LA BENDICIÓN DE RUBÉN (Cap. 13-Deuteronomio-Discurso 10-Profecías Finales), Dr. Stephen Jones




En Deut. 33:6 Moisés comienza su bendición con Rubén, diciendo:


6 Rubén viva y no muera, ni sus hombres sean pocos.

No se da ninguna razón para explicar por qué la tribu de Rubén podría estar en peligro de morir. Rubén era el hijo mayor de Jacob. Su madre era Lea. Leemos en Génesis 29:32,

32 Y concibió Lea, y le dio a luz un hijo, y le puso por nombre Rubén, porque dijo: Porque Yahweh ha visto mi aflicción; seguramente ahora mi marido me amará.

Recuerde que Labán el tío de Jacob le había engañado para casarse con Lea, que era la hermana mayor de Raquel. Jacob amaba a Raquel, no a Lea, por lo que este problema familiar interno pasó a su vida y formó parte de la imagen profética también.

Debido al énfasis en la herencia y los hijos para continuar con el apellido, Lea pensó que el nacimiento de Rubén cambiaría el corazón de Jacob y haría que él la amara. Esto aparentemente no ocurrió, aunque es obvio que Jacob fue fiel en darle los derechos conyugales que una esposa tenía (Éxodo 21:10).


Rubén pierde el Derecho de Nacimiento (Primogenitura)

Ru-ben significa "He aquí un hijo". Se suponía que Rubén, siendo el hijo mayor, se convertiría en el heredero de la Primogenitura. De hecho, la Ley exigía esto, como se muestra en Deut. 21:15-17. Jacob no tenía el derecho de desheredar al hijo de una mujer "odiada" sin motivos legales para hacerlo. Sin embargo, Rubén demostró ser indigno, como leemos en Génesis 35:22,

22 Y sucedió que mientras Israel estaba morando en aquella tierra, Rubén fue y se acostó con Bilha la concubina de su padre; e Israel lo oyó.

Bilha era la sierva de Raquel (Génesis 29:29). A causa del pecado de Rubén (en violación de Levítico 18:8), cuando Jacob estaba listo para morir, bendijo a sus hijos en Génesis 49, pero quitó de Rubén el Derecho de Nacimiento. Dijo de Rubén en los versículos 3 y 4,

3 Rubén, tú eres mi primogénito; mi fortaleza y el principio de mi vigor, preeminente en dignidad y preeminente en poder. 4 Descontrolado como el agua, no tendrás preeminencia, porque subiste al lecho de tu padre; entonces te profanaste, subiendo a mi diván.

Las Escrituras comentan esto más adelante en la genealogía de 1 Crón. 5:1-2, diciendo:

1 Los hijos de Rubén primogénito de Israel (porque él era el primogénito, mas como violó el lecho de su padre, sus derechos de primogenitura fueron dados a los hijos de José, hijo de Israel, y no fue contado por primogénito; 2 bien que Judá llegó a ser el mayor sobre sus hermanos, y el príncipe [cetro] de ellos salió de él; mas el derecho de primogenitura fue de José);

Se dice claramente aquí que el Cetro fue dado a Judá, de quien vendrían los reyes de Israel, pero la Primogenitura misma fue dada a José. Cuando observamos la bendición de Jacob sobre José en Génesis 49:22, vemos que se enfocó en la Filiación y las bendiciones materiales. Discutiremos esto más adelante. Por ahora es suficiente señalar que la Primogenitura fue dividida, y a Judá se le dio la porción del Cetro. También notamos que el Sacerdocio le fue dado a Leví. El resto (Mandato de Fecundidad) fue dado a José.

Con la bendición de Jacob, el Derecho de Nacimiento fue dividido; con Cristo el Derecho de Nacimiento comenzó a volver a juntarse. En Su Primera Venida, el Cetro y el Sacerdocio fueron reclamados por Jesucristo; y el Derecho de Nacimiento (completado con el Mandato de Fecundidad-Filiación) se le devolverá en Su Segunda Venida.

Vemos entonces que Rubén ("He aquí, un hijo") perdió la Filiación en favor de José, de quien Jacob dijo en Génesis 49:22: "José es una rama (ben, "hijo o constructor del árbol genealógico") fructífera". Para entender el significado profético de esto, debemos ver el contraste entre Rubén y José. Mientras Rubén profanaba la cama de su padre, José resistió los embates de la esposa de su amo (Génesis 39:7,8); mientras que Rubén era "descontrolado como el agua", José tenía la autodisciplina y estabilidad de un árbol (rama).


