03-09-2020
Isaías 45: 1 dice:
1 Así dice el Señor Yahweh a Ciro, su ungido [meshiach, “bautizado, Cristo”], a quien tomé por la diestra para someter delante de él naciones y desatar los lomos de reyes; para abrir delante de él las puertas y las puertas no se cerrarán;
Esto continúa la palabra de Dios al rey Ciro de los versículos anteriores en el capítulo 44, donde fue llamado "su siervo" (Isaías 44:26) y "mi pastor" (Isaías 44: 28). Sin embargo, en Isaías 45: 1, a Ciro se le llama "su ungido", es decir, el Cristo de Dios.
Cualquiera que tenga una unción o llamado para hacer la obra de Dios es técnicamente un mesías (hebreo) o cristo (griego). Sin embargo, todos esos ungidos son solo tipos proféticos del único Mesías verdadero, Jesucristo. Ciro no era el Mesías, pero Dios lo ungió para decretar que Jerusalén fuera "edificada" y "habitada" (Isaías 44: 26). También fue ungido para decirle al río: "¡Sécate!" (Isaías 44: 27), así como Josué había ordenado que se secara el río Jordán (Josué 3: 17).
Josué permitió que la gente regresara a la Tierra Prometida desde Egipto, mientras que Ciro permitió que la gente de Judá regresara a la Tierra Prometida desde Babilonia. Tanto Josué como Ciro fueron mesías ungidos en sus días; ambos eran tipos proféticos de Jesucristo, el único Mesías verdadero que fue ungido para liberarnos de la esclavitud del pecado.
Las unciones de Josué y Ciro fueron limitadas en alcance y efectividad, porque ninguna de las dos pudo liberar a los hombres de la mortalidad o la corrupción que se remonta a Adán. Sus llamamientos fueron grandes en su época, pero no tan abarcadores como el llamamiento del único Mesías verdadero. Es importante para nosotros como creyentes entender esto, porque nosotros también somos ungidos, porque 1ª Juan 2: 20, 27 dice:
20 Pero vosotros tenéis la unción [chrisma] del Santo, y sabéis todas las cosas. 27 En cuanto a vosotros, la unción [chrisma] que recibisteis de Él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; sino que así como su unción misma [chrisma] os enseña acerca de todas las cosas, y es verdadera y no es mentira, y tal como os ha enseñado, permaneced en Él.
La chrisma es la unción de un mesías o Cristo. Como parte del Cuerpo de Cristo, todos somos ungidos por el mismo Espíritu, cada uno en su propia manera única, para ser tipos de Cristo en formas limitadas. Aunque Jesús es el único Mesías que podría pagar por el pecado del mundo, nosotros mismos lo hacemos a menudo por intercesión. Entonces Ezequiel intercedió por Israel y Judá, y Dios le dijo: “Tú llevarás su iniquidad” (Ezequiel 4: 4). Ésta es la misma redacción que vemos en la profecía de Jesucristo en Isaías 53: 4, "Ciertamente él mismo llevó nuestras enfermedades, y nuestros dolores".
Aunque Jesús cargó con el pecado de todo el mundo, nosotros, como tipos de Cristo y como intercesores, somos llamados a llevar solo una pequeña parte de la carga. Así que también Moisés al sacar a Israel de Egipto podría ser un tipo de Cristo, pero solo Josué, otro tipo de Cristo, podría conducir al pueblo a través del río Jordán. Aarón era un tipo de Cristo en su papel de sumo sacerdote. Los jueces de Israel eran tipos de Cristo en su papel de libertadores del cautiverio extranjero. Ciro fue un tipo de Cristo en su llamado a derrocar Babilonia, “para someter naciones” (Isaías 45: 1), para liberar al pueblo de Judá y para edificar Jerusalén.
Herodoto describe el llamado de Ciro a "someter naciones",
"Mientras Harpagus estaba poniendo patas arriba la parte baja u occidental de Asia, Ciro estaba comprometido con el norte y el este, sometiendo a todas las naciones sin excepción". (Las Historias, Libro 1, párr. 176).
Sin duda, Ciro pensó que tenía éxito debido a su buena estrategia y al gran ejército que comandaba. Antes de tomar la ciudad de Babilonia, cuando pudo hablar con Daniel y ver las profecías anteriores de Isaías y Jeremías, Ciro era un mesías ciego, ciego a la verdad, sin conocer al Dios de Israel que estaba dirigiendo sus pasos y haciéndole exitoso.
