TÁRTARO versus HADES, Dr. Stephen E. Jones




Las Sentencias (Juicios) de la Ley Divina

Capítulo 1


EL TÁRTARO

Hay tres palabras diferentes en el Nuevo Testamento en griego que se traducen "Infierno" en la Biblia King James. No significan lo mismo, pero no obstante, las han traducido en la misma forma, porque los hombres no quisieron hacer la distinción. Las tres palabras son: Hades (equivalente al hebreo, Seol), Gehenna, y Tártaro.

Hades se traduce "infierno" 10 veces y "sepulcro" una vez; Gehenna se traduce "infierno" 12 veces; y el Tártaro aparece en su forma verbal, tartaroo ("echar en el Tártaro") sólo una vez en 2 Pedro 2: 4. Dos de estas palabras (Hades y Tártaro) son de la lengua griega. Los griegos no cristianos ellos mismos aplicaban estos términos a su manera, según su propio punto de vista religioso. No podemos, por supuesto, aplicar el sentido griego de estos términos al cristianismo o a la Biblia.

Mitología griega

El Tártaro de la mitología griega era un lugar por debajo del Hades, reservado para aquellos que habían ofendido a los dioses, que se consideraba merecían un castigo peor. Por ejemplo, Tántalo robó la ambrosía de Zeus y fue consignado al Tártaro, donde le obligaron a estar de pie en un charco de agua. Pero cada vez que teniendo sed se llegaba a tomar una copa, el agua se alejaba de él. También había árboles cargados de fruta, pero cuando él se acercaba a recogerla, se alejaba de él. Obtenemos nuestra palabra "tentar" de este mito griego.


Los ángeles que pecaron

Nosotros no debemos concebir el Tártaro en la forma en que los griegos lo definieron, sino que tenemos que pensar en él en términos del lugar donde Dios confina a "los ángeles que pecaron" en Génesis 6: 2. Esta palabra Tártaro aparece sólo una vez en el Nuevo Testamento, y aparece sólo en su forma verbal en 2 Pedro 2: 4 que dice:

4 Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que los echó en el Infierno [Tártaro] y los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados para el juicio; 5 y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia ...

En la primera carta Pedro se refirió a estos "ángeles" sin usar la palabra Tártaro. Él escribió en 1 Pedro 3: 18-20,

18 Porque también Cristo murió por los pecados una vez por todas, el justo por los injustos, a fin de llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en el espíritu; 19 el cual también fue y proclamó a los espíritus encarcelados, 20 que en otro tiempo fueron desobedientes, cuando la paciencia de Dios esperaba en los días de Noé, durante la construcción del arca, en la cual unos pocos, es decir, ocho personas, fueron salvadas de manera segura a través del agua.

En otras palabras, Él fue resucitado de entre los muertos como un espíritu que da vida (1 Cor. 15: 45) y se le dio un cuerpo resucitado, en el que hizo su proclamación a los espíritus en prisión, es decir, en el Tártaro. Su propia resurrección (o Encarnación) fue la proclamación. Su resurrección en un cuerpo físico de carne y hueso (Lucas 24: 39) fue la proclamación de Su entronización sobre todos, incluyendo a los ángeles que pecaron (o "espíritus encarcelados").

Se proclamó que Jesús es Rey sobre toda la Tierra, que toda la Creación está sujeta a Él, y que se le había dado un nombre sobre todo nombre. Unos pocos versículos después, Pedro confirma esto en 1 Pedro 3: 22,
22 que habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios, después de que ángeles, autoridades y poderes habían sido sometidos a Él.
Su resurrección sometió todas las cosas a Él, incluyendo a los ángeles que pecaron. En esencia, es decir, cuando la proclamación fue echa por toda la Tierra y en el mismo Tártaro, de que Él era el Señor de todos, y que se le había dado un nombre sobre todo nombre en el Cielo, en la Tierra, y debajo de la Tierra (Fil. 2:10).


¿Quiénes fueron los ángeles que pecaron?

Los ángeles que pecaron atrás en Génesis 6:2-4 fueron llamados "hijos de Dios", en contraste con las "hijas de los hombres". Este término, "hijos de Dios" se refiere a los seres espirituales que tienen acceso a los Cielos -en contraste a las criaturas carnales ligadas a la Tierra. Vemos, pues, los "hijos de Dios" de pie ante Dios en Job 1: 6. En el Nuevo Testamento el término se utiliza para describir a los hombres y mujeres que pueden "ser hechos hijos de Dios" (Juan 1:12) por medio de Jesucristo.

