Isaías Profeta de la Salvación- Parte 3: HIJOS REBELDES Y OBSTINADOS INCORREGIBLES, Dr. Stephen Jones





05-03-2020


Isaías 1: 3 dice:

3 "Un buey conoce a su dueño, y un asno el pesebre de su amo, pero Israel no sabe, mi pueblo no entiende".

Dios llamó a Israel "Mi hijo primogénito", pero Israel pronto dejó de reconocer a su Padre. Israel se había vuelto senil antes de su tiempo. El problema era que Israel se había negado a reconocer que eran "una nación bajo Dios". Habiendo desplazado a Dios de Su trono, se erigieron como la máxima autoridad en la Tierra y fueron gobernados por las tradiciones de los hombres.


Hijos incorregibles

Isaías 1: 4 nos da el lamento del profeta,

4 ¡Ay, nación pecaminosa, gente cargada de iniquidad, descendientes de malhechores, hijos que actúan corruptamente! Han abandonado a Yahweh, han despreciado al Santo de Israel, se han alejado de Él.

Los de Israel pasaron de ser hijos de Dios a ser "descendientes de malhechores". Los hijos naturales no pueden cambiar a sus padres, pero los hijos espirituales pueden cambiar fácilmente sus padres, porque es un cambio legal, no biológico. La misma Ley por la cual estos hijos de Dios se convirtieron en hijos de malhechores tiene el poder de convertirlos nuevamente en hijos de Dios.

Isaías 1: 5-6 dice:

5 ¿Para qué os castigaré aún, si continuaréis en vuestra rebelión? Toda la cabeza está enferma, y todo el corazón doliente, 6 desde la planta del pie hasta la cabeza, no hay nada sano, solo heridas, moretones y podrida llaga, no se han apretado ni vendado, ni se suavizaron con aceite.

El profeta dice que Dios ya los había disciplinado tanto que Su hijo estaba lleno de moretones, heridas y llagas podridas desde la cabeza hasta los pies; sin embargo, ninguna cantidad de disciplina podía volver sus corazones. Dios había llevado a Israel a seis cautividades distintas antes de la época de la monarquía de Israel, y en los días de Isaías los asirios pronto vendrían a llevarlos a un largo cautiverio de yugo de hierro.

No habían cambiado mucho desde los días de Moisés, cuando la gente quiso apedrearlo. Como todas las medidas disciplinarias anteriores no habían producido arrepentimiento, excepto en el Remanente, se acercaba el momento de hacer cumplir la Ley del Hijo Obstinado. Deuteronomio 21: 18-21 dice:

18 Si algún hombre tiene un hijo rebelde y contumaz (terco) que no obedece a su padre ni a su madre, y cuando lo castigan, ni siquiera los escucha, 19 entonces su padre y su madre lo agarrarán y lo llevarán a los ancianos de la ciudad, a las puertas de su ciudad natal. 20 Dirán a los ancianos de su ciudad: "Este hijo nuestro es terco y rebelde, no nos obedece, es un glotón y un borracho". 21 Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán hasta la muerte; entonces quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel oirá de él y temerá.

Esta es una de las Leyes por las cuales Dios dio muerte a la nación de Israel. La muerte nacional no significó que todos los individuos fueron muertos, sino que la entidad nacional había sido destruida. En otras palabras, la nación de Israel dejó de existir. La gente fue deportada a Asiria, donde un gran grupo se estableció en la tierra de Gamir y era conocida como Gamira, un nombre derivado de Gomer, la esposa de Oseas, que era un tipo de Israel. Gomer, a su vez, era la antigua ortografía de Omri, el rey de Israel cuyo hijo fue Acab.

Dos siglos después, Asiria cayó ante Babilonia, y muchos de estos Gamira (también llamados khumri, es decir, los celtas) emigraron a Europa. Con el paso del tiempo, formaron muchas naciones diferentes, pero Dios no permitió que ninguno de ellos tomara el nombre de Israel. Por lo tanto, Israel como nación estaba muerta, después de haber sido apedreada por una rebelión persistentemente obstinada.

