CAMINOS DE LIBERTAD EN COMPETENCIA, Dr. Stephen Jones

08 de noviembre de 2018

La Era de la Fe, según Will Durant en su serie en La Historia de la Civilización, comenzó con el Emperador Constantino y duró hasta la muerte de Dante en 1321, esencialmente mil años. La Era de la Fe, intelectualmente hablando, fue un momento en que se pidió a los hombres (o se les obligó) a creer en Dios y en los credos de la Iglesia sin cuestionarlos. Se suponía que la fe en esos días era ciega, yendo más allá de la razón y la lógica. Esa fe ciega dependía en gran medida de la ignorancia de las Escrituras, ya que durante este tiempo las tasas de alfabetización se desplomaron, y las Escrituras se ocultaron en los centros religiosos. Las personas perdieron el derecho de descubrir la verdad de las Escrituras por sí mismas y de compararla con la doctrina de la Iglesia.

La Era de la Fe fue eclipsada por el Renacimiento, que fue la forma secular de la Reforma Protestante que comenzó casi al mismo tiempo. Durant la data del inicio del Renacimiento alrededor de 1300 y la termina con la muerte de Galileo en 1648, es decir, aproximadamente 350 años. La prosperidad de Venecia, que provenía de su flota de barcos, trajo tanto el comercio como las antigüedades a Italia, incluidos los escritos y el arte clásico griego.

Los papas tronaron contra la interacción de los comerciantes con los musulmanes, pero la Iglesia comenzó a perder su control sobre las mentes de los hombres. La prosperidad también trajo educación, y los hombres comenzaron a recurrir a la filosofía griega en lugar de a la enseñanza de la Iglesia. Con el surgimiento de la filosofía surgió la idea de que los hombres podían aprender la verdad a través de la educación, la razón y la lógica. Por lo tanto, la Era de la razón (1559-1648) se convirtió en la última fase del Renacimiento, comenzando con la reina Isabel I de Inglaterra y terminando con la muerte de Galileo en 1648.

La reforma protestante

Simultáneamente con el Renacimiento se produjo la Reforma Protestante, que también se remonta a John Wycliff alrededor del año 1300. Esta Reforma luchó contra Roma por las enseñanzas de las Escrituras, en lugar de rechazar las Escrituras a favor de la filosofía griega y el razonamiento secular.

La Reforma Protestante sobrevivió a la Era de la Razón, pero la influencia del Renacimiento persistió en gran parte a través del surgimiento de la Masonería, que utilizó la arquitectura y la astrología como un esfuerzo misionero esotérico para someter a los gobiernos a su dios, Baphomet. Para la época de la Revolución Francesa en 1789, en realidad había tres centros de poder principales en Occidente: la Iglesia Romana, los Protestantes y los Masones. Cada uno tenía su propio modo de pensar y su camino hacia el descubrimiento de la verdad y la libertad.

Napoleón surgió de las cenizas de la revolución francesa. Tomó cautivo al papa Pío VI en 1798. Pío VI murió en prisión el año siguiente, y en 1800 fue reemplazado por un monje benedictino llamado Chiaramonte, quien tomó el nombre de Pío VII. Pero este papa tuvo muy poco poder hasta 1804 cuando Napoleón reconoció su posición para que el papa lo coronara Emperador.

Todo esto fue profetizado en Apocalipsis 13:3 cuando la herida mortal en la cabeza infligida a la bestia del mar fue sanada. La segunda mitad de la Revelación 13 luego muestra el surgimiento de una nueva bestia, esta de la Tierra, que fue la bestia financiera que dio origen al moderno sistema bancario, en gran medida a través de la inspiración de la Casa de Rothschild. (Vea mi libro, Apocalipsis, Libro 5 - http://josemariaarmesto.blogspot.com/2016/09/libro-apocalipsis-comentario-nuevo.html).

