SORBOS DE VIDA - BIOGRAFÍA DE WATCHMAN NEE (Cuidado celoso de mantenerse en la presencia de Dios), W. Lee

 



VIVE EN LA PRESENCIA DE DIOS

Después de ser salvo, Watchman Nee empezó a conducir personas al Señor, y aprendió a vivir en la presencia del Señor. Descubrió que todo lo que se interponía entre él y Dios constituía una barrera que le impedía recibir respuestas a sus oraciones, debilitaba la confianza que tenía en que Dios supliría sus necesidades y lo mantenía alejado de Su presencia. Al mismo tiempo se dio cuenta de que debía confesar todos sus pecados a Dios y rectificar toda ofensa cometida contra cualquier persona. Fue muy estricto en estos dos asuntos a fin de mantener una conciencia libre de ofensa (1 Ti. 1:5; Hch. 24:16). Cada vez que consultaba con Dios acerca de algo, veía que debía eliminar algunas cosas para mantener su comunión con Dios. De esta manera él avanzó con Dios a lo largo de su vida.

CONFESABA LOS PECADOS

En su deseo de permanecer en la presencia de Dios, escribía a varios hermanos confesando sus errores, ofensas y faltas y pidiéndoles perdón. El confrontaba sus pecados delante del hombre y también delante de Dios. A menudo en la reunión de la mesa del Señor confesaba en oración lo pecaminoso que era y pedía al Señor que lo perdonara. Esto muestra una conciencia muy sensible. Su conciencia era muy aguda debido a que la mantenía siempre pura por confesar sus pecados a los hombres y a Dios, sin dejar pasar nada. Al conservar su conciencia libre de toda ofensa, podía mantener una comunión íntima con Dios.

ELIMINABA LO QUE FUERA MUNDANO

En su deseo de vivir en la presencia de Dios, Watchman Nee eliminaba de su vida todo lo que fuera mundano. Se mantenía separado del mundo. No se veía ninguna señal de mundanalidad en su casa ni en su manera de vestir ni en los detalles de su vida diaria. Durante toda su vida, vivió de una manera que no era mundana, sin caer en el legalismo. El no celebraba fiestas ni cumpleaños, porque según la luz que había recibido, todo eso era mundano.

Se preservó del mundo no sólo en su conducta, sino también en sus acciones. La manera en que se llevaban a cabo sus publicaciones no tenía nada de mundano, ni tampoco las prácticas que fomentaba en la iglesia.

Por ser estricto en su deseo de eliminar lo mundano, perseveraba continuamente en la presencia de Dios. Su manera de vivir influyó bastante en los que estábamos cerca de él y en todas las iglesias del recobro del Señor, las cuales se beneficiaron de su ministerio.

RESISTÍA A LA CARNE

La carne es el peor enemigo que tiene el hombre caído y combate constantemente contra el Espíritu de Dios (Gén. 6: 3; Gál. 5: 17). Watchman Nee entendió esto perfectamente y siempre combatió contra su carne y su propio temperamento para mantener una comunión ininterrumpida con el Señor y permanecer en Su presencia. Restringía continuamente a su carne viviendo en el espíritu y conduciéndose según la unción interior. Al vivir y actuar de este modo, él se mantenía en oración para que el Señor lo librara. Temía a su carne y no hacía nada que ésta le dictara; por el contrario, anduvo continuamente en conformidad con su espíritu para no perder la presencia de Dios.

SE NEGABA A SU YO

A Watchman Nee se le reveló que el hombre caído está plagado de Satanás y que fácilmente puede convertirse en la corporificación y la expresión de Satanás. Eso fue lo que le sucedió a Pedro en Mateo 16: 21-23. Watchman Nee se negaba continuamente a su yo al seguir al Señor (Mt. 16: 24), para disfrutar siempre la presencia del Señor. Temía al yo y lo condenaba más que a cualquier otra cosa negativa. En su vida diaria, en su labor cristiana y en su relación con los demás, no se puede ver ninguna huella del yo. Por el contrario, su comportamiento y su obra dejaban siempre la impresión de que él tomaba la cruz y que se negaba al yo. Por vivir así disfrutaba continuamente la presencia de Dios.

RECHAZABA LAS PREFERENCIAS PERSONALES

Watchman Nee estaba consciente de las preferencias personales que existen en la naturaleza caída del hombre. Su conciencia no le permitía tener preferencias personales en los asuntos espirituales ni en la obra del Señor. El sabía que Saúl perdió su reinado y su trono por seguir sus preferencias personales (1 S. 15:1-28). Al entender que éstas son más sutiles que el pecado o la mundanalidad, con frecuencia llegaba a la conciencia de las personas cuando les hablaba. No permitía que nada personal se interpusiera entre él y Dios, a fin de mantener la presencia de Dios.

