NO SALIR DE LA CASA HASTA QUE AMANEZCA, José (Administrador)



 

Éx. 12: 22, … y ninguno de vosotros salga de las puertas de su casa hasta la mañana.


2ª Ped. 1: 19, ... hasta que despunte el día y el lucero de la mañana alboree en vuestros corazones;


Cuando el pueblo de Israel fue redimido mediante la aplicación de la sangre NO DEBÍA SALIR DE LA CASA HASTA LA MAÑANA. Sabiendo que el día bíblico, nuestra salvación, comienza en la tarde, se adentra en la noche, avanza hasta la mañana y de allí al pleno o medio día, podemos decir que debemos permanecer en la casa hasta que cruzamos el Jordán, que representa la muerte y la entrada a la vida en resurrección, que es el amanecer o vida victoriosa. Aún allí deberemos acampar en Gilgal, hasta que nuestros corazones sean circuncidados, es decir, el medio día. ¡Sólo entonces estaremos en condiciones de ser enviados a conquistar la Tierra!


Antes de esto las batallas serán contra nuestra propia naturaleza pervertida, contra Amalec, que es nuestra carnalidad, pero no para luchar contra el Enemigo ni para conquistar la Tierra.


Lamentablemente, la cristiandad se empeña en salir, cual los hijos de Esceva, a "evangelizar" antes de madurar. ¿Resultado de ello? El mismo que cosecharon los hijos de tal Esceva: huyeron de aquella casa desnudos y heridos (Hch. 19: 16). ¿Desde cuando se envían los niños y adolescentes a las guerras?


Marta nunca se sentaba a los pies del Señor, porque tenía muchas cosas que hacer. Al igual que ella, la inmensa mayoría se pasan tanto tiempo fracasando que no tienen tiempo para triunfar. Lo anecdótico y superficial absorbe todo su tiempo, en detrimento de lo importante y, lo que es mucho peor, de lo transcendental. El adagio chino dice que "el camino más largo del mundo comienza con el primer paso".


Sin embargo, los "hijos del tal Esceva" no quieren perder su precioso tiempo en el camino largo y duro de crecimiento y maduración, que es la Senda de la Cruz. ¡Les aterra comenzarlo! No se dan cuenta que el atajo es darse cuenta que no hay atajo; es decir, que acabar con el hombre viejo viene primero; primero la obra de destrucción, luego la de construcción. ¡Ay, pero aman tanto al ancianito!


Ellos miran despectivamente como hacia abajo a las María-s y a los José-s. Sin embargo al final ellos son los únicos que vencen. Pasaron mucho tiempo dentro de la Casa comiendo el Cordero íntegro, sin rechazar ninguna de sus partes; y ahora pueden presentar al Padre un Cristo rollizo. José fue considerado un pringado, un listillo. Sus hermanos seguro se reirían a su costa bromeando entre ellos: "¿Dónde estarán ahora los sueños de grandeza de José?" Pero cuando todos ya se había olvidado de José, el Padre lo sacó de la cárcel directo al trono de Egipto.


Así que ¿quién llegó primero a la meta, él o sus hermanos?


Proverbios 14: 12, Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte.


Mateo 7: 14, porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida y pocos son los que la hallan.


Otro adagio dice que "en la vida tu no obtienes lo que deseas, sino aquello en lo que te enfocas". Los hijos de Esceva y las Martas se enfocan en la vanidad, en lo material, en lo urgente. Su cosecha final será la vacuidad. Al final se sus años se encontrarán apaleados, desventurados, miserables, pobres, ciegos y desnudos (Ap. 3: 18), con apenas nada de Cristo, pues no dedicaron tiempo a comer el Cordero. ¡Sólo tendrán un poco de aire en sus manos para presentar al Padre de los espíritus!


JOSÉ 


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