¡Hay plenitud en la Tierra de los vivientes!
¿Qué
tal si hoy nos ocupamos de las tribulaciones que Dios consiente en
nuestra vida para traernos al arrepentimiento?
En
nuestra personal gran tribulación hubo momentos en que sentíamos a
Dios como un muy fuerte y amedrentador enemigo. Como en aquel relato
en que el Señor pasaba frente a una serie de personas; a la primera
la dio un fuerte abrazo; a la segunda una palmadita en la espalda; a
la tercera le estrechó la mano; a la cuarta una cálida sonrisa; a
la quinta le prodigó indiferencia y a la última un sonoro bofetón.
¿Con quién de ellos piensan que nos identificábamos nosotros? Sí,
acertaron, ¡con el último de la fila! Así es Satanás; en medio de
las tormentas de la vida nos susurra que Dios no nos ama, que es muy
duro y exigente, imposible contentar o a aún de satisfacer; que
nunca conseguirá que cambiemos y alcancemos la victoria; y, lo peor
de todo, que nos desprecia o golpea por gusto. Trata de llevarnos al
punto de pensar que nuestra prueba o desprecio no acabará nunca y
que en esta Tierra todo es dolor y sufrimiento. Nosotros pensábamos
y le decíamos a Dios que ese duro trato estaba haciendo que nos
amargáramos y le aborreciéramos y que ¿cómo podríamos esperar
algo mejor después de la muerte sin haber experimentado la menor
felicidad o consuelo aquí?
¡Qué
desvarío, qué locura, permitirnos pensamientos así contra un Dios
bueno y fiel! Acariciar y justificar estos pensamientos por causa del
dolor, del desánimo, de la impotencia, de la severa depresión, …
, no disminuye nuestra culpa. Pero el Padre entiende y aguarda. El
nos pondrá la vacuna por mucho que pataleemos, lloremos y gritemos.
Una severa, profunda y continua depresión, de tal vez siete o más
años, hacía que nuestra cabeza pareciera una estufa. ¿Han visto
las ondas del calor en el aire que despide una estufa? Ese fue
nuestro estado continuo durante tanto tiempo y, en medio de esa
depresión, prueba tras prueba, tras prueba, …, hasta el borde de
la esquizofrenia.
Pacientemente
esperé a Yahweh, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.
Y me hizo
sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso;
¿Se
han sentido alguna vez como un burro en una noria persiguiendo
en cebo de una zanahoria que nunca consigue alcanzar? ¡El Dios de
las zanahorias!, le llamábamos. El nos embaucaba con promesas
que nunca podríamos alcanzar. Así de bien juzgábamos a nuestro
amoroso y tierno Dios cegados por la oscura noche del alma.
Mas los
filisteos le echaron mano, y le sacaron los ojos, y le llevaron a
Gaza; y le ataron con cadenas para que moliese en la cárcel.
Y
aconteció que cuando sintieron alegría en su corazón, dijeron:
Llamad a Sansón, para que nos divierta. Y llamaron a Sansón de la
cárcel, y sirvió de juguete delante de ellos; y lo pusieron
entre las columnas.
El
Padre bueno y paciente, conociendo afondo nuestra situación, no
retiraba Su mano, pero nos mostraba una y otra vez en Su Palabra, que
sí, ¡que aquí, en la Tierra de los vivientes, hay triunfo, paz,
gozo y amor!
Hubiera
yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Yahweh en
la tierra de los vivientes.
Salmos 116:9
Salmos 116:9
Andaré
delante de Yahweh en
la tierra de los vivientes.
Clamé a
ti, oh Yahweh; Dije: Tú eres mi esperanza, Y mi porción en la
tierra de los vivientes.
Sal
37:1
Salmo
de David.
No
te impacientes a
causa de los malvados,Ni
tengas envidia
de los que hacen iniquidad.
Sal
37:3
Confía
en Yahweh, y haz el bien;
Habita tu tierra y cultiva la fidelidad.
Habita tu tierra y cultiva la fidelidad.
Sal
37:4
Pon
asimismo tu delicia en Yahweh,
Y él te concederá las peticiones de tu corazón.
Y él te concederá las peticiones de tu corazón.
Sal
37:5
Encomienda
a Yahweh tu camino,
Y confía en él; y él actuará (no tú).
