Con
tanta atención al trabajo de la cruz del discípulo en las
Escrituras, parecería que Dios se opone al placer, y que su
intención es que todos Sus hijos sufran mientras están en la
carne. Es cierto que Dios no quiere que Sus hijos se entreguen a una
búsqueda del placer, como se revela en las palabras de Pablo a
Timoteo:
1Ti 5:6
LBLA Mas la que se entrega a los placeres desenfrenados, aun
viviendo, está muerta.
Sin
embargo, los placeres en sí mismos no son malos. En uno de los
Salmos mesiánicos David nos dice:
Sal 16:11
LBLA Me darás a conocer la senda de la vida; en tu presencia hay
plenitud de gozo; en tu diestra, deleites para siempre.
Hay
un lugar para el placer y un lugar para el sufrimiento. Hay un tiempo
y una estación para todas las cosas como el autor del Eclesiastés
declara en una hermosa forma poética.
Ecl 3:1-8
LBLA Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada
suceso bajo el cielo: (2) tiempo de nacer, y tiempo de morir;
tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; (3) tiempo de
matar, y tiempo de curar; tiempo de derribar, y tiempo de edificar;
(4) tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de lamentarse, y
tiempo de bailar; (5) tiempo de lanzar piedras, y tiempo de recoger
piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de rechazar el abrazo; (6)
tiempo de buscar, y tiempo de dar por perdido; tiempo de guardar,
y tiempo de desechar; (7) tiempo de rasgar, y tiempo de coser;
tiempo de callar, y tiempo de hablar; (8) tiempo de amar, y tiempo
de odiar; tiempo de guerra, y tiempo de paz.
Dios
no ha elegido una cosa sobre otra. No ha elegido el sufrimiento sobre
el placer. Más bien, Él tiene un tiempo determinado y lugar para
todas las cosas. Estoy convencido de que en el Plan de las Edades, en
última instancia habrá mucho más placer que dolor y sufrimiento,
pero en esta época particular en la que vivimos el sufrimiento está
establecido para los hombres por Dios. El sufrimiento tiene que venir
antes que el placer como las palabras del libro del Apocalipsis
declaran:
Apo
21:3-4 LBLA Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: He
aquí, el tabernáculo de Dios está entre los hombres, y El habitará
entre ellos y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará entre
ellos. (4) El enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá
muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las
primeras cosas han pasado.
La muerte,
el duelo, el clamor y el dolor, son
"las primeras
cosas". La
Creación ha sido sujetada a tal dolor y futilidad hasta que los
hijos de Dios lleguemos a la madurez. Aparte
del sufrimiento los vencedores en Cristo no podrán ser
perfeccionados y llevados a la plenitud de la estatura de Cristo. Es
imposible que el hombre se perfeccione a través del placer. La
sabiduría no se aprende, ni la santidad alcanza por entregarse al
placer. Estas cosas sólo se ganan a través de muchas pruebas,
tentaciones y dolores.
Salomón habló de la superioridad de dolor sobre el placer en esta
vida:
Eclesiastés
7: 2-4 Es mejor ir a una casa de luto que ir a una casa de banquete,
porque aquello es el fin de todos los hombres, y el que vive lo toma
en serio. Mejor es el pesar que la risa, porque cuando un rostro está
triste el corazón puede ser feliz. La mente de los sabios está en
la casa de duelo, mientras que la mente de los insensatos, en la casa
del placer.
El
dolor está establecido a los santos en esta edad, pero este dolor
con el tiempo dará paso a una gran alegría. La tristeza debemos
entender no es un dolor sin sentido, tiene un gran objetivo en
mente. El título de este capítulo tiene un doble significado. Habrá
un fin del sufrimiento como Juan escribió cuando dijo que las
primeras cosas algún día han de pasar. Pero también hay un fin del
sufrimiento en el sentido de que hay una meta y objeto final a la que
apunta el sufrimiento. Yeshua hizo alusión a este "final"
o meta, de sufrir con sus siguientes palabras:
Jua
16:20-22 LBLA En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os
lamentaréis, pero el mundo se alegrará; estaréis tristes, pero
vuestra tristeza se convertirá en alegría. (21) Cuando la mujer
está para dar a luz, tiene aflicción, porque ha llegado su hora;
pero cuando da a luz al niño, ya no se acuerda de la angustia, por
la alegría de que un niño haya nacido en el mundo. (22) Por
tanto, ahora vosotros tenéis también aflicción; pero yo os veré
otra vez, y vuestro corazón se alegrará, y nadie os quitará
vuestro gozo.
