LA LUZ DE LA GRIETA – CAP. 8: EL MENSAJE DE JOSUÉ, P-2, Dr. Stephen E. Jones


6 de octubre de 2016



"¿Está de acuerdo en que el Nuevo Pacto no pone sobre el pueblo ningún requisito de prometer obediencia, pero que aún han de ser compatibles con la Ley del Creador?", preguntó Josué.

"Sí, por supuesto", respondió el viejo hombre. "Deben tener fe en el Creador y también deben ser obedientes a las leyes del Consejo de la Ciudad. Esa es la disposición de la Nueva Alianza. Si hacen estas dos cosas, entonces pueden ser ciudadanos de Nueva Iglesia. La autoridad del Creador fue delegada al Consejo de la Ciudad para siempre, incluso si el Consejo no tiene en cuenta la voluntad del Creador, lo cual, por supuesto, nunca podría suceder -Él no anularía Su autoridad delegada al Consejo, porque les fue concedida sin condiciones por el Nuevo Pacto".

"Esto me lleva a la razón principal de esta reunión", respondió Josué. "El Creador me ha mostrado que el Primer Pacto fue la promesa del hombre al Creador y que el Nuevo Pacto es el juramento y la promesa del Creador al hombre. Los hombres del Primer Pacto se obligaron a ser obedientes con el fin de ser ciudadanos de Iglesia. Pero debido a que los hombres no fueron capaces de cumplir sus votos, Dios hizo una Su propia promesa obligándose a hacer a todos los hombres justos. Este Segundo Pacto no dependía de la voluntad de los hombres, sino sólo de Sí mismo y Su propio poder".

"Pero eso viola nuestro libre albedrío", dijo el viejo hombre oponiéndose. "Ciertamente Él no haría tal cosa".

Josué continuó: "El Primer Pacto fue hecho por el libre albedrío del hombre, como tú lo llamas, y mira donde los llevó. Por otro lado, el Nuevo Pacto fue hecho por el Creador de la libre voluntad. Estoy aquí para anunciar que el Creador tiene libre albedrío, y que Él puede hacer cualquier promesa según Él desee. Cuando Él hace tales promesas, Él se obliga a cumplirlas al pie de la letra. Para cualquier otra cosa, lo convertiría en un mentiroso o un Dios débil con tiene buenas intenciones".

Hizo una pausa para dejar que este pensamiento se asentara en Sus mentes. Luego dijo: "Si tú lees la historia familiar del arco iris original, verás que el Creador hizo una promesa a toda la Tierra y no requirió a nadie en la Tierra que hiciera una promesa a cambio. Cualquier promesa de que no se basa en una respuesta de la otra parte es incondicional".

Josué continuó: "También está escrito que el Creador le dijo al mediador de la primera Alianza que reuniera a todo el pueblo para escuchar la promesa del Creador de establecerlos como Su pueblo y ser Su Dios. Además, les dijo que este voto no era sólo para ellos, sino para todos los que no estaban presentes también. Este voto se hizo cerca de 40 años después del Primer Pacto. La diferencia principal era que los votos de los hombres establecieron el Primer Pacto, mientras que la promesa del Creador estableció el Segundo".

"¿Nos está diciendo", explotó el viejo hombre, "que si los hombres no logran alcanzar la perfección es culpa de Dios? ¿Se atreve a transferir la responsabilidad de los fracasos del hombre al Creador? ¡Eso suena a blasfemia para mí!"

"La responsabilidad recae sobre aquellos que prometen. Cuando los hombres juraron obediencia, ellos mismos se obligaron a hacer algo  Cuando fracasaron, cayeron bajo la Ley, porque la Ley los consideró responsables por romper sus votos. Pero cuando el Creador prometió, Él tomó sobre Sí la responsabilidad de hacer a la humanidad perfecta, y la misma Ley exigirá cuentas al Creador, cuentas hasta que Él cumpla Su promesa. La imperfección del hombre no es la cuestión, la única cuestión es si el Creador es capaz de perfeccionar a la humanidad a pesar del hecho de que esto parece ser imposible".

"Pero es imposible", insistió el viejo hombre. "Dios simplemente no puede hacer esto, porque Su santidad le obliga a desechar a todos los desobedientes, a pesar de que los ama".

