26 de julio de 2019
El 24 de julio de 2019, Robert Mueller dio testimonio ante el Congreso para explicar y defender su informe sobre la llamada colusión Trump-Rusia. Mueller se veía muy viejo, cansado, e incluso un poco borracho. Se negó a responder 164 preguntas, y cuando daba una respuesta, a menudo solo señalaba su informe y dijo que estaba a su lado. Explicó muy poco y no dio ninguna información nueva.
Así que la mayoría de las preguntas fueron de grandilocuencia política, donde los congresistas realmente hablaban a los que escuchaban en la televisión, con la esperanza de que ellos también hicieran las mismas preguntas.
Quizás lo más perturbador de esto fue la frecuencia con la que Mueller no recordaba lo que realmente decía su propio informe. Pronto se hizo evidente que no estaba realmente familiarizado con el informe y que alguien más lo había compilado. De hecho, incluso afirmó que nunca había oído hablar de Fusion GPS, que era la firma conectada con el Partido Demócrata que había compilado el falso expediente de Steele.
Tampoco era consciente de que su viejo amigo, Peter Strzok, odiaba a Trump y, por lo tanto, estaba motivado a encontrar pruebas de que Trump había colaborado de alguna manera con Putin para ganar las elecciones de 2016. Strzok tiene una mirada demoníaca a su alrededor que es francamente espeluznante.
Sin embargo, ahora que la farsa ha llegado a su fin, los demócratas, incluido Adam Schiff, han renunciado a intentar destituir al presidente. Ahora ponen todas sus esperanzas en las elecciones de 2020.
Esto parece confirmar las profecías de los últimos años que establecieron claramente que Trump NO sería impugnado. Por cierto, el juicio político es solo una resolución del Congreso de que alguien debe ser juzgado. Si Trump hubiera sido acusado por el Congreso, el Senado habría tenido que convocar una audiencia presidida por el Presidente del Tribunal Supremo.
El congreso controlado por los demócratas, a pesar de su discurso, sabía que no era probable que el senado controlado por los republicanos condenara a Trump y lo destituyera de su cargo. Secretamente, los demócratas no querían tal juicio, porque eso habría expuesto su acción traicionera para eliminarlo y habría expuesto al público cómo James Comey y otros firmaron el expediente no verificado de Steele como evidencia comprobada. Ocultar esa información al tribunal de FISA fue altamente ilegal, como lo han declarado públicamente los jueces del tribunal de FISA.
Es por eso que los demócratas no querían presionar el tema en un entorno judicial real, donde sus propios secuaces serían expuestos en la corte y se enfrentarían a la cárcel.
Mueller, por supuesto, parecía no saber nada de todo esto, por lo que es interesante que el público aparentemente sepa mucho más que él sobre su propio caso. Realmente pareció un viejo tonto en toda la línea de preguntas.
Categoría: Comentario de noticias
Autor del blog: Dr. Stephen Jones
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