Cuando
habló del sufrimiento y el dolor de los santos, Yeshua usó la
ilustración de una mujer que está en trabajo de parto. Hay un gran
dolor en la labor de parto, que precede a una gran alegría. La
alegría es tal que el dolor pasado ni siquiera se recuerda, y así
será también con los santos. En esta ocasión vamos a conocer el
dolor, pero hay que mantener el final a la vista. Este presente dolor
es con el propósito de dar a luz a un hombre en el mundo. Es con el
fin de producir la estatura del hombre maduro completamente a la
imagen y semejanza de Dios.
A
pesar de que Dios se reveló en el primer libro de la Biblia, su
deseo para el hombre y la mujer era gobernar sobre la naturaleza de
la bestia, y también les reveló que tendrían dolor, pero que este
dolor llevaría al nacimiento de un hombre que los haría llevar la
imagen de lo divino. Todas estas cosas son enseñadas en las primeras
palabras de la Escritura:
Después
de que Adán y Eva pecaron, Jehová habló con ellos y les dijo como
sería el mundo hasta que el hombre fuera redimido y llegara a ser
lleno de la naturaleza divina. A la mujer le habló lo siguiente.
Gén 3:16
LBLA A la mujer dijo: En gran manera multiplicaré tu dolor en el
parto, con dolor darás a luz los hijos; y con todo, tu deseo será
para tu marido, y él tendrá dominio sobre ti.
Tomemos
cada línea del verso arriba y miremos de forma individual para ver
lo que significan. Dios le dijo a Eva: "Multiplicaré
en gran manera los dolores en tus partos".
Ciertamente, sabemos que esto es cierto en el ámbito físico, porque
la mujer tiene un dolor tremendo en el proceso de nacimiento del
niño. Tenemos que considerar lo
que esto significa espiritualmente también. Yahwéh estaba
declarando en presencia del hombre y la mujer que la
humanidad sólo sería capaz de dar a luz a hijos piadosos,
descendientes a imagen y semejanza de Dios, multiplicando su dolor.
Dios no castigaba al hombre y la mujer multiplicando su dolor. Dios
sabía que el dolor era la única manera en la que el hombre pecador
podría transformarse de la imagen bestial que había elegido, a la
imagen divina del Cristo perfeccionado.
La
siguiente frase del versículo, "con dolor darás a luz los
hijos": Una mujer está a menudo incómoda durante su
embarazo, y ella puede experimentar dolores de espalda, náuseas y
otros malestares que pueden ser muy graves, a veces. Pero el dolor
más grande está en el proceso de parto cuando ella comienza a
experimentar las contracciones.
El
mundo todavía no ha visto a la humanidad llegar a una plenitud de la
estatura de Cristo. Ellos han visto un solo hombre, osea a Cristo,
que se ha perfeccionado a través del sufrimiento y que era la imagen
perfecta y semejanza de Dios. Sin
embargo, es la voluntad de Dios que muchos hijos deben salir a la
imagen de Cristo. El nacimiento de estos hijos será asistido con
gran dolor.
Yeshua
habló de los días anteriores a la revelación de estos hijos en
plena estatura de Dios de esta manera:
Mat
24:4-13 LBLA Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os
engañe. (5) Porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo: "Yo
soy el Cristo", y engañarán a muchos. (6) Y habréis de oír
de guerras y rumores de guerras. ¡Cuidado! No os alarméis, porque
es necesario que todo esto suceda; pero todavía no es el fin. (7)
Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y
en diferentes lugares habrá hambre y terremotos. (8) Pero todo
esto es sólo el comienzo de dolores…
Lo
que Yeshua describe aquí a Sus discípulos es muy terrible y se
habla de gran tristeza y mucho dolor. Él
usa una vez más la imagen de los dolores de parto por una razón.
Estas tribulaciones precederán La
Manifestación de los Hijos
de Dios
en plena estatura, y todos los que entran en esta adopción
como hijos (filiación)
se habrán olvidado de las cosas que sufrieron cuando entren en la
gloria de Cristo.
Como
dijo Pablo: "Pues tengo por cierto que estos sufrimientos
presentes no son dignos de ser comparados con la gloria que será
revelada en nosotros".
Santos,
el deseo de Dios, desde la misma creación del hombre en el Jardín
del Edén, ha sido que el hombre pudiera tener Su imagen y semejanza.