NO CEDÍA A LA DESOBEDIENCIA

Watchman Nee tuvo que eliminar la desobediencia para mantenerse en comunión con el Señor. Según su experiencia, nada, ni siquiera las cosas buenas o espirituales llegaron a reemplazar la obediencia. Para él, obedecer al Señor significaba apegarse a la voluntad que se había propuesto el Señor; no quería sólo cumplir la voluntad facultativa (permisiva) de Dios como lo hizo Balaam (Nm. 22: 2-35). Todo lo que se desvía de la voluntad que el Señor se propuso es una forma de desobediencia. Para él la desobediencia constituía un velo que lo separaría de la presencia de Dios. Recalcó que para recibir la luz y la revelación del Señor, era necesario tener un rostro descubierto. Margarita Barber le dijo que una pequeña hoja de un árbol puede ocultar de la vista toda la luna, y él se lo repitió a sus colaboradores. Debido a su entendimiento de que la desobediencia hace que se pierda la presencia de Dios, se propuso obedecer la voluntad y la revelación del Señor a toda costa.

APLICABA LA SANGRE DE CRISTO

Watchman Nee quería mantener intacta su comunión con el Señor; por eso, aprendió a aplicar la sangre de Cristo a su situación. El me dijo que cuando su conciencia lo censuraba duramente delante de Dios en cuanto a ciertas cosas, descubrió que no podía solucionarlas; por tanto, se vio obligado a buscar la ayuda de la señorita Barber. Después de relatarle su caso, ella le dijo: “La sangre de Jesús su Hijo nos limpia” (1ª Jn. 1: 7). Cuando le dijo que seguía sintiéndose bajo condenación, ella repitió varias veces: “La sangre de Jesús Su Hijo nos limpia”. Finalmente, recibió cierta luz, y comprendió que sólo la sangre del Señor puede preservar la conciencia de uno y evitar toda clase de acusación ante Dios. En esta conversación con la señorita Barber, él aprendió que mediante el lavamiento de la sangre del Señor, uno se puede mantener siempre en la presencia de Dios.

En 1940, mientras asistía a su entrenamiento en Shanghai, le oí confesar sus pecados y aplicar la sangre del Señor cuando oró durante la reunión de la mesa del Señor. Su oración dejó una profunda impresión en mí. Esto me mostró que él acudía a la sangre del Señor para que ésta lo lavara y para mantenerse continuamente en la presencia del Señor.

PERMANECÍA EN EL SEÑOR

Watchman Nee también aprendió la lección de morar (permanecer es obedecer, obedecer es amar) en el Señor según la unción interior (1ª Jn. 2: 27-28). Para él esto era vital en la práctica de permanecer en la presencia de Dios. El estaba consciente de que la unción interior era el mover y la obra del Señor dentro de él. Desobedecer a esa unción equivalía a desobedecer al Señor. La única manera de andar con el Señor de una manera íntima consistía en obedecer a la unción interior. El se dio cuenta de que el menor descuido con respecto a la unción interior lo alejaría de la presencia de Dios.

Practicando todo esto, él se mantuvo continuamente en la presencia de Dios. No permitió que nada eclipsara su relación con Dios, y preservó su comunión con el Señor. En esa comunión ininterrumpida con el Señor, él recibía luz celestial y revelación espiritual continuamente. El valoraba mucho la presencia de Dios. Para él, era vida, luz, poder y victoria. En la presencia del Señor, él disfrutaba todas las riquezas del suministro divino. Es obvio que recibió mucha ayuda del libro The Practice of the Presence of God [La Práctica de la Presencia de Dios] escrito por el hermano Lorenzo. En este asunto recibió mucha ayuda de la biografía de Hudson Taylor.

https://www.librosdelministerio.org/books.cfm?n

DE LA GUERRA CONTRA BABILONIA A LA CONSTRUCCIÓN DEL REINO, Dr. Stephen Jones

 






Por: Dr. Stephen Jones                     Publicado el: 30/11/2021


Finalmente hemos llegado al verdadero punto de partida del Imperio Universal de Dios. Aquello por lo que trabajamos en la guerra espiritual -los casos en la Corte Divina y la intercesión en los últimos años- finalmente está emergiendo en la Tierra a partir del 30 de noviembre de 2021.

En mi primer patrón profético (del 12 de noviembre de 1981 al 27 de enero de 1982), hubo 5 fechas clave que se manifestaron nuevamente un año después. En 1993, hubo otras fechas que se agregaron a esta estructura profética — 21 al 29 de noviembre — mientras nos comprometíamos en la Campaña de Oración del Jubileo. Esa campaña fue nuestro llamado a la Corte Divina para que los Vencedores recibieran la autoridad del Mandato del Dominio.

