NOTA ADMINISTRADOR:
Rompiendo nuestra costumbre de presentarles los libros por el principio, hemos creído conveniente en esta ocasión llamar su atención comenzando por la conclusión.
El libro toca los aspectos álgidos de esta transición de la Edad Pentecostal o la Edad de Tabernáculos y analiza el libro de Esther como patrón que es de este kairos de Dios. Esta conclusión nos habla del trascendental año 2017, al que accedemos este otoño con la fiesta de Tabernáculos; del ámbito del lugar Santísimo al que nos adentramos; del 70 jubileo desde que Levítico fue escrito; del juicio comenzando por la Casa de Dios (Iglesia e Israel); de la Primera Resurrección restringida a los Vencedores y de los días de Trompetas y Reconciliación-Expiación, es decir, el arrepentimiento y el abandono de las propias obras, como puertas inexcusables para el acceso al ámbito de Tabernáculos-Lugar Santísimo, ...
CONCLUSIÓN:
El real cumplimiento de las profecías de Daniel, Ester y Zacarías
es para nosotros. Estamos entrando en el tiempo de plenitud y de
juicio. Algunos entrarán y otros serán cortados. El hecho que
Dios ha quitado el sello a este mensaje, significa que el tiempo del
cumplimiento está sobre nosotros. El ámbito de Lugar Santísimo
está delante de nosotros.
En 1983, fui secuestrado durante cinco meses por las FARC, empezando
el 14 de agosto, los guerrilleros me ataron a un árbol en la selva.
En las fechas de la Fiesta de las Trompetas, tuve una visita
sobrenatural del Señor con un asiento en primera fila, para
constatar un evento astronómico extremadamente raro, que involucraba
a Venus, la estrella de la mañana, como se relata en mi libro:
Secuestro
y Reconciliación.
Después de eso, el Señor me guió a un estudio de la Biblia de 100
días, en el cual Él abrió mi entendimiento en relación a todos
los Libros de la Biblia.
Dos días más tarde, yo era milagrosamente liberado y era lanzado a
un ministerio mundial que se ha intensificado gradualmente en los
pasados treinta y dos años.
El Señor me mostró que en 1967
(tenía doce años de edad en ese tiempo) era el 69 jubileo desde la
escritura del Libro de Levítico hacia el 1883 a.C.; por tanto, 2017
será el 70 jubileo y
creo que probará ser un evento profético significativo (Ezequiel
46:16-18). El año de 1967 fue cuando Israel enfrentó la
guerra de los Seis Días, y los judíos recuperaron Jerusalén. Fue
además el año en que comenzó la renovación carismática y todos
los ministerios que vinieron, desde “el Pueblo de Jesús”, cuando
muchos hippies en los campus universitarios se acercaron a
Jesucristo.
Espero que el
año 2017 sea mucho más intenso.
Estamos actualmente en una secuencia de cuatro lunas de sangre,
alternando entre la Pascua y los Tabernáculos en los días de fiesta
judíos, y la última ocurrió el 28 de septiembre del 2015, la cual
es la fecha de la Fiesta de los Tabernáculos.
El Año Nuevo Judío, 13 de
septiembre de 2015, marca el principio del año cuarenta y nueve (el
séptimo siete) del ciclo del Jubileo. El otoño del año 2016
será el principio del año cincuenta iniciando el Jubileo y marcando
3500 años desde que comenzaran estos ciclos. Las cuatro
lunas de sangre son una señal del juicio inminente sobre el
ámbito de Israel y de la Iglesia.
Muchos están esperando que un serio juicio sea derramado
primeramente sobre los Estados Unidos y sobre el mundo secular. Esto
sin duda eventualmente sucederá si el actual estado de las cosas
continúa. Sin embargo, tengo un punto de vista diferente. Veo, de
acuerdo a las Escrituras, que el juicio empieza por la casa del
Señor. Aquellos que están malinterpretando a Dios en Israel y en
la iglesia mundial estarán de primeros en la línea,
cuando Dios empiece a separar al malo del justo. Cuando el pueblo
de Dios esté limpio, el mundo secular tendrá una oportunidad de oro
para arrepentirse y venir a Jesucristo.
Setenta semanas están determinadas (Heb.
Cortadas, Daniel 9:24)
Cuando Abraham hizo un pacto con Dios, las Escrituras dicen que él
cortó un pacto, y el signo de ese pacto era la circuncisión
(Romanos 4:11). Cuando Dios entra en un pacto con nosotros, Él va a
cortarlo.
Con el propósito de ser traídos en obediencia en un pacto con
Dios, Él debe cortar de nosotros lo que no le gusta. Esto se llama
la circuncisión del corazón, (Romanos 2:29).