Génesis 6:2 dice también que estos hijos de Dios tomaron a "las hijas de los hombres", como esposas y produjeron hijos con ellas. La palabra hebrea para "hombres" es awdawm o adán, que es la palabra usual para los hombres o la humanidad. Cuando la Biblia se refiere al hombre mismo Adán, dice ha-awdawm, o "el (hombre) Adán". El artículo "el" concreta el término. El Dr. Bullinger señala en The Companion Bible, Apéndice 14,
"Adán, sin el artículo, denota al hombre o a la humanidad en general (Génesis 1: 26; 2: 5; 5: 1). Con el artículo, denota el hombre, Adán ..."

Con esto en mente, leamos Génesis 6: 1-2,

1 Y sucedió que, cuando Adán [el hombre, ha-awdawm] comenzó a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas a ellos [Adán y Eva, Gén. 1: 27; 5: 2], 2 que los hijos de Dios vieron que las hijas de Adán [el hombre, ha-awdawm] eran hermosas; y tomaron para sí mujeres, que les gustaban.

Adán y Eva tuvieron hijos e hijas. Las hijas de Adán eran hermosas, y estos ángeles las tomaron por mujeres. El versículo 4 dice que tuvieron hijos con ellas. En última instancia, la Tierra estaba tan corrompida por esta mezcla genética que Dios envió el Diluvio para destruirlos. Sólo Noé fue encontrado "perfecto en su genealogía" (Génesis 6: 9, literal).

La pregunta surge de inmediato: ¿Cómo pueden los seres espirituales (ángeles) tener hijos con mujeres físicas en la Tierra? La respuesta es que a lo largo de la Biblia tenemos ejemplos de ángeles manifestándose como hombres. En Génesis 18 leemos que tres "hombres" visitaron a Abraham en su camino hacia Sodoma. Abraham les dio de comer, y ellos profetizaron que Sara tendría un hijo al año siguiente.

Dos de ellos, entonces continuaron hacia Sodoma, pero uno de los "hombres" se quedó a contarle a Abraham la destrucción que venía a Sodoma. De ahí que leemos en Génesis 19: 1 que sólo dos de ellos en realidad llegaron a Sodoma:

1 Ahora los dos ángeles llegaron a Sodoma en la noche cuando Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma ...

Se habían manifestado en carne humana y fueron reconocidos como tales, incluso por la gente de Sodoma, como lo muestra el mismo relato. Incluso comieron con Lot (Génesis 19: 3) como habían comido con Abraham.

Se dice que los ángeles aparecen a menudo en carne humana. Otros ejemplos incluyen el ángel que se apareció a Balaam en Números 22: 31 y otro a Manoa y su esposa en Jueces 13. Si los espíritus tienen la capacidad de manifestarse en carne humana, y si pueden comer, entonces se deduce que pudieran también tener la capacidad de tener relaciones sexuales con las mujeres e incluso tener hijos con ellas. Por supuesto, sólo tuvieron esta habilidad después de adoptar carne humana.

Estos ángeles (o quizá su descendencia) fueron llamados Nephilim, o "gigantes" en Génesis 6: 4. Esta es la forma plural de Nephil, "talador o uno que derriba a otros abajo"; por lo tanto, un matón o tirano. La raíz de la palabra es naphal, "caer". Este es probablemente el origen de la idea de los ángeles "caídos". Aunque Nephilim se aplica principalmente a sus acciones en la tala de los demás, lleva este significado secundario de haber sido derribados por Dios en el Diluvio.

Así los ángeles son "caídos", pero esto no es entrar en el debate sobre si los ángeles tienen libre albedrío o no. Esa es una pregunta aparte. Si los ángeles tienen libre albedrío, entonces cayeron por su propia voluntad. Si no es así, entonces fueron provocados a caer con fines conocidos plenamente solo por Dios. Debemos limitar nuestro alcance por ahora a la simple afirmación de que son "caídos". La naturaleza de su "caída" en el sentido de su desobediencia se da en Judas 6,

6 Y a los ángeles que no guardaron su propio dominio, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado en prisiones eternas, bajo tinieblas para el juicio del gran día.