Tres años más tarde, la Piedra de la Coronación se trasladó de Westminster a Edimburgo (Escocia) del 14 al 29 de noviembre de 1996. La Piedra de la Coronación representa el derecho divino a gobernar, porque los reyes de Judá se ponían en pie sobre esa piedra durante su coronación. Cuando Jeremías la trajo a Irlanda, se usó con el mismo propósito. Más tarde se trasladó a Escocia y finalmente a Inglaterra (1296), y los monarcas británicos continuaron la misma tradición.

Finalmente, en 1996, la piedra fue devuelta a Escocia después de 700 años, y el príncipe Andrew supervisó la mudanza. El nombre Andrew significa "varonil". El santo patrón de Escocia es San Andrés. La palabra profética que recibimos fue que el derecho divino de gobernar estaba siendo transferido de los reinos de los hombres y entregado a “los santos del Altísimo” (Daniel 7: 22 KJV).

Por supuesto, los santos-vencedores en realidad no recibieron esa autoridad en aquel momento, porque el tiempo asignado a Babilonia no expiraría hasta octubre de 2017. No obstante, en lo que respecta a Dios, fue un trato hecho. En cuanto a nosotros, sabíamos que habíamos recibido la Palabra del Señor como una promesa de lo que vendría. No sabíamos que tendríamos que esperar otros 25 años para que llegáramos al final de la autoridad de Babilonia.

El 29 de noviembre del 2000 derrocamos la Jerusalén terrenal y al día siguiente, 30 de noviembre, establecimos la Jerusalén celestial como la capital del Reino. De eso hace hoy 21 años. Hay algunos eventos muy importantes detrás de escena (en los que estoy involucrado) que muestran que las promesas de años pasados ​​ahora se están cumpliendo en el mundo. La tierna planta acaba de asomar su tallo del suelo y aún es vulnerable, por lo que aún no puedo decirles la manera en que se están cumpliendo las promesas. No obstante, recuerden las promesas de Dios que se nos han dado durante un período de muchos años.

Como he dicho durante muchos años, cuando lleguemos a ese momento, este ministerio tendrá que cambiar de marcha y pasar a un nuevo nivel. He escrito comentarios lo más rápido que puedo en los últimos años, sabiendo que llegaría el momento en que ya no tendría tiempo para hacer este trabajo. Cuando terminé el comentario sobre Isaías a principios de este año, estaba bastante seguro de que este sería el último comentario como tal. Ahora he comenzado a editar el Libro 9 de Isaías, el último de la serie, por lo que este proyecto debería completarse en un mes más o menos.

También he estado escribiendo la historia de mi viaje en los últimos 40 años. Ahora estoy cubriendo los años del 2010 al 2017 en "Los Santos se Preparan para Gobernar". Ahora estoy cubriendo el año 2016. Una vez que termine de cubrir 2017, es posible que tenga que detener la serie hasta que nos acerquemos al 2024, para tener tiempo de mirar hacia atrás en los eventos con mayor comprensión. Mi expectativa es que el próximo libro de esta serie se llame "Los Santos Toman el Reino".

Los eventos de hoy me confirman que el Reino, el Imperio Universal de Dios (como Él lo llama) está realmente emergiendo en el mundo. Los babilonios han perdido su batalla, porque ya no tienen el mismo respaldo demoníaco que alguna vez tuvieron. Han perdido muchos de sus principados y potestades. La revelación de hoy me dice que los malvados gobernantes de Babilonia se han desilusionado con sus propios dioses que no han logrado mantenerlos en el poder. Así que ahora están actuando por su cuenta, puramente por el poder de sus propias malas intenciones.

Pero, ¿qué es el poder del hombre en comparación con nuestro Creador soberano? Se contabiliza como nada. Aún conservan el poder de matar y esclavizar, pero su fracaso es evidente para ellos y su fin está cerca.

Creo que hoy marca un cambio en el tiempo, pasando de derrotar a Babilonia a la construcción del Reino. Los últimos cierres afectarán a la mayoría de las personas, sin duda, pero la obra de edificación del Reino no puede detenerse. Dios nos ha preparado demasiado bien para que sus planes tengan éxito. Lo que comenzó hace 40 años como una experiencia de muerte (Pascua) ahora está viendo el "fin del libro" de la vida de resurrección. Hasta ahora, las mismas fechas se están repitiendo de manera inversa. Lo que eran malas noticias en 1981 ahora se está convirtiendo en buenas noticias.