"Estoy aquí para darte un mensaje del Creador de que Él hará esto", persistió Josué. "Debido a que Él hizo una promesa, Su santidad exige que Él deba cumplir Su promesa. La razón por la que hizo este nueva promesa pacto es para que podamos saber con certeza lo que se propone hacer. Estoy aquí para hacerte creer en lo que ha prometido y tener fe en Él. Tener fe en Su capacidad de hacer lo que ha dicho que hará. No coloques tu fe en tu propia capacidad para mantener tus votos. Coloca tu fe en Él, no en tí mismo".

"Eso no es lo que el Consejo de la Ciudad ha determinado", dijo el viejo hombre con una creciente ira. "La ciudadanía en Nueva Iglesia es por el propia voto de obediencia y sumisión a las tradiciones del Consejo. Decir lo contrario, podría terminar en un montón de problemas", amenazó oscuro.

"¿Tú crees que el Nuevo Pacto es el nuevo voto del hombre al Creador?", le preguntó Josué. "Son ambos pactos basados en los votos de los hombres?" Josué continuó: "Parece que la ciudadanía de Nueva Ciudad se basa en el Primer Pacto disfrazado de Nuevo Pacto. ¿Ha conservado Nueva Ciudad, el Primer Pacto sólo cambiándole la etiqueta? Pareces creer que el Nuevo Pacto es meramente el nuevo voto del hombre al Creador".

El viejo hombre proclamó en voz alta para que todos lo oyeran, "Es necesario que los hombres pongan su fe en el Creador y se sometan a su Consejo de la Ciudad autorizado y sus leyes establecidas por larga tradición. La sumisión a los hombres demuestra la fe de un hombre en el mismo Creador. Uno no puede adorar al Creador sin someterse al Consejo de la Ciudad".

"Así que al final", dijo Josué, "todos los ciudadanos de Nueva Ciudad deben jurar lealtad al Consejo de la Ciudad y obedecer sus tradiciones con el fin de estar bajo el Nuevo Pacto. Y si ellos no cumplen, pueden ser castigados, y en algunos casos su ciudadanía podría ser revocada. ¿Es eso correcto?"

"Sí, absolutamente", dijo el viejo hombre con firmeza.

"Esto suena como una renovación del Primer Pacto", dijo Josué. "En nada suena como el pasaje anterior que me leíste, en el que Dios se comprometió a hacer a todos los hombres Su pueblo, escribiendo Su Ley dentro de sus corazones. Por tu forma de pensar, el Creador debería haber hecho Su voto, diciendo: 'Me comprometo a tratar de convencer a la gente para tener fe en mí, y que Me obedezcan', o tal vez debería haber dicho: 'Prometo hacer que sea posible para todos seguirme, si así lo desean'. "Pero como tú has leído en tu propio libro, esta no es la naturaleza de Su promesa. Se comprometió a persistir hasta que todos hayan encontrado ese camino y hayan puesto su fe en Él".

Josué continuó: "Lo que quiero mostrar es que el Creador mismo se ha comprometido a escribir la Ley en los corazones de la gente, no sólo en algunos de ellos, sino en todas las personas. Y si esto no debe suceder, entonces Él debe tener la culpa por prometer lo que no podía ofrecer".

"Eso es absurdo", insistió el viejo hombre. "El Creador no estaba hablando de todos los hombres, sino de todos los que creen. Está claro que no todos los hombres creen durante su tiempo de vida. Una vez que mueren, es la fecha límite. Si no cumplen en ese plazo, entonces, se pierden para siempre, porque está escrito, 'que está establecido para los hombres que mueran una vez, y después de esto el juicio'. Una vez evaluados, es demasiado tarde para arrepentirse".

"Las palabras que citó", respondió Josué, "hablan de una secuencia de eventos, que nos dice que el fallo se produce después de que los hombres mueren. Sin embargo, esto no dice nada acerca de una fecha límite para el arrepentimiento. Está escrito que toda rodilla se doblará, y toda lengua jurará lealtad para la gloria del Creador. Obviamente, la mayoría de los hombres no hacen esto durante su tiempo de vida en la Tierra. Sólo hay un punto en el tiempo en que esto puede suceder. Ellos lo hacen cuando todos los muertos son llamados al Tribunal, porque ahí es cuando toda la verdad finalmente se dará a conocer a ellos. Una vez que conozcan la verdad, que se les escapó durante su vida en la Tierra, ellos se inclinarán hacia el Creador de buena gana".

