Fecha: 01/03/2019
Edición No. 368
La libertad puede llevar al caos o al cosmos (orden). Depende de si la libertad proviene de Dios o del hombre, es decir, de las Leyes de Dios o de las tradiciones de los hombres.
Los hombres siempre han prometido libertad a la gente para obtener su apoyo y lealtad, pero esa libertad ha sido inevitablemente efímera o simplemente inexistente. Solo el plan de libertad de Dios trae libertad genuina, y esto se establece en la Ley Divina. Por lo tanto, el salmista nos dice en ese gran capítulo de la Ley, Salmo 119:44,45,
44 Así guardaré tu ley continuamente, por los siglos de los siglos, 45 y caminaré en libertad, porque busco tus preceptos.
10 Y santificarás el quincuagésimo año y proclamarás la libertad en toda la tierra a todos sus habitantes ...
Esta libertad no se limitaba a los israelitas biológicos, sino que incluía a “todos sus habitantes”. La Ley del Jubileo limitó la esclavitud al cancelar las deudas cada 49 años, o 7 años sabáticos.
El movimiento de Jesús contra la esclavitud
La misión principal de Jesús, como Él mismo proclamó al comienzo de Su ministerio terrenal, era cumplir Isaías 61:1,2, "proclamar la libertad a los cautivos".
Por lo tanto, no es de extrañar que la esclavitud comenzó a ser aborrecida cuando la Biblia fue abierta a la gente común y cuando fue explicada por los reformadores protestantes. Cuando la República de los Estados Unidos fue declarada en 1776, los que estaban más influenciados por la Biblia estaban en la vanguardia de los movimientos contra la esclavitud.
Mientras que los católicos romanos y sus primos anglicanos continuaron justificando la esclavitud, aquellos que leyeron las Escrituras por sí mismos vieron que el objetivo declarado de Dios era liberar a las personas de todas las formas de esclavitud. Esto fue posible solo a través de “la ley de la libertad” (Santiago 2:12). Esta no era una Ley separada de la Ley Mosaica. Fue una comprensión adecuada de la Ley Mosaica, los Profetas y todas las Escrituras inspiradas.
La verdadera libertad revelada en la Ley
La verdadera libertad no es la libertad de robar el trabajo o la propiedad de otros hombres, sino la de estar de acuerdo con el mandamiento de Dios: "No robarás".
La verdadera libertad no es la libertad de cometer una inmoralidad sexual, sino la de estar de acuerdo con el mandamiento de Dios: "No cometerás adulterio" y nuevamente: "No codiciarás la esposa de tu prójimo".
La verdadera libertad no es la libertad de adorar a dioses falsos cuyas leyes y prácticas llevan a los hombres a la esclavitud, sino la de estar de acuerdo con el mandamiento de Dios: "No tendrás otros dioses delante de Mí".
La verdadera libertad no es la libertad para mentir, que algunos se reservan para sí mismos pero no para otros, sino la de estar de acuerdo con el mandamiento de Dios: "No darás falso testimonio".
La verdadera libertad no se encuentra en un sistema judicial que permite a los funcionarios del gobierno mentir al público mientras se condena a los plebeyos por mentir a los funcionarios del gobierno, por Mal. 2:9 condena a los sacerdotes por "mostrar parcialidad en la instrucción". Santiago 2:9 confirma esto diciendo:
9 Pero si demuestras parcialidad, estás cometiendo pecado y la ley te condena como transgresor.
La Ley de Imparcialidad resuelve el problema de las distinciones de clase injustas que Karl Marx no corrigió a través del socialismo. Cuando Marx estableció un impuesto graduado a la renta como la solución socialista al problema de la pobreza, todo lo que realmente hizo fue legalizar el robo en proporción al valor del trabajo y los ingresos.
La Ley de Dios que exige el amor a los extranjeros o extraños, si se implementa adecuadamente, debe resolver el problema del privilegio racial y la esclavitud. Los hombres generalmente han malentendido y malinterpretado la Ley, para decir que los israelitas o los judíos eran una clase privilegiada de "pueblo elegido". Sin embargo, la Ley, los Profetas y el Nuevo Testamento dejan en claro que ser elegido se basa en la relación de uno con Jesús Cristo y no la relación genealógica de uno con Abraham.