Y confía en él; y él actuará (no tú).
Sal
37:6
Exhibirá
tu justicia como la luz,
Y tu derecho como el mediodía.
Y tu derecho como el mediodía.
Sal
37:7
Guarda
silencio ante Yahweh, y espera en él.
No te alteres con motivo del que prospera en su camino,
Por el hombre que hace maldades.
No te alteres con motivo del que prospera en su camino,
Por el hombre que hace maldades.
Sal
37:8
Deja
la ira, y depón el enojo;
No te excites en manera alguna a hacer lo malo.
No te excites en manera alguna a hacer lo malo.
Sal
37:9
Porque los malhechores serán destruidos,
Pero los que esperan en Yahweh, heredarán la tierra.
Pero los que esperan en Yahweh, heredarán la tierra.
Sal
37:11
Pero los
mansos heredarán
la tierra,
Y se recrearán con abundancia de paz.
Y se recrearán con abundancia de paz.
…
al
37:34
Espera
en Yahweh, y guarda su camino,
Y él te exaltará para heredar la tierra,
Y verás la destrucción de los malvados.
Y él te exaltará para heredar la tierra,
Y verás la destrucción de los malvados.
Sal
37:37
Considera al íntegro, y mira al justo;
Porque hay un porvenir dichoso para él y para su posteridad.
Porque hay un porvenir dichoso para él y para su posteridad.
Sal
37:39
La salvación de los justos viene de Yahweh,
Y él es su refugio en el tiempo de la angustia.
Y él es su refugio en el tiempo de la angustia.
Sal
37:40
Yahweh
les ayudará y los librará;
Los libertará de los impíos, y los salvará,
Por cuanto en él esperaron.
Los libertará de los impíos, y los salvará,
Por cuanto en él esperaron.
Ni
lo vamos a comentar, porque la palabra es tan clarísima que no
precisa ninguna explicación. Calla, espera, guarda silencio, no te
alteres, no te impacientes, no envidies a los desobedientes y
rebeldes, … Espera en Él y Él hará. Te levantará, exhibirá
orgulloso a Su hijo transformado a Su semejanza; a ti, para que todos
te vean y le den la gloria. ¡Sí, aquí en la Tierra!
Así,
será pero antes de llenarte de Él deberá sacar de ti todo eso que
no es conforme a Su naturaleza y producir el arrepentimiento que te
lleve a la completa rendición; para que dejes de pensar que eres
bueno y estás siendo injustamente tratado y que el problema no es
Dios, no es tu cónyuge o tu hijo o las circunstancias y personas con
las que te toca vivir. ¿Lo estás captando? Sí, al final convendrás
con Job que el problema eres tú, que te tienes que ir, abandonar el
trono de tu vida y dejar que Él y solo Él se siente allí. Tienes
que ofrecerle tu rendición incondicional y firmar un contrato en
blanco para Él, “lo que Tú quieras, como Tú quieras, donde Tú
quieras”; en en lugar del contrato condicional jacobino que le
ofreciste al principio de tus tratos con Él, lleno de cláusulas
condicionales, que Él nunca firmó ni firmará.
Gén
28:20
E hizo Jacob voto, diciendo: Si
me asiste Dios y me guarda
en este viaje en que voy, y
me da pan para comer y vestido para vestir,
Gén
28:21
y
si vuelvo en paz
a casa de mi padre, Yahweh
será mi Dios.
Gén
28:22
Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y
de todo lo que me dieres,
el
diezmo apartaré
para ti.
Un consejo no trates de
alabar a Dios mientras estás aquí, no seas hipócrita... sólo
espera y guarda silencio; salvo que digas : "en obediencia lo
hago, porque Tú lo mandas, pero en mi corazón quisiera agarrarte
por el cuello". La alabanza genuina solo fluirá sobré la paz
de Dios de quien cruzó el Jordán muriendo a la carne y tiene por
experiencia la justicia de Dios y por resultado el fruto apacible (la
paz de Dios o paz interior del corazón que es distinta de la
paz con Dios que recibimos al creer, en nuestra Pascua
personal).
Mat
11:28
Venid a mí todos los que estáis fatigados y cargados, y yo
os haré descansar.
29
Llevad mi
yugo
sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso
y humilde
de corazón; y (vosotros)
hallaréis descanso
para vuestras almas; 30
porque mi
yugo
es cómodo, y mi
carga
ligera.