24 Setenta semanas están determinadas {Heb.
cortadas} sobre tu pueblo y sobre tu Santa Ciudad, para
acabar la prevaricación, y concluir el pecado, y reconciliar la
iniquidad; y para traer la justicia de los siglos, y sellar la visión
y la profecía, y ungir el lugar santísimo.
Si usted toma esto sobre una base de un año-por día, esto está
profetizando la primera venida de nuestro Señor Jesucristo, y Jesús
fue cortado literalmente en la última semana de la profecía.
Pero semanas en la Biblia algunas veces equivale también a
generaciones. Desde Adán a Cristo hay setenta generaciones, y esta
profecía es cumplida en la generación de Cristo, en la cual
nosotros existimos. La generación de Cristo no ha concluido, porque
ahora el cuerpo de Cristo tiene muchos miembros y Jesús es la
Cabeza.
Pero para algunos de nosotros que estamos vivos y permanecemos, esto
todavía va a ser determinado por quién está dentro y quién está
afuera, en términos de quién reinará y gobernará con Cristo por
mil años.
Sé que hay muchas maneras de ver esto, pero Pablo indicó que él
estaba corriendo hacia la meta, al premio del supremo llamamiento, y
tiendo a relacionar esto con la Primera Resurrección, (Filipenses
3:14; Apocalipsis 20:4-5).
Y puede ser que mucha gente será salva en cierto sentido, pero
excluida de la generación de Cristo, porque la generación de
Cristo, el real sacerdocio, es exclusivo de aquellos que reinarán y
gobernarán con Cristo, (1 Pedro 2:9).
Si usted añade las cuarenta y dos generaciones (catorce veces tres)
mencionadas en Mateo 1:17 (desde David hasta Cristo), Jesús es la
cuarenta y uno, y los miembros del cuerpo de Cristo es la cuarenta
y dos. Esto incluye todos los miembros de la novia de Cristo sin
mancha, ni arruga o cosa parecida. Cristo es el fin de todas las
generaciones en la Biblia, y la generación de Cristo continua hoy.
Esta es la generación que permanecerá hasta que todas las cosas
mencionadas en Mateo 24, Marcos 13 y Lucas 21 sean cumplidas, (Mateo
24:34; Marcos 13:30; Lucas 21:32).
No podemos aún estar ciento por ciento seguros de lo que va a
suceder a alguien como Judas en el juicio final, porque Dios es el
Juez Supremo. Sabemos con certeza por las Escrituras que Judas perdió
su lugar. Él irrevocablemente perdió su lugar como apóstol, aunque
parece que él hizo un intento de arrepentimiento entre la muerte y
la resurrección del Señor (Mateo 27:3-4). Pero él nunca llegó
hasta la resurrección porque él ya había pasado el punto de no
retorno.
Esto es similar a lo que sucedió con el perverso Amán cuando él
suplicó a la reina Ester después que había sido descubierto, pero
era demasiado tarde.
Algunas personas piensan que la profecía de Daniel 9 se cumplió con
la primera venida del Señor con su muerte y resurrección. Pero esta
no fue completamente cumplida.
Escuche esto:
Daniel 9:24 … para acabar la prevaricación...
Prevaricación es una antigua palabra que viene de una raíz que
significa torcer las cosas y usarlas para un fin o propósito para el
que no fueron diseñadas. Así que cuando tomamos los talentos que
Dios nos ha dado y los usamos para nuestro propio beneficio, para
conseguir algo para nosotros mismos, eso es lo que estamos haciendo.
Estamos usando nuestros dones dados por Dios para algo para lo que no
estaban diseñados.
La Santidad no es una manera de hablar o una forma de vestirse o de
ritos religiosos y rituales. Santidad significa ser separado para el
uso exclusivo del Señor. Eso significa estar disponible
exclusivamente para el Señor para todo lo que Él quiera de
nosotros.
24 … y concluir el pecado,...
La existencia del pecado en las vidas del pueblo de Dios no está
concluida ahora mismo (aunque ha sido hecha una provisión completa
en la cruz) mientras el hombre viejo, la naturaleza vieja esté
todavía viva.
Las Escrituras declaran que está establecido para los hombres que
mueran una sola vez y después de esto el juicio (Hebreos 9:27). Es
un buen comienzo para nosotros reconocer el hombre viejo muerto con
Cristo cuando recibimos el Evangelio, pero Dios tiene esto conectado.
La única manera de salir fuera del ámbito natural en el que vivimos
es morir, porque la carne y la sangre no pueden heredar el Reino de
Dios, (1 Corintios 15:50).