Al comprender la diferencia entre el Antiguo y el Nuevo Pacto, el problema de la desigualdad de género se resuelve. El Antiguo Pacto (Agar) no era un fin en sí mismo, sino que fue diseñado para mostrarnos su fracaso final para lograr su objetivo declarado. Solo una relación del Nuevo Pacto (Sara) que gobierna a hombres y mujeres, esposo y esposa, puede llevarnos a nuestro pleno potencial en la libertad del evangelio.
Lo que el mundo ha intentado hacer por medios ilegales, Dios lo ha hecho por el consejo de Su propia voluntad. Donde el mundo ha fallado, Dios tiene éxito.
Hay innumerables formas en que los hombres han justificado su parcialidad, elevando a un hombre sobre otro, otorgando a los gobiernos el derecho a mentir, matar, esclavizar y otorgar privilegios a ciertos individuos o clases de personas. Tal parcialidad se basa en el interés personal carnal, no en los principios de igualdad y libertad que se encuentran en las Escrituras.
La esclavitud voluntaria
Hay una gran diferencia entre la esclavitud bíblica y el tipo de esclavitud que normalmente se practica a lo largo de la historia. El mundo practicó la esclavitud perpetua durante el tiempo que un mamo deseaba. Dios permitió solo la esclavitud temporal, y su propósito subyacente era enseñar a los pecadores cómo trabajar en lugar de robar.
La única justificación bíblica para la esclavitud era hacer cumplir el pago de la deuda, ya sea por un préstamo impagado o por una deuda adquirida por algún pecado o destrucción de propiedad. Sin embargo, tales deudas estaban limitadas por la Ley de Jubileo, para que la deuda perpetua y la esclavitud pudieran ser abolidas.
La excepción a esto es cuando un hombre se dedica voluntariamente a ser esclavo debido a su gran amor por su amo. Éxodo 21:5,6 dice:
5 Pero si el esclavo dice claramente: “Amo a mi amo, a mi esposa y a mis hijos; No saldré como un hombre libre", 6 entonces su amo lo llevará a Dios [es decir, a los jueces que representan a Dios], luego lo llevará a la puerta o al poste de la puerta. Y su amo le perforará la oreja con un punzón; y le servirá permanentemente.
Esta Ley muestra que el amo de un esclavo no debe maltratar a su esclavo, sino ser como Cristo para él, para ganar su lealtad y afecto por amor, no por miedo. Cuando servimos a alguien que nos ama, el maestro de esclavos en realidad sirve al esclavo, ya que es responsable ante Dios de llevar a ese esclavo a su pleno potencial y vocación.
Por esta razón, Jesús enseñó que la autoridad debía usarse para servir a los demás, en lugar de ser servida por ellos (Mateo 20:25-28). La esclavitud bíblica, entonces, le da al esclavo una educación útil y un propósito en la vida, ya que prepara al esclavo para servir a Dios como un ciudadano productivo del Reino.
En última instancia, esta Ley se aplica a nuestra propia devoción a Dios, ya que cuando aprendemos a amar a nuestro Amo, también queremos permanecer en Su casa y "servirle permanentemente".
Así David también se presentó a Dios de esta manera, que también profetizó de Jesucristo. El Salmo 40:6-8 dice:
6 Sacrificio y ofrenda de comida no has deseado; Mis oídos Tú has abierto [con un punzón, por así decirlo]; holocausto y ofrenda por el pecado no has requerido. 7 Entonces dije: He aquí, yo vengo; en el rollo del libro está escrito de mí; 8 Me deleito en hacer tu voluntad, oh Dios mío; tu ley está escrita en mi corazón.
Es la imagen de un esclavo liberado que regresa a su amo, diciendo: "He aquí, vengo". Un esclavo así ha escuchado verdaderamente la voz del Dios de amor y está de acuerdo con Su voluntad y Sus Leyes. Tal esclavo ya no desea seguir los dictados de la carne, que solo lo esclavizan a sus propias pasiones y deseos (Rom. 7:23). Él regresa a Su Amo porque se deleita en hacer Su voluntad. Tal deleite es característico de aquellos corazones en los cuales la Ley Divina está escrita de acuerdo con las disposiciones del Nuevo Pacto (Heb. 8:10),
10 Porque este es el pacto que haré con la casa de Israel después de esos días, dice el Señor. Pondré Mis leyes en sus mentes, y las escribiré en sus corazones. Y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
Cuando llegamos a conocer a Dios a través del ejemplo de Jesucristo, se convierte en un placer convertirse en Su esclavo y en un placer seguir Sus Leyes. Es solo cuando los hombres no lo conocen o no entienden Sus Leyes que se rebelan contra Él y consideran que Sus Leyes son opresivas o no espirituales.
