PANORAMA DEL PLAN DE DIOS, Dr. Stephen Jones




03 de diciembre de 2018

El propósito de Dios al crear el Universo era extender su Reino más allá de la dimensión espiritual al ámbito de la materia. Génesis 1: 1, de hecho, nos proporciona la extensión conocida de su Reino: "los cielos y la tierra". Los que están desequilibrados en su perspectiva ven solo uno de estos reinos como su Reino. La vista completa y equilibrada es notar que el Reino de Dios incluye ambos.

Espíritu, alma y cuerpo
Hay algunos con una visión materialista que no reconocen el reino del espíritu. Tal es el punto de vista de la ciencia y las leyes modernas, que se han convertido en puntos de vista puramente materialistas. Muchos cristianos también saben poco acerca de los asuntos espirituales, porque confunden las cosas espirituales con los asuntos religiosos. El espíritu es una dimensión diferente que es inherentemente distinta e invisible para el mundo material, invisible para nuestros ojos físicos, por ejemplo.
No obstante, como el hombre ha sido creado como un ser tripartito (espíritu, alma y cuerpo), a todos se nos dio un medio por el cual podemos interactuar con el reino del espíritu. El alma (mente carnal) y el cuerpo físico son limitados y no pueden interactuar con la dimensión espiritual sin ser influenciados o dirigidos por el espíritu de uno.
En otras palabras, su espíritu es su puerta al mundo espiritual. Pablo dice en 1ª Corintios 2: 14-16 que solo el "hombre espiritual" interior puede conocer las cosas espirituales. El alma, u "hombre anímico", es incapaz de comprender "las cosas del Espíritu de Dios". Por esta razón, el alma debe someterse a la guía del espíritu y confiar en que el espíritu de uno es más capaz en tales asuntos.
El hecho de que Pablo llamara "hombre" tanto al espíritu como al alma, era más que una personificación. Indicaba que cada uno de ellos tiene un yo consciente o mente, uno una mente carnal y el otro una mente espiritualEs importante conocer esta enseñanza para que, en el curso de convertirnos en una “nueva creación” (2ª Corintios 5: 17), podamos comprender que debemos cambiar nuestras identidades del alma al espíritu y de Adán a CristoEl Cristo que está en nosotros como hijos engendrados de Dios es el producto de dos padres. Usted es la madre (como María lo fue para Jesús), y Dios es el Padre, que nos engendró por medio de su Espíritu a través de la semilla de la Palabra (evangelio).

Los tiempos de refrigerio y restauración
Con el fin de establecer el Reino de Dios en la Tierra en el sentido más amplio, todos debemos en algún momento ser engendrados desde arriba. Solo entonces, el tiempo, como lo conocemos ahora, terminaráPor lo tanto, el Jubileo de la Creación marcará el fin del tiempo, ya que solo entonces se completará el Plan Divino. Los profetas conocen las Edades finales de los tiempos como "los tiempos de refrigerio" (Hechos 3: 19) y "el día de la restauración de todas las cosas" (Hechos 3: 21).
Juan nos muestra en Apocalipsis 20 que esos tiempos son tiempos de juicio y corrección divinos, donde el Espíritu de Dios se derrama en un Bautismo de Fuego finalJuan recurrió a la metáfora familiar que Moisés usó cuando se refirió a la Ley Divina como "la ley de fuego" (Deuteronomio 33: 2 KJV) por la cual todo pecado es juzgado y "quemado". El profeta Daniel tuvo la misma visión de juicio de fuego cuando vio el  Trono de Fuego del Anciano de Días, del cual el juicio fluía como un "río de fuego" sobre aquellos que estaban siendo resucitados de los muertos (Daniel 7: 10).
Así que Juan el Bautista también entendió que el Espíritu Santo debía bautizar a la humanidad con "fuego" (Lucas 3: 16). Demostró que se trataba de un fuego purificador, diseñado para quemar la "paja", una metáfora agrícola bien entendida por su audiencia. "Paja" es aquello que no es comestible, como las tradiciones de los hombres y cualquier otro pensamiento o actividad carnal.
La enseñanza de Juan preparó el camino para el día de Pentecostés, cuando se vieron lenguas de fuego sobre las cabezas de los discípulos en el Aposento Alto (Hechos 2: 3).
Solo cuando entendemos la metáfora del "fuego" en las Escrituras podemos ver verdaderamente el propósito del Espíritu SantoEse propósito es juzgar todo pecado, purificar a todos los hombres de sus maneras carnales, restaurar el orden legal mediante la restitución y el trabajo, y en última instancia, corregir todo lo que está malEl juicio divino finalmente restaurará todas las cosas: la misión de Elías (Mateo 17: 11).
Debido a que Elías mismo hizo descender fuego literal del cielo (2º Reyes 1: 10), los discípulos de Jesús pensaron que deberían seguir el mismo ejemplo sobre los incrédulos (Lucas 9: 54). Pero Jesús los reprendió, porque no entendían que lo que es muerte en el Antiguo Testamento, es vida en el Nuevo. El juicio ardiente en el Antiguo Testamento (Sodoma, por ejemplo) no reflejaba verdaderamente el corazón de Dios o la mente de Cristo. El bautismo de la Leyde Fuego es para restaurar, no para destruir.
Aquellos de nosotros que tenemos una mentalidad del Nuevo Pacto y que tenemos la mente de Cristo, podemos aplicar los juicios de Dios de una manera consistente con el verdadero propósito del Plan Divino. Al saber que Dios pretende ser "el todo en todo" (1ª Corintios 15: 28), hemos abandonado el punto de vista dualista griego, donde al final se dice que Dios gobierna solo una parte del Universo, mientras que el diablo se lleva la mayor parte de la humanidad a un reino llamado "Infierno".
Desde nuestro punto de vista, Dios gana y Él gana al cambiar los corazones de todos los hombres, principalmente a través de juicios divinos.