En el versículo que sigue, Pablo llama a esto un misterio y lo
relaciona con la resurrección de los muertos. Esto además presenta
problemas adicionales por la hipótesis del rapto o arrebatamiento
secreto.
24 … y reconciliar la iniquidad; ...
Iniquidad se refiere a hacer las cosas a nuestra propia manera y
encubrirlas y ocultarlas hasta un punto donde parezca correcto; pero
no lo es. Iniquidad también se refiere a las tinieblas y esconder
algo de la luz. Y reconciliación significa enderezar. Reconciliar
la iniquidad significa enderezarnos de modo que estemos derechos y
limpios y de regreso a la luz.
24 ...y para traer la justicia de los siglos, y sellar la visión
y la profecía, y ungir el lugar santísimo.
Sabemos que el Lugar Santísimo está en el ámbito de la Fiesta
de los Tabernáculos, la cual está delante de nosotros, porque
la mayoría de las personas que componen la Iglesia (en el sacerdocio
de todos los creyentes) se encuentran todavía en el Lugar Santo del
Ministerio.
Un velo todavía separa a muchos de ellos del Lugar Santísimo. Y con
el fin de entrar en la vida de Cristo, que es el prerrequisito
para entrar al Lugar Santísimo, debemos venir individualmente,
uno por uno.
Pero además en el tipo y la sombra de salir del desierto y entrar en
la Tierra Prometida, esto no era algo que Josué y Caleb y los
israelitas podían hacerlo uno a uno. Esto tenía que ser todo
el pueblo completo y corporativamente y tenía que ser hecho
en el momento en que Dios lo determinara (Josué 3:17). En
el desierto, Josué pudo morar en el tabernáculo (Éxodo 33:11),
pero con el objeto de entrar en la tierra Prometida (simbólico de la
plenitud de nuestra herencia en Cristo), los israelitas tuvieron que
cruzar corporativamente
el río Jordán
(simbólico de muerte) y entrar. Dios lo hizo por supuesto,
les dio una provisión sobrenatural. Pablo llama a esto un misterio,
(1 Corintios 15:51).
Hay aproximadamente treinta y tres mil promesas en la Biblia, y
algunas de ellas son para el pueblo de Dios corporativamente, que
solamente pueden ser alcanzadas corporativamente, y otras son
promesas que pueden ser tomadas individualmente. Si usted mezcla
todo, no haciendo la distinción entre el singular y el plural de la
Biblia, entonces la gente inconscientemente piensa que las promesas
corporativas pueden ser apropiadas individualmente porque esa es la
impresión que se tiene al leer las Biblias modernas.
Ellas pierden su amor por el pueblo de Dios que es corporativo, y
algunos empiezan a pensar de ellos mismos como Solitarios Soldados
espirituales, es decir como el Llanero Solitario.
Jesús resumió la Ley y los profetas diciendo que deberíamos amar
al Señor nuestro Dios de todo nuestro corazón y de toda nuestra
alma y de toda nuestra mente, y que deberíamos amar a nuestro
prójimo tanto como nos amamos a nosotros mismos, (Mateo 22:36-40).
La reina Ester puso esto en práctica.
De la otra forma, si usted se equivoca en solo ver un pueblo de Dios
corporativo que pueda cumplir con los requerimientos de las promesas
de Dios a Su cuerpo, no queda claro que los individuos deben ser
tratados uno por uno.
A menos que experimentemos algunas
cosas como individuos, y entendamos lo que es crucificar el
hombre viejo y matarlo y tratar con nuestras propias situaciones
personales, en realidad no podemos llegar a la madurez entre el
hermoso pueblo corporativo de Dios, quienes van a heredar
colectivamente el Reino.
De modo que seguimos teniendo gente tratando de aplicar las cosas
corporativamente sin tratar con sus asuntos individuales. Algunos
individuos también tratan de heredar promesas corporativas, pero no
tienen absolutamente ninguna posibilidad de éxito.
25 Sepas, pues, y entiendas, que desde la salida de la palabra
para hacer volver el pueblo y edificar a Jerusalén, hasta el
Príncipe Ungido, {Heb. el Mesías} habrá siete semanas y sesenta y
dos semanas, ...
Siete veces siete o cuarenta y nueve años después del decreto que
le permitió a Esdras y a otros regresar a Jerusalén, hubo un
cumplimiento sombra de la Fiesta de los Tabernáculos bajo Nehemías
con la reconstrucción del muro y el templo. Si
usted añade sesenta y dos semanas, siete veces (un año por día,
–434 años), esto lo llevará al principio
del ministerio de Jesús.
