EL PROPÓSITO DEL SUFRIMIENTO (Cap. VIII de "La Marca De La Bestia"), Joseph Herrin


El Fin del Sufrimiento

Con tanta atención al trabajo de la cruz del discípulo en las Escrituras, parecería que Dios se opone al placer, y que su intención es que todos Sus hijos sufran mientras están en la carne. Es cierto que Dios no quiere que Sus hijos se entreguen a una búsqueda del placer, como se revela en las palabras de Pablo a Timoteo:
1Ti 5:6 LBLA Mas la que se entrega a los placeres desenfrenados, aun viviendo, está muerta.
Sin embargo, los placeres en sí mismos no son malos. En uno de los Salmos mesiánicos David nos dice:
Sal 16:11 LBLA Me darás a conocer la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; en tu diestra, deleites para siempre.
Hay un lugar para el placer y un lugar para el sufrimiento. Hay un tiempo y una estación para todas las cosas como el autor del Eclesiastés declara en una hermosa forma poética.
Ecl 3:1-8 LBLA Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada suceso bajo el cielo: (2) tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; (3) tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de derribar, y tiempo de edificar; (4) tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de lamentarse, y tiempo de bailar; (5) tiempo de lanzar piedras, y tiempo de recoger piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de rechazar el abrazo; (6) tiempo de buscar, y tiempo de dar por perdido; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; (7) tiempo de rasgar, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; (8) tiempo de amar, y tiempo de odiar; tiempo de guerra, y tiempo de paz.
Dios no ha elegido una cosa sobre otra. No ha elegido el sufrimiento sobre el placer. Más bien, Él tiene un tiempo determinado y lugar para todas las cosas. Estoy convencido de que en el Plan de las Edades, en última instancia habrá mucho más placer que dolor y sufrimiento, pero en esta época particular en la que vivimos el sufrimiento está establecido para los hombres por Dios. El sufrimiento tiene que venir antes que el placer como las palabras del libro del Apocalipsis declaran:
Apo 21:3-4 LBLA Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: He aquí, el tabernáculo de Dios está entre los hombres, y El habitará entre ellos y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos. (4) El enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado.
La muerte, el duelo, el clamor y el dolor, son "las primeras cosas". La Creación ha sido sujetada a tal dolor y futilidad hasta que los hijos de Dios lleguemos a la madurez. Aparte del sufrimiento los vencedores en Cristo no podrán ser perfeccionados y llevados a la plenitud de la estatura de Cristo. Es imposible que el hombre se perfeccione a través del placer. La sabiduría no se aprende, ni la santidad alcanza por entregarse al placer. Estas cosas sólo se ganan a través de muchas pruebas, tentaciones y dolores. Salomón habló de la superioridad de dolor sobre el placer en esta vida:
Eclesiastés 7: 2-4 Es mejor ir a una casa de luto que ir a una casa de banquete, porque aquello es el fin de todos los hombres, y el que vive lo toma en serio. Mejor es el pesar que la risa, porque cuando un rostro está triste el corazón puede ser feliz. La mente de los sabios está en la casa de duelo, mientras que la mente de los insensatos, en la casa del placer.
El dolor está establecido a los santos en esta edad, pero este dolor con el tiempo dará paso a una gran alegría. La tristeza debemos entender no es un dolor sin sentido, tiene un gran objetivo en mente. El título de este capítulo tiene un doble significado. Habrá un fin del sufrimiento como Juan escribió cuando dijo que las primeras cosas algún día han de pasar. Pero también hay un fin del sufrimiento en el sentido de que hay una meta y objeto final a la que apunta el sufrimiento. Yeshua hizo alusión a este "final" o meta, de sufrir con sus siguientes palabras:
Jua 16:20-22 LBLA En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, pero el mundo se alegrará; estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría. (21) Cuando la mujer está para dar a luz, tiene aflicción, porque ha llegado su hora; pero cuando da a luz al niño, ya no se acuerda de la angustia, por la alegría de que un niño haya nacido en el mundo. (22) Por tanto, ahora vosotros tenéis también aflicción; pero yo os veré otra vez, y vuestro corazón se alegrará, y nadie os quitará vuestro gozo.
