Jul 23, 2018
El pasado jueves 19 de julio, una tormenta con vientos huracanados golpeó Table Rock Lake en Branson, Missouri, volcó un "Barco-Pato" (anfibio) y mató a 17 personas. Había 31 a bordo, incluidos 2 tripulantes y 29 pasajeros.
Si bien el evento fue ciertamente trágico, no lo entendí como un signo profético hasta esta mañana cuando me estaba despertando.
La 5ª señal en Juan es la tormenta
Recordemos que todos los años vemos el 15-22 de julio, porque es un tipo de la fiesta de los Tabernáculos en nuestro calendario occidental (7/15 a 7/22). Tabernáculos también es una revelación en el libro de Juan, donde los ocho milagros de Jesús fueron "señales" (semeion) para manifestar Su gloria (Juan 2:11). Juan registró 7 señales antes de la muerte y resurrección de Jesús, y 1 señal final después. El punto es que estas señales representan los 8 días de Tabernáculos (7 más 1).
Cada señal representa uno de los días de Tabernáculos. La 5ª señal es cuando surgió la tormenta en el Mar de Galilea, amenazando a los 12 discípulos. Jesús caminó sobre el agua y calmó la tormenta. La historia está registrada en Juan 6:16-21 y también en Mateo 14:22-34 y Marcos 6:45-53.
El caso es que el 19 de julio es el Quinto Día de Tabernáculos, uniendo la tormenta en Branson con la tormenta en los días de Jesús. La diferencia es que Jesús no vino a salvar a la gente en el bote-pato en Branson. Sin embargo, 14 personas fueron salvadas de esa situación. El número 14 es el número bíblico para liberación o rescate. (Véase mi libro, Significado Bíblico de los Números del Uno al Cuarenta (en castellano: http://josemariaarmesto.blogspot.com/2014/06/libro-significado-biblico-de-los.html).
14, una señal de liberación
Por ejemplo, el cordero pascual se mató en el 14º día del primer mes para la liberación del pueblo. Esto los liberó de Egipto al día siguiente.
Otro ejemplo es cuando la tormenta golpeó el barco que llevaba al apóstol Pablo a Roma. La nave fue destruida, pero la gente fue liberada en el 14º día (Hechos 27:33). Otros ejemplos se dan en el libro.
En lo que respecta a la tragedia de Branson, la mayor parte de nuestra atención se prestó a las 17 personas que murieron. Sin embargo, esa es solo la mitad de la historia, porque 14 personas fueron rescatadas, 13 pasajeros y el capitán, que fueron sacados del lago. (El piloto murió, pero el capitán sobrevivió).
En la historia bíblica, había 12 discípulos en el bote, y luego Jesús se unió a ellos en el medio del lago, haciendo un total de 13, que después llegaron a la orilla. En este caso, tendríamos que imaginarnos al capitán como asumiendo el papel de Dios mismo, y los pasajeros que representan a Jesús y sus 12 discípulos.
17, una señal de victoria
El número 17 es el número bíblico de victoria, sin embargo, murieron, siendo engullidos por las olas. La tormenta misma profetiza la tribulación. Cuando Jesús envió a los discípulos a través del lago después de alimentar a los 5,000, estaba profetizando que la Iglesia sería enviada a la tribulación hasta la Segunda Venida de Cristo. Alimentar a los 5,000, como se explica en Juan 6:26-71, fue una revelación del cuerpo quebrantado de Cristo (muerte) y Su posterior resurrección (reunir los fragmentos que quedan). Esa fue la cuarta señal en Juan, representando el clímax del ministerio de Jesús en la Tierra antes de enviar a la Iglesia a la tribulación.