Las Sociedades Bíblicas

Simultáneamente, las diversas Sociedades Bíblicas se inspiraron para imprimir y distribuir la Biblia como un ministerio a la gente común. Este fue el siguiente paso lógico después de que se abrió el "pequeño libro" (Apocalipsis 10:2) en 1452 con la primera edición de la impresión de la Biblia de Gutenberg. Al no tener que ser copiadas a mano, las Biblias se volvieron pequeñas y baratas, haciéndolas disponibles para la persona promedio. La Biblia fue sacada así del frente de la Iglesia donde había estado encadenada a una mesa según la costumbre, y fue colocada en las casas de los hombres por todas partes.

Las Sociedades Bíblicas también comenzaron a traducir la Biblia a idiomas extranjeros para ponerla a disposición del resto del mundo. Los papas se enfurecieron en vano contra este nuevo desarrollo, porque Apocalipsis 3:8 había prometido una puerta abierta que “nadie cerrará”. Y así, los intentos del Papa León XII (1823-1835) para detener la propagación de las Escrituras fueron en vano. Sus palabras oponiéndose a la difusión de las Escrituras están registradas en la Historia de los Papas de Cormenin, vol. II, pp. 426-427,

“Hay una secta, mis hermanos, que arrogándose erróneamente con el nombre de filosofía, ha reavivado de sus cenizas las falanges dispersas de errores. Esta secta, cubierta externamente por las halagadoras apariencias de piedad y liberalidad, profesa la tolerancia, o más bien la indiferencia, e interfiere no solo con los asuntos civiles, sino incluso con los de la religión; Enseñan que Dios le ha dado libertad total a cada hombre, para que cada uno pueda, sin poner en peligro su seguridad, abrazar y adoptar la secta u opinión que se adapte a su juicio privado ... absurdo; y no puedo advertirte demasiado contra la impiedad de estos maníacos ...

"¿Qué voy a decir más? La iniquidad de los enemigos de la Santa Sede está tan aumentada que, además del diluvio de libros perniciosos con los que inundan Europa, llega a desviar la religión de las sagradas escrituras. Una sociedad, comúnmente llamada Sociedad Bíblica, se extiende audazmente sobre toda la tierra, y en desacato a las tradiciones de los santos padres, en oposición al celebrado decreto del Concilio de Trento, que prohíbe que las Santas Escrituras se hagan comunes. Publica traducciones de ellas en todos los idiomas del mundo. Varios de nuestros predecesores han hecho leyes para hacer a un lado este flagelo; y nosotros también, para cumplir con nuestro deber pastoral, instamos a los pastores a que retiren sus rebaños con cuidado de estos pastos mortales ... Que Dios se levante: que reprima, confunda, aniquile esta licencia desenfrenada de hablar, escribir y publicar-."

Los hombres habían comenzado a traducir la Biblia a lenguajes comunes desde el siglo XV, y muchos, como John Wycliff, habían sido quemados en la hoguera por su trabajo.

A fines de la década de 1500, había tantas traducciones comunes impresas, que la Iglesia Romana se vio obligada a publicar su propia traducción al inglés de la Biblia en 1582-1609 llamada la Biblia Douay-Rheims. Fue revisada por el obispo Richard Challoner de 1749 a 1752. Roma afirmó que esta Biblia era una mejor traducción que todas las demás, aunque era básicamente una traducción al inglés de la Vulgata latina, en lugar del texto griego anterior.

La prohibición romana de las traducciones de la Biblia se mantuvo vigente al menos hasta que la Iglesia Romana renunció oficialmente a intentar suprimir las Escrituras en la década de 1890. Aun así, no fue hasta el Vaticano II a principios de la década de 1960 que la Iglesia Romana dejó de intentar impedir que los católicos leyeran la Biblia. Luego, la Iglesia simplemente dejó de hablar sobre los decretos "infalibles" anteriores que prohibían las Escrituras. La Iglesia romana no pudo cerrar esta puerta abierta que Dios había abierto, por lo que se unieron a la multitud y fingieron que la puerta bloqueada anteriormente nunca existió.