Cuando habló del sufrimiento y el dolor de los santos, Yeshua usó la ilustración de una mujer que está en trabajo de parto. Hay un gran dolor en la labor de parto, que precede a una gran alegría. La alegría es tal que el dolor pasado ni siquiera se recuerda, y así será también con los santos. En esta ocasión vamos a conocer el dolor, pero hay que mantener el final a la vista. Este presente dolor es con el propósito de dar a luz a un hombre en el mundo. Es con el fin de producir la estatura del hombre maduro completamente a la imagen y semejanza de Dios.
A pesar de que Dios se reveló en el primer libro de la Biblia, su deseo para el hombre y la mujer era gobernar sobre la naturaleza de la bestia, y también les reveló que tendrían dolor, pero que este dolor llevaría al nacimiento de un hombre que los haría llevar la imagen de lo divino. Todas estas cosas son enseñadas en las primeras palabras de la Escritura:
Después de que Adán y Eva pecaron, Jehová habló con ellos y les dijo como sería el mundo hasta que el hombre fuera redimido y llegara a ser lleno de la naturaleza divina. A la mujer le habló lo siguiente.
Gén 3:16 LBLA A la mujer dijo: En gran manera multiplicaré tu dolor en el parto, con dolor darás a luz los hijos; y con todo, tu deseo será para tu marido, y él tendrá dominio sobre ti.
Tomemos cada línea del verso arriba y miremos de forma individual para ver lo que significan. Dios le dijo a Eva: "Multiplicaré en gran manera los dolores en tus partos". Ciertamente, sabemos que esto es cierto en el ámbito físico, porque la mujer tiene un dolor tremendo en el proceso de nacimiento del niño. Tenemos que considerar lo que esto significa espiritualmente también. Yahwéh estaba declarando en presencia del hombre y la mujer que la humanidad sólo sería capaz de dar a luz a hijos piadosos, descendientes a imagen y semejanza de Dios, multiplicando su dolor. Dios no castigaba al hombre y la mujer multiplicando su dolor. Dios sabía que el dolor era la única manera en la que el hombre pecador podría transformarse de la imagen bestial que había elegido, a la imagen divina del Cristo perfeccionado.
La siguiente frase del versículo, "con dolor darás a luz los hijos": Una mujer está a menudo incómoda durante su embarazo, y ella puede experimentar dolores de espalda, náuseas y otros malestares que pueden ser muy graves, a veces. Pero el dolor más grande está en el proceso de parto cuando ella comienza a experimentar las contracciones.
El mundo todavía no ha visto a la humanidad llegar a una plenitud de la estatura de Cristo. Ellos han visto un solo hombre, osea a Cristo, que se ha perfeccionado a través del sufrimiento y que era la imagen perfecta y semejanza de Dios. Sin embargo, es la voluntad de Dios que muchos hijos deben salir a la imagen de Cristo. El nacimiento de estos hijos será asistido con gran dolor.
Yeshua habló de los días anteriores a la revelación de estos hijos en plena estatura de Dios de esta manera:
Mat 24:4-13 LBLA Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. (5) Porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo: "Yo soy el Cristo", y engañarán a muchos. (6) Y habréis de oír de guerras y rumores de guerras. ¡Cuidado! No os alarméis, porque es necesario que todo esto suceda; pero todavía no es el fin. (7) Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y en diferentes lugares habrá hambre y terremotos. (8) Pero todo esto es sólo el comienzo de dolores…
Lo que Yeshua describe aquí a Sus discípulos es muy terrible y se habla de gran tristeza y mucho dolor. Él usa una vez más la imagen de los dolores de parto por una razón. Estas tribulaciones precederán La Manifestación de los Hijos de Dios en plena estatura, y todos los que entran en esta adopción como hijos (filiación) se habrán olvidado de las cosas que sufrieron cuando entren en la gloria de Cristo.
Como dijo Pablo: "Pues tengo por cierto que estos sufrimientos presentes no son dignos de ser comparados con la gloria que será revelada en nosotros".
Santos, el deseo de Dios, desde la misma creación del hombre en el Jardín del Edén, ha sido que el hombre pudiera tener Su imagen y semejanza. Dios cumplirá Su deseo, y la Tierra vera a estos hijos que saldrán a la imagen de Dios. Ellos compartirán Su gloria y manifestarán Su imagen. Ellos serán el espíritu y la imagen de Dios.