El número bíblico de victoria, como se ve en varios ejemplos bíblicos, no siempre es un resultado feliz. En mi libro sobre números, escribí este ejemplo:
Jeremías registra 17 oraciones. La oración número 17 se encuentra en Jeremías 32 . La oración se hace mientras el ejército babilónico rodeaba Jerusalén. En tales circunstancias, el profeta redime la tierra de Anatot por 17 siclos de plata (Jeremías 32:9). Es notable que Anatot signifique "oraciones respondidas". Luego en 32:17-25, Jeremías ora su gran oración de victoria. No hay más oraciones en Jeremías, como para recordarnos que una vez que obtengamos la victoria de la oración contestada, no se necesita más oración para obtener el objeto de la oración.
En otras palabras, la victoria de Jeremías de la oración contestada era una cuestión de fe, porque el ejército de Babilonia estaba a punto de apoderarse de la Tierra. No hay evidencia de que el mismo Jeremías haya podido vivir en la propiedad que había redimido por 17 siclos de plata. La victoria debía verse en otro nivel.
De hecho, porque Judá y Jerusalén habían rechazado la Ley de Dios y los reyes habían usurpado el trono de Dios, el juicio vendría sobre la Tierra. En el conflicto entre Dios y Judá, ¡Dios ganó la victoria liderando el ejército babilónico! El hecho de que Judá fuera derrotada por Babilonia no significa que no hubo victoria. La victoria de un ejército es la derrota de otro ejército. ¿De qué lado estás en esta batalla?
Las dos Jerusalenes
La 17ª vez que Jerusalén es mencionada en la Biblia se encuentra en 2 Samuel 5:5, donde leemos que David conquistó Jerusalén, la ciudad jebusea. Proféticamente hablando, esto se refiere a nuestro propio tiempo, donde la Antigua Jerusalén es conquistada por las fuerzas de la Nueva Jerusalén. Los jebuseos habían usurpado el gobierno de Melquisedec, el fundador y constructor de esa ciudad.
El poder de la carne se había apoderado de la ciudad, a pesar de que los reyes de Jerusalén habían conservado el título original de Sem: Melquisedec, o "Adonisedec" (Josué 10:1). Estos dos títulos son sinónimos. Uno significa Rey de Justicia; el otro significa Señor de la Justicia. Sin embargo, el rey de Jerusalén terminó peleando con Josué (Jesús). Lo mismo ha sucedido con la Antigua Jerusalén, primero en los días de Jesús y ahora en nuestro propio tiempo.
Es por eso que es importante entender la diferencia entre las dos Jerusalenes. La victoria de la Nueva Jerusalén significa la derrota de la Antigua Jerusalén. El nombre hebreo para Jerusalén es Yerushalayim, que literalmente significa "Dos Jerusalén". La mayoría de las personas no distinguen entre las dos, por lo que no interpretan correctamente las referencias bíblicas a Jerusalén.
Sin embargo, Juan entendió estas cosas, y en Apocalipsis 21 cita las Escrituras sobre "Jerusalén" referidas a la "Nueva Jerusalén". Que los profetas solo hablan de Jerusalén sin especificar, no significa que los profetas estuvieran hablando de la ciudad terrenal.
Nada puede separarnos
Para los 17 que murieron en Branson, las Escrituras también tienen una palabra de consuelo. En Romanos 8:35-39, hay 17 cosas que no pueden separarnos del amor de Cristo. Pablo enumera los primeros 7 de estos en los versículos 35. Luego se interrumpe en Romanos 8:36,37, diciendo:
36 Tal como está escrito, "Por amor de Dios, estamos siendo muertos todo el día; fuimos considerados como ovejas para ser sacrificadas". 37 Pero en todas estas cosas vencemos abrumadoramente por medio de Aquel que nos amó.
Pablo luego continúa con otras 10 cosas que no nos pueden separar del amor de Cristo.
Los 17 que murieron en Branson representan a los vencedores que han sido sacrificados durante los últimos 2.000 años en la tribulación. Estos vencedores murieron, pero vencieron incluso en la muerte. Entonces también los 17 que murieron en Branson no fueron derrotados; ellos testifican de una gran victoria, incluso aunque el mundo los considere como "ovejas para ser sacrificadas".