La oración de Manasés se extendió hasta hoy. Esto significa que el reino perdido y la primogenitura perdida están llegando a la memoria de Dios. No es que Dios haya olvidado algo alguna vez, sino que, en un sentido legal, recuerda sus pactos y promesas en el momento apropiado (Levítico 26: 42, 45). Recordar es reconocerlo oficialmente en la Corte Divina.

Aun así, tengan en cuenta que hoy es solo un punto de inicio, un cambio de dirección, el inicio de una nueva obra del Reino. Estamos solo en un punto de partida. Aún queda mucho por hacer para transformar la Tierra en un paraíso. También hay enemigos que vencer. No podemos pensar en esto como un momento para festejar o dormirnos en los laureles.

Estamos llamados a hacer una obra en reposo. Nuestra obra se realiza desde una posición de descanso espiritual, sabiendo que la victoria está asegurada. El Jubileo es el Reposo de Dios. Es el lugar donde dejamos nuestras propias obras y entramos en sus Obras.

EL CREYENTE NO SE APRESURA, ESPERA EN DIOS, C. H. Spurgeon




"El que creyere, no se apresure." Isaías 28: 16.

Se apresurará para obedecer los mandamientos del Señor; pero no se apresurará con ningún sentido de impaciencia o de impropiedad.

No se apresurará a huir, pues no se verá sobrecogido del miedo que provoca el pánico. Cuando otras personas vuelan por aquí y por allá como si la razón les hubiere fallado, el creyente estará tranquilo, calmado, y resuelto, y así será capaz de actuar sabiamente en la hora de la prueba.

No se apresurará en sus expectativas, ansiando sus cosas buenas de inmediato y al punto; sino que esperará el tiempo de Dios. Algunos sienten una prisa desesperada para tener lo deseado, pues consideran la promesa del Señor como un pájaro volando, que no es probable que sea suyo. Los creyentes saben esperar.

No se apresurará lanzándose a una acción indebida o cuestionable. La incredulidad ha de hacer algo, y así obra su propia ruina; pero la fe no se apresura por encima del progreso razonable, y así no se ve forzado a regresar tristemente por el camino que siguió imprudentemente.

¿Qué sucede conmigo? ¿Estoy creyendo, y, por tanto, estoy manteniendo el paso del creyente, que consiste en caminar con Dios? 

¡Paz, agitado espíritu! ¡Oh, reposa en el Señor, y espéralo pacientemente!


Charles Spurgeon

(Gentileza de E. Josué Zambrano Tapias)

ORACIÓN POR MANASÉS Y LABÁN, Dr. Stephen Jones

 






Por: Dr. Stephen Jones                    Publicado el: 29/11/2021


Hemos estado orando por la restauración de Manasés del 23 al 29 de noviembre.

Deberíamos extender esta oración un día más hasta el 30 de noviembre, ya que esto se correlaciona con los patrones pasados ​​que hemos visto a lo largo de los años. Mañana es un día que se correlaciona con la unción de David que ocurrió mucho antes de que fuera coronado rey. Es un evento espiritual que eventualmente emergerá en la tierra cuando el Reino de Dios se haga visible para todos.

En segundo lugar, nuestro Padre Celestial ha señalado el pecado de Labán en su traición hacia Jacob en Génesis 29-31. Se nos lleva a orar por Labán, no solo por él, sino también por la Iglesia. La Iglesia en su conjunto ha adoptado el espíritu de Labán y ha seguido su patrón de traición hacia los Vencedores. Por lo tanto, debemos ocuparnos de ese problema para que no haya ningún obstáculo cuando el Espíritu Santo se derrame en el mundo en preparación para el Reino.

Labán carecía de integridad, lo que hizo que demorara el regreso de Jacob. Esto tuvo serias implicaciones proféticas, porque a nivel terrenal retrasó el cumplimiento de las fiestas. Como expliqué en el capítulo 4 de Las Leyes de la Segunda Venida, el viaje de Jacob a Labán marcó eventos específicos que marcaron el patrón para las Fiestas de Primavera. Su viaje de regreso marcó eventos específicos que marcaron el patrón para las Fiestas de Otoño, que culminaron con Tabernáculos.

Cuando Labán trabajó para retrasar el viaje de Jacob a casa, esencialmente se opuso al cumplimiento de las Fiestas de Otoño. Por supuesto, sabemos que todas las cosas colaboran para bien y que nuestro Dios soberano le permitió a Labán posponer las fiestas al tiempo señalado. No obstante, Labán fue la oposición levantada para causar este retraso. Esta oposición a las Fiestas de Otoño estableció un precedente y un patrón que la Iglesia ha seguido al rechazar la Ley del Jubileo y al olvidar la Fiesta de los Tabernáculos. 