El cautiverio de Israel finalizó 1776-1800
Cuando estudiamos el tiempo y la profecía, una verdad fundamental es que el juicio a largo plazo sobre Israel se estableció en términos de "siete tiempos" (Lev. 26:18,21,24,28). Siglos más tarde, el profeta Daniel interpretó que un "tiempo" significaba un período de tiempo específico (aunque no especificado), lo que daba al "cuerno pequeño" 3½ "tiempos" para gobernar (Daniel 7:25).
En Apocalipsis 13:5, Juan cita las profecías de Daniel, interpretando estos 3½ "tiempos" más específicamente como un período de "cuarenta y dos meses", o 1,260 días. Dado que esto describe un período de profecía a largo plazo, esto solo podría referirse a 1,260 AÑOS, es decir, un día por un año.
La palabra hebrea yom se traduce "día" en la KJV un total de 2008 veces, pero también se traduce "año" 14 veces. La palabra puede significar cualquiera de los dos, y esto apoya el principio profético de un día por un año, como se menciona en Num. 14:34 y otra vez en Ezequiel 4:4-6.
El punto es que un "tiempo" podría ser tan corto como un solo día, o podría referirse a un año profético de 360 días. En la profecía a largo plazo, podría referirse a un ciclo de 360 años. Por lo tanto, un ciclo de 7 tiempos en la profecía a largo plazo es de 2,520 años, o 360 x 7 años.
Así es como se aplica cuando estudiamos el juicio a largo plazo de Dios sobre Israel y Judá. Las tribus de Israel comenzaron a ser capturadas y deportadas a Asiria en el 745 a. C. Este cautiverio se completó en el 721 a.C., cuando Samaria, la capital de Israel, fue destruida.
Los "siete tiempos" de juicio divino de Israel, que datan del 745 a.C., llegaron a su fin 2,520 años después, en 1776, el año de la fundación de Estados Unidos. Si fechamos este ciclo desde la caída de la capital de Israel en 721 a.C., llegaríamos al año 1800, el año en que se construyó la capital de Estados Unidos.
Es claro, entonces, que existe una correlación profética entre Israel y Estados Unidos. Esto no es para excluir a otras naciones de la Comunidad de Israel, pero sin embargo, no hay duda de que la fundación de Estados Unidos ocurrió al final de un largo ciclo de cautiverio. En otras palabras, Estados Unidos (no el Estado Israelí) cumple las profecías de la reunión de Israel.
La importancia de 1900
Si tomamos en cuenta los cien años en que Jerusalén fue independiente del 163-63 a.C., privando al Imperio Griego de su último siglo de gobierno de las Bestias, debemos agregar ese siglo al año 1800 y llegar al año 1900. Recordemos que teníamos que hacer esto en el ciclo de 2.520 años del gobierno de las Bestias en relación con Judá y el Mandato de Dominio. Tiene sentido, entonces, que lo mismo debe hacerse con el Derecho de Nacimiento o Primogenitura (o Mandato de Fructificación o Fecundidad) de José-Efraín-Israel. Esto nos lleva a la efusión pentecostal en la víspera de Año Nuevo de 1900 en Topeka, Kansas, que tuvo lugar en la Escuela Bíblica de Charles Parham.
Qué significa todo esto? ¿Qué correlación tiene la caída de Samaria con la llegada de Pentecostés en 1900?
En primer lugar, dado que estamos tratando con la Primogenitura, vemos que el derramamiento del Espíritu Santo es quizás la característica principal de la Primogenitura, que hace posible que se produzcan los hijos de Dios. Pentecostés en Hechos 2 fue el lanzamiento de la disposición de la Primogenitura, y esto continuó en todo avivamiento genuino del Espíritu Santo en años posteriores.
Sin embargo, durante mucho tiempo la mayoría de los cristianos creían que Pentecostés había terminado virtualmente en el primer siglo y que los dones del Espíritu habían dejado de operar en la Iglesia después de la muerte del último Apóstol. Por esta razón, un restablecimiento de Pentecostés fue necesario para darnos nuevamente la revelación de los días festivos.
