ciudad Ramera y su caída.


https://godskingdom.org/studies/books/the-revelation-book-7/chapter-8-the-ten-horns

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