Labán también puso a Lea por delante de Raquel cuando engañosamente le dio Lea a Jacob en lugar de a Raquel. Lea y Raquel son tipos proféticos y sombras de dos esposas de Cristo, muy parecido a lo que vemos con las dos esposas de Abraham, Agar y Sara. Las dos historias deben superponerse entre sí para obtener una imagen más completa. Agar y Sara representan los dos pactos y las dos ciudades (Gálatas 4), y muchos creyentes de hoy han abogado por Agar, la Jerusalén terrenal, y sus hijos como herederos del reino.

Asimismo, Lea y Raquel agregan otro detalle a la misma historia. “Los ojos de Lea eran delicados” (Génesis 29: 17). Jaser dice que era bizca. Por lo tanto, Pablo nos dice que los no vencedores están afligidos con ceguera (Romanos 11: 7 KJV). Más tarde modifica esto diciéndonos que "ceguera en parte le ha sucedido a Israel" (Romanos 11: 25 KJV). Los que son parcialmente ciegos son los que pertenecen a la Compañía Lea.

Lea tenía una relación matrimonial legal con Jacob, pero Raquel tenía una relación amorosa con él. Esto sugiere que la relación de Lea se limitaba al Antiguo Pacto, pero que Raquel tenía una relación matrimonial del Nuevo Pacto. Así es como se superponen con Agar y Sara.

Finalmente, cuando Jacob regresaba a Canaán, Labán los persiguió y los alcanzó. Luego, los dos hicieron un pacto (Génesis 31: 44) de separación para evitar que se pelearan entre sí. Fue llamado por tres nombres, pero es más conocido como Mizpa, "atalaya". Si hubieran estado unidos, habría sido un pacto de paz, pero tal como sucedió, fue más bien una tregua incómoda.

Entonces encontramos más tarde que Saúl persiguió a David, y la Iglesia más tarde cometió el mismo pecado al perseguir a los Vencedores. Esta es la principal manifestación del pensamiento del Antiguo Pacto, así como de la ceguera en parte.

Así que hoy somos llamados a interceder en nombre de la Iglesia ciega por su mentalidad del Antiguo Pacto, por su persecución de los Vencedores y por su apoyo a Agar-Vieja Jerusalén en el conflicto con Sara, la Nueva Jerusalén. El principal precedente de esta jornada de oración es el 29 de noviembre del 2000, cuando fue derrocada la Vieja Jerusalén. La Nueva Jerusalén fue declarada capital del Reino al día siguiente, 30 de noviembre del 2000.


Oración de perdón por Labán

Padre Celestial, venimos ante tu Trono de Gracia y Misericordia en el nombre de Jesús y cubiertos por su sangre.

Presentamos a Labán ante ti este día, pidiéndote que le concedas perdón y misericordia por su pecado contra ti y contra Jacob. Nosotros mismos lo perdonamos por su engaño, su falta de integridad y por retrasar el matrimonio, por promover a la Compañía de Lea como la verdadera Novia, por retrasar el regreso de Jacob como Israel y por romper su pacto de paz con Jacob en Mizpa.

Así también, Padre, perdona a la Iglesia, que ha seguido el camino de Labán en su falta de integridad, su promoción de la novia que está afligida de ceguera en parte, por su negativa a reconocer el Jubileo y la Fiesta de los Tabernáculos, y por violar tu pacto de paz al perseguir a los Vencedores.

Padre, reconocemos tu soberanía y tu habilidad para hacer que todas las cosas juntas obren para bien. Te pedimos que nos conviertas, para que seamos convertidos, y nos salves para que seamos salvos. Derrama tu Santo Espíritu sobre nosotros, para que podamos completar la obra que nos has llamado a hacer en la construcción de tu Reino.

Gracias, Padre celestial, por escuchar nuestra oración.

Amén.


APOCALIPSIS - Libro III - Capítulo 17 - LA ESTRELLA QUE CAE DEL CIELO (Langostas: Mahoma y el Islam), Dr. Stephen Jones

 




Después de que los primeros cuatro ángeles tocaron sus trompetas, Ap. 8: 13 dice:


13 Y miré, y oí un águila que volaba en medio del cielo, diciendo a gran voz: “¡Ay, ay, ay de los que moran en la tierra, a causa de los toques de trompeta que faltan, que los otros tres ángeles están para tocar!"


Las cuatro primeras trompetas fueron diseñadas para provocar la caída de Roma y el Imperio Romano de Occidente en el año 476 dC. Se tocaron las últimas tres trompetas para juzgar Constantinopla hasta su caída en 1453. Estos son llamados los problemas, debido a que estos juicios se dirigen tanto a la Iglesia como al Imperio Romano.


