ARTIMAÑAS DEL AMOR PROPIO / (Sorbos Místicos), François Fenélon




LAS ARTIMAÑAS DEL AMOR PROPIO

¿De verdad crees que eres generoso y te cuidas de tus amigos más que de ti mismo? Te quieres ver como una persona generosa que hace el sacrificio de amar a otros. Esta forma de pensar te envenenará lentamente porque te deja creer que lo estás haciendo mejor que esas débiles personas que aún viven para sí mismas

No tratas de usar a tus amigos, pero esperas que se queden embrujados por lo que haces por ellos. Como es natural, te dirán que eres maravilloso y que no tienes amor propio, ¿y qué podrá ser más dulce para el amor propio que alabarle por no tener ninguno? Tu amor propio tan solo se ha hecho más sutil e inteligente. ¡Deja de jugar contigo! ¿Quieres desenmascararlo? ¡Critícalo! Tu amor propio quiere ser estimado por las personas espirituales

Quieres parecer interesante y generoso, pero como es natural no puedes permitirte pensar así en voz alta. En la medida que tomas el pelo a los demás, te engañas a ti mismo. Empiezas a creer la ilusión que has creado.

Solo Dios te puede ayudar. Sé que tienes muchas preguntas. Es fácil ver la necesidad de renunciar a las cosas que se ve que están mal, pero cuán difícil es renunciar a las cosas que las personas ven como buenas...: riqueza honrosa, un estilo de vida próspero, o una buena reputación. Ahora bien, esas cosas no son malvadas, pero tu relación con ellas ha de ser profundamente tratada.

Un buen mayordomo tan solo usa lo que necesita. Un cristiano debe renunciar a todo para que no le destruya. Debes renunciar a aquellos que más amas —tu familia y tus amigos— y estar dispuesto a perderlos si Dios se los lleva. Jamás dejes que tu corazón halle verdadero descanso en ellos o experimentarás el celo de Dios. Dios rechaza a una Novia que se divide entre el Novio y un extraño.

A las personas del mundo les cuesta mucho trabajo renunciar a su cuerpo: andan preocupados con su apariencia, que se están haciendo viejos y se arrugan. ¡Pero los cristianos pueden sentirse orgullosos de renunciar a sus cuerpos y hacer sacrificios!

Cuando te veas yendo a tu aire, e impaciente con los demás, entonces vuelve a Dios y siéntate quieto ante Él con un corazón humillado. Si cometes un error, sigue adelante. A tu orgullo no le gusta cometer errores. El pesar y desconcierto que sientes ante tus errores te servirá bien.

Sigue siempre la guía de Dios. Cuando dé la señal, arriésgalo todo para seguirle. Nada es más terrible que resistir a Dios por dentro. Si entristeces al Espíritu Santo, ¿en qué lugar te dejará eso, amigo mío? Dios retrocederá de ti y te dejará que sigas tu propio camino. Y tú, dando vueltas en círculos, puede que no te des cuenta por mucho tiempo.

Dios te ha dado sencillez y sinceridad. Permítele construir sobre estos cimientos. 



(Por gentileza de E. Josué Zambrano Tapias)

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