LLENOS DE VIGOR POR SU VIDA Y ASIDOS POR SU AMOR, Oswald Chambers




Nacer de nuevo por el Espíritu es una obra inconfundible de Dios, tan misteriosa como el viento, tan sorprendente como Él mismo. No sabemos en dónde se origina y está escondida en lo recóndito de nuestra alma. Nacer de nuevo, de lo Alto, es un permanente y eterno comenzar. Nos brinda una vitalidad constante en lo que pensamos hablamos y vivimos, la sorpresa continua de la vida de Dios. La falta de vigor indica que algo en nosotros no está en armonía con Él. La primera señal de envejecimiento se presenta cuando nos decimos: "Tengo que hacer esto ahora o nunca lo terminaré". ¿Nos sentimos llenos de vida en este mismo momento o nos hallamos marchitos buscando desesperadamente en nuestra mente la solución para este problema? La vitalidad no es el resultado de la obediencia, sino que proviene del Espíritu Santo. La obediencia nos mantiene en luz como Él está en luz ... (1 Juan 1:7).

Cuida celosamente tu relación con el Señor. Jesús oró: "... para que sean uno, así como nosotros somos uno", sin nada que se interponga, Juan 17:22. Mantén siempre tu vida entera abierta a Jesucristo y no aparentes ante Él, ¿Estás extrayendo tu vida de una fuente distinta a Dios? Si dependes de algo más como tu fuente de vitalidad y fortaleza, no te darás cuenta cuando el poder de Dios se haya ido.

Nacer del Espíritu significa mucho más de lo que usualmente pensamos. Nos da una nueva visión y nos mantiene totalmente llenos de vigor para todo, por medio de la provisión inagotable de la vida de Dios.



Pablo dijo que estaba dominado, sometido y sujetado como en una prensa, por el amor de Cristo. Muy pocos de nosotros sabemos realmente lo que significa ser asidos en un apretón del amor de Dios. Con frecuencia nuestra tendencia es a ser controlados simplemente por nuestra experiencia personal. Pero lo único que tenía sujeto a Pablo, con exclusión de todo lo demás, era el amor de Dios. El amor de Cristo nos constriñe: Cuando escuchas este sonido en la vida de un hombre o una mujer, no te resulta posible confundirlo con algo más. Tú sabes que el Espíritu de Dios está obrando con plena libertad en la vida de esa persona.
Cuando nacemos de nuevo por el Espíritu de Dios, nuestro testimonio se basa únicamente en lo que Dios ha hecho por nosotros y con toda razón. Pero, el Bautismo en el Espíritu Santo elimina eso para siempre y entonces comenzamos a comprender lo que Jesús quiso decir cuando declaró: "me seréis testigos...", Hechos 1:8. No testigos de lo que Él puede hacer -este testimonio es básico y se sobreentiende- sino que seréis testigos de mi. Aceptaremos todo lo que ocurra como si le estuviera sucediendo a él, tanto si recibimos alabanzas o vituperios, persecuciones o elogios. Nadie que no esté totalmente apremiado por la majestad de su poder es capaz de asumir esta posición por Jesucristo. Es lo único importante, sin embargo, es extraño que es lo último que comprendemos. Pablo dijo que estaba asido por el amor de Dios y por eso actuaba como lo hacía. No le importaba si la gente lo calificaba de loco o cuerdo. Tenía una sola razón para vivir: persuadir a los hombres del juicio venidero de Dios y contarles del amor de Cristo. La sumisión total al amor de Cristo es el único propósito que producirá fruto en tu vida y siempre dejará la huella de la santidad y el poder de Dios, sin llamar nunca la atención hacia tu santidad personal.

(Por gentileza de E. Josué Zambrano)

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