SORBOS DE VIDA - BIOGRAFÍA DE WATCHMAN NEE (Dieron Testimonio de él - Parte 2), W. Lee

 



Recobrado por Watchman Nee

En 1924 me fui a estudiar a la universidad de Nanking y fui afectado por el modernismo, debido a lo cual mi fe tambaleó. En esos días Watchman Nee fue a Nanking y se hospedó en la casa de un hermano para recuperarse de una enfermedad. Yo lo visitaba con cierta frecuencia para compartir con él, y me ayudó a escapar de la influencia del modernismo. Una vez que él se hubo recuperado, hice los preparativos para que predicara el evangelio en la universidad de Nanking. Como resultado de su predicación, dos de mis compañeros fueron salvos.

Edificado por Watchman Nee

En 1928, cuando estaba a punto de terminar mi carrera en la universidad, pensaba servir al Señor a tiempo completo. No quería ser un predicador asalariado, pero no sabía vivir por fe; por tanto, acudí a Watchman Nee para hablar con él al respecto. En esos días él estaba bastante aislado y tenía mucha necesidad de colaboradores que fuesen unánimes con él. Cuando toqué este asunto, no me animó apresuradamente a servir al Señor. No era afectado por su necesidad de colaboradores ni por la relación personal que existía entre nosotros. Sólo me dijo que no esperara que se abrieran las aguas del río Jordán, sino que me metiera al agua por fe; entonces las aguas se abrirían ante mí. 

Sabía que yo no tenía esta clase de fe. Yo esperaba que las circunstancias cambiaran para empezar a servir al Señor (hace cincuenta años era difícil encontrar en China alguien que sirviera al Señor por fe como lo hizo Watchman Nee). Por consiguiente, puse a un lado la idea de servir al Señor a tiempo completo y me dediqué a enseñar en la universidad, lo cual hice por ocho años.

En la primavera de 1934, Watchman Nee presentó su tercera conferencia sobre los vencedores en Shanghai. En las mañanas hablaba de la centralidad y universalidad de Cristo, y en las tardes, de los vencedores que Dios busca. Mediante aquellos mensajes, el Señor me dio una revelación que produjo un gran cambio en mi vida espiritual. Como resultado, me puse de pie en la conferencia y por primera vez consagré mi vida al Señor, aunque seguía enseñando en la universidad.

En 1935 en Chifú, el hermano Nee volvió a experimentar el derramamiento del Espíritu Santo. Después, dio una conferencia en Chuanchow, Fukien, y me pidió que asistiera. Allí muchas personas pudieron experimentar el derramamiento del Espíritu Santo, y como resultado, daban testimonio del Señor con poder y denuedo. También predicó acerca del secreto de la vida vencedora, que consiste en dejar que Cristo viva en lugar de nosotros, según lo dicho por Pablo en Gálatas 2: 20. Esa conferencia produjo un gran avivamiento.

Confirmado y comisionado por Watchman Nee

En octubre de 1936, Watchman Nee celebró una conferencia para colaboradores en Kulangsu, Fukien. Me mandó un telegrama y me invitó. Para aquellas fechas ya entendía el llamado del Señor y estaba preparado para renunciar a mi trabajo como docente, a vivir por fe y a servir al Señor. Mientras esperaba que el Señor me guiara, recibí la invitación del hermano Nee. De inmediato comprendí que el Señor deseaba que asistiera a esa conferencia. 

Le doy gracias al Señor porque en esa conferencia tuve el privilegio especial de oír el testimonio de Watchman Nee, el cual publiqué más adelante en tres artículos. 

Al final de la conferencia, el hermano Nee y los demás colaboradores me pidieron que empezara la obra en Cantón, y más tarde en Hong Kong. En 1937 Watchman Nee empezó la obra del Señor en el sudoeste de China, en la ciudad de Kunming, provincia de Yunnan. Después de establecer la iglesia allí, me invitó a laborar en esa localidad. Acepté la comisión y me mudé allí con mi familia, y trabajé durante tres años en esa ciudad, hasta que regresé a Hong Kong en 1940.

