ESTADO DE LA NACIÓN: SUDÁFRICA (Declaración Profética), Dr. Stephen Jones

 

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Por: Dr. Stephen Jones                     Publicado el: 02/02/2022

Así declara el Señor Dios en las Alturas, su pronunciamiento, concerniente a su nación Sudáfrica, para que TODOS los pueblos de la Tierra lo oigan y sepan que hay un Dios en Sudáfrica, el único Dios verdadero, el gran Yo Soy.

Bendita sea Sudáfrica, porque Yo, el Señor, soy su Dios y la he establecido sobre la roca de los siglos. Su gobierno descansa sobre los hombros del rey de reyes y Señor de Señores, el Cristo, mi Hijo.

Mi ira hacia el actual partido mayoritario es feroz. ¡Las mismas personas que se suponía que debían cuidar a la gente de Sudáfrica y la tierra misma, han demostrado consistentemente agendas completamente egocéntricas! Una casa dividida no puede sostenerse y este imperio está implosionando, pero siguen en funcionamiento. Solo hay UNA explicación para esto. Yo, El Señor Dios de Sudáfrica, aún no he permitido su colapso, para que continúen destruyéndose y usándolos para implementar otros mandatos que Yo he pre-ordenado.

Pero ahora os declaro a vosotros, mi pueblo en Sudáfrica, que vuestras oraciones y angustias han sido escuchadas, así que no tengáis miedo ni os desaniméis por más tiempo. Yo, el Señor, vuestro Dios, he escogido para Mí un nuevo líder nacional de entre vosotros. Le daré autoridad a ella, a mi presidenta ungida y al pueblo con el que he elegido rodearla. Esto ya ha sido ordenado por Mí mismo, el Señor y ha causado una gran confusión entre aquellos que se consideran “intocables”.

Más de la mitad de mi pueblo vive en la más absoluta pobreza en esta, mi nación. Ya no toleraré más la desigualdad que ha caído sobre mi pueblo, ni el liderazgo que ha perpetrado tanta miseria.

Vosotros que habéis convertido la vida de la gente en un desierto desolador, veréis el fin. Ha habido y habrá más luchas internas, facciones volviéndose unas contra otras y dando como resultado graves turbulencias internas. Os digo a vosotros, saqueadores que sostenéis un sistema que ya está fallando, vuestro tiempo se acabó. Aquellos que le han quitado la dignidad a la mayoría en esta hermosa tierra, sabrán que solo Yo soy el Dios de Sudáfrica.

Ella, la que Yo he escogido, es prudente en su hablar y la he revestido literalmente con mi propio Espíritu. Ella camina a mi lado como lo hizo el Rey David y ninguna de sus palabras caerá al suelo, porque a cada una de ellas las empoderé con mi Espíritu. La he mantenido en la oscuridad hasta ahora, pero estoy listo para revelarla a vosotros, MI pueblo en Sudáfrica, así como a la gente del mundo. ¡Ella viene sin ninguna filiación política vigente y cualquiera que la desprecie, tendrá muy estrecha comunión con Mi indignación! ¿No soy yo el creador de TODAS las cosas? ¡NO consideren a su nuevo liderazgo por motivos étnicos, sino por lo que hacen para restaurar la desgracia económica de decenas de millones de sudafricanos, la misma misión que les he encomendado!

Mi pueblo ya no será atrapado por el mal en esta nación, y ya no se permitirá que los líderes se levanten contra MÍ, el Señor Dios de Sudáfrica, o mi gobierno, que ESTOY instalando.

Sudáfrica es el lugar donde YO he comenzado la obra de MI nuevo imperio global. Porque el oro de esta nación, así como los demás metales preciosos, son del orden y rango de los que se encuentran en el templo de Salomón. Yo, el Señor Dios de Abraham, Isaac y Jacob, he otorgado a Sudáfrica las bendiciones de la tribu de Benjamín. He escrito mi propio nombre en Sudáfrica, le he dado descanso a la tierra, y las aguas conocen mi nombre y me adoran.

Sudafricanos todos, tened la seguridad de que mi líder elegido será amable con vosotros, paciente y llena de compasión. Le he dado la sabiduría y las estrategias que crearán resultados excelentes y sostenibles para todos los problemas de la nación y estaré con ella y con vosotros, pueblo Mío. La batalla es mía. La victoria es tuya. Y prestarás y no tomarás prestado, y tendrás piedad de los pueblos de la tierra, porque yo he tenido piedad de ti.

¡Esta es MI obra, dice el Señor, y es Maravillosa a mis ojos!