Es imposible que estos hijos que se revelan sean ajenos al sufrimiento y dolor. La humanidad debe pasar a través de las primeras cosas con el fin de alcanzar el supremo llamamiento de Dios. Como las palabras de la canción: “Dios conduce a Sus queridos hijos, Algunos por el fuego, algunos a través de la inundación, algunos a través de un gran dolor, pero todos a través de la sangre". Sólo hay un camino en el que el hombre puede alcanzar la voluntad de Dios que es que el hombre sea formado a Su imagen y semejanza.
La carne debe ser crucificada para que la naturaleza de la bestia de paso a lo divino. En el libro de Apocalipsis leemos del nacimiento de estos hijos a plena estatura de Dios:
Apo 12:1-5 LBLA Y una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; (2) estaba encinta, y gritaba*, estando de parto y con dolores de alumbramiento. (3) Entonces apareció otra señal en el cielo: he aquí, un gran dragón rojo que tenía siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas había siete diademas. (4) Su cola arrastró* la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró delante de la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo cuando ella diera a luz. (5) Y ella dio a luz un hijo varón, que ha de regir a todas las naciones con vara de hierro; y su hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta su trono.
La mujer, que es la Iglesia, es representada como en labor de parto y en el dolor de dar a luz. Este nacimiento es porque fue elegida por Cristo para que lo llevara a cabo. Este nacimiento será la gran satisfacción y mayor logro de su vida. ¡Qué gozo será cuando la Iglesia, que ha pasado tanto tiempo estéril, finalmente, dé a luz a los Hijos a la misma imagen y semejanza de Su marido, que es el Señor Yeshua, el Mesías.
La siguiente parte de este versículo del Génesis afirma a la mujer: “tu deseo será para tu marido”. El esposo espiritualmente es representación de Cristo. Incluso aunque el deseo de su marido la lleve a experimentar dolor, ella todavía desea esto. Incluso el dolor de dar a luz hijos a Su imagen se desea.
La última parte del versículo, "Y él se enseñoreará de ti". ¿A qué cosas gloriosas apunta esto? Lo que está en vista aquí no es el dominio de un tirano, pero si la llegada del Reino de Dios. "Venga tu reino, hágase tu voluntad", debe ser el deseo y la pasión de todos los santos. ¡Sí! ¡Con mucho gusto elegimos que Cristo reine sobre nosotros! ¡Que la bestia sea echada abajo y pueda surgir Cristo como Señor sobre todas las áreas de nuestras vidas!
Podemos mirar a la Iglesia de hoy y ver su esterilidad. Podemos contemplar a todos los que nombran el nombre de Cristo que están lejos de manifestar la imagen de lo divino; pero la semilla de Cristo ha sido sembrada, y esta ha estado tomando forma en lugares ocultos a la vista de los ojos de la humanidad.
Un día pronto un parto se llevará a cabo y el mundo se sorprenderá de presenciar la manifestación de esta Compañía de Vencedores que han llegado a la imagen y semejanza de Dios. Cristo sufrió muchas cosas en Su vida, y por medio de sus sufrimientos Él fue perfeccionado.
Cuando los santos se unen en el sufrimiento de Cristo ellos también serán perfeccionados y llevados a la imagen de Dios. Este mensaje se revela en numerosas Escrituras:
Heb 2:10 LBLA Porque convenía que aquel para quien son todas las cosas y por quien son todas las cosas, llevando muchos hijos a la gloria, hiciera perfecto por medio de los padecimientos al autor de la salvación de ellos.
Heb 5:8-9 LBLA y aunque era Hijo, aprendió obediencia por lo que padeció; (9) y habiendo sido hecho perfecto, vino a ser fuente de eterna salvación para todos los que le obedecen,
Luc 24:26 LBLA ¿No era necesario que el Cristo padeciera todas estas cosas y entrara en su gloria?