El Estado moderno llamado Israel es un estado judío, no una nación israelita. Dios les permitió tomar el nombre de Israel por otras razones que cubrí a fondo en mi libro, La Lucha por el Derecho de Nacimiento. El Estado Israelí moderno no es lo que la mayoría de los cristianos piensan que es, pero ciertamente está en el Plan Divino. Al comprender la Ley Divina, podemos ver su propósito claramente.


El remanente sobreviviente

Isaías 1: 8-9 dice:

8 La hija de Sion queda como un refugio en un viñedo, como la cabaña de un vigilante en un melonar, como una ciudad sitiada. 9 A menos que Yahweh de los ejércitos hubiera hecho que nos quedaran unos pocos sobrevivientes [sariyd], seríamos como Sodoma, semejantes a Gomorra.

Isaías pinta una escena de aislamiento como una pequeña fortaleza en medio de un asedio. En otras palabras, solo quedaban unas pocas personas, en este caso, un Remanente justo, en una nación llena de iniquidad. El profeta los llama "sobrevivientes", usando la palabra sariyd. Esta es similar a shear, "remanente", excepto que sariyd representa a algunos sobrevivientes que llegan como refugiados después de una masacre.

El profeta luego compara a Israel con Sodoma y Gomorra, no solo en carácter moral sino también en lo que respecta al juicio divino. Él dice que la única razón por la que Israel no fue tratada como Sodoma y Gomorra (es decir, destruida por completo, para nunca volver a levantarse) es porque "Yahweh hubiera hecho que nos quedaran unos pocos sobrevivientes".

En otras palabras, la presencia del Remanente detuvo la mano de Dios, mientras que en el caso de Sodoma y Gomorra, Dios retiró a Lot y a su familia de la ciudad para poder destruirla. El ángel le dijo a Lot en Génesis 19: 20-24:

20 Ahora he aquí, esta ciudad está lo suficientemente cerca como para huir, y es pequeña. Por favor, déjame escapar allí (¿no es pequeña?) para que mi vida pueda salvarse … 22 Date prisa, escapa allí, porque no puedo hacer nada hasta que llegues allí. Por lo tanto, el nombre de la ciudad se llamaba Zoar ["pequeño, diminuto, insignificante"]. 23 El sol había salido sobre la tierra cuando Lot llegó a Zoar. 24 Entonces Yahweh hizo llover desde el cielo azufre y fuego de Yahweh sobre Sodoma y Gomorra.

Lot era el "Remanente" en su tiempo. Su presencia preservó a Sodoma y Gomorra durante el tiempo que permaneció allí. Pero llegó el día en que Dios lo removió para que el juicio pudiera venir sobre estas ciudades malvadas.

En el caso de Israel, la nación era tan malvada como Sodoma y Gomorra. También estaba siendo preservada mientras hubo un remanente justo en la Tierra. Como veremos más adelante, Isaías tuvo un hijo llamado She-ar jashub, "el remanente volverá".

Parece que el hijo de Isaías sirvió como un tipo profético del Remanente que se retira de Israel para permitir que los asirios destruyan la nación. Es por eso que Isaías y sus hijos estaban en Jerusalén, la capital de Judá. Sin embargo, cuando Isaías escribió el primer capítulo de su libro, parece que vivía en Israel y se sentía aislado en un mar de maldad. Por esta razón, escribía como si el Remanente todavía estuviera presente en Israel, evitando la destrucción final de la nación. La implicación es que una vez que Isaías y sus hijos se mudaron de Israel a Judá, se les dio la señal a los asirios para que destruyeran la nación.


Israel se convierte en Sodoma

Isaías 1: 10 dice:

10 Escuchad la palabra de Yahweh, gobernantes de Sodoma; prestad atención a las instrucciones de nuestro Dios, pueblo de Gomorra.

