13 de julio de 2016
Después de
la revelación de las siete copas de vino (y agua) y su conexión con
las siete libaciones en la Fiesta de los Tabernáculos, podemos estar
seguros de que Babilonia caerá de hecho. En cuanto al momento de
esto, la única cosa que podemos decir con certeza es que la ciudad
caerá algún tiempo después de que el contrato de Dios con las
Bestias se agote.
Ese
contrato fue profetizado en las Leyes de Tribulación en Levítico 26
como "siete veces", que Daniel interpreta como un período
de tiempo diferente, y que Juan interpreta como un período de 360
"días" (es decir, años). Como he escrito antes, siete
veces es 2.520 años, y las Bestias
entonces tuvieron la gobernación real desde el 604 aC (cuando
Nabucodonosor tomó Jerusalén) hasta octubre de 2014. Esta
fecha tiene en cuenta el siglo cuando Jerusalén fue independiente y
libre de la dominación de la bestia griega entre 163-63 aC.
Fuimos
movidos a derramar las siete copas de agua y vino desde octubre del
2000 hasta octubre del 2006, la copa final se echó en el aire en
Babylon, NY, con el pronunciamiento, "Hecho
está".
Sabíamos entonces que empezaríamos a ver un colapso económico
dentro del año siguiente, y esto es precisamente lo que sucedió. La
crisis de las hipotecas subprime de 2007 fue seguida por la crisis
bancaria más grave del año 2008.
Aunque en
unos pocos meses muchos afirmaron que la crisis había terminado,
entendimos que los subyacentes problemas de los "derivados"
no se resolvieron. De hecho, este problema con el juego sólo
aumentó, dejando a la economía mundial más vulnerable que nunca.
Sin embargo, con las enormes cantidades de dinero que se bombearon a
los bancos a través de rescates y "flexibilización
cuantitativa", el problema fue enmascarado por el aumento del
mercado de valores registrando máximos.
Al final
resultó que la crisis en 2008 fue sólo un presagio de un colapso
mayor aún por venir. Sirvió como una llamada de atención para
detener o limitar los derivados, pero esta advertencia no fue
escuchada. El
mundo ahora se apresta para un colapso final de Babilonia.
Dos
patrones bíblicos
Hay
dos
patrones bíblicos
que parecen ser contradictorios al patrón de la caída de Babilonia.
El
primero
es la caída real de la misma Babilonia, cuando la
ciudad cayó intacta;
pocos fueron asesinados cuando las tropas persas tomaron la ciudad
después que su mandato divino había corrido por un total de 70
años (607-537 aC). Daniel
5:30
nos dice que "esa
misma noche Belsasar el rey caldeo fue muerto".
Él es la única baja registrada en la Escritura. El
otro patrón
es el de Israel que sale de su esclavitud en Egipto. Este patrón es
importante, porque los profetas comparan la liberación futura de
Israel al momento en que salieron de Egipto (Isaías
10:26;
11:16).
Hasta que punto tenemos que seguir este patrón es incierto, pero
sabemos
que Dios endureció el corazón del faraón para infligir diez plagas
sobre Egipto.
Las siete copas de vino se denominan plagas
en
Apocalipsis
15: 8,
en parte para conectarlas con lo que pasó a Egipto.
Así
que la
pregunta sigue siendo,
¿el
colapso de Babilonia será relativamente no violento (como con la
caída de Babilonia), o va a ser destructivo (al igual que con la
caída de Egipto)?
Quizás la respuesta esté en la observación de cuanto tiempo los
corazones de los líderes de Babilonia permanecieron endurecidos. En
octubre de 2016, habrán pasado diez años desde que las séptimas
copas se vertieron en Babylon, NY. ¿Esto sugiere un tiempo de diez
plagas, durante el tiempo de las cuales se endurecieron los corazones
de los hombres? Sólo podemos "velar
y orar",
como Jesús nos aconsejó en Marcos
13:33 RV.
Podemos
decir con alguna certeza que el
colapso de Babilonia no podría haber ocurrido antes de octubre de
2014, cuando el contrato de siete veces expiró.
Por otra parte, a la ciudad tuvo que serle dado un año en el que
redimirse a sí misma, de acuerdo con la Ley de la Redención
(Levítico
25:29,30,31).
Esto
dio tiempo a Babilonia hasta octubre de 2015, en que pagar la deuda
que debía.
La
nota de la deuda
Uno
de los temas poco conocidos de la Escritura es el de la Nota de la
Deuda. Todo pecado es contado por una deuda. Es por ello que
"perdónanos
nuestros pecados"
en Lucas
11: 4
es el equivalente de "perdónanos
nuestras deudas"
en Mateo
6:12.
Cuando el hombre pecaba contra su vecino, quedaba en deuda con él y
por lo tanto estaba "bajo
la ley"
hasta que pagase la restitución completa. Cuando pagaba la
restitución, y la ley no tenía más interés en su caso, se decía
que estaba "bajo
la gracia".
Si
un ladrón le robaba a su vecino, normalmente se requería que pagara
el doble por restitución (Éxodo
22: 4).
Si él no tenía activos suficientes para pagar, entonces él sería
"vendido
por su hurto"
(Éxodo
22: 3).
Entonces el tribunal encontraría un comprador que pudiera redimir
(asumir
la plena responsabilidad por la deuda) al ladrón. El comprador
tomaría sobre sí la responsabilidad de pagar la deuda, y a cambio
se le daría un esclavo por un período de tiempo especificado. El
juez era responsable de determinar el tiempo de esclavitud del
pecador de acuerdo con el valor de su trabajo y la cantidad de la
deuda que había incurrido.
