DE MOISÉS A JOSUÉ (Cap. 12: Deuteronomio-Discurso 9-Nuevo Pacto bajo Josué), Dr. Stephen E. Jones



Deuteronomio 30 concluye el discurso de Moisés en lo que se refiere al propio Nuevo Pacto. Esto se ve claramente en las inserciones de Eleazar en Deut. 31:1,7,9 y 10, lo que da una breve introducción a las últimas instrucciones de Moisés en lo que respecta a la comisión de Josué, aparte de un recordatorio final en 31: 10-13 para celebrar la Fiesta de los Tabernáculos.

La introducción de Eleazar se encuentra en Deut. 31:1,

1 Fue Moisés, y habló estas palabras a todo Israel. 2 y les dijo …

Ferrar Fenton traduce este versículo:

1 Entonces Moisés procedió a concluir sus discursos a todo Israel, 2 y les dijo:

Las palabras reales de Moisés son entonces registradas por Eleazar, el escriba sacerdotal,

2 ... tengo ciento veinte años hoy; ya no soy capaz de ir y venir, y Yahweh me ha dicho: “No pasarás este Jordán”.

Aquí aprendemos que Moisés tenía 120 años cuando murió. Su vida se divide en tres períodos de cuarenta años cada uno, lo cual fue profético de la historia del Reino.


Moisés como un tipo profético

Moisés pasó sus primeros cuarenta años en Egipto sin el conocimiento particular de su llamado. Luego, cuando tenía cuarenta años, huyó a la tierra de Madián (Éxodo 2:15), donde Dios lo entrenó durante los próximos cuarenta años. Entonces Moisés regresó a Egipto y llevó a Israel por el desierto, donde permanecieron durante otros cuarenta años hasta que Moisés murió a la edad de 120 años.

Cada año de la vida de Moisés representaba un ciclo de Jubileo (49 años) en la historia del Reino de Dios. Los primeros cuarenta Jubileos (49 x 40 = 1960 años) nos traen desde Adán hasta Abraham. Abraham nació en el año 1948 a partir de Adán, según la cronología de la Biblia. (Ver Secretos del Tiempo, capítulo 2 - http://josemariaarmesto.blogspot.com.es/2015/10/libro-secretos-del-tiempo-traduccion.html).

Todo cambió cuando Dios llamó a Abraham a salir de su parentela e ir a una tierra que Dios le mostraría. De la misma manera, a la edad de cuarenta años, Dios llamó a Moisés que fuera de Egipto hacia una tierra desconocida. Así como Moisés fue entrenado por Dios cuarenta años, así también Dios entrenó a la semilla de Abraham cuarenta jubileos hasta el tiempo de Cristo.

Entonces volvió a la edad de 80 para comenzar su llamado. Así también el 80º Jubileo de Adán fue el año 26 dC, y tres años después, Jesús fue bautizado por Juan en el río Jordán para comenzar su ministerio.

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Así como Moisés sacó a Israel de la casa de servidumbre en la Pascua, así también lo hizo Jesús sacándonos fuera de la casa de servidumbre (pecado) cuando se hizo el Cordero de Pascua en el 33 dC (Ver Setenta Semanas de Danielhttp://josemariaarmesto.blogspot.com.es/2014/04/libro-las-70-semanas-de-daniel-ya.html). El período de siete años a partir 26-33 dC fue la septuagésima “semana” de Daniel 9:24.

Entonces, así como Moisés condujo a Israel por el desierto cuarenta años antes de entregar el gobierno del Reino a Josué el efraimita, así también lo hizo Jesucristo actuando como un tipo profético de Moisés durante cuarenta años, mientras que la Iglesia vagó por el desierto hasta la actualidad.

El 120º Jubileo debía ser declarado el 13 de octubre de 1986 y el año de jubileo se extendió hasta el 3 de octubre de 1987, que fue el siguiente Día de Expiación. Ahora estamos en el medio del 121º jubileo de Adán. Al final de este ciclo de jubileo, que termina en 2035-2036 parecería que nuestro propio Joshua (Yahshua-Jesús) se debe poner a Sí mismo en su llamado efraimita (es decir, José) para llevarnos a la siguiente fase de la historia del Reino.


Josué (Jesús) el efraimita

El hecho de que Moisés mencionó su edad en el momento del cierre de su discurso sobre el Nuevo Pacto sugiere que sus palabras profetizaron de eventos en nuestro propio tiempo. Como veremos más adelante, Moisés estaba a punto de dar las riendas del gobierno a Josué, que representa a Yahshua-Jesús, el Mediador del Nuevo Pacto. Josué era la mano derecha de Moisés, y él estaba siempre presente a lo largo viaje por el desierto de Israel, pero él no tomó la delantera hasta que ese viaje terminó a las orillas del río Jordán.

Así también, Jesús ha estado presente con la Iglesia a lo largo de su viaje por el desierto, pero algo nuevo pronto ha de tener lugar. Cuando Jesús vino la primera vez, vino a través de la tribu de Judá. Él era Yahshua el judaíta, como era necesario para reclamar Sus derechos al trono del rey David. Sin embargo, para conducirnos a la Tierra Prometida, Él debe manifestarse como Yahshua el efraimita, de la casa de José.

