02 de octubre 2014
Habiendo concluido las parábolas del Reino, Jesús entonces enseñó a sus discípulos acerca de los tropiezos, el arrepentimiento y el perdón. Lucas 17: 1, 2 empieza diciendo,
1 Dijo Jesús a sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas ¡ay de aquel por quien vienen! 2 Mejor le sería que se le atase al cuello una piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeños.
La palabra griega para piedra de tropiezo es skandalon, que era, literalmente, el mecanismo de activación de una trampa -el palo que aguanta la trampa que puede ser tirado por una cuerda para hacersaltar la trampa. Por lo tanto, se entiende cualquier impedimento que provoque un hombre a tropezar o caer. Skandalon era el equivalente griego aceptado de la palabra hebrea mikshowl que se traduce como "piedra de tropiezo" en la versión de los Setenta de Levítico 19:14,
14 No maldecirás al sordo, ni colocarás una piedra de tropiezo delante del ciego, sino que tendrás temor de su Dios; Yo soy el Señor.
Los escribas y fariseos a menudo trataron de atrapar a Jesús al formularle preguntas que lo metieran en problemas, respondiera como respondiera. Por el principio "ojo por ojo" de Éxodo 21: 23-25, en el que el juicio se ajusta al crimen, Dios puso la cruz como una piedra de tropiezo para ellos ( 1 Corintios 01:23 ). Los líderes religiosos pusieron a prueba a Jesús con sus piedras de tropiezo, así que Jesús los puso a prueba con una de las suyas.
Pablo dice en Romanos 14:13,
13 Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano.
En otras palabras, debemos entender que cada creyente es responsable ante Dios y es Su siervo. Si nosotros tenemos esa actitud, en lugar de juzgar a los demás por tener un mayor conocimiento de las Escrituras, veremos que no somos jueces de nuestro hermano, sino su hermano y siervo. Si se trata de que nuestro hermano es ciego a nuestra verdad según nuestra opinión, entonces la ley en Levítico 19:14 se debe seguir.
Mateo cuenta más
No hay manera de evitar tropezar o poner piedras de tropiezo delante de los demás. Estas son "inevitables", dice Jesús, pero es por eso que también debemos aprender a perdonar a los demás. Nadie ha crecido espiritualmente hasta el punto en que él nunca pone obstáculos delante de otras personas. Pero la advertencia de Jesús se dirige específicamente a aquellos que "hacen que uno de estos pequeños a tropiecen"
Esta parece ser la misma conversación de lo que leemos en Mateo 18: 1-10, porque unos pocos versículos después, Jesús contó la parábola de la oveja perdida (versículos 12-14). Mateo coloca la parábola después, pero Lucas lo sitúa por delante de la discusión de Jesús sobre las piedras de tropiezo. Así que los dos temas parecen ser de la misma ocasión.
El relato de Lucas es corto, donde Jesús habla de la piedra de tropiezo, pero el relato de Mateo dura un total de diez versículos y nos muestra por el contexto que Jesús estaba hablando de los niños (espirituales). Allí Jesús "llamó a un niño a sí mismo y lo puso delante de ellos" ( Mateo 18: 2 ). Luego dice en Mateo 18: 5-7,
5 Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre me recibe a mí; 6 pero cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeños que creen en mí, es mejor para él que una piedra de molino pesado pueda colgar alrededor de su cuello, y que se le hundiese en la profundidad del mar. 7 ¡Ay del mundo por sus piedras de tropiezo! Porque es inevitable que vengan tropiezos; pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!
Jesús se refirió a los nuevos creyentes como hijos y advirtió en contra de hacerles tropezar. En tales casos, los obstáculos eran las fuertes tradiciones de los hombres, que los escribas y fariseos colgaban alrededor de los cuellos de las personas como piedras de molino. La piedra detropiezo era la ofensa; la piedra del molino era el juicio. Están vinculados en la metáfora, ya que ambos eran piedras figurativas.
Así, Jesús extiende el significado de la ley, llevándola más allá de ofender a los ciegos y sordos. Se incluyó a niños inocentes, que aún no han desarrollado la capacidad de discernir entre la palabra de Dios y las tradiciones de los hombres. Los niños son, en cierto sentido, como ciegos y sordos, ya que deben ser guiados como los ciegos, y, como los sordos, les resulta difícil de entender sin señales e imágenes.
El perdón
Lucas 17: 3, 4, entonces se basa en el tema de los obstáculos inevitables dándonos una lección de perdón.
3 ¡Estad en guardia! Si tu hermano peca, repréndelo; y si se arrepiente, perdónalo. 4 Y si peca contra ti siete veces al día, y vuelve a ti siete veces, diciendo: "Me arrepiento", perdónale.
Esta es una versión abreviada de la parábola en Mateo 18. Esta parábola se introduce en Mateo 18:21, 22,
21 Entonces se le acercó Pedro y le dijo: "Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí y yo le perdonaré? ¿Hasta siete veces?" 22 Jesús le dijo: "Yo no digo que hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete".
Si podemos reconstruir esta escena de los dos relatos, parece que Pedro fue el instigador de las instrucciones de Jesús. Pedro le preguntó a Jesús si era adecuado perdonar siete veces al día, si un hermano se arrepiente y vuelve a pedir perdón. Jesús dijo, en esencia, que uno debe perdonar 490 veces. Dado que es poco probable que cualquier hombre pudiera arrepentirse 490 veces en un solo día, sin embargo la fuerza de esto es para decir que uno debe perdonar a menudo al hermano arrepentido.