Por esto es que algunos de los discípulos estuvieron buscando al
Mesías en el tiempo específico (Juan 1:45). La
última semana con la crucifixión a la mitad de la misma, habría
terminado cerca del tiempo en el que el Espíritu Santo fuera
derramado sobre la casa de Cornelio (Hechos 10).
Esto fue un total de 490 años compuestos de 49, más 434, más 7.
25 … entre tanto se tornará a edificar la plaza y el muro en
angustia de tiempos. 26 Y después de las sesenta y dos semanas el
Ungido,{Heb. Mesías}
será muerto, y nada tendrá: (y el pueblo del príncipe que ha de
venir, destruirá a la ciudad y el santuario; cuyo fin será como
avenida de aguas; hasta que al fin de la guerra sea talada con
asolamiento). 27 En una semana (son ya setenta) confirmará el pacto
por muchos, y a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y el
presente; y a causa de la multitud de las abominaciones vendrá
desolamiento, hasta que perfecto acabamiento se derrame sobre el
pueblo abominable.
Jesús fue cortado en la mitad de la semana setenta en medio de Su
ministerio. Por el año 67 d.C. aproximadamente (lo que debería
haber sido treinta y un jubileos desde la entrega del Libro de
Levítico hacia el 1483 a.C.), la situación había degenerado en una
guerra descrita por Josefo cuando Jerusalén fue completamente
destruida por segunda vez. Aun esto es claro en Mateo 24, Marcos 13 y
Lucas 21, la destrucción de
Jerusalén en el año 66-70 d.C. Era también un tipo y sombra del
fin de la edad de la iglesia, la cual está ahora sobre nosotros.
Pero amigos, veo otra dimensión a esta profecía, veo la
septuagésima generación, la generación de Cristo (la 70ª desde
Adán, de acuerdo a Lucas y la cuadragésima segunda desde David, de
acuerdo a Mateo), con nosotros entrando en un tiempo cuando estamos a
punto de experimentar la Segunda Venida, y esto será completamente
resuelto para los genuinos hijos de Dios. La Escritura que el Señor
me dio junto con Daniel 9 es Levítico 23:23-31.
El Libro de Ester da un claro cuadro de todo esto y cómo se aplica a
nuestro tiempo presente.
El Día de Reconciliación
Los primeros veintidós versos de Levítico 23 describen la Fiesta de
la Pascua (históricamente ligada a los mil quinientos años de edad
de la Ley y los judíos) y la fiesta de Pentecostés (históricamente
ligada a dos mil años de edad de la gracia y la Iglesia).
Espiritualmente, la Pascua está ligada a la Salvación y Pentecostés
está ligado a la unción del Espíritu Santo. Bajo la Ley había
solamente tres reuniones requeridas al año para Israel que fueron
llamadas las Fiestas del Señor y están descritas aquí en el Libro
de Levítico, capítulo 23.
En la Biblia Dios no ordena el sistema de sinagoga. Los
israelitas inventaron eso, y la iglesia en muchos casos ha seguido
por el mismo estilo con misas o cultos interminables.
23 Y habló Yahweh a Moisés, diciendo: 24 Habla a los hijos de
Israel, y diles: En el mes séptimo, al primero del mes tendréis
reposo, una alarma para hacer recordar, y una santa convocación
(Levítico 23:23, 24).
La fiesta de las trompetas empezaba en el séptimo mes, en el primer
día. Esto marcaba el principio de una nueva luna, la cual es
simbólica del pueblo de Dios (Israel y la Iglesia) llegando a la
victoria. Este es también el Nuevo Año Judío en el calendario
sagrado y es probable que fuera la fecha real del nacimiento del
Señor Jesucristo. Isaías profetiza el completo cumplimiento de
esto:
Y la luz de la luna será como la luz del Sol; y la luz del Sol siete
veces mayor, como la luz de siete días, el día que soldará el
Yahweh la quebradura de su pueblo, y curará la llaga de su herida.
(Isaías 30:26)
20 No se pondrá jamás tu sol, ni menguará tu luna; porque te
será el Yahweh por perpetua luz, y los días de tu luto serán
acabados. 21 Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre
heredarán la tierra; serán renuevos de mi plantío, obra de mis
manos, para glorificarme (Isaías 60:20-21).
De manera que cuando el pueblo de Dios llegue a ser lo que Dios desea
que sea, nosotros no tendremos más de crecientes y menguantes en la
iglesia de Dios. Dios va a brillar; Jesús va a brillar siete veces.