Las mandrágoras encontradas durante la cosecha del trigo

Cuando Moisés dice de Rubén, "ni sus hombres sean pocos", podría ser visto como una bendición para limitar su pérdida de la porción de Filiación de la Primogenitura. Perdió la Filiación, pero sin embargo no sería privado de posteridad, ni de "hijos". ¿Qué significa esto proféticamente? Encontramos la respuesta en otra historia de Rubén en Génesis 30:14-18,

14 Y en los días de la siega del trigo, Rubén fue y halló mandrágoras en el campo, y las trajo a su madre Lea. Entonces Raquel dijo a Lea: "Por favor, dame algunas de las mandrágoras de tu hijo". 15 Pero ella le dijo: "¿Es un asunto pequeño para ti tomar a mi marido? ¿Y tomarías también las mandrágoras de mi hijo?" Así que Raquel dijo: "Por lo tanto, él puede acostarse contigo esta noche a cambio de las mandrágoras de tu hijo". 16 Cuando Jacob llegó del campo por la tarde, Lea salió a su encuentro y dijo: "Tú debes venir a mí, porque ciertamente te he alquilado con las mandrágoras de mi hijo". Así que se acostó con ella esa noche. 17 Y oyó Dios a Lea, y ella concibió, y dio a luz a Jacob un quinto hijo. 18 Y dijo Lea: Dios me ha dado mi salario,

Esta extraña historia es muy profética. En primer lugar, ocurrió "en los días de la cosecha de trigo". Esto se da en el tiempo de Pentecostés, es decir, la Fiesta de las Semanas (Éxodo 34:22). Rubén encontró mandrágoras, que en hebreo se llaman dudeim, "manzanas del amor". Parece que se consideraba el Viagra de la época. John B. Davis dice: "La raíz bifurcada tiene un ligero parecido con el cuerpo humano" (Diccionario de la Biblia, p.472). En otras palabras, la raíz dual se parece a dos piernas. El Diccionario de la Biblia de Smith añade: "El fruto estaba maduro en el momento de la cosecha del trigo" (p.191).

Rubén encontró algunas mandrágoras maduras en el momento de la cosecha del trigo y las llevó a casa de su madre, Lea. Las cambió por una noche con Jacob. Raquel recibió las mandrágoras, que no produjeron ningún hijo; Lea se quedó embarazada después de esa noche con Jacob, dando a luz después a Isacar, cuyo nombre significa "hay alquiler (salario)".

Para comprender el cuadro profético que se nos presenta aquí, primero debemos ver que Lea y Raquel representan los dos pactos, así como Agar y Sara antes eran las esposas de Abraham. Génesis 29:17 dice: "Los ojos de Lea eran débiles (delicados)". Esto sugiere un problema de ceguera parcial, que la conecta con el Israel carnal en Rom. 11:25.

Raquel era la madre de José, el titular de la Primogenitura, pero Lea era la madre de la mayoría de los hijos. Al principio hay más hijos carnales, pero al final los hijos espirituales superarán en número a los de la carne (Isaías 54:1). Así, los hijos de Lea de esta manera representan a los israelitas carnales que funcionan bajo el Antiguo Pacto, mientras que los hijos de Raquel representan a los hijos espirituales del Nuevo Pacto. Así vemos que el enfoque de las mandrágoras para la Filiación no funciona cuando Raquel lo intenta. En segundo lugar, Lea obtiene otro hijo por las obras y recibe su "salario", Isacar.

Quizás también hay una lección en esto para la Iglesia hoy. La Iglesia no puede comprar el amor de Dios por tener más hijos carnales (miembros de la iglesia). Dios está más interesado en la calidad que en la cantidad. Las atracciones o entretenimientos carnales pueden resultar en muchos hijos, pero sólo el amor producirá verdaderos hijos de Dios. Lea tenía una relación legal de matrimonio con Jacob; Raquel también, pero tenía el ingrediente añadido del amor.

Todo este escenario se produjo porque Rubén encontró mandrágoras en el momento de Pentecostés, mostrándonos que Pentecostés es insuficiente para dar a luz a los hijos de Dios, aunque Raquel hiciera el intento. Pentecostés nos da el Espíritu Santo, pero como la historia ha demostrado, la carne todavía está presente junto al Espíritu. Este reino de la mezcla se representa en el intento fracasado de Raquel de engendrar un hijo por medios carnales.

Al Antiguo Pacto, como a Rubén, se le dio la primera oportunidad de la Filiación. Pero a causa de su carnalidad, no fue posible traer a los hijos de Dios a través de ellos. Rubén perdió así el Derecho de Nacimiento, y el voto del Antiguo Pacto resultó ser igualmente insuficiente.


Sin embargo, Moisés bendice a Rubén con hijos, aunque la bendición parece ser a medias. Es evidente que los niños carnales estaban bien, pero no eran la meta. Los hijos carnales tendrían que ser transformados en hijos espirituales para convertirse en hijos de Dios.

http://www.gods-kingdom-ministries.net/teachings/books/deuteronomy-the-second-law-speech-10/chapter-13-reubens-blessing/

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