Los 17 que murieron en Branson representan a los vencedores que han sido sacrificados durante los últimos 2.000 años en la tribulación. Estos vencedores murieron, pero vencieron incluso en la muerte. Entonces también los 17 que murieron en Branson no fueron derrotados; ellos testifican de una gran victoria, incluso aunque el mundo los considere como "ovejas para ser sacrificadas".
De hecho, el relato en Mateo 14:28-31 nos dice que Pedro salió a encontrarse con Jesús, caminando sobre el agua. Eso, por supuesto, es una señal de que los vencedores salen a encontrarse con Cristo en Su segunda Venida en medio de la tribulación (agitación). Pero hay otro lado de esto, porque Pedro también se hundió en el agua antes de que Jesús lo liberara.
Eso sugiere el bautismo, en términos generales, que a su vez sugiere la muerte y la resurrección. Los 14 que fueron sacados del agua cumplían el papel de Pedro, a quien Jesús sacó del agua, mientras que los 17 que murieron estaban cumpliendo el papel de Jonás, que fue engullido por el gran pez para representar la muerte y la resurrección.
El contexto de la tragedia de Branson, sugiere que Pedro representó a dos grupos de vencedores. La mayoría de los vencedores han muerto y deberán resucitar de entre los muertos; pero algunos serán transformados o transfigurados sin morir (1 Corintios 15:51). De cualquier manera, la victoria está asegurada.
También he enseñado que Pedro era una señal de Jonás del Nuevo Testamento. Pedro fue originalmente llamado Simón, hijo de Jonás (Simón bar-Jona en Mateo 16:17 NASB). Así como Jonás fue un tipo de Cristo en su experiencia de muerte y resurrección, así también Simón bar-Jonás un paralelo del Nuevo Testamento de Jonás cuando salió del bote y cuando fue bautizado en el mar.
Aunque Jonás terminó en el vientre del gran pez, fue un vencedor al que se le exigió obtener la victoria a través de la muerte y la resurrección. Así que también los 17 que murieron en Branson cumplieron la señal de Jonás y Simón bar-Jonás; mientras que los 14 que fueron rescatados fueron una señal de los vencedores vivos al final de la Edad que serán "tarnsformados" sin conocer la muerte.
Julio es como septiembre
Recordemos la vieja revelación de alrededor de 1980 de que "julio es como septiembre". El 19 de julio es por lo tanto como el 19 de septiembre, que es el Día de la Expiación este año. El Día de la Expiación es el día del bautismo de Jesús en Mateo 3:13, que se hizo "para cumplir toda justicia" (Mateo 3:15). En otras palabras, Jesús cumplió la Ley del Bautismo que se encuentra en Levítico 14:5, combinada con la profecía del Día de la Expiación en Levítico 16:34.
He enseñado acerca de esas leyes en mi libro, Las Leyes de la Segunda Venida (en castellano: http://josemariaarmesto.blogspot.com/2017/11/libro-las-leyes-de-la-segunda-venida.html).
El punto es que la tragedia del barco-pato en Branson el 19 de julio apunta al 19 de septiembre, el Día de la Expiación. Por lo tanto, el "bautismo" en Branson el 19 de julio señala el bautismo de Jesús en el Día de la Expiación (19 de septiembre).
Al mismo tiempo, mediante un enfoque diferente, el 19 de julio es el Quinto Día de Tabernáculos, que se correlaciona con la quinta señal en Juan, donde Jesús caminó sobre el agua y donde Pedro recibió su bautismo en el mar (en el relato de Mateo).
Es complejo, pero cada punto de vista es otro testigo que señala la importancia de esto como una señal, tanto prefigurando el 19 de septiembre como siendo una fecha a vigilar.
(Continuará)
Categoría: Discernimiento profético
Dr. Stephen Jones
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