Dios cumplirá Su deseo, y la Tierra vera a estos hijos que saldrán
a la imagen de Dios. Ellos compartirán Su gloria y manifestarán Su
imagen. Ellos serán el espíritu y la imagen de Dios.
Es
imposible que estos hijos que se revelan sean ajenos al sufrimiento y
dolor. La humanidad debe pasar a través de las primeras cosas con el
fin de alcanzar el supremo llamamiento de Dios. Como las palabras de
la canción: “Dios conduce a Sus queridos hijos, Algunos por el
fuego, algunos a través de la inundación, algunos a través de un
gran dolor, pero todos a través de la sangre". Sólo hay un
camino en el que el hombre puede alcanzar la voluntad de Dios que es
que el hombre sea formado a Su imagen y semejanza.
La
carne debe ser crucificada para que la naturaleza de la bestia de
paso a lo divino. En el libro de Apocalipsis leemos del nacimiento de
estos hijos a plena estatura de Dios:
Apo
12:1-5 LBLA Y una gran señal apareció en el cielo: una mujer
vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y una corona de doce
estrellas sobre su cabeza; (2) estaba encinta, y gritaba*, estando
de parto y con dolores de alumbramiento. (3) Entonces apareció
otra señal en el cielo: he aquí, un gran dragón rojo que tenía
siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas había siete
diademas. (4) Su cola arrastró* la tercera parte de las estrellas
del cielo y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró
delante de la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su
hijo cuando ella diera a luz. (5) Y ella dio a luz un hijo varón,
que ha de regir a todas las naciones con vara de hierro; y su hijo
fue arrebatado hasta Dios y hasta su trono.
La
mujer, que es la Iglesia, es representada como en labor de parto y en
el dolor de dar a luz. Este nacimiento es porque fue elegida por
Cristo para que lo llevara a cabo. Este nacimiento será la gran
satisfacción y mayor logro de su vida. ¡Qué gozo será cuando la
Iglesia, que ha pasado tanto tiempo estéril, finalmente, dé a luz a
los Hijos a la misma imagen y semejanza de Su marido, que es el
Señor Yeshua, el Mesías.
La
siguiente parte de este versículo del Génesis afirma a la mujer:
“tu deseo será para tu marido”.
El esposo espiritualmente es representación de Cristo. Incluso
aunque el deseo de su marido la lleve a experimentar dolor, ella
todavía desea esto. Incluso el dolor de dar a luz hijos a Su imagen
se desea.
La
última parte del versículo, "Y
él se enseñoreará de ti".
¿A qué cosas gloriosas apunta esto?
Lo que está en vista aquí no es el dominio de un tirano, pero si la
llegada del Reino de Dios. "Venga
tu reino, hágase tu voluntad",
debe ser el deseo y la pasión de todos los santos. ¡Sí! ¡Con
mucho gusto elegimos que Cristo reine sobre nosotros! ¡Que la bestia
sea echada abajo y pueda surgir Cristo como Señor sobre todas las
áreas de nuestras vidas!
Podemos
mirar a la Iglesia de hoy y ver su esterilidad. Podemos contemplar a
todos los que nombran el nombre de Cristo que están lejos de
manifestar la imagen de lo divino; pero la semilla de Cristo ha sido
sembrada, y esta ha estado tomando forma en lugares ocultos a la
vista de los ojos de la humanidad.
Un
día pronto un parto se llevará a cabo y el mundo se sorprenderá de
presenciar la manifestación de esta Compañía de Vencedores que han
llegado a la imagen y semejanza de Dios. Cristo sufrió muchas cosas
en Su vida, y por medio de sus sufrimientos Él fue perfeccionado.
Cuando
los santos se unen en el sufrimiento de Cristo ellos también serán
perfeccionados y llevados a la imagen de Dios. Este mensaje se revela
en numerosas Escrituras:
Heb 2:10
LBLA Porque convenía que aquel para quien son todas las cosas y por
quien son todas las cosas, llevando muchos hijos a la gloria, hiciera
perfecto por medio de los padecimientos al autor de la salvación de
ellos.
Heb 5:8-9
LBLA y aunque era Hijo, aprendió obediencia por lo que padeció;
(9) y habiendo sido hecho perfecto, vino a ser fuente de eterna
salvación para todos los que le obedecen,
Luc
24:26 LBLA ¿No era necesario que el Cristo padeciera todas estas
cosas y entrara en su gloria?