Las tres cosechas
La severidad de estos juicios se ve nuevamente en la metáfora de la "paja", que es el problema principal de toda la humanidad
En los tres festivales o fiestas de cosecha en las Escrituras, vemos tres ofrendas de primicias, cada una representando una porción diferente de la humanidad: cebada, trigo y uvasA Israel se le dieron tres festivales principales de cosecha, cada uno con una primera ofrenda de primicias para santificar la cosecha. Éstos tienen aplicación personal, por supuesto, pero en la historia profética a largo plazo, cada uno representa tres grupos de la humanidad que se presentan a Dios en diferentes momentos de la historia. Esto se relaciona directamente con la presentación de los Hijos de Dios, para que puedan manifestarse en la Tierra.
La cebada se avienta, el trigo se trilla y las uvas se pisan bajo los pies. 
La paja de la Compañía de la Cebada no se adhiere al grano (germen) sino que se quita con el viento con mucha facilidad. Tales son los Vencedores, quienes, como Cristo, son movidos más fácilmente por el Espíritu (ruaj, "viento"). Estos se arrepienten más fácilmente con un mínimo de presión (juicio).
La Compañía del Trigo, que representa a los de la Iglesia en General; éstos requieren trillarse para quitar la paja del grano. Por lo tanto, Pablo dice que la Iglesia será "salvada pero así como a través del fuego" (1ª Corintios 3: 15).
La Compañía de la Uva, que representa al resto de la humanidad (incrédulos), será juzgada con la mayor severidad, es representada en el pisado de las uvasLos hombres pisan uvas para extraer el jugo y dejar de lado la "paja", que en este caso es el pellejo. El propósito de Dios se establece en 1ª Corintios 15: 27, donde todas las cosas se ponen "bajo sus pies". Aquí y en otros lugares, Pablo cita del Salmo 8: 6Es la conocida metáfora de la vendimia.
Cuando la cosecha final está completa, Dios presenta la fiesta, la gran Mesa de la Comunión, donde puede celebrar con nosotros el pan sin levadura (cebada), el pan con levadura (trigo) y el vinoCuando los hombres participan de la Mesa de la Comunión, profetizan y dan testimonio de la gran Comunión final.

Las tres presentaciones de los Hijos de Dios
El proceso histórico mediante el cual todos entran en la Filiación se ve de manera más clara en el Nuevo Testamento. Juan muestra en Apocalipsis 20: 4-6 y en 20: 12 que hay dos resurrecciones, una para los Vencedores y otra para toda la humanidad, incluido el resto de la Iglesia. Se dice que las dos están separadas por mil años (Apocalipsis 20: 7).
La Primera Resurrección es para la Compañía de la "Cebada", que recibirá su recompensa de inmortalidad a tiempo para reinar con Cristo durante los mil años anteriores al juicio del Gran Trono Blanco. Cuando la Iglesia en su conjunto resucite de entre los muertos junto con el resto de la humanidad, será tratada de manera diferenteJesús habló de esta resurrección en Juan 5: 28-29, donde dijo que a los creyentes se les dará "una resurrección de vida", mientras que a los incrédulos se les dará "una resurrección de juicio"Por lo tanto, la Iglesia será una cosecha de trigo para la Mesa de Dios. El resto de la humanidad, sin embargo, serán sometidos a juicio. Al presentarse ante el Gran Trono Blanco, finalmente conocerán la verdad, y entonces "toda rodilla se doblará" y "toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor" (Filipenses 2: 10-11). La palabra griega para "confesar" es exomologeo, "profesar, reconocer abiertamente y con alegría, profesar que uno hará algo, prometer, acordar, comprometerse". https://www.blueletterbible.org/lang/Lexicon/Lexicon.cfm?strongs=G1843&t=NASB
Eso es lo que "cada lengua" dirá. Esa escena describe la conversión universal a CristoPablo dice además que "nadie puede decir: 'Jesús es el Señor', excepto por el Espíritu Santo" (1ª Corintios 12: 3). Por lo tanto, cada lengua que profesa que Jesucristo es el Señor es evidencia de que el Espíritu Santo ha obrado en ella. No obstante, la salvación no se trata solo de ser engendrado por el Espíritu (o "nacido de nuevo", como muchos lo dicen). Ser engendrado es solo el comienzo de un proceso de maduraciónSabemos esto por nuestras propias vidas hoy, porque se necesita tiempo para que el Espíritu Santo queme la paja en nuestras vidas. No somos perfeccionados de inmediato. Debemos "crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo" (2ª Pedro 3: 18).
Así también a aquellos que serán creyentes recién engendrados en el Gran Trono Blanco se les deberá dar tiempo para que crezcan hasta la madurez a través del bautismo de fuegoEsa es la naturaleza del "lago de fuego" en Apocalipsis 20: 14EDaniel 7: 10 este "Lago" está formado por el "río de fuego"El Río que fluye desde el Trono del Anciano de Días son las sentencias de la Ley de Fuego que se imparten a la gente. El Lago será la condición en que vivirá la humanidad durante esa Edad Final de Juicio, en donde aprenderán la justicia a través del juicio (Isaías 26: 9).