El camino del descubrimiento de la verdad

Originalmente, el cristianismo enseñaba que la verdad se encontraba en las Escrituras, es decir, la Palabra de Dios. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que se descubriera que los hombres tenían muchas opiniones sobre lo que decía la Biblia. Este problema amenazaba la unidad de la Iglesia, ya que los hombres se dividían en facciones que se etiquetaban de acuerdo con cada divergencia prominente o "herejía".

Para hacer frente a este problema, la Iglesia pronto abandonó la idea de la libertad de conciencia y comenzó a amenazar e incluso ejecutar a sus herejes. El amor fue sacrificado en el altar de la unidad de la Iglesia, y cuando la Iglesia ganó poder político, los hombres perdieron completamente el derecho de leer las Escrituras por sí mismos para determinar la verdad de la falsedad.

Durante la Edad Media, la idea de que la gente común era ignorante e incapaz de conocer la verdad estaba arraigada en la religión. Al mismo tiempo, con la caída del Imperio Romano Occidental, las tasas de alfabetización se redujeron drásticamente. La gente tenía poco acceso a los libros, y pronto solo los centros religiosos de la Iglesia poseían copias de la Biblia. Por lo tanto, el derecho a leer la Biblia se convirtió en un punto discutible, y la Iglesia ganó el debate por defecto.

La reforma protestante provocó un cambio histórico, reforzado en 1452 con el uso de la imprenta, una tecnología traída de China por los mongoles en sus invasiones en el siglo XIII. También trajeron pólvora, que en 1453 se usó para acabar con el Imperio Romano Oriental. Sus cañones derribaron los muros de Constantinopla (ahora Estambul), y los médicos griegos de la iglesia inundaron Europa como refugiados, trayendo consigo muchos manuscritos griegos preciosos del Nuevo Testamento.

Estos eventos históricos, descritos en Apocalipsis 9 y 10 (usando el lenguaje del simbolismo), cambiaron el mundo a como lo conocemos. No pasó mucho tiempo antes de que la Iglesia Romana no pudiera impedir que la gente común leyera la Biblia por sí mismos. El mayor temor de Roma se hizo realidad cuando el poder cambió de una religión centralizada en Roma a los hogares de la gente común.

Los hombres ya no tenían que creer en la palabra de un sacerdote. Los hombres ahora podrían estudiar la Palabra por sí mismos. Gran parte de la doctrina romana y la práctica religiosa fueron expuestas como fraudulentas, sin tener base en la Palabra misma. Mientras que la civilización occidental se había basado en la Iglesia Romana y el derecho canónico (es decir, la Ley de Justiniano), la Biblia reemplazó a Roma como la fuerza más influyente y poderosa de Occidente.

Aun así, las persecuciones obligaron a muchos creyentes basados ​​en la Biblia a mudarse al "Nuevo Mundo", las Américas. El "viejo mundo" de Europa fue el primer mundo. América fue el segundo mundo. Otras naciones subdesarrolladas se conocieron como países del "Tercer Mundo".

Ideologías de la libertad en competencia 

Para Roma, la verdad se encontraba en las tradiciones de la iglesia, difundida por sus sacerdotes, que se esperaba que cumplieran con los credos establecidos.

Para los protestantes, la verdad se encontraba solo en las Escrituras, y esto se modificó en el Movimiento Pentecostal posterior para incluir la inspiración del Espíritu Santo.

Los masones buscaron la verdad a través de escritos antiguos de civilizaciones tempranas en Egipto, así como de civilizaciones olvidadas del pasado antiguo. Los secularistas buscaron la verdad a través de la razón y la lógica, que se transformaron en sus puntos de vista "científicos". La Masonería difería de los secularistas en que reconocían la existencia de un mundo espiritual, mientras que los secularistas eran materialistas, que negaban cualquier ámbito fuera de la mente y la materia.