Uno de los más grandes problemas
hoy está en cómo el mundo percibe a los cristianos. Hay contienda y
abominación y corrupción entre el pueblo que se llaman a sí mismos
por el nombre del Señor, debido a la falta de un pueblo limpio y
corporativo de Dios que pueda ponerlo en exhibición. En este
sentido, la mayor parte del Israel natural y la iglesia tibia, están
ambos en un problema similar. Ellos están usando el nombre del
Señor, y por tanto, son un blanco grande para el Enemigo. Pero, si
sus corazones no están limpios, ellos son incapaces de vencer. Los
cristianos solo de nombre están siendo masacrados en muchos lugares
del mundo hoy, similarmente a lo que le sucedió a muchos judíos. Y
sí, hay muchos cristianos y judíos destacados y verdaderos que a
través de los años también fueron martirizados.
Sin embargo, veo un gran cambio que está viniendo mientras entramos
al día del Señor. Aquellos que estén limpios serán sellados
(Apocalipsis 7), y cualquiera que esté usando el nombre del Señor y
sin estar limpio o sellado, no solamente recibirá el más fuerte
ataque del enemigo, sino además los juicios de Dios (algunos de los
cuales pueden estar ligados).
Cuando Dios se refiere a Su pueblo, Él no mora en todas las
facciones hechas por el hombre, denominaciones, diferencias y
distinciones de lo que el hombre llama la iglesia, o aun entre lo que
algunos llaman el Israel natural y el Israel espiritual. El pueblo de
Dios son todos aquellos que han sido redimidos por el Señor
Jesucristo, y en Cristo no hay división entre judío y griego, o
macho o hembra. No hay ninguna otra base para la salvación de
cualquiera en el pasado, presente o futuro, que no sea la Obra de
Redención de nuestro Señor Jesucristo.
Cuando la nación judía incrédula fue cortada, muchos judíos
creyentes no fueron cortados; y cuando los creyentes gentiles fueron
injertados entre ellos para ser partícipes, les dijeron que no
pensaran mas de sí mismos de lo que debían (Romanos 11:17-21). La
raíz del buen árbol de olivo no es la nación judía, es Cristo.
Dios aún parece indicar que Él pronto traerá por lo menos a
algunos de ellos como nación al arrepentimiento y que Él podrá
injertarlos de nuevo en Cristo. (Zacarías 12:9-14; Romanos 11).
Tenemos también la palabra de los profetas más firme, a la cual
hacéis bien de estar atentos como a una lámpara que alumbra en
lugar oscuro, hasta que el día esclarezca, y el lucero de la mañana
salga en vuestros corazones (2 Pedro 1:19).
Esto es esencial para juzgar al mundo. Dios lo hará. Nosotros no
podemos hacerlo, aun cuando tengamos dones y ministerios y los más
grandes talentos que Dios nos haya dado, que podemos tomar y usarlos
para nuestra vida. No podemos hacerlo. Tiene que ser Él, en su vida.
Él quiere hacer Su obra en nosotros, y Él desea hacer Su obra a
través de nosotros. Su obra es la única cosa que permanecerá.
El pueblo corporativo representado por la reina Esther (la esposa de
Cristo) es la obra de Sus manos. Incluye a todos los redimidos.
Levítico da una continuación de los requerimientos de entrada que
Dios establece para este día muy especial, el Día del Señor.
25 Ninguna obra servil haréis; y ofreceréis ofrenda encendida a
Yahweh.
Esto dice en hebreo -una ofrenda encendida. Amigos, somos la ofrenda.
Debido a que hay fuego extraño por todas partes, la pregunta es:
¿Está usted encendido con el fuego verdadero? ¿Estamos encendidos
con el verdadero fuego del Señor? Lo tiene que hacer el Señor. No
estamos puestos para estar corriendo alrededor jugando con fósforos,
encendiendo fuego falso o extraño.
25 Ninguna obra servil haréis; y ofreceréis ofrenda encendida a
Yahweh.
Observe esto: No está dirigido en singular. Este es un mensaje al
pueblo corporativo de Dios.
26 Y habló Yahweh a Moisés, diciendo: 27 Pero a los diez de este
mes séptimo será el día de las reconciliaciones; ...
Reconciliación en las Escrituras significa enderezar todo hasta
ordenarlo de nuevo, así como Dios es recto y verdadero. Este es el
significado de la palabra reconciliación como es definida por el uso
que Dios da a este término.
27 … tendréis santa convocación,
y afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda encendida a
Yahweh. 28 Ninguna obra haréis en este mismo día; porque es día de
reconciliaciones, para reconciliaros delante del Yahweh vuestro Dios.
29 Porque toda persona que no se afligiere en este mismo día, será
cortada de su pueblo.