La duración de la Edad del Juicio
Esta Edad del Juicio es en gran parte mal entendida porque queda oculta para la mayoría de las traducciones, que la hacen parecer "eterna" o "perpetua". La palabra griega aion significa "una Edad, o Eon", y aioniana significa "perteneciente a una Edad". Presumen que significa eternidad, al suponer que esta Edad es interminable y, por lo tanto que el juicio es sin esperanza y Dios pierde a la mayor parte de la humanidad. Pero aionian es solo la palabra griega equivalente de la hebrea olamOlam significa "oculto, desconocido, indefinido". Viene de la palabra raíz alam, "ocultar, esconder". 
Cuando se aplica al tiempo, olam se refiere a un período de tiempo indefinido, a una Edad de duración no especificadaSe requiere un contexto adicional para poder fijar una cantidad particular de tiempo a tal Edad. Para Jonás fueron 3 días (Jonás 2: 6). Finees recibió un pacto de sacerdocio olam, que duró aproximadamente 300 años, tiempo después del cual su línea fue reemplazada por la de Sadoc en el tiempo de Salomón (1º Reyes 2: 27). Ni Jonás ni Finees sabían exactamente cuánto duraría su tiempo, porque Dios se lo ocultó. Pero el tiempo no fue "eterno".
Y así, el juicio en el Nuevo Testamento también es aioniano (lo mismo que olam). La duración de esa Edad Final está oculta para la mayoría de las personas, pero es limitada. ¿Como lo sabemos? Ciertamente, no por la palabra aioniana en sí. Lo sabemos por la Ley de Jubileo, que limita todo juicio y restaura todo lo que un hombre ha perdido. 
En el contexto de las leyes nacionales, la trompeta del Jubileo cancelaba todas las deudas y liberaba a todos los hombres (por gracia) cada 49 años (Levítico 25: 810-11).
Las Escrituras aplican esta Ley más ampliamente en el contexto de los años sabáticos; por ejemplo, en las "setenta semanas" de Daniel, que son setenta años sabáticos, o diez Jubileos. 
En el contexto de la Creación misma, donde un día (o año) es como mil años, el Jubileo de la Creación llegará al final de los 49.000 años
Parece que ahora estamos (6.000 años) en el comienzo del final de la primera "semana" o 7.000 añosEl séptimo milenio será el tiempo entre las dos resurrecciones, como dice Juan. Parece que la Edad de Juicio se extenderá por otros 42.000 años después de esoApocalipsis 11: 2 y 13: 5 asocian el número 42 con la tribulación / juicio.
Claramente, pisar las uvas es una forma más severa de juicio que aventar cebada o incluso trillar trigo. Aquellos que son bendecidos al tener fe en Cristo en esta vida recibirán una recompensa mucho mayor y se les asignarán responsabilidades en las Edades venideras. Pero al final, todas las cosas serán puestas bajo los pies de Cristo, y Dios será todo en todo. No será todo en algunos, ni algo en todos, sino todo en todos y en todo. Esas son las buenas nuevas del evangelio. Cuando Dios gane al final, entonces tanto el Cielo como la Tierra serán completamente restaurados, sin dejar ni una porción de oscuridad que pudiera contaminar la luz, ningún pecado que corrompa al universo justo, ningún incrédulo que esté en desacuerdo con la mente de Cristo.
Ese es el Plan Divino en general. Las Escrituras revelan muchos detalles a lo largo del camino para que podamos entender el Plan, su propósito y su forma de pensar. Intentaremos mostrar algunos de esos detalles a medida que avancemos.

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Autor del blog: Dr. Stephen Jones

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