En otras palabras, estos ángeles deseaban convertirse en carne y habitar con las hijas de Adán. ¿Por qué? Debido a que los ángeles son espíritus, y tienen la capacidad de manifestarse en carne, pero lo que no tenían era alma. En ninguna parte de la Biblia encontramos que a los ángeles se les dieran almas. El alma está en la sangre, nos dice Levítico 17: 11. Los ángeles no tienen sangre. Codiciaban un alma para ganar autoridad sobre la Tierra, porque Dios hizo al hombre un alma viviente (Génesis 2: 7) y dio al hombre dominio sobre la Tierra (Génesis 1: 26). En ese sentido, los ángeles "cayeron" del Cielo a la Tierra, pero luego cayeron de la Tierra al Tártaro.

Judas entonces relaciona los ángeles caídos con Sodoma y Gomorra, donde las personas "se entregaron a la inmoralidad bruta y fueron en pos de carne extraña" (Judas 7). El término "carne extraña" significa simplemente relaciones o matrimonios sexuales con carne que es extraña o diferente o, en el sentido bíblico, prohibida. Los ángeles no se les permitía casarse con las hijas de los hombres, así como a los hombres de Sodoma no se les permitía casarse con otros hombres en uniones homosexuales. Esto es, por supuesto, uno de los principales problemas sociales y morales a que nos enfrentamos hoy en día. En nombre de la libertad vamos una vez más camino de Sodoma.

Otra cuestión interesante es el hecho de que Jesús dijo que los últimos días serían "como en los días de Noé" (Mat. 24: 37). Sabemos que hubo Nephilim incluso después del Diluvio, porque Génesis 6: 4 dice:

4 Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después, cuando los hijos de Dios se unieron a las hijas de los hombres, y engendraron hijos con ellas. Esos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre.

Así vemos que, incluso después de que Dios trajo la corrección por medio del Diluvio, hubo Nephilim que nuevamente tomaron a las hijas de los hombres y tuvieron más hijos con ellas. Los hijos de los Nephilim a partir de entonces por lo general fueron llamados Gibbor, "hombres poderosos (gigantes)", y Rephaim, de rafa, "sanar, vigorizar". Los doce espías en Israel vieron a estos Nephilim cuando reconocieron la Tierra, y esto es lo que hizo que las personas tuvieran miedo de entrar en la Tierra en ese momento. Leemos acerca de esto en Números 13: 32-33,

32 Así que se dio a los hijos de Israel un mal reporte de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos, para espiarla, es una tierra que devora a sus habitantes; y todos los hombres a los que vimos en ella son hombres de gran tamaño. 33 También vimos allí a los Nefilim (los hijos de Anac son parte de los Gibbor); y nos volvimos como langostas en nuestro parecer, y así les parecíamos a ellos.

Este versículo equipara al Nephilim con el Gibbor. Josué destruyó la mayor parte de los Anakim en Josué 11: 21-22,

21 Entonces Josué entró en ese momento y cortó a los anaceos de la región montañosa, de Hebrón, de Debir, de Anac, y de toda la región montañosa de Judá y de toda la región montañosa de Israel. Josué los destruyó con sus ciudades. 22 No hubo anaceos que quedaran en la tierra de los hijos de Israel; sólo en Gaza, en Gat y en Asdod permanecieron algunos.

Algunos todavía perduraron hasta el tiempo de David. Goliat de Gat venía de esta familia de Anac, de la que algunos de estos gigantes permanecieron. David mató a Goliat, y el hermano de Goliat más tarde fue asesinado en batalla, junto con sus hijos,  (1 Crón. 20: 5-8).

Si estamos viviendo ahora en días comparables a los de Noé, entonces tal vez esto puede tener que ver con la cuestión de los OVNIS y los llamados "extraterrestres". Si éstos realmente existen, afirmando ser de otros sistemas estelares, entonces, la explicación más lógica desde el punto de vista bíblico sería que es una reaparición de las condiciones durante los días de Noé. Pero está mucho más allá del alcance de este estudio continuar por ese camino de indagación.