La gente y sus líderes eran sin Ley (inicuos, anárquicos). En particular, la historia en Génesis 19 muestra que Sodoma y Gomorra eran conocidas por su tolerancia al estilo de vida homosexual. De hecho, este es el pecado particular que confirmó la maldad de la ciudad cuando los dos ángeles llegaron a investigar (Génesis 19: 5-8). Tal inmoralidad se había convertido en una forma de vida aceptada en Sodoma. También con Israel, Isaías 3: 9 dice: exhiben su pecado como Sodoma; ni siquiera lo ocultan". En otras palabras, las relaciones homosexuales habían sido legalizadas y habían salido "del armario". Israel había rechazado la Ley de Dios, en particular, Levítico 20: 13,

13 Si hay un hombre que tuviere ayuntamiento con hombre como los que se ayuntan con mujer, ambos han cometido un acto abominable; seguramente ambos serán ejecutados. Su culpa de sangre será sobre ellos.

Es de destacar el hecho de que Sodoma y Gomorra no habían recibido la Ley de Dios, ya que sus ciudadanos no estuvieron presentes en el monte Horeb para escuchar la Ley. No obstante, fueron considerados responsables por su violación de la Ley, tal vez porque el comportamiento homosexual no es "natural". Pablo usó este argumento en Romanos 1:20, aplicándolo en parte al comportamiento homosexual en Romanos 1: 26-27,

26 Por esta razón, Dios los entregó a pasiones degradantes; porque sus mujeres intercambiaron la función natural por lo que no es natural, 27 y de la misma manera también los hombres abandonaron la función natural de la mujer y ardieron en deseos entre sí, hombres con hombres cometiendo actos indecentes y recibiendo en sus propias personas la debida recompensa de su error.

Desde la perspectiva de Dios, una vez que los hombres comenzaron a adorar a las criaturas en lugar del Creador, rápidamente degeneraron en inmoralidad e hicieron cosas que la naturaleza misma muestra como "antinaturales". Finalmente, "Dios los entregó a una mente depravada para hacer cosas que no eran apropiadas" (Romanos 1: 28).

Hay quienes sostienen que solo los israelitas son responsables de guardar la Ley de Dios, ya que ellos fueron los que recibieron la Ley en el monte Horeb. Los judíos de hoy afirman que a los no judíos solo se les dieron las llamadas "Leyes de Noé" de Génesis 9: 1-7. Sin embargo, estas "Leyes de Noé" no dicen nada sobre el comportamiento homosexual, por lo que si este hubiera sido el único estándar dado para los no judíos, ¿cómo podría Dios responsabilizar a Sodoma y Gomorra?

Dios responsabilizó a Sodoma y Gomorra por su maldad (es decir, violación de Su Ley). Ese ejemplo prueba de manera concluyente que la Ley no solo fue dada para judíos o israelitas sino para todos los hombres. Es el estándar justo que refleja la naturaleza de Dios mismo, y por lo tanto refleja lo que toda la humanidad será en la Restauración de Todas las Cosas.

También debo agregar que, en lo que respecta a la aplicación terrenal de la Ley, la Ley no juzga la homosexualidad en sí misma, sino solo los actos homosexuales. La Ley es débil porque no puede juzgar los delitos de pensamiento. La Ley regula únicamente el comportamiento, ya que carece de la capacidad de cambiar el corazón, es decir, la naturaleza de uno. Solo el Espíritu Santo puede cambiar el corazón de uno, por lo que un homosexual cristiano debe apelar al Espíritu Santo para que cambié su corazón y, mientras tanto, abstenerse de actos abiertos que violen la Ley y la naturaleza de Dios. Si alguien se ofende por esto, tenga en cuenta que mi comisión es enseñar la Palabra de Dios, no reinterpretarla para adaptarla a la visión de la moral del mundo.



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