En el
momento en que su esclavo era puesto en libertad, el total de la
deuda tenía que ser pagado. Si no era así, el dueño del esclavo se
hacía responsable de la deuda. Después de todo, él había
disfrutado de los servicios de su esclavo y fácilmente debería
haber hecho suficiente dinero para pagar la deuda.
En
el panorama profético, Israel pecó contra Dios al violar el pacto
por el que habían aceptado ser obedientes a la voz de Dios (Éxodo
19: 8).
Dios entonces "los
vendió"
en manos del rey de Mesopotamia durante ocho años (Jueces
3: 8).
El rey de Mesopotamia, entonces, se convirtió en redentor de Israel,
tomando sobre sí la responsabilidad de pagar la nota de la deuda de
Israel dentro de un período de ocho años. Por supuesto, este rey
pagano no sabía nada de la Ley Divina y, ciertamente, no tenía
ninguna intención de pagar la nota de la deuda de Israel.
Administradores
de la Viña
¿Cuál
era la Nota de la Deuda?
En términos bíblicos, eran los
frutos del Reino.
De la mano de Josué, Dios plantó un viñedo en la tierra de Canaán
(Isaías
5: 1,7).
Puso Su viña en manos de los administradores (israelitas),
contratándolos (por convenio) para producir los frutos del Reino;
pero cuando llegó el momento de recibir Su fruto, los
administradores no habían podido producir ningún fruto que valiera
la pena comer (Isaías
5: 2).
Jesús
contó una parábola en Mateo
21: 33-43
que se basa en la revelación de Isaías. En esa historia de los
administradores mataron a los profetas y, finalmente, al Hijo mismo,
con el fin de usurpar los frutos de la viña para sí mismos. El
veredicto de Jesús se dio en Mateo
21:43,
43
Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y
será dado a gente que produzca los frutos de él.
Dios
siempre ha sido un agricultor, o "labrador" (Juan
15: 1 RV;
Santiago
5: 7 RV),
que se ha dedicado a producir el fruto del Espíritu en la Tierra. La
deuda, entonces, no se paga hasta que alguien es capaz de tomar la
nota de la deuda y pagarla. Jesús vino a hacer esto mismo, y Él
está levantando un Cuerpo de Vencedores que son como Él. Este es el
Cuerpo del Hombre de la Nueva Creación que es el único que puede
hacer el trabajo de redimir la Tierra, es decir, gente que produzca
los frutos del Espíritu.
Las
leyes de la Cautividad y la Tribulación
Mientras
estuvo en la tierra de Canaán, Israel pecó continuamente, y Dios a
menudo la "vendido" en manos de las naciones extranjeras
como la Ley prescribe (Jueces
3: 8;
4:
2;
10:
7).
Cada vez, estas naciones se convirtió legalmente en responsables de
producir el fruto del Espíritu, aunque esto no estaba destinado a
suceder. Por lo tanto, al final de cada cautiverio, las naciones
cayeron bajo el juicio divino.
Al
final, Israel y Judá fueron vendidos en manos de una sucesión de
Imperios Bestia por un período de siete veces, lo que finalmente
terminó en 2014-2015.
El largo tiempo de esclavitud nos dice que el pecado de Israel había
acumulado una deuda muy grande. Aquellas Naciones Bestia estaban más
que dispuestas a recibirlos como esclavos, pero así eran
consideradas responsables de la nota de la deuda no pagada. A partir
de 2014-2015 recibieron el año obligatorio de gracia para producir
el fruto del Espíritu y establecer el Reino en manos de Jesucristo.
No pudieron hacerlo. Ahora se enfrentan al juicio divino.
Los
que no conocen las Leyes de Restitución, Deuda y Esclavitud y ven
sólo muerte y destrucción en el juicio de Dios. Sin embargo, el
hecho es que Dios está levantando vencedores que, cuando sean
perfeccionados, serán capaces de redimir a la Nota de la Deuda de
Babilonia y pagar por gente que produzca los frutos del Reino. Esta
es la "nación
que produzca los frutos de él"
(Mateo
21:43).
Estos son los administradores de la Viña que han de rendir al Hijo
los frutos que los administradores anteriores se habían negado a
darle a Él (Mateo
21:38,39).
La
única pista de sincronización para esta transferencia
se encuentra en el siguiente versículo (Mateo
21:44),
44 Y
el que caiga sobre esta piedra será quebrantado; y sobre quien ella
caiga, lo esparcirá como polvo.
Esta
es una referencia a la "piedra" que golpea a la imagen de
Babilonia en sus pies y muele la imagen entera haciéndola polvo o
"paja" (Daniel
2:35).
En
otras palabras, a la "nación" de los Vencedores se les da
el Reino cuando los siete tiempos han expirado y el juicio divino
viene sobre Babilonia. Estamos
viviendo en esos momentos trascendentales en la actualidad. Creo que
la transferencia
de autoridad,
decretada por el Tribunal Divino, se
produjo en el octavo día de Tabernáculos, 16 de octubre del año de
gracia de 2014.
El año de gracia de Babilonia terminó en los Tabernáculos de 2015,
y ahora estamos a la espera del juicio
y la efusión del Espíritu Santo
que va a cambiar la historia del mundo.
Por
supuesto, no podemos perder de vista el hecho de que Dios ha
levantado a los Reyes del Oriente para juzgar Babilonia. Los
vencedores no tienen ese llamado, incluso Daniel no hizo nada para
derrocar a Babilonia. Debemos permitir que los verdugos de Dios hagan
su trabajo, mientras que todos los aspirantes a vencedores deben
concentrarse en hacer su trabajo de llevar fruto y en la construcción
del Reino.
Etiquetas: Serie Enseñanza
Categoría: Enseñanzas
Dr. Stephen Jones
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