Después de la segunda guerra mundial, cada vez que Watchman Nee visitaba Cantón o Hong Kong, yo aprovechaba la oportunidad para pasar tiempo con él. Yo solía preparar innumerables preguntas, pero después de conversar con él, se hacía innecesario hacerle preguntas, y yo siempre recibía un abundante suministro de vida.

Adiestrado por Watchman Nee

En 1948 tuve otra oportunidad de asistir a una conferencia en la iglesia en Shanghai. El hermano Nee ministró acerca de entregar todo lo que poseemos al Señor. Sus palabras eran impactantes y estaban llenas del poder del Espíritu Santo, y las reuniones rebosaban de la presencia del Señor. Muchos fueron avivados y entregaron sus posesiones para ser edificados y servir al Señor. En la última reunión de la conferencia, yo estaba a punto de marcharme a Fuchow. El hermano Nee, en presencia de todos los hermanos y hermanas congregados me dirigió las siguientes palabras de despedida:

Hay un solo Cristo, pero debido a los diferentes puntos de vista y el énfasis que cada obrero da, parece que Cristo estuviera dividido y que hubiera muchos Cristos. Si un obrero cristiano no puede expresar a los demás el Cristo que Dios desea presentar, su obra será un fracaso. Actualmente, algunos han tenido un contacto íntimo con el Señor, mientras que otros sólo lo están apretando (Mr. 5: 24). Quizás algunos han tocado su espalda, su mano o su manto, pero no tienen una relación vital con Él. Entre las numerosas personas que se agolpaban en torno a Jesús, la mujer que tenía el flujo de sangre no era la única enferma, pero sí fue la única que fue sanada (Mt. 9: 20-22).

Hoy en día algunos conocen al Cristo de Betesda (Mr. 8: 22-26) o al Cristo de Gadara (Mr. 5: 1-20) o al Cristo de Emaús (Lc. 24: 13-35). En su experiencia, han visto los milagros y los prodigios. Aun pueden hacer los milagros ellos mismos. No obstante, si no han recibido una verdadera revelación interior, estas obras no tendrán ningún valor. 

Algunos pueden hablar a otros del Cristo de Emaús con un poder conmovedor. Quizás puedan explicar las Escrituras y permitir que otros lleguen a ser fervientes en sus corazones; sin embargo todo eso no sirve para nada. La verdadera obra consiste en impartir un Cristo revelado. No dirijo estas palabras exclusivamente al hermano Weigh, sino también a todos los colaboradores y a los demás santos. Si no podemos impartir un Cristo revelado, nuestra obra fracasará.

Aquí vemos que un obrero del Señor puede adoptar básicamente dos posiciones diferentes: poner énfasis en la obra, la explicación de las Escrituras, los milagros, los prodigios, la respuestas a oraciones... pero la otra es presentar a los hombres un Cristo revelado.

En ese mismo año, 1948, desde el principio de junio hasta fines de septiembre, Watchman Nee llevó a cabo un entrenamiento en el monte de Kuling, Fukien, con el propósito de capacitar a los colaboradores de toda China. Yo estuve en este adiestramiento. Cada día pasábamos unas siete horas escuchando al hermano Nee y recibiendo su ministerio. Recibí mucha ayuda en mi comprensión espiritual y también en cuanto al principio de laborar para el Señor...

Mi último contacto con Watchman Nee

A principios de 1950, Watchman Nee estuvo en Hong Kong. Al poco tiempo se le unió Witness Lee. Anteriormente sólo en una ocasión estos dos hermanos visitaron esta iglesia al mismo tiempo. La ministración de ellos ocasionó un gran avivamiento en la iglesia en Hong Kong. Antes había como trescientas personas en las reuniones. Pero después del avivamiento, el número llegaba a unas tres mil personas, y la iglesia en Hong Kong recibió una bendición especial.

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