En el 380, el emperador romano Teodosio hizo del cristianismo la religión oficial del imperio, y en el 395 el paganismo fue ilegalizado por completo. Más tarde, en el 534 dC, el emperador Justiniano completó este proceso al adoptar la ley de la Iglesia como ley del Imperio, en cumplimiento de la profecía de Dan. 7: 25. El estado —representado por el emperador— se convirtió inadvertidamente en un mero ejecutor de la ley de la Iglesia y, por lo tanto, se convirtió en el servidor de la Iglesia. Después de todo, la Iglesia había creado las leyes para que el imperio las hiciera cumplir.


Por esta razón, las últimas tres trompetas, o "ayes", dirigieron el juicio divino tanto sobre la Iglesia como sobre el Estado. Ap. 9: 1 dice:


1 Y el quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella del cielo que había caído a la tierra; y le fue dada la llave del abismo. 2 Y abrió el pozo del abismo; y subía humo del pozo, como humo de un gran horno; y el sol y el aire se oscurecieron por el humo del pozo. 3 Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra.


Aquí leemos claramente que el quinto ángel fue asignado por Dios para abrir el pozo sin fondo, o abismo. Desde el principio está establecido en las Escrituras que los ayes son juicios divinos sobre la Iglesia, y el último versículo del capítulo dice que la Iglesia, no obstante, se negó a arrepentirse. Estos males fueron diseñados para presionar a la Iglesia y al Imperio Cristiano y exponer su pecado de idolatría, asesinato, hechicería, inmoralidad y robo (Ap. 9: 20-21).


La manifestación terrenal de los tres males tiene que ver principalmente con el surgimiento del Islam. Desde entonces, el Islam ha sido el látigo en la mano de Dios para juzgar a la Iglesia, y al Imperio con ella. El problema es que muchos en la iglesia pensaron que el Islam era un movimiento que estaban llamados a luchar y destruir, sin ver que no podían tener éxito en luchar contra lo que Dios había ordenado, aparte del arrepentimiento.



El obispo universal


El surgimiento del Cuerno Pequeño después del 476 dC llegó a su plenitud en el 606 cuando el Papa Bonifacio III reclamó el derecho exclusivo al título de "Obispo Universal". Esto lo hizo solo unos años después de que su predecesor (el Papa Gregorio) declarara enérgicamente que se trataba de una "suposición anticristiana blasfema". Al hacer tal declaración, el Papa Gregorio identificó al Papado mismo como el Cuerno Pequeño de Daniel. Dan. 7: 8, 20 dice que este Cuerno Pequeño hablaba grandes jactancias. Pero Ap. 13: 5 parafrasea esto y lo interpreta como "palabras arrogantes y blasfemias".


Además, el Papa Gregorio incluso identificó al papado como "anticristo", si algún obispo romano reclamara el título de "obispo universal". Como vimos anteriormente, la palabra anticristo significa "en lugar de Cristo". En otras palabras, el Vicario de Cristo. Un vicario (o "anticristo") puede gobernar como mayordomo o como usurpador. El papel que asume un gobernante está determinado por la forma de su gobierno. El Papa Gregorio, entonces, afirmó que cualquier Papa que asumiera el título de Obispo Universal ya no era un mayordomo sino un usurpador del trono de Cristo.


Aquellos que enseñan la visión futurista de Apocalipsis piensan que el Cuerno Pequeño es el anticristo, que gobernará un Imperio Romano revivido. En gran medida tienen razón, pero se equivocan al situar esto en el futuro. Simplemente no conocen la historia, por lo que no se dan cuenta de cómo esto ya sucedió. 1ª Juan 2: 18 dice que hay muchos anticristos, por supuesto, así que de ninguna manera fue el “Obispo Universal” de Roma el único anticristo.


Ha habido muchos anticristos protestantes, anticristos evangélicos e incluso anticristos pentecostales en la historia, y muchos están en esa posición hasta el día de hoy. Uno solo tiene que mirar los ejemplos proféticos del rey Saúl y Absalón para comprender cómo los anticristos usurpan el trono para sí mismos. Saúl, quien tenía una unción legítima, usurpó la autoridad haciendo su propia voluntad. Absalón no fue llamado a gobernar, pero en realidad usurpó el trono de su padre David con el apoyo de la mayoría del pueblo de Israel (2º Sam. 15: 13).


