DOS EXPERIENCIAS ESPIRITUALES: DELEITE Y ARIDEZ (Sorbos Místicos), Miguel de Molinos




En todo tu peregrinar como creyente vas a tener dos categorías de experiencias espirituales. Una es tierna, deleitosa y llena de amor. La otra puede ser bastante oscura, seca, tenebrosa y desolada. Dios nos da las primeras para ganarnos y las segundas para purificarnos.

Primero trata contigo como si fuera un niño. Entonces comienza a tratarte como a un hombre fuerte. En las primeras una gran parte de tu experiencia cristiana está atada a lo que puedes captar exteriormente por tus sentidos. (Te atraen las maravillosas experiencias agradables y exteriores; de hecho, hasta te pueden crear hábito). Pero la otra categoría de experiencias cristianas exige que seas un creyente al que ya no le importen los sentidos exteriores. En lugar de esto deberás saber pelear contra tus propias pasiones, y llegar a una voluntad que se halle en acuerdo y concierto total con el Señor ... Esta es la ocupación correcta para todos nosotros.


LOS TIEMPOS DE ARIDEZ (DESIERTO) Y SUS FRUTOS:

Los tiempos de aridez son instrumento de Dios para tu bien. Sí, es cierto que en esos tiempos quedan desposeídos los 5 sentidos,y termina todo progreso exterior. Pero debes saber esto: en tiempos así, o vas a dejar la oración y tal vez incluso una gran parte de tu caminar cristiano, o vas a ser llevado a un gran consuelo que no tiene nada que ver con los sentidos externos.

Siempre hay un velo que nos llega con los tiempos de aridez, porque serán unos tiempos en los que no sabemos lo que Él está haciendo. Si siempre supiéramos en qué está obrando (cuando obra sobre nuestro hombre exterior y obra en nuestro hombre interior), nos volveríamos muy presuntuosos. Nos imaginaríamos que nos va muy bien si siempre supiéramos lo que Él está haciendo, ¿no es así? Hasta calcularíamos que nos habíamos acercado mucho a Dios y este tipo de conclusión nos destruiría muy pronto.

La dependencia en las circunstancias externas, todo lo referente a que tu comprensión espiritual dependa de tus sentidos externos; todo eso debe desaparecer en el camino. ¿Cómo? ¡Por medio de la aridez! El Señor usa estas tierras áridas estos lugares desiertos para eso.

El agricultor siembra en una estación y cosecha en otra; Dios hace algo mu parecido. En Su tiempo es cuando te da fuerzas contra las tentaciones. (Muchas veces esas fuerzas te llegan en el momento que menos lo piensas).

¿Cuales son los frutos de un creyente que persiste en buscar al Señor de una forma más profunda en esas temporadas de sequía? Si sobrevives a esos periodos y perseveras humildemente en seguirlo a Él, ¿cuales serían los frutos de esas sequías?

1- Aprenderás el don de la perseverancia, que tiene muchos frutos y ventajas.
2- Desarrollarás un estado de alerta contra las cosas del mundo.
3- Poco a poco y a paso lento los apetitos de tu vida pasada perderán su fuerza; mientras surgirán otros nuevos dirigidos hacia tu Señor.
4- Vas a aprender la reflexión y la concentración en cosas en las cuales antes no tenías prácticamente ningún interés.
5- Cuando estés al borde de cometer alguna maldad, vas a sentir una advertencia en lo más profundo de ti; una advertencia que te va a impedir que ejecutes ese mal. Tu apego a ese placer terrenal quedará cortado, o vas a huir de esa situación o de esa conversación, o lo que sea aquello que te esté alejando.
6- Vas a dejar a un lado cosas que antes nunca habían molestado a tu conciencia.

(Extracto del libro 'Cien Días en el Lugar Secreto')

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