EL SENTIR DE LA CONCIENCIA Y LA PROVISIÓN DE GRACIA, Witness Lee




L. El sentir de la conciencia y la provisión de gracia

(Extracto del libro "La Experiencia de Vida". Cap. VI -Tratar con la Conciencia)
Ya que el sentir normal de la conciencia se origina en la vida, en el Espíritu Santo y en el conocimiento espiritual, ciertamente lleva consigo la provisión de gracia. Esta es una característica gloriosa del Nuevo Testamento. Las Leyes del Antiguo Testamento dadas al hombre, solamente contienen demandas sin la provisión. La Ley de Vida del Nuevo Testamento dispensada en el hombre contiene no solamente la demanda, sino aún más, la provisión. La demanda de la Ley de Vida es satisfecha por sí misma como provisión. Por lo tanto, siempre que nuestra conciencia revele la demanda que hace la Ley de Vida, dándonos un sentir normal para tratar con cierto asunto, necesitamos, entonces, postrarnos en adoración y reconocer que este sentimiento de la demanda de Dios es un anuncio preliminar de la provisión de gracia.
Aunque la demanda del sentir de la conciencia lleva consigo la provisión de gracia, con todo, si deseamos hacer real esta provisión, debemos cumplir un requisito: debemos responder a esta demanda con la fe. La provisión de la gracia de Dios siempre depende de nuestra confianza y obediencia. Si confiamos y obedecemos, vendrá la provisión de gracia de Dios. De otro modo, la provisión no vendrá. Dios siempre desea que nosotros obedezcamos primero por fe en respuesta a todas Sus demandas. Entonces Él nos suministrará Su gracia. Por lo tanto, nuestra respuesta a las demandas de Dios es nuestro pedido de la provisión de Dios.
Por ejemplo, cuando le pedimos a alguien que envíe un telegrama, según el principio comercial del mundo primero le proporcionamos el dinero y luego él procede. Pero el principio espiritual es que él primero debe obedecer y actuar; luego se le da el dinero. Si alguien teme actuar porque no tiene los medios, entonces el dinero seguramente no vendrá. Pero cuando actúa en fe para pagar el gasto, el dinero estará disponible. En la Biblia muchos hechos históricos muestran este principio. Cuando Dios hizo pasar a Israel a través del Jordán, el agua no se separó antes de que ellos descendieran al agua; por el contrario, ellos descendieron al agua por fe y luego las aguas fueron separadas. La provisión de gracia también se obtiene por fe y se experimenta en fe. Así que todo aquel que esté aprendiendo a tratar con la conciencia necesita aprender la lección de recibir la provisión de la gracia de Dios en fe. Cada vez que el sentir en la conciencia trae una demanda, debemos darnos cuenta de que ésta es la provisión de Dios para nosotros. Si contestamos esta demanda en fe, la provisión de Dios indudablemente vendrá. Nuestra obligación es responder. La obligación de Dios es proveer.
Debemos estar agradecidos con el Señor porque aun nuestra fe y obediencia provienen de Dios; no necesitan nuestra lucha ni nuestro esfuerzo. Normalmente, cuando el sentir de la conciencia corresponde al crecimiento en vida, espontáneamente tenemos fe y nos sometemos en obediencia. Si alguna vez un sentir de la conciencia sobrepasa nuestra confianza en la provisión de la gracia de Dios y nuestra habilidad para obedecer, es un sentir prematuro y prueba que nuestro crecimiento en vida no ha alcanzado esta etapa. En ese caso debemos escondernos bajo la sangre y esperar hasta que nuestra vida avance a esta etapa. Entonces espontáneamente tendremos suficiente fe para aplicar la gracia de Dios y obedecer el sentir de la conciencia.
En conclusión, para cumplir la demanda del sentir de la conciencia, ciertamente necesitamos la provisión de la gracia de Dios. Esta provisión es recibida por fe. Cuando cumplimos en fe la demanda que está en el sentir de nuestra conciencia, inmediatamente la gracia de Dios viene a abastecernos. Por un lado, nos da fortaleza para que tratemos con el asunto y obtengamos limpieza; por otro lado esta provisión y gracia vienen entretejidas a nosotros, trayendo consigo el crecimiento en vida.

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