La Iglesia es "Saúl", que tenía una unción genuina al principio. El mal uso de la autoridad de la Iglesia, que fue el pecado del rey Saúl, es lo que dio origen al Islam en lo que a Dios respecta. Mahoma en realidad comenzó a recibir sus revelaciones justo después del 606 dC, cuando el Papa Bonifacio III reclamó el título de "Obispo Universal". Mahoma luego comenzó a predicar su mensaje en el 612.



Las tradiciones de los hombres


Cuando el emperador Justiniano estableció la ley eclesiástica como ley del Imperio en el 534 aC, las nuevas leyes fueron sin duda una mejora con respecto a las leyes anteriores, que el imperio había acumulado durante sus 1200 años de historia. Sin embargo, no adoptó las Escrituras en sí mismas como la ley del país. En cambio, adoptó leyes que le parecieron correctas a él y a los funcionarios de la Iglesia que en gran medida ignoraban la Ley Divina.


Por lo tanto, escribieron sus leyes con su mejor entendimiento, pero al final, como lo habían hecho los mismos judíos, abandonaron la Ley Divina en favor de sus propias tradiciones. Se volvieron legalistas, en lugar de ser legales. Mat. 15: 3, 7-9 dijo a los escribas y fariseos:


3 Y él respondió y les dijo: “¿Y por qué vosotros mismos transgredís el mandamiento de Dios por causa de vuestra tradición? … 7 Hipócritas, con razón profetizó Isaías de vosotros, diciendo: 8 'Este pueblo de labios me honra, pero su corazón está lejos de Mí. 9 Pero en vano me rinden culto, enseñando como doctrinas preceptos de hombres”.


La misma Escritura se aplicó más tarde a la Iglesia, no solo a la Iglesia Romana, sino a cualquier iglesia que abandonó la Ley de Dios en favor de su propia "tradición". Por eso Dios levantó al Islam para juzgar a la Iglesia. Dios levantó el Islam para mostrarnos cómo es la religión legalista. Al trillar a la Iglesia con tradiciones islámicas legalistas, los cristianos deberían haberse arrepentido de sus propias formas legalistas y volver a las Leyes de Dios.


El logro supremo del legalismo es justificar el odio de todos los "enemigos", como si el odio fuera fruto del Espíritu. Así como la Iglesia había intentado de manera carnal convertir a los hombres y las naciones convirtiendo la cruz en una espada, el Islam también respondió de la misma manera. La única diferencia es que Dios le dio poder al Islam para hacerlo, mientras que la Iglesia lo hizo en desobediencia directa al mandamiento de Jesucristo.


Este, entonces, fue el juicio divino, basado en el principio de igual justicia, o “ojo por ojo” (Éxodo 21: 24). El juicio siempre se ajusta al crimen. Si un hombre acusa falsamente a otro, será juzgado de acuerdo con el castigo que pensó traer sobre su víctima (Deut. 19: 19). Es por eso que Jesús dijo en Mat. 7: 1-2 que si juzgamos a otros, seremos juzgados (considerados responsables) de acuerdo con el mismo estándar de medida.


En este caso, la Roma cristiana estableció “tradiciones de hombres” de la misma manera que lo habían hecho los judíos, por lo que cayeron bajo la misma condenación. Entonces Dios levantó el Islam, otra religión legalista, para juzgar a la Iglesia a fin de revelar a los cristianos la locura del legalismo. La solución al problema del Islam no era hacerle la guerra a Mahoma, sino que la Iglesia se arrepintiera de su rebelión sin Ley (anárquica) y se pusiera la mente de Cristo para interpretar la Ley correctamente.


Desafortunadamente, la Iglesia en su conjunto no entendió esto, por lo que el juicio islámico de Dios ha continuado hasta el presente.



El humo y las langostas


El surgimiento del Islam comenzó en el 612 dC, el año en que Mahoma comenzó a enseñar, y alcanzó su punto máximo 150 años después, cuando la capital religiosa y política del Islam se mudó de Damasco a la recién construida ciudad de Bagdad en el 762-763. Apocalipsis 9: 1 dice:


1 Y el quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella del cielo que había caído a la tierra; y se le dio la llave del abismo [al quinto ángel].


Ap. 9: 1 habla de una "estrella fugaz", que no debe tomarse literalmente como una estrella, un meteoro o un planeta. Dice que Dios le dio la llave del abismo al quinto ángel. Usó la llave para abrir el abismo y soltó lo que se describe como humo y langostas. Los meteoritos que caen del cielo no liberan langostas o entidades espirituales del abismo. La "estrella" fue el propio Mahoma. Se dice que cayó del Cielo a la Tierra para mostrarnos que fue levantado por Dios mismo.