Hablando proféticamente, por supuesto, perdonar 490 veces tenía una aplicación muy específica a la nación, ya que era un período de diez Jubileos (49 x 10) y se aplica a las setenta semanas de Daniel (de años). Fue un período de setenta años sabáticos (70 x 7 = 490). Las personas eran perdonadas en el Día de la Expiación cada año, cuando el sumo sacerdote hacía expiación por ellos, una vez al año. Por lo tanto, el límite de 490 veces de perdón terminó con la muerte de Cristo en la cruz, que se produjo precisamente 490 años desde el inicio del ciclo de tiempo.
Este límite de 490 años implica que al final del ciclo Dios arreglaría las cuentas. Esto es precisamente lo que encontramos en el relato más largo de Mateo, porque inmediatamente después de decirle a Pedro de perdonar 490 veces, se lanza una parábola sobre el hombre perdonado por una deuda de diez mil talentos. Mateo 18:23 , 24 dice,
23 Por esta razón [es decir, perdonar a 490 veces como límite] el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. 24 Y cuando él comenzó a hacer cuentas, le fue presentado uno que le que le debía diez mil talentos.
Aquí es donde es importante entender el momento de las setenta semanas de Daniel, que comenzaron con el decreto del rey Artajerjes en 458 aC y terminaron con las propias palabras de Jesús muriendo en la cruz, donde todas las cuentas se liquidaron en el 33 dC. Jesús profetizó que era ilegal liquidar las cuentas antes del ciclo completo de 490 años. Las personas tuvieron que ser perdonadas por un total de 490 veces en este nivel profético.
En otras palabras, no existe una "brecha" entre las 69 semanas y la semana 70 de Daniel. La historia misma demuestra por la astronomía que el decreto de Artajerjes se produjo en el 458 aC, y que puso fin a 490 años más tarde en el año 33 dC, cuando Jesús fue crucificado.
La Lección
Lucas no incluye esta parábola del deudor, sin embargo, constituye la base para todas las cinco parábolas que Lucas registró anteriormente en los capítulos 15 y 16. Si damos un paso atrás y miramos el cuadro más grande, una vez más, vemos que las parábolas del Reino retratan delitos, o piedras de tropiezo, que los escribas y fariseos habían colocado delante de los pecadores arrepentidos y recaudadores de impuestos que habían estado viniendo a Jesús ( Lucas 15: 2 ).
En otras palabras, los líderes religiosos habían puesto tantas trabas en el camino que hicieron virtualmente imposible que los pecadores se arrepintieran y regresasen a Dios. Pero el padre del hijo pródigo muestra que cuando Dios ve la primera señal de que el pecador regresa, Él corre para darle la bienvenida. Él se situa sin tropiezos en el camino de regreso de un pecador.
Por lo tanto, no es exagerado ver en el relato de Lucas que Jesús estaba enseñando a sus discípulos a no hacer como los escribas y fariseos habían hecho. Ellos no debían ser la causa tropiezo de un niño, y cuando los pecadores se arrepintiean -aún muchas veces al día- debían perdonar con la misma actitud que el padre que perdonó al hijo pródigo.
Por otro lado, los escribas y los fariseos habían gruñido mostrándose cómo a regañadientes y renuentes a perdonar a los pecadores. En lugar de alegrarse por un pecador perdido que había regresado, ellos discutían si el pecador era digno o no de recibirse de nuevo a la comunión. Los pecadores de aquellos días sabían lo difícil que era volver a la comunión en el templo. Jesús dijo que esos obstáculos debían ser convertidos en piedras de molino y puestos alrededor de su propio cuello antes de echarlos al mar.
De hecho, al final de los 490 años, en los que Dios había perdonado al pueblo cada año en el Día de la Expiación, el día del juicio estaba a punto de ocurrir. Una vez más, vemos más de un nivel de cumplimiento en los juicios divinos. En primer lugar, Jesús expió el pecado de todo el mundo, incluyendo los pecados de los escribas y fariseos ( 1 Juan 2: 2 ). El deudor en el día del juicio, fue perdonado de su deuda de diez mil talentos (Mateo 18:27 ). En otras palabras, su Día de la Expiación (arrepentimiento) se convirtió en un Jubileo, donde se cancelaron todas las deudas. Sin embargo, ese deudor se negó a cancelar la deuda pequeña que su vecino le debía, y así perdió su Jubileo y fue encarcelado hasta que pagara toda la deuda ( Mateo 18:34 ). La ley consagra el derecho del acreedor a que le sea pagado lo que es suyo, pero cada acreedor también tenía el poder de perdonar todo, o parte, de la deuda que otros pudieran adeudarle.
Esta parábola no era acerca de la salvación como tal, sino más bien del Jubileo. La ley dice que los deudores podían ser vendidos como esclavos por falta de pago de la deuda, pero sólo hasta el año del Jubileo. El esclavo en esta parábola perdió su Jubileo, porque él mismo no vivió de acuerdo con sus principios. Él fue vendido como esclavo, como los jueces de la ley.
La parábola termina con el encarcelamiento del deudor "hasta que pagase todo lo que le debía" ( Mateo 18:34 ). La audiencia de Jesús habría entendido que el deudor sería puesto en libertad en el año del Jubileo, aunque todavía debiera más deuda. Por lo tanto, Jesús no dijo que su deuda no terminaría nunca, sino que no sería liberado hasta la gran liberación del jubileo de toda la creación "a la libertad de la gloria de los hijos de Dios"( Romanos 8:21 ).
La buena noticia es que incluso estos escribas y fariseos gruñones tendrán que rendir cuentas sólo hasta que la ley de Jubileo les haga libres. La mala noticia es que tendrán que rendir cuentas hasta ese día porque no tienen la ley del Jubileo escrita en sus corazones.
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