Así como era necesario que el Hijo de Dios sufriera, así también aquellos que se ajustan a Su imagen tienen que sufrir. ¿Cómo ve la Iglesia de hoy? ¿Qué ve? ¿Usted ve un mensaje de sufrimiento? ¿Ve a todos los santos abrazar la obra de la cruz y venir a una mayor reflexión de Cristo? Lamentablemente, y trágicamente, estas cosas son raras, y la mayoría de los que profesan ser seguidores de Cristo no lo están siguiendo en absoluto.
Ellos viven para el placer procurando evitar el sufrimiento que debe existir y es necesario para la formación y manifestación de la imagen de Dios en la humanidad. Creo que es significante que exista un gran número de mujeres que abortan a sus bebés en estos días. Este es un cuadro de la Iglesia. Juan describe a la Iglesia como una ramera, y como una ramera muchas mujeres han buscado diversos amantes, y multitudes se han embarazado. Sin embargo, estas mujeres no desean experimentar las molestias del embarazo, o el dolor del parto. De la misma manera la Iglesia trata de evitar todo lo que trae incomodidad o dolor. Ella quiere seguir disfrutando del placer de sus amantes, y ella quiere parecer atractiva de una manera carnal. Así que ella aborta en su vientre, o echa fuera, todos aquellos hijos que están creciendo a la madurez, no se preocupa de que perezcan.
Ella no ha puesto sus ojos en los deseos de Aquel con quien se casó. Ella no se preocupa de producir descendencia a semejanza de Su marido, sólo quiere seguir en sus placeres y su prostitución. La ira de Dios ciertamente vendrá sobre un pueblo que tan alevosamente mata a sus hijos con el fin de vivir para el placer, sin embargo, un juicio aún mayor está reservado para una Iglesia que se ha vendido al placer sin sentido y que después se niega a dar a luz hijos a la imagen y semejanza de Cristo. Una Iglesia que aborta a todos aquellos que están creciendo y madurando en su interior y los descarta como alguna pieza de tejido no deseado.
¡Sin embargo, Cristo tiene un Remanente! Cristo tiene un remanente que ha salido de la Gran Ramera, y más están saliendo todos los días. Grande es la paciencia de Dios, y tan impacientes como somos de querer ver a los hijos de Dios revelados, debemos considerar la paciencia de Dios para traer la salvación a todos.
2Ti 3:12 LBLA Y en verdad, todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, serán perseguidos.
¡Todos! ¡Ninguno está exento! Sin embargo, muchos cristianos se han hecho a sí mismos amigos del mundo. Un mundo que vive para el placer no tiene ningún problema con los cristianos que también viven para el placer. Mientras los cristianos no inhiban o hablen contra el mundo, la búsqueda desenfrenada del placer que el mundo ofrece. La bestia cumplirá su propósito en estos cristianos carnales.
A medida que el mundo se vuelve más y más oscuro, aplica más presión a la Iglesia para que tolere cada vez más y más oscuridad. Incluso los homosexuales pueden encontrar un lugar en una Iglesia que vive para el placer, y que trata de satisfacer sus apetitos en la misma medida que el mundo perdido y moribundo.
Pero un Remanente ha puesto sus ojos en las cosas más altas. Un remanente teme a Dios y entiende que Su ira se derrama sobre los que retroceden de la cruz puesta delante de ellos. Un Remanente se está alejando de la olla de guiso que podría satisfacer su apetito furioso (como hubiera hecho Esaú), con el fin de alcanzar un derecho de nacimiento glorioso e inmarcesible que es la parte de los vencedores en Cristo.
En este momento debemos tener dolor, pero nuestra tristeza se convertirá en gozo. En este momento el mundo nos debe odiar, pero un día se inclinará a los pies de los vencedores. Por el gozo puesto delante de él Cristo sufrió la cruz y llevo la vergüenza. Por el gozo puesto delante de los vencedores en Cristo ellos también mantienen el rumbo, y un día, pronto tendrán el gozo de saber que las primeras cosas serán olvidadas.

Conformidad a Cristo, y ser partícipes de Su gloria, es el fin, la meta de este trabajo de la muerte y el dolor dentro de nosotros. Con gran seguridad hay un peso muy superior de gloria que espera a todos los que soportan estas aflicciones momentáneas y ligeras a través de las cuales Cristo les lleva. ¡Selah! (¡pausa y considere!)

(Traducción de Bayron E. Mansilla)

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