Por lo tanto, desde el principio aprendemos que Dios se atribuyó el mérito de haber levantado a Mahoma y haber soltado estas “langostas” del abismo. Dado que Dios no hace nada sin un propósito, esto muestra que tenía la intención de traer juicio sobre la Iglesia. Apocalipsis 9: 2-3 dice:


2 Y abrió el pozo del abismo; y subió humo del pozo, como el humo de un gran horno; y el sol y el aire se oscurecieron por el humo del pozo. 3 Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra.


Las langostas salen del suelo, por lo que son un símbolo muy apropiado de una religión terrenal o carnal. Apocalipsis 9: 2 habla de "humo" que sale del pozo, por el cual "el sol y el aire se oscurecen". El Islam debía traer oscuridad, en lugar de la luz de la verdadera revelación. Incluso el aire iba a oscurecerse. Apocalipsis 9: 3 dice que las langostas no fueron la causa de esta oscuridad, sino que la oscuridad produjo las langostas. Dice, "del humo salieron langostas". Jesús nos dice en Mat. 6: 22-23,


22 La lámpara del cuerpo es el ojo; por tanto, si tu ojo está limpio, todo tu cuerpo estará lleno de luz. 23 Pero si tu ojo es malo, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Por tanto, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡cuán grande será la oscuridad!


La oscura revelación que trajo Mahoma no trajo la verdadera luz de Cristo a la Tierra. El Corán no produjo hijos de Dios, sino solo langostas espirituales. Las langostas devastaban periódicamente la tierra cuando pululaban y se comían todo lo que tenían a la vista. Eran consideradas una plaga debido a la devastación que dejaban a su paso.


Las langostas proféticas se describen en los dos primeros capítulos de Joel como el ejército que Dios levantó en el día del Señor (Joel 2: 1, 11). Después de introducir la plaga de langostas en Joel 1: 4, leemos en Joel 2: 3-11,


3 Un fuego consume delante de ellas, y detrás de ellas arde una llama. La tierra es como el jardín del Edén delante de ellas, pero un desierto desolado detrás de ellas, y nada se les escapa… 7 Corren como valientes; trepan el muro como soldados… 8 No se amontonan; hacen marchar a todos a su paso. Cuando atraviesan las defensas, no rompen filas. 9 Se precipitan sobre la ciudad, corren por la muralla; suben a las casas, entran por las ventanas como ladrones... 11 Y el Señor da su voz ante su ejército... El día del Señor es verdaderamente grande y muy terrible, ¿y quién podrá soportarlo?


A la luz de la naturaleza destructiva de los grandes enjambres de langostas, que oscurecen el cielo y devoran a todo ser viviente a su paso, Ap. 9: 4 dice algo bastante extraño:


4 Y se les dijo que no debían dañar la hierba de la tierra, ni ninguna cosa verde, ni ningún árbol, sino solo a los hombres que no tienen el sello de Dios en la frente.


Estas langostas no son literales, porque se les ordena no dañar la hierba ni ninguna cosa verde. Las langostas literalmente devoran todo lo que es verde, porque eso es natural para las langostas. A las langostas no se les puede negar la comida sin que mueran rápidamente. Pero si éstas representan a los seguidores del Islam, entonces todo tiene sentido. El color sagrado del Islam es el verde, y por esta razón muchas banderas de países islámicos son verdes o contienen verde. La ley del Corán prohíbe dañar los árboles y todas las cosas verdes. Por lo tanto, estas "langostas" no son insectos comedores de hojas y, sin embargo, dejan devastación a su paso.



El impuesto islámico a los cristianos


La política musulmana era conquistar y convertir a la gente al Islam, y si no se convertían, tenían que pagar un impuesto especial. En aquellos días, solo el incumplimiento traía la muerte. En su libro, El Esquema de la Historia HG Wells dice en la página 584,


... en todas partes ofrecieron una opción de tres alternativas; o paga tributo, o confiesa al Dios verdadero y únete a nosotros, o muere".


Al principio, cuando Jerusalén se rindió por primera vez a Omar en el 638 (sin resistencia), se estableció la política islámica. HG Wells nos informa en la página 586,


... los cristianos debían ser tolerados, pagando sólo un impuesto de capitación; y todas las iglesias y todas las reliquias quedaban en su poder".


Así, Apocalipsis 9: 5 se cumplió, porque a los nuevos invasores no se les permitió matar cristianos y judíos, sino solo imponerles un impuesto. En esto, los musulmanes fueron más misericordiosos que los judíos (en los primeros días del cristianismo) o los cristianos (cuando llegaron al poder). Dios fue misericordioso cuando limitó su mandato divino, al menos en aquellos días.


https://godskingdom.org/studies/books/the-revelation-book-3/chapter-17-the-star-falling-from-heaven