Si su yugo no es fácil
y su carga no es ligera, dichos yugo y carga no son del Señor, sino
de una atadura a la carne y del peso de la culpabilidad del que
trata de justificarse a sí mismo mediante la autojusticia o justicia
propia; en lugar de rendirse, morir y recibir la justicia de Dios por
pura gracia, en mansedumbre y humildad.
Hay un largo proceso de
arrepentimiento hasta llegar a la rendición. Hayamos gran consuelo
viendo nuestra experiencia hasta llegar a él reflejada en el libro
de Lamentaciones. Le sugerimos que vaya a este libro y al leer, donde
habla de la hija de Sion o Israel, coloque su propio nombre.
El capítulo dos
refleja un panorama de total desolación y abandono de la hija de
Sion por parte del Señor. Así nos sentíamos nosotros en nuestro
tiempo de lamentación. Pero el capítulo tres es maravillosamente
esclarecedor, porque después de continuar con la queja por otro
trecho, Jeremías se identifica con la hija de Sión, llega a ver
la luz y al arrepentimiento. Entiende la causa de tanta
desolación; y acaba poniéndose y poniéndonos en nuestro lugar, y a
Dios en el suyo. Nos lleva a acordarnos con Él en un gran amén, en
lugar de seguir quejándonos y echándole las culpas a Él y a los
demás por todos nuestros males.
Si está en el punto
más caliente en sus tratos con el Señor tal vez el capítulo e de
Las Lamentaciones de Jeremías sea la fotografía de su vida en los
últimos años:
Lam
3:1 Yo
soy el hombre que ha visto aflicción bajo el látigo de su enojo.
Lam
3:2
Me
guió y me hizo caminar en tinieblas, y no en luz;
Lam
3:3
Sí,
contra mí volvió y revolvió su mano todo el día.
Lam
3:4
Hizo
envejecer mi carne y mi piel; quebrantó mis huesos;
A nosotros se nos peló
la cabeza, teníamos estreñimiento, y un nudo en el estómago que
nos parecía una hernia de hiato …
Lam
3:5
Edificó
baluartes contra mí, y me rodeó de amargura y de fatiga.
Lam
3:6
Me
dejó en oscuridad, como los ya muertos de mucho tiempo.
Lam
3:7
Me
cercó por todos lados, y no puedo salir; ha hecho pesadas mis
cadenas;
Lam
3:8
Aun
cuando grito y pido auxilio, cierra los oídos a mi oración;
Lam
3:9
Cercó
mis caminos con piedras sillares, torció mis senderos.
Lam
3:10
Fue
para mí como oso que acecha, como león en escondrijo;
Lam
3:11
Torció
mis caminos, y me despedazó; me ha dejado hecho un horror.
Lam
3:12
Entesó
su arco, y me puso como blanco de sus saetas.
Nos sentíamos como la
diana que el Señor usaba para practicar.
Lam
3:13
Hizo
entrar en mis riñones las saetas de su aljaba.
¿Ha tenido cólicos de
riñón alguna vez?, por ejemplo.
Lam
3:14
He
venido a ser la irrisión de todo mi pueblo, su cantinela de todos
los días;
La
vergüenza
es una de las astillas de la cruz que más duelen. Usted se jacta -al
menos internamente- de ser siervo ejemplar, pero los hechos que
rodean su vida es como si gritaran que usted es un transgresor y por
eso le ocurre lo que le ocurre. Piensa en lo que los demás estarán
pensando de usted y si trata de argumentar con alguien sólo consigue
empeorar las cosas y los malentendidos. Bueno, no se desanime; Jesús
fue contado por transgresor y era puro. ¡Va por el buen camino.
Lam
3:15
Me
llenó de amarguras, me embriagó de ajenjos.
Lam
3:16
Mis
dientes quebró con guijarro, me cubrió de ceniza;
¿Caries
o dolores de muelas y no tiene para ir al dentista?
Lam
3:17
Y
mi alma se alejó de la paz, me olvidé de la felicidad,
¿Años
seguidos en depresión, problemas, tristeza, …?
Lam
3:18
Y
dije: Perecieron mis fuerzas, y mi esperanza en Yahweh.