Amigos, esta es una profecía que se aplica a nosotros.
Con el propósito de alcanzar a
la Fiesta de los Tabernáculos, usted debe pasar a través de lo que
en algunas Biblias se llama el Día de la Expiación.
Aquí es traducida como Día de las Reconciliaciones.
La palabra reconciliación es un término importante en la Biblia,
pero no es traducido con precisión en muchas traducciones. Empezando
en Génesis, Dios le dijo a Noé que construyera un arca con tres
niveles. Luego, el texto Hebreo no dice literalmente, “la
calafatearás por dentro y por fuera con brea”. Más bien dice:
“reconcíliese por dentro y por fuera con rescate”.
Hazte un arca de madera de cedro; harás separaciones en el arca y
la reconciliarás con brea {Heb.
rescate} por dentro y por fuera. (Génesis 6:14)
Este es el primer uso de la palabra reconciliar y el primer uso de la
palabra rescate, que forman patrones claves en todas las Escrituras.
Rescate es lo que Jesús hizo por nosotros para redimirnos de manera
que pudiéramos ser sacados de las tinieblas e ingresados en la luz.
Este rescate está ligado a Su sangre y la vida está en la sangre
(Levítico 17:11). El Evangelio es muy claro en el Libro de Levítico.
Este rescate obra porque Él dio Su vida por nosotros.
A menos que estemos dispuestos a
dejar de lado nuestras propias vidas y dejar que Su vida permanezca
en nosotros, no podemos ser enderezados. Esto es el arrepentimiento y
requiere de la Gracia de Dios. Esto significa que debemos
arrepentirnos y convertirnos para apartarnos de nuestras propias
obras, de modo que su obra pueda ser realizada en nosotros y a través
de nosotros.
El Evangelio que algunos predican “cree solamente” es deficiente.
Jesús dijo, Arrepiéntete y cree (Marcos 1:15).
Cuando Jesús dijo: “cree solamente”, fue en relación a una
sanidad física (Marcos 5:36; Lucas 8:50); cuando la hija de Jairo
fue resucitada (mientras Jesús siguió el ministerio de Juan
Bautista que había llamado a la nación al arrepentimiento). Es
después del arrepentimiento que vamos a creer y colocar nuestra fe
en Él, así que nosotros dependemos de Su vida de resurrección
(Romanos 5:10). Por esto es que Juan Bautista fue enviado para
preparar el camino del Señor (Lucas 3:1-18).
Reconciliación en los antiguos diccionarios de inglés todavía es
un término para la construcción de embarcaciones. Significa
“enderezar y alinear”. Si todos los tablones están alineados y
enderezados, el agua no entrará en el barco. Si
nosotros estamos alineados directamente con Jesús, junto con los
demás que han sido enderezados por Él, allí habrá un “arca”
de salvación que tiene tres niveles (Génesis 6:16), la cual
atravesará intacta el juicio que viene (Mateo 24:37-39; Lucas
17:26-27). Los tres niveles tienen que ver con las tres fiestas
obligatorias prescritas por Dios para Israel y con los tres patios
del Templo. Las Escrituras definen las Escrituras cuando la misma
cosa está siempre traducida de la misma manera, tal como en la
Biblia del Jubileo.
La Reconciliación (ser enderezado,
y sometido a la rectitud en Dios) es absolutamente necesaria. No hay
ninguna manera de entrar en la Fiesta de los Tabernáculos sin
atravesar por la fiesta de las Trompetas y el Día de las
Reconciliaciones (las cuales son preludios de la Fiesta de los
Tabernáculos). Esta es la plenitud del arrepentimiento y la fe.
Esto es cuando nuestra fe se funde con la fe de Jesús, de manera que
tenemos una sola fe (Efesios 4:5). Aquí es donde llegamos a ser uno
con Jesús, como Él es Uno con el Padre (Juan 17:21).
Es posible entrar en la Fiesta de
la Pascua (salvación) o incluso la Fiesta de Pentecostés (la unción
del Espíritu Santo) simplemente estando de acuerdo con Dios: aceptar
arrepentirnos y colocar nuestra fe en Jesús y estar de acuerdo en
someternos bajo la disciplina de nuestro Padre Celestial como Sus
hijos. La Fiesta de los Tabernáculos, sin embargo, es diferente.
Para poder entrar, debemos estar conformados a Su voluntad. Este
es el resultado de la gracia y requiere de nuestra fe para estar
unidos con la suya en una sola fe mientras llegamos a la madurez en
el cuerpo de Cristo.