De hecho, la revelación de la Pascua se restableció en la Iglesia a través de Martín Lutero y otros reformadores en la década de 1500, cuando enseñaron la justificación por la fe en la sangre del Cordero. Pentecostés fue reintroducido en 1900, y esperamos ver pronto la renovación de la Fiesta de los Tabernáculos.
En la progresión de la revelación hacia el Reino, Pentecostés fue muy importante. En los días de Moisés, era la fiesta donde se dio la Ley en el Monte Horeb, lo que nos muestra que su principal propósito era escribir la Ley en nuestros corazones al escuchar la Palabra. En Hechos 2 vemos nuevamente cómo Dios habló a las personas en su propio idioma para lograr esto. Sin embargo, Pentecostés es una fiesta con levadura (Lev. 23:17) sin el bautismo de fuego. Históricamente, Pentecostés nunca ha sido adecuado para establecer nada más que el Reino de Saúl, quien también fue coronado en Pentecostés (2 Sam. 12:17).
Entonces, aunque Pentecostés fue parte de la revelación divina en el año 1900, nuevamente vimos levadura en esa fiesta, y los dos panes de pan pentecostales se han vuelto completamente fermentados en nuestros días. Si esto no fuera así, no habría necesidad ni hambre entre los cristianos (incluidos los pentecostales) para el Gran Avivamiento Final del Espíritu.
La levadura a principios de 1900
El Avivamiento Pentecostal fue programado para ocurrir hacia el final de la Era de la Iglesia de Filadelfia (1776-1914), que cubrió la mayor parte del tiempo de la República Cristiana de los Estados Unidos. La Iglesia de Filadelfia estableció una libertad sin precedentes, pero desafortunadamente, no logró extender esa libertad imparcialmente a todas las razas. Por lo tanto, no cumplió con el pacto abrahámico de ser una bendición para todas las familias de la Tierra. Incluso las clases de Charles Parham en Pentecostés excluyeron a los negros. Así que William Seymour, el ministro negro bajo cuyo ministerio más tarde llegó la efusión de la calle Azusa en Los Ángeles, se vio obligado a sentarse frente a la puerta del aula para aprender sobre el Espíritu Santo. No obstante, Dios honró su ministerio, y Azusa Street vio un gran movimiento del Espíritu Santo en 1906. Ese avivamiento también fue fermentado de algunas maneras, pero Dios se movió de muchas formas milagrosas, y se estableció Pentecostés.
En mi opinión, uno de los propósitos principales de Pentecostés en 1900 era escribir en los corazones de los creyentes algunas leyes olvidadas. La Ley del Jubileo no logró obtener reconocimiento. Entonces, mientras muchas denominaciones pentecostales negras se formaron en esos días, no pudieron ir más allá de las lecciones que Pedro se vio obligado a aprender en Hechos 11.
La revelación de Pedro en Hechos 11:15-18 fue que el Espíritu Santo había sido dado a los no judíos (y a los no israelitas). Si él y los otros discípulos hubieran entendido la Ley correctamente, habrían visto que era obligatorio que los extranjeros celebraran la Fiesta de Pentecostés (Deut. 16:9-11). De hecho, lo mismo sucedió con la Pascua (Éxodo 12:19) y los Tabernáculos (Deut. 16:14), mostrando claramente que las promesas hechas a los "padres" no debían ser atesoradas solo por sus descendientes biológicos.
El mismo principio es válido para el Jubileo y sus disposiciones contra la esclavitud. La Ley exige igualdad para todos y específicamente prohíbe un sistema de ley de dos niveles, donde los israelitas puedan ser favorecidos por encima de otros (Núm. 15:15,16). Sin embargo, al igual que este principio de igualdad se había olvidado en el primer siglo, también se olvidó durante la dominación de la Iglesia Romana durante la Edad Media, e incluso algunos protestantes lo rechazaron en los últimos siglos. Esta fue la causa de muchas disputas en América, y al final, la visión cristiana que prevaleció en general fue la que justificaba la esclavitud y afianzaba un sistema de clases que era comparable a la mentalidad judía del primer siglo.