Jeremías
aquí parece dejar la introspección y la contabilización de sus
muchas desgracias y aun sin fuerza ni esperanza comienza a orar.
Lam
3:19
Acuérdate de mi miseria y de mi vida errante, del ajenjo y del
veneno;
Lam
3:20
Mi alma lo recuerda todavía, y está abatida dentro de mí;
La
mente del profeta empieza a ver la luz y recobra la esperanza.
Lam
3:21
Esto es lo que medito en mi corazón, y por
lo que espero.
Lam
3:22
Las
gracias de Yahweh no se han acabado, sus misericordias no se han
agotado.
Lam
3:23
Nuevas
son cada mañana; grande es tu fidelidad.
Dios nos cuida un día
ala vez. ¿Tiene salud, camina, ve, oye, tiene brazos, tiene piernas,
…? Cuente sus bienes y no sus males.
Lam
3:24
Mi
porción es Yahweh,
dice mi alma; por eso espero
en él.
Las
cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, Y es hermosa la heredad que
me ha tocado.
Lam
3:25
Bueno es Yahweh para los que en
él esperan,
para el alma que
le busca.
Lam
3:26
Bueno es esperar
en silencio
la salvación de Yahweh.
Conviene
poner la tapa a la vasija y dejar de quejarse, para que no se nos
vaya la fuerza por la boca. Si no podemos alabar al menos si podemos
podemos callar. Enfocarnos en nuestras miserias y la continua
introspección nos devastan y nos hunden aún más.
Lam
3:27
Bueno
le es al hombre llevar el yugo desde
su juventud.
Lam
3:28
Que
se siente solo y calle, porque es él quien se lo impuso;
Lam
3:29
Ponga
su boca en el polvo, por si aún hay esperanza;
Reconocer
que este yugo que llevamos no es porque sí. Este no es el yugo del
que está en la yunta con el Señor en perfecta armonía, el yugo
fácil y la carga ligera; sino el yugo de tribulación del rebelde,
que obra en su propia carne; que hace obras muertas que Dios no le
mandó hacer; que quiere construir su propio reino; que se atreve a
decirle al Señor como tiene que conducir Su Creación y su vida; que
hace las cosas para el Señor, tratando de comprar Su amor y
aceptación, en lugar de rendirse y reconocer que todo ya fue
consumado y que ha de dejarle a Dios obrar, quedarse quieto y
confiar. ¡Quien
realmente cree puede esperar!
¡Los valientes esperan, los cobardes no pueden estarse quietos y
dejar que Él haga!
Sentarse
sólo y callar en lugar de divulgar a otros sus miserias. El yugo que
padece no es una injusticia, Dios se lo impuso con un propósito:
acabar con el hombre de guerra (Josué
5:6).
Humillarse
rostro en tierra por si Dios decide perdonar … no vaya a ser que
Dios tenga que subir la temperatura del horno un poco más.
Lam
3:30
Dé
la mejilla al que le hiere, y sea colmado de afrentas.
Lam
3:31
Porque el
Señor no desecha para siempre;
Lam
3:32
Si
aflige, también se compadece según
la multitud de sus misericordias;
Dejar
que la prueba obre el resultado pleno que Dios persigue en nosotros:
¡Hacernos pacientes, mansos y humildes! Hacernos perfectos y
cabales.
Mas tenga
la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y
cabales, sin que os falte cosa alguna.
Dios
nos ha desechado por alguna razón, pero sólo lo hará por un
tiempo. El aflige pero la misericordia triunfa sobre el juicio.
Lam
3:33
Porque no
humilla ni aflige por gusto
a los hijos de los hombres.
Cuando
Dios nos desecha, aflige o humilla no lo hace por gusto o por
practicar el tiro al blanco con nosotros. El no es un sádico. No es
un matón que abusa de los pequeñitos.
Lam
3:34
Cuando se
desmenuza bajo los pies a todos los encarcelados
del país,
Lam
3:35
Cuando se
tuerce el derecho del hombre
delante de la presencia del Altísimo,
Lam
3:36
Cuando se
hace entuerto al hombre en su causa,
¿el
Señor no lo ve?
¿Le
están hiriendo, ofendiendo, le están tratando injustamente, no
respetan sus derechos? Tranquilo, Dios lo está contemplando. No se
vindique o trate de defenderse así mismo, pues mientras trate de
hacerlo Dios no intervendrá; porque, “Mía
es la venganza, yo daré el pago”,
dice el Señor (Hebreos
10:30).