Así
como era necesario que el Hijo de Dios sufriera, así también
aquellos que se ajustan a Su imagen tienen que sufrir. ¿Cómo ve la
Iglesia de hoy? ¿Qué ve? ¿Usted ve un mensaje de sufrimiento? ¿Ve
a todos los santos abrazar la obra de la cruz y venir a una mayor
reflexión de Cristo? Lamentablemente, y trágicamente, estas cosas
son raras, y la mayoría de los que profesan ser seguidores de Cristo
no lo están siguiendo en absoluto.
Ellos
viven para el placer procurando evitar el sufrimiento que debe
existir y es necesario para la formación y manifestación de la
imagen de Dios en la humanidad. Creo que es significante que exista
un gran número de mujeres
que abortan a sus bebés
en estos días. Este es un cuadro de la Iglesia. Juan describe a la
Iglesia como una ramera, y como una ramera muchas mujeres han buscado
diversos amantes, y multitudes se han embarazado. Sin embargo, estas
mujeres no desean experimentar las molestias del embarazo, o el dolor
del parto. De la misma manera la
Iglesia trata de evitar todo lo que trae incomodidad o dolor. Ella
quiere seguir disfrutando del placer de sus amantes, y ella quiere
parecer atractiva de una manera carnal.
Así que ella aborta en su vientre, o echa fuera, todos aquellos
hijos que están creciendo a la madurez, no se preocupa de que
perezcan.
Ella
no ha puesto sus ojos en los deseos de Aquel con quien se casó. Ella
no se preocupa de producir descendencia a semejanza de Su marido,
sólo quiere seguir en sus placeres y su prostitución. La ira de
Dios ciertamente vendrá sobre un pueblo que tan alevosamente mata a
sus hijos con el fin de vivir para el placer, sin embargo, un
juicio aún mayor está reservado para una Iglesia que se ha vendido
al placer sin sentido y que después se niega a dar a luz hijos a la
imagen y semejanza de Cristo. Una Iglesia que aborta a todos aquellos
que están creciendo y madurando en su interior y los descarta como
alguna pieza de tejido no deseado.
¡Sin
embargo, Cristo tiene un Remanente! Cristo tiene un remanente que ha
salido de la Gran Ramera, y más están saliendo todos los días.
Grande es la paciencia de Dios, y tan impacientes como somos de
querer ver a los hijos de Dios revelados, debemos considerar la
paciencia de Dios para traer la salvación a todos.
2Ti 3:12
LBLA Y en verdad, todos los que quieren vivir piadosamente
en Cristo Jesús, serán perseguidos.
¡Todos!
¡Ninguno está exento! Sin embargo, muchos cristianos se han
hecho a sí mismos amigos del mundo. Un mundo que vive para el
placer no tiene ningún problema con los cristianos que también
viven para el placer. Mientras los cristianos no inhiban o hablen
contra el mundo, la búsqueda desenfrenada del placer que el mundo
ofrece. La bestia cumplirá su propósito en estos cristianos
carnales.
A
medida que el mundo se vuelve más y más oscuro, aplica más
presión a la Iglesia para que tolere cada vez más y más
oscuridad. Incluso los homosexuales pueden encontrar un lugar en una
Iglesia que vive para el placer, y que trata de satisfacer sus
apetitos en la misma medida que el mundo perdido y moribundo.
Pero
un Remanente ha puesto sus ojos en las cosas más altas. Un remanente
teme a Dios y entiende que Su ira se derrama sobre los que
retroceden de la cruz puesta delante de ellos. Un
Remanente se está alejando de la olla de guiso que podría
satisfacer su apetito furioso (como
hubiera hecho Esaú),
con el fin de alcanzar un derecho
de nacimiento glorioso e
inmarcesible que es la parte de los vencedores en Cristo.
En
este momento debemos tener dolor, pero nuestra tristeza se convertirá
en gozo. En este momento el mundo nos debe odiar, pero un día se
inclinará a los pies de los vencedores. Por el gozo puesto delante
de él Cristo sufrió la cruz y llevo la vergüenza. Por el gozo
puesto delante de los vencedores en Cristo ellos también mantienen
el rumbo, y un día, pronto tendrán el gozo de saber que las
primeras cosas serán olvidadas.
Conformidad
a Cristo, y ser partícipes de Su gloria, es el fin, la meta de este
trabajo de la muerte y el dolor dentro de nosotros. Con gran
seguridad hay un peso muy superior de gloria que espera a todos los
que soportan estas aflicciones momentáneas y ligeras a través de
las cuales Cristo les lleva. ¡Selah! (¡pausa y considere!)
(Traducción de Bayron E. Mansilla)
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