Sin embargo, la obsesión de la Masonería con lo oculto desató una gran cantidad de espíritus malignos sobre el mundo. El dios de la masonería es Baphomet, cuya ayuda esperaban enlistar en su plan para controlar a todos los gobiernos desde los municipios locales hasta los gobiernos federales. En su arrogancia, pensaron que podían controlar a Baphomet y otros espíritus malignos a través de contratos y rituales, pero la realidad es que estos espíritus controlan la Masonería. Los masones individuales están atrapados en un sistema muy malo y les resulta difícil salir con vida.

Cada sistema compite por el poder y la influencia, y cada uno afirma conocer el camino hacia la libertad. Mi punto de vista, por supuesto, es que los primeros protestantes tenían razón al afirmar que la Biblia revela el camino a la verdadera libertad. Roma solo perpetuó la esclavitud a lo largo de la Edad Media. La Masonería fue el principal poder detrás de la Revolución Francesa (como ellos mismos afirman), que solo perpetuó los ciclos de violencia. Los secularistas reclamaron las ideas de la democracia griega, pero incluso los griegos nunca abolieron la esclavitud.

En esta lista también podríamos mirar hacia el este, la religión del Budismo, que entendió que la mente humana no podía descubrir la verdad última. Buda vio el intelecto humano como la fuente de la ignorancia y la oscuridad, por lo que su solución fue cerrar la mente por completo y matar el pensamiento lógico a través de la meditación. Buscó escapar de la experiencia humana del hombre caído, pensando que la oscuridad del pecado era inherente a su carne y a su mente carnal. El budismo definió el pecado como ignorancia y buscó una solución en un aula donde los hombres pudieran aprender a cerrar la mente a través de la meditación. Qué diferente es esto de la Escritura hebrea, donde el pecado es una ofensa contra los derechos de Dios y de los demás hombres y donde la solución se encuentra en una sala donde los hombres pagan restitución a sus víctimas.

Para un budista, la libertad está en escapar de los confines de la mente humana. Para un cristiano, la libertad es liberar la mente de su deuda con el pecado y de su esclavitud a los dictados del pecado que nos ordenan violar la Ley de Dios. La solución no es escapar de la mente humana ni destruirla, sino redimirla, devolverla a la soberanía de Dios y someterla a Sus Leyes. De esta manera, tanto el cuerpo como el alma (mente) pueden cumplir con su buen propósito original y, por lo tanto, expresar la naturaleza de Dios y el carácter del Cielo en el universo creado.

Ceguera del Antiguo Pacto

El Protestantismo en su conjunto tuvo fallas desde el principio, porque su éxito dependía de personas con fallas. A los hombres se les dio la libertad de equivocarse, y muchos aprovecharon esa libertad recién descubierta. Las Leyes de Dios habían sido reemplazadas por las tradiciones de los hombres durante muchos siglos, incluso cuando el mismo problema había existido en los días de Jesús con el liderazgo religioso del Judaísmo. La verdadera justicia de la mente de Dios había perdido su esencia por la idea judía de que ser elegido significaba poner a otras etnias y razas en sujeción y esclavitud. Al no entender la Ley de Jubileo y la imparcialidad de Dios, su sistema era fatalmente defectuoso y lo sigue siendo hasta el día de hoy.

El apóstol Pablo atribuye este problema a los hombres con mentalidad del Antiguo Pacto, diciendo que es un “velo” (2 Corintios 3:15) que ciega los ojos de la gente. La solución es el Nuevo Pacto y Su Mediador, Jesucristo, quien solo puede quitar este velo de nuestros corazones y traernos la verdadera libertad (2 Corintios 3:16,17).