Cuando William Tyndale tradujo la palabra para la parte superior o
cubierta del Arca del Pacto como “asiento de la misericordia”, él
hizo un valiente esfuerzo, pero perdió el significado de la
terminología original. En hebreo literalmente significa “asiento
de la reconciliación”, y está sobre el arca. Aquí es donde
la sangre (la vida) es aplicada y donde podemos ser enderezados en la
vida de Cristo. Esto tiene lugar y se lleva a cabo en la directa
presencia de Dios (Zacarías 3:1-5) en el ámbito del Lugar
Santísimo.
Cualquier intento de entrar al Lugar Santísimo sin la sangre (sin la
vida de Jesús) será destruido. El único que pudo entrar
apropiadamente fue Jesús. Y la única manera para nosotros entrar en
la presencia de Dios el Padre, es en Su vida. Es en la presencia de
Dios y en la vida de Jesús porque todas las promesas de
Dios son en Él “Sí” y en Él “Amén”, por nosotros para la
gloria de Dios (2 Corintios 1:20).
Este ámbito de la Iglesia de hoy (unido al Lugar Santo, a la Fiesta
de Pentecostés y a la Tierra) es un ámbito que está
desvaneciéndose como una flor abierta y será purificado por el
fuego y unido con el Lugar Santísimo (2 Pedro 3:10). El ámbito de
Pentecostés no es un ámbito que permanecerá. Sabemos que la
plenitud de la Fiesta de los Tabernáculos para el pueblo de Dios
está en el horizonte. Pero primero viene el Día de la Expiación,
el Día de Reconciliación.
Este no es solamente un día del pueblo de Dios viniendo
corporativamente de regreso a la presencia de Dios (de regreso al
ámbito del Lugar Santísimo), sino además es un día en el cual
aquellos que no afligieran sus almas y no dieran sus espaldas a sus
propias vidas serán cortados. Esto fue lo que le sucedió a Vasti.
Aquellos que no se arrepintieran de sus propias obras serán
destruidos. Esto fue lo que le sucedió a Amán.
Amigos, en Pentecostés, el simbolismo es todavía de un campo que
fue plantado con buena semilla y con cizaña. Ambos crecen juntos,
pero antes del final, la cizaña será juntada en manojos y será
quemada. Luego, el trigo será llevado al granero (Mateo 13:24-30).
¿Qué haremos para no contarle a Sara?
Levítico 23, el versículo 30 aclara esto un poquito más:
30 Y cualquier persona que hiciere obra alguna en este mismo día,
yo destruiré la tal persona de entre su pueblo.
Ya sabemos que nuestras obras no pueden salvarnos a nosotros o a
cualesquiera otros. Ya sabemos que nuestras propias obras no van a
lograr realizar nada que vaya a durar para siempre. Ya sabemos que
necesitamos descansar en el Señor, si nos apoyamos en el Señor, Él
hace su trabajo en nosotros y a través de nosotros. En otras
palabras, Él en realidad desea usarnos para hacer algo. Esto es por
Gracia y por medio de la fe.
Esta es la controversia de la terminología no-escritural de “morir
a sí mismo” y una de las razones por las que creo que deberíamos
regresar a la terminología escritural que habla de negarse a sí
mismo (Lucas 9:23) y de ser muertos al pecado (Romanos
6:2). Hay algo de verdad en la muerte a sí mismo, al yo, pero
debemos entender que hay un viejo yo y un nuevo yo. Es el
viejo yo el que debe morir. Las Escrituras lo llaman el hombre viejo.
Y el hombre viejo es esclavo del pecado, pero el nuevo hombre es
siervo de la justicia. El nuevo hombre hace justicia —esta fluye
naturalmente de él, es una cosa compulsiva. El nuevo hombre no puede
permanecer sin hacer justicia, mientras que el viejo hombre solo
desea pecar. El nuevo hombre en Cristo está en reposo, pero el
hombre viejo nunca estará en reposo.
Entonces amigo, ¿está usted en el reposo? ¿Está usted encendido
con el fuego de Dios?
Dios desea que nosotros seamos la ofrenda mientras seguimos las
huellas de Jesús. Siempre me pregunto: ¿Acaso Abraham le
contaría a Sara lo que iba a hacer antes que él fue a ofrecer a
Isaac? Yo sé que en mi propia vida y ministerio, hay ciertas cosas
que no le contamos a “Sara”. Nosotros solamente confiamos en Dios
que Él va a resolver las cosas al final, mientras creemos en Él y
seguimos su dirección paso a paso.
30 Y cualquier persona que
hiciere obra alguna en este mismo día, yo destruiré la tal persona
de entre su pueblo.
¿Qué día? El día del Señor,
profetizado por todos los profetas.