La Palabra se hace carne

A modo de contraste y comparación, en el Nuevo Testamento el ángel Gabriel (en representación de Dios) vino a María (Lucas 1: 26) como el mensajero de la semilla de Dios, y el Espíritu Santo la embarazó (Mateo 1: 1820). A continuación, dio a luz a Jesús, la Palabra hecha carne. Esto se hizo por orden de Dios y en el momento adecuado según el Plan de Dios. Por lo tanto se hizo en forma legal.

Es evidente, entonces, que los ángeles que pecaron en Génesis habrían intentado falsificar la encarnación de Cristo. Fue un intento de usurpar la autoridad en la Tierra, porque esto fue una de las razones por las que Jesús tuvo que nacer a través de una hija de Adán. A Adán le había sido delegado el dominio sobre la Tierra (Génesis 1: 26). Él no sometió el mundo a los ángeles (Heb. 2: 5), sino "al hijo del hombre (Adán)". Pero el propósito de los ángeles caídos era "distorsionar el gobierno de Adán". Génesis 6: 3 y, en última instancia, someter a Cristo, el "Hijo del Hombre" a su gobierno también.

Jesús era "Hijo de Adán", llamado también el último Adán (1 Corintios 15: 45). A diferencia de los ángeles que pecaron, Jesús estuvo dispuesto a pagar el precio al morir en la Cruz, con el fin de dar al hombre carne inmortal. En Su resurrección Jesús tenía un cuerpo de carne y hueso (Lucas 24: 39), pero ya no estaba limitado por esta nueva carne espiritual. Él podía cambiar a voluntad a la forma espiritual y, por así decirlo, "ir al Cielo". El propósito de la Creación era manifestar la gloria de Dios en el Cielo y en la Tierra. Esto lo logró de una manera legal, mientras que los ángeles que trataron de hacer esto en Génesis 6 fracasaron porque lo hicieron ilegalmente.

Y así, cuando Él por fin triunfó sobre la muerte misma, Su resurrección proclamó la derrota final de los Nephilim. También, en Génesis 6 el motivo de los ángeles era someter a la humanidad a su gobierno despótico; pero el motivo de Jesús fue poner en libertad a los hombres.

Así que primero, se desprende de 2 Pedro 2: 4 que los ángeles que pecaron fueron puestos en una prisión de oscuridad a la espera de su juicio. También leemos en 1 Pedro 3: 18-20 que la resurrección de Jesús predicó a "los espíritus ahora en prisión" que Él era el Rey de la Tierra. Los ángeles fueron los primeros en intentar usurpar el trono por medios ilícitos. Tomaron las hijas de Adán como esposas a fin de reclamar autoridad sobre la Tierra. Pero Dios destruyó la Tierra con un Diluvio y los encarceló en prisiones de oscuridad.

Por lo que es evidente al estudiar esto con más cuidado, que Pedro no estaba hablando de Jesús predicando a los hombres en el Hades, sino de una proclamación a los espíritus o ángeles encadenados en el Tártaro.

Desde hace tiempo se enseña, basándose en estos versículos, que Jesús fue al Hades y predicó un sermón a los muertos. El Hades, dicen, está dividido en dos compartimentos: el Infierno para los no creyentes, y el Paraíso para los creyentes. Luego, después de tres días de predicación, Jesús resucitó de entre los muertos, vaciando el paraíso de los creyentes, y llevándoles al Cielo con Él en Su ascensión. Todo esto es una bonita leyenda, pero, por desgracia, se basa principalmente en las declaraciones de Pedro que ya hemos citado; y aquí nos encontramos con un problema, porque Pedro no se estaba refiriendo a los hombres en el Hades, sino a los ángeles (o espíritus) que pecaron. Pero como veremos en el capítulo tres, Jesús fue al Hades, pero no predicó ningún sermón allí.

El Tártaro, entonces, no es el lugar donde los hombres son juzgados, ya sea antes o después del Juicio del Gran Trono Blanco. El Tártaro de Pedro difiere de la mitología griega, sin embargo, la Biblia toma prestada la terminología griega para describir un lugar que es diferente del Hades, el lugar donde están encarcelados "espíritus" y "ángeles".



Cuerpo
Carne
Va al sepulcro o tumba (tierra, polvo)
Alma
Sangre
Va al Seol o Hades o Infierno (sueño del alma, inconsciencia)
Espíritu
Aliento
Va a Dios




(Tártaro: Prisión para los ángeles caídos que no tiene nada que ver con lo anterior)

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