La mentalidad del Antiguo Pacto trajo un velo de ceguera tanto para el Judaísmo como para las diversas denominaciones de la Iglesia. El Judaísmo rechazó el Nuevo Pacto por completo, mientras que la Iglesia simplemente redefinió el Nuevo Pacto para que se convirtiera en sinónimo del Antiguo Pacto en sus características más importantes. (Vea mi libro, Los Dos Pactos - https://josemariaarmesto.blogspot.com/2018/07/libro-los-dos-pactos-reeditado-dr.html)

La Iglesia Romana degeneró en la misma condición al reemplazar la Ley de Dios con sus propias tradiciones. El protestantismo se encontró en el mismo camino a medida que avanzaba el tiempo.

Solo aquellos influenciados por la Biblia y el Nuevo Pacto, en particular, trabajaron hacia la plena libertad bajo Dios mediante la adopción de la Ley Bíblica (según su mejor entendimiento). Sin embargo, incluso tuvieron disputas con la Iglesia de Inglaterra, que, a pesar de su etiqueta protestante, nunca adoptó los ideales protestantes del Jubileo. Se separaron de la Iglesia Romana y establecieron al rey de Inglaterra como el jefe de la iglesia, pero sólo hicieron cambios periféricos a las doctrinas reales de Roma.

Cuando fueron perseguidos, los peregrinos fueron primero a Holanda y luego a América para disfrutar de la libertad religiosa para establecer un gobierno bíblico bajo la Ley de Dios. Mientras tanto, los anglicanos sujetos a la Iglesia de Inglaterra se establecieron en el sur y pronto importaron la visión romana de la esclavitud del viejo mundo. Aunque adoptaron el principio de libertad bíblica de los reformadores protestantes, no lograron extender esa libertad a otras razas.

Romanos 8:20,21 predice un momento en que toda la Creación será liberada a la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sin embargo, el camino hacia la libertad universal ha resultado difícil de encontrar, siempre y cuando los hombres carnales gobiernen. No obstante, Estados Unidos se vio enormemente impactado por la teología de la Reforma y la comprensión de la Biblia, y realmente cambió el curso de la historia.

Los Estados Unidos empujó al mundo a una mayor libertad de lo que había conocido antes, pero las ideologías de Roma, la Masonería, y Socialismo Secular  se impuso finalmente a principios del siglo XX. La aprobación de la Ley de la Reserva Federal a fines de 1913 fue el primer gran golpe a la libertad, ya que la nación perdió su libertad económica y fue sometida al poder de la Bestia de la Tierra (Apocalipsis 13:11).

Sin embargo, incluso este cautiverio a Misterio Babilonia era necesario, no solo para juzgar a la nación por su incapacidad para extender la libertad a todos, sino también porque el mundo todavía estaba bajo el gobierno general de los Sistemas Bestias descritos en Daniel 7. Dios había sometido al mundo a varios imperios "bestias" por un período de "siete tiempos" (2,520 años), y ese contrato legal no terminó hasta 2017. Por esta razón, la libertad no pudo tener pleno éxito o convertirse en un elemento permanente de los gobiernos del mundo hasta ahora. Pero después de la Fiesta de los Tabernáculos en 2017, la autoridad espiritual fue dada a los Santos del Altísimo, y la historia cambió hacia el camino del gobierno justo.

Pero para lograr esto, los Vencedores deben emerger y tomar en serio la autoridad espiritual que se les ha dado. No pueden actuar como los Sistemas Bestias del pasado. Deben conocer las Leyes de Dios y entenderlas lo suficientemente bien como para implementarlas con rectitud e imparcialidad. Deben tener la mente de Cristo y ser guiados por el Espíritu. En última instancia, deben cumplir la Fiesta de los Tabernáculos, donde se transformarán a la imagen de Dios en el sentido más completo. Solo así se establecerán permanentemente los principios de libertad en la Tierra, sin posibilidad de ser reemplazados por la libertad falsificada que ofrecen las ideologías, filosofías y religiones en conflicto.

Categoría: Enseñanzas

Autor del blog: Dr. Stephen Jones