31 Ninguna obra haréis;
estatuto perpetuo será por vuestras edades en todas vuestras
habitaciones.
Este Día de la Expiación, el Día
de Reconciliación, el día cuando el pueblo de Dios regresa a Él,
marcará un inmenso cambio. No habrá más trabajo “servil”
permitido para el pueblo de Dios. Desde este punto, solamente el
trabajo de Él será válido, pero estaremos involucrados,
tremendamente involucrados.
Dios desea darnos los deseos de nuestro corazón, pero primero Él
quiere purificar nuestros corazones y asegurarse que Su corazón está
en nosotros. Cuando ese sea el caso no habrá más problemas. En
ese momento, Él nos dará los deseos de nuestro corazón porque
tendremos Sus deseos. El ámbito del Lugar Santísimo es el
ámbito de la oración respondida sin límites, (Juan 16:23).
Jesús no sufrió y murió de modo que no experimentáramos ninguna
prueba o tribulación. Él fue a la cruz para pagar la pena, el
castigo por nuestros pecados. Él nos mostró el camino y Él es el
Camino. Él nos llevará sobre Sus hombros en la Fiesta de los
Tabernáculos, de regreso al ámbito de la presencia del Padre,
exactamente como los nombres de todas las tribus de Israel fueron
grabados sobre dos piedras de ónice y puestos sobre los hombros del
efod del sumo sacerdote, (Éxodo 28:6-14).
Nosotros vamos a ser coherederos, hijos, parte del cuerpo de Cristo
de muchos miembros del cual Jesús, nuestro Gran Sumo Sacerdote, es
la Cabeza.
32 Sábado de sábados será a vosotros, y afligiréis vuestras
almas, comenzando a los nueve del mes en la tarde; de tarde a tarde
reposaréis vuestro sábado.
Israel descansaba cada siete días bajo la Ley. Ahora estamos
entrando en el séptimo milenio de la creación de Adán. Este es
llamado el Día del Señor. Porque para Él un día es como mil años
y mil años como un día. Ahora vamos a descansar en Él cada día;
vamos a desistir de nuestras propias obras y a permitirle a Él obrar
en nosotros y a través de nosotros. Entonces Él nos
encenderá con su fuego.
Entonces todas las promesas repentinamente llegarán a ser en Él
“Sí” y en Él “Amén” “en plenitud” (2 Corintios
1:20).
Note que los seis mil años (seis días proféticos) del gobierno del
hombre (el cual Adán cedió a Satanás) no empezaron con la creación
de Adán y Eva. Ellos empezaron cuando este “mundo” fue fundado
—cuando Satanás maquinó la caída y Adán se rebeló. Así que es
claro que hemos entrado al séptimo milenio (desde la creación de
Adán) y que la Fiesta de las Trompetas está ahora sobre nosotros,
el Día del Señor no ha amanecido todavía plenamente. En primer
lugar, la estrella de la mañana debe levantarse en nuestros
corazones mientras la plenitud del nuevo día amanece lentamente.
Esta es la historia de Ester.
Levítico 23 continúa y describe la Fiesta de los Tabernáculos,
la cual está tipificada con la edad del reino (Apocalipsis 20).
Esta se supone ser la escena abierta en el Libro de Ester, pero la
reina Vasti rehusó y se negó a entrar allí.
Sería trágico para cualquiera
de nosotros haber llegado hasta aquí por todo este camino y ser
cortados de reinar y gobernar con Cristo en la Edad del Reino porque
no nos arrepentimos y afligimos nuestras almas y desistimos de
nuestras propias obras en este tan crucial y crítico umbral.
Oremos:
Padre Celestial, te pedimos que tú mismo puedas revelarte a nosotros
como nunca antes, que podamos buscarte con todo nuestro corazón, que
puedas traernos al arrepentimiento en cualquier área que sea
necesaria, individualmente y corporalmente. Señor, te pedimos que
podamos ver estas cosas desde tu punto de vista y podamos entender el
terrible daño que ocurre cuando ponemos nuestra mano en eso que
solamente tú puedes hacer. Pero, por otro lado, te pedimos que
podamos tener fe y ser animados, para permitir que hagas Tu obra en
nosotros y a través de nosotros.
Te pedimos que no seamos temerosos de cualquier cosa que
verdaderamente Tú deseas que hagamos. Te pedimos esto en el nombre
del Señor Jesucristo, Amén.
palabralimpia@gmail.com
www.fuerzadepaz.com
Auditorio del Centro Comercial Los Héroes
Domingos a las 16:30 Horas
Bogotá-Colombia-Suramérica
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