"Sí, pero después de que se hayan inclinado y jurado lealtad, entonces, serán arrojados a un lado y se perderán para siempre", insistió el viejo hombre.

"Su lealtad al Creador", respondió Josué, "es el cumplimiento del Nuevo Pacto, donde finalmente comienza a conseguir su objetivo. No me cabe duda de que estas personas serán juzgadas, pero insisto en que la sentencia, el tiempo que pueda tardar en esa edad futura, debe ser de naturaleza correctiva. El propósito del juicio es obligar a todos los desobedientes a arrepentirse y aprender los caminos del Creador. Ningún juicio puede causar que la promesa del Creador falle. Sus juicios están diseñados para producir Su éxito, no Su fracaso".

"El libro dice que Sus juicios son eternos", dijo el viejo hombre con confianza. "Si su opinión fuera correcta, los juicios traerían a toda la humanidad a la unidad con el Creador. Todo el mundo sabe que esto no puede ser. Está escrito en muchos lugares que el juicio es interminable".

Josué se detuvo por un momento. "Está utilizando una traducción defectuosa de la palabra eterno. En el idioma original era de una palabra perteneciente a un período oculto o desconocido de tiempo. Incluso el Primer Pacto, junto con todos los sacrificios de animales, se dijo que es eterno, pero el Creador determinó desde el principio que éstos serían temporales. El tiempo que el Primer Pacto debía permanecer en efecto se desconocía por los hombres en los siglos pasados, pero un momento desconocido no es lo mismo que un tiempo sin fin".

Y continuó: "Considera, también, que había una antigua orden de sacerdotes, como usted sabe muy bien, a la que se le dio un sacerdocio eterno, como la traducción dice. Pero sabes también que este sacerdocio sólo duró unos 300 años antes de que su linaje fuera sustituido por otro a causa de la corrupción. En ese caso, el sacerdocio eterno llegó a su fin. Entonces, ¿cómo se puede decir que la palabra traducida eterno, es de hecho sin fin? ¿No sería más bien que el tiempo de ese sacerdocio era indefinido, ya que nadie sabía si o cuándo podría terminar? Nadie sabía si esos sacerdotes permanecerían fieles al Creador o si se corromperían a sí mismos. El momento se ocultó a los hombres hasta que el Creador lo llevó a su fin".

"Insisto en que eterno significa eterno", insistió el viejo hombre. "De lo contrario, no habrían usado la palabra eterno".

"Entonces tenemos que estar en desacuerdo, una vez más", respondió Josué. No se sorprendió ante la respuesta del viejo hombre, porque él era un portavoz del Concejo de la Ciudad y no tenía poder para apartarse de sus decisiones, que se habían establecido hace mucho tiempo. Porque estar de acuerdo con Josué sería negar el Consejo y el riesgo de perder todo el estatus, la reputación y tal vez incluso su propia vida.

"Para resumir mi razón de estar aquí", dijo Josué, llevó su discurso a una conclusión, "el Creador quiere que todos depositen su fe en Él, es decir, en su promesa. Él cree que es capaz de hacer valer Su palabra. Aprendan acerca de Su plan para la Creación y crean que Él cumplirá Su propósito y objetivo que Él ha previsto desde el principio. No piensen que Él está limitado por buenas intenciones que están más allá de Su capacidad de realizarlas. No creo que la voluntad del hombre sea más fuerte que la voluntad del Creador, o que la desobediencia de los hombres le impedirá hacer a todos los hombres Su pueblo. Coloquen su fe en el Nuevo Pacto, y no esperen hasta que todas las cosas sean reveladas en el Gran Juicio".

Josué bajó del estrado, y el alcalde se puso de pie y anunció: "Mañana vamos a escuchar a nuestro próximo orador que se dice que tiene una revelación del Creador para compartir con nosotros. Por ahora tenemos suficiente para reflexionar. Vamos a escuchar más mañana, a la misma hora".


Con eso, los tres abandonaron el edificio. Un murmullo recorrió la multitud cuando las personas discutían esta nueva forma de pensar.

Etiquetas: Serie Enseñanza
Categoría: Enseñanzas

Dr. Stephen Jones

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