Esto se profetizó en Rev. 19:13, Y estaba vestido de una ropa teñida en sangre. Esto se refiere a José, cuyo manto se sumergió en la sangre en Gén. 37:31. Se le identifica con Josué el efraimita, porque Efraín fue hijo de José, el que recibió la Primogenitura (Génesis 48:20) después de la señal de la Cruz se colocó sobre él (cuando Jacob cruzó las manos para bendecirle Génesis 48:13-19).

La Escritura enseña que las dos venidas de Cristo difieren en su propósito. La Primera Venida fue para garantizar los derechos al trono del rey David, que era de Judá. El propósito de la Segunda Venida es para asegurar el Derecho de Nacimiento de José, reuniendo así los dos “palos” (llamados), el de Judá y el de José y reparando la brecha entre Judá e Israel. Ver Las Leyes de la Segunda Venida (http://josemariaarmesto.blogspot.com.es/2014/05/libro-las-leyes-de-la-segunda-venida-dr.html).

Volviendo a la palabra de Moisés, vemos que Dios le había dicho: No pasarás este Jordán”. Más tarde se nos dice que la razón superficialmente era que Moisés golpeó la roca, cuando debería haberla hablado (Deut 32:51). Pero en el cuadro profético más grande y profundo, Dios había determinado que Moisés debía ser un tipo de Cristo en el Pacto de Éxodo, que sacó a Israel de Egipto en la Pascua, mientras que Josué iba a ser un tipo de Cristo en el Pacto de Deuteronomio, que llevaría a Israel a la Tierra Prometida.

Moisés, al ser un tipo de Cristo bajo el Antiguo Pacto, podría conducir a Israel todo el camino hasta la Tierra Prometida, pero no podría cruzar el Jordán. ¿Por qué? El Antiguo Pacto dependía de la capacidad de las personas para oír y obedecer la Ley de Dios, e incluso Moisés no podía satisfacer ese requisito. Se necesitaba un Pacto Nuevo, junto con un líder nuevo que representara el Nuevo Pacto. Este Pacto, como ya hemos visto, sólo dependía del juramento de Dios, con el que Él prometió cambiar los corazones de las personas para que pudieran heredar las promesas de Dios.

Los israelitas que cruzaron el Jordán con Josué eran todavía imperfectos, por supuesto, porque vivían en tiempos del Antiguo Pacto; sin embargo, la nación sirvió también como un tipo profético de un tiempo futuro, cuando el verdadero Israel de Dios, los vencedores, entrarían y heredaría el Reino bajo un Nuevo Pacto.


Cruce del Jordán bajo Yahshua /Yahweh


Moisés continúa en Deut. 31:3,

3 Yahweh tu Dios, él pasa delante de ti; él destruirá a estas naciones de delante de ti, y las heredarás. Josué es el que pasará delante de ti, como Yahweh ha hablado.

Aquí Moisés nos da una profecía notable que identifica quién es Jesucristo. Se equipara a “Yahweh tu Dios (Yahweh Elohim) con Joshua (Josué). El texto profético muestra que Jesucristo era Yahweh Elohim antes de Su encarnación física en la Tierra. Esto se profetizó muchas veces en la Escritura, sobre todo en dos lugares. Una representación literal de Éxodo 15:2 profetizas de Yahshua-Jesús, diciendo:

2 Yahweh es mi fortaleza y mi canción, y ha sido mi Yahshua; este es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y le ensalzaré.

El profeta Isaías se refiere a esto más adelante, diciendo en Isaías 12:2,3,
2 He aquí, Dios es mi Yahshua, confiaré y no tendré miedo; porque JAH Yahweh es mi fortaleza y mi canción, y ha sido mi Yahshua. 3 Por lo tanto, sacareis con gozo aguas de las fuentes [o pozos] de Yahshua.

En Juan 7:37 Jesús hizo un llamado a los que estaban sedientos, diciéndoles de ir a Él a beber del agua de la vida. Era un llamado a sacar agua de los manantiales de Yahshua. Además, dijo que los que creyeran en Él, es decir, aquellos que son parte de Su cuerpo, también serían como pozos de los que ríos de agua viva manarían para la gente. Todo esto muestra que Jesús que cuando yahshua (“salvación”) se menciona en la Ley y los Profetas, se refiere proféticamente a Sí mismo.

Y así, Moisés trata de Joshua-Josué (Yahshua) como si fuera Yahweh Elohim. Él pudo haber profetizado sin saberlo, pero también es posible que Dios le revelara esta verdad mesiánica a Moisés cuando escribió la canción de Éxodo 15:2. No se nos dice; sin embargo, sabemos que muchos profetas escribieron las cosas con sólo una tenue comprensión de cómo serían cumplidas sus profecías.


Lo que está claro para nosotros en el estudio discurso final de Moisés es que fue todo acerca del Nuevo Pacto y el mediador de ese Pacto, Joshua-Josué; es decir, Yahshua-Jesús.

http://www.gods-kingdom-ministries.net/teachings/books/deuteronomy-the-second-law-speech-9/chapter-12-from-moses-to-joshua/

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