No obstante, todo lo que hizo Ciro confirmó las profecías anteriores. Todo lo que hizo dio testimonio de la Palabra de Dios. Ciro era un sirviente ciego pero era uno de los testigos de Dios.
Los muros y las puertas de Babilonia
Isaías 45: 2 dice:
2 “Iré delante de ti y allanaré lo áspero; romperé las puertas de bronce y cortaré sus barras de hierro".
La ciudad de Babilonia estaba rodeada por altos muros de 14 millas en cada uno de los cuatro lados, o 56 millas en total. Las puertas de la ciudad estaban hechas de bronce, como escribió el historiador griego Herodoto hace unos 2.500 años:
“Está rodeado por un foso ancho y profundo lleno de agua, y dentro del foso hay un muro de cincuenta codos de ancho y doscientos de alto … Hay cien puertas en el circuito del muro, todas de bronce con montantes y dinteles de bronce" (Las Historias, Libro 1, párr. 180).
Los mismos números son proféticos. Babilonia era la rival de Jerusalén, así como Misterio Babilonia es hoy el rival de la Jerusalén celestial. Por tanto, Babilonia era una falsificación del Reino de Dios. De modo que sus muros tenían cincuenta codos de ancho, lo que simulaba un Jubileo, pretendiendo liberar a los hombres sometiéndolos a su gobierno. Sin embargo, las paredes tenían 200 codos de alto, que es el número bíblico de insuficiencia. Por lo tanto, leemos en Juan 6: 7,
7 Felipe le respondió: Doscientos denarios de pan no les bastan, para que cada uno reciba un poco.
Entonces vemos que cuando Babilonia intentó defenderse de Ciro el mesías, su muro resultó ser insuficiente a pesar de su aparente fuerza. Lo mismo ocurre con la moderna Babilonia Misteriosa, cuyo “Wall Street (Calle del Muro)” también es insuficiente para salvar al sistema económico mundial de ser capturado y reemplazado por el verdadero Mesías. Esto está profetizado en Jeremías 51: 58,
58 Así dice Yahweh de los ejércitos: “La muralla ancha de Babilonia será completamente arrasada y sus altas puertas serán incendiadas; así los pueblos se habrán afanado en vano, y las naciones sólo para el fuego se habrán fatigado”.
El Éufrates fluía por el centro de la ciudad, y había muros y puertas a lo largo de las riberas del río para proteger cada mitad de la ciudad de los ejércitos que pudieran atacar en barcos. Herodoto lo describe de esta manera:
“El Éufrates, un río ancho, profundo y rápido que nace en Armenia y desemboca en el Golfo Pérsico, atraviesa el centro de la ciudad y la divide en dos. El muro se baja hasta el agua por ambos lados, y en ángulo con él hay otro muro en cada orilla ... Las calles principales y las laterales que conducen al río son todas completamente rectas, y para cada una de las calles laterales o callejones hay una puerta de bronce en la pared del río por la que se podía llegar al agua" (Las Historias, Libro 1, párr. 181).
La riqueza de Babilonia
Isaías 45: 3 dice:
3 Te daré los tesoros de las tinieblas y las riquezas escondidas de los lugares secretos, para que sepas que soy Yo, Yahweh, el Dios de Israel, quien te llama por tu nombre.
Además del edificio del tesoro, que estaba defendido por puertas fuertes, también había túneles en la oscuridad subterránea que almacenaban una mayor riqueza. La Escritura dice que Ciro también descubrió esta riqueza. Sin duda, Daniel le señaló a Ciro cómo se había cumplido también esta profecía. La redacción de Isaías 45: 3 sugiere que esto convencería a Ciro de que el Dios de Israel lo había llamado por su nombre. Proféticamente hablando, Isaías se estaba refiriendo también a la riqueza del moderno Misterio Babilonia. A Cristo mismo se le dará la riqueza de Babilonia para usarla en un Nuevo Sistema Monetario libre del dinero deuda, que traerá prosperidad al mundo y acabará con la enorme disparidad entre ricos y pobres.
https://godskingdom.org/blog/2020/10/isaiah-prophet-of-salvation-book-6-part-20
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