La conclusión es que la efusión pentecostal de principios de 1900 hizo poco para corregir el problema, ya que la mayoría no estaba dispuesta a vivir por cada Palabra que salía de la boca de Dios (Deut. 8:3; Mat. 4:4). Por lo tanto, como un todo, no se pudo escribir la Ley completa en sus corazones.
Bajo esa limitación para comprender las Leyes de Dios, el Movimiento Pentecostal siguió el ejemplo del Rey Saúl y construyó muros denominacionales, prefiriendo el gobierno de los hombres en lugar del gobierno directo de Dios (1 Samuel 8:7). Por lo tanto, las bendiciones de Pentecostés se hicieron limitadas y la levadura creció hasta que el "pan" fue completamente fermentado.
Si nos preguntáramos qué pudiera haber sido si el Movimiento Pentecostal hubiera cumplido con su llamado, creo que Estados Unidos hubiera tenido la oportunidad de evitar el cautiverio final a Misterio Babilonia, que comenzó en 1913 con la aprobación de la Ley de la Reserva Federal. Pero esto no debía haber ocurrido, porque aunque esta era la voluntad de Dios, no era Su plan.
Tiempo Juzgado para Israel en América
El Tiempo Juzgado es bastante raro, pero es uno de los ciclos de tiempo de juicio vistos por la observación en las Escrituras. Mientras que el Tiempo Maldito es un ciclo de 414 años, y el Tiempo Bendito es un ciclo de 490 años, el Tiempo Juzgado es de 434 años. Mientras que el Tiempo Maldito es generalmente por ser maldecido o por estar en un llamado que no es el suyo, el Tiempo Juzgado es por la obediencia tardía.
Ver el capítulo 6 de mi libro, Secretos del Tiempo (http://josemariaarmesto.blogspot.com/2015/10/libro-secretos-del-tiempo-traduccion.html).
El juicio de Israel comenzó realmente en el 745 a.C., cuando las tribus al este del río Jordán fueron deportadas a Asiria. Esto comenzó el juicio divino a largo plazo sobre Israel. Al hacer los cálculos, encontramos que el año 1860 fue el final de 6 x 434 años desde el 745 a.C. Fue el año en que Estados Unidos comenzó a dividirse, lo que llevó a la gran Guerra Civil (1861-1865). Si bien muchos argumentan que las causas fundamentales de esta guerra fueron de naturaleza económica, para mí está claro que Dios lo vio en términos de obediencia tardía. ¿Llegaron tarde en alguna manera económica? Apenas. Llegaron tarde a abolir la esclavitud de acuerdo con el mandato abrahámico. Intentaron prohibir la esclavitud en 1776 y nuevamente en 1789, pero cada vez fallaron. El problema se agravó hasta que este problema llegó a su clímax durante la Guerra Civil.
El gran problema en el momento de las colonias americanas tempranas era si ciertos hombres tenían o no el privilegio de gobernar a la gente "común". La visión de larga data de monarcas y papas había insistido en su derecho a gobernar a los plebeyos en un sistema de clases de dos niveles. La Reforma había rechazado esto, pero el campamento estaba dividido por las dos opiniones.
Muchos protestantes vieron la esclavitud como otra forma de justicia desigual. Vieron el comercio de esclavos, no solo como un robo de trabajo, sino como que el presunto derecho de secuestrar a un hombre, era un pecado que acarreaba la pena de muerte (Éxodo 21:16). El otro lado afirmaba que las otras razas no eran "hombres" y, por lo tanto, la Ley no se aplicaba a ellos. Su razonamiento era similar al del judaísmo talmúdico, que enseña que los gentiles son comparables al ganado y que los judíos pueden poseer gentiles como lo harían con el ganado. En otras palabras, el judaísmo talmúdico no considera a los gentiles como "hombres".
Esas "tradiciones de los hombres" destruyen la Ley y niegan el Pacto de Abraham. Los que tienen esa mentalidad no son hijos genuinos de Abraham, al menos no según la definición de Pablo en Gal. 3:28,29. Si bien podemos excusar a los judíos por no aprender la lección de Pedro en Hechos 11, o por no tener la revelación de Pablo sobre la igualdad, ¿cómo podrían los cristianos justificar su adhesión a la esclavitud?
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| https://www.gods-kingdom-ministries.net/teachings/ffi-newsletter/ffi-2019/03-01-2019-from-chaos-to-cosmos-part-5/ |
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