Acuérdese de Aarón y Moisés; cuando el pueblo se les rebelaba,
ellos solamente se postraban e intercedían y Dios los vindicaba.
Lam
3:37
¿Quién será aquel que haya hablado y las cosas sucedieron? ¿No
es el Señor el que decide?
Lam
3:38
¿De
la boca del Altísimo no sale lo malo y lo bueno?
Nada
nos ha ocurrido que no haya previamente decidido o permitido por el
buen Dios soberano y Padre nuestro, sea bueno o sea malo. Dios solo
nos está preparando para poder recibir Sus bendiciones, Su
prosperidad, sin que éstas nos hagan daño alejándonos de Él; para
ello deben llegar proporcionalmente al la prosperidad de nuestra
alma. Sus circunstancias externas e internas pueden ser un índice de
lo mucho o poco que ha medrado en el Señor (3
Juan 1:2).
Cuando hayamos madurado internamente, la prosperidad será el testigo
emblemático de que Dios se agrada de nosotros.
Lam
3:39
¿Por
qué se lamenta el hombre? ¡Que sea un valiente contra sus pecados!
Lam
3:40
Escudriñemos
nuestros caminos, y examinémoslos, y volvámonos a Yahweh;
La
sabiduría está en dejar de lamentarse y “afirmar el rostro para
ir a Jerusalén” con valentía. ¡Señor no me saques del horno
hasta que el rostizado esté completo!
Es
un buen tiempo para juzgarnos a nosotros mismos para que no seamos
juzgados con el mundo (2
Corintios 13:5).
Tal vez nos demos cuenta del punto en que nos desviamos y queramos
regresar sobre nuestros pasos al lugar donde estuvo plantada nuestra
tienda; al punto del desvío y tomar, ahora sí, la ruta correcta
(Génesis
13:3;
Apocalipsis
2:5).
Cuando Dios nos llama a volvernos es que le estamos dando la espalda.
Somos nosotros y no los demás los que circulamos a contravía, vamos
en dirección contraria. Cuando andamos así nos pasa como a Balaam,
nuestro pie es apretado contra el muro (Números
22:25),
la vida es una continua fricción. Nosotros solemos decir que “la
vida sometida al Espíritu Santo va con vaselina, la vida en la carne
con calzador”.
¿Hay fricción y oposición continua en su caminar? Si es así
entonces siento decirle que es usted el que está mal y para colmo
proyecta
sus males sobre los demás;
es decir, lo
malo que ve en los demás es el reflejo de su propio corazón
corrompido.
Hasta que no haya una rendición completa no entraremos en armonía
con el Creador y Su creación
y no podrá haber paz, gozo ni amor. ¿El remedio, pues?
Diles,
pues: Así ha dicho Yahweh de los ejércitos: Volveos a mí,
dice Yahweh de los ejércitos, y yo me volveré a vosotros, ha
dicho Yahweh de los ejércitos.
Lam
3:41
Levantemos
nuestros corazones sobre nuestras manos
al Dios que está en los cielos;
Antes
cantábamos mucho y levantábamos las manos más que nadie y
sonreíamos hipócritamente todo el tiempo, para que vieran “cuánto
amamos al Señor”, pero nuestro corazón no estaba envuelto en
ello. Ahora la alabanza si será acepta, cuando el corazón se ha
convertido o vuelto al Señor.
Lam
3:42
Nosotros
nos hemos rebelado, y fuimos desleales;
tú
no has perdonado.
¡Al
fin la confesión!
Somos culpables, nuestra rebeldía es la causa y Dios nos está
juzgando. Está juzgando nuestra carnalidad, nuestra vida adánica.
Será
bueno humillarnos, callarnos y esperar que Él termine todo el
trabajo. ¡Merece la pena absolutamente!
Porque
¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta
primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para
acabarla?
Y Jesús
le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia
atrás, es apto para el reino de Dios.
… Puso
mis pies sobre peña (Cristo
es la peña), y enderezó mis pasos.
Vea el libro completo aquí: http://josemariaarmesto.blogspot.com.es/2016/08/libro-dios-de-toda-consolacion-una.html
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