TABERNÁCULOS versus EL HIJO VARÓN Y EL NUEVO HOMBRE ("Las 70 Semanas de Daniel", Dr. Stephen E. Jones)


La Fiesta de Tabernáculos (Enramadas) 

Cinco días después del Día de Expiación es el principio de la fiesta de Tabernáculos (el día 15 del 7º mes). Dura una semana completa y finaliza con una ceremonia final en el octavo día (el día 22 del 7º mes). Esta fiesta profetiza del “cambio” que ocurrirá en los cuerpos de aquéllos que están vivos al final de la edad. Pablo dice en 1 Corintios 15.51,
 (51)  He aquí,  os digo un misterio: No todos dormiremos;  pero todos seremos transformados,
El "cambio" ocurrirá en el primer día de Tabernáculos. Este cambio de mortalidad a la inmortalidad y de la corrupción a la incorrupción permitirá los vivos ser unidos con aquéllos que fueron levantados de la muerte dos semanas antes. A este punto, ellos tendrán el mismo tipo de "carne" porque será carne espiritual. Los dos grupos no pueden unirse hasta que ellos tengan el mismo cuerpo.
Este también es el tiempo del parto del "Hijo varón" que es "Cristo en vosotros,  la esperanza de gloria" (Colosenses 1.27). Los creyentes son impregnados con Cristo por el Espíritu Santo, siguiendo el mismo modelo de Jesús y Su madre. María fue impregnada por el Espíritu Santo (Lucas 1.35), haciendo a Jesús el resultado de un Padre Celestial y una madre terrenal. El era así a la vez Hijo de Dios e Hijo de Hombre, teniendo dos padres. Esto era necesario para que la ley sea cumplida dándole dominio en ambos cielo y tierra.
Es lo mismo con los creyentes en Cristo, porque somos coherederos con Él (Romanos 8.17). El gran secreto (el "misterio") de la Iglesia es "Cristo en vosotros" (Colosenses 1.27). Esa semilla santa en nosotros es el feto espiritual que tiene un Padre celestial y una madre terrenal. En ese sentido, somos todos parte de la compañía de la Novia, ya seamos machos o hembras en lo natural.
Cuando experimentamos la fiesta de la Pascua (justificación), somos impregnados (concepción) por el Espíritu. Pentecostés profetizó el crecimiento del niño, el embarazo (santificación). Tabernáculos profetizó de su nacimiento, y el octavo día de Tabernáculos profetizó de su "circuncisión" y presentación a Dios, que por ley debe ocurrir al octavo día.
Esta semilla santa, "Cristo en vosotros", no es el propio Jesucristo. Es una nueva generación, "una nueva creación" (2 Corintios 5.17). Es una extensión de Cristo, porque es Su Cuerpo. Todavía es también "nosotros", porque es "el real usted". Estamos llegando a ser aquella próxima generación, por así decirlo. Nuestro "hombre natural", como Raquel, "muere" en el parto (Génesis 35.18), y nosotros asumimos un nuevo formulario de existencia, inmortal, incorruptible, perfeccionado y completo.
Cuando los santos vivientes son cambiados y el Hijo varón es llevado al nacimiento completo en el primer día de Tabernáculos, ellos disfrutarán del mismo tipo de cuerpo perfeccionado que los muertos ya habían recibido dos semanas más temprano al tocar de la trompeta. A ese punto, ellos se unirán en armonía perfecta en un Cuerpo.

Sin embargo, este Cuerpo todavía estará incompleto hasta que la Cabeza se una con él. La Cabeza no puede unirse con el Cuerpo hasta que el propio Cuerpo esté unido como uno, y por esta razón la unión de la Cabeza con el Cuerpo debe venir en medio de los Tabernáculos. Esto debe ocurrir algún tiempo entre el primer día y el octavo día cuando este Nuevo Hombre de Creación (teniendo ambos Cabeza y Cuerpo) tiene que ser presentado al Padre en su estado perfeccionado. 

A la Mitad de Tabernáculos

La unión de la Cabeza con el Cuerpo, yo creo, vendrá en algún momento entre el primero y el octavo día de Tabernáculos. El modelo bíblico para este evento se muestra en Juan 7, el único relato donde Jesús guardó la fiesta de Tabernáculos. Leemos en Juan 7.2,
 (2)  Estaba cerca la fiesta de los judíos,  la de los tabernáculos;
Jesús les dijo a Sus discípulos que fueran a Jerusalén por adelantado de El en versículos 6-8.
 (6)  Entonces Jesús les dijo: Mi tiempo aún no ha llegado,  mas vuestro tiempo siempre está presto… (8)  Subid vosotros a la fiesta;  yo no subo todavía a esa fiesta,  porque mi tiempo aún no se ha cumplido.
Pero una vez que El había mandado a los discípulos por adelantado El fue a la fiesta en secreto. Leemos en Juan 7.10-14,
(10)  Pero después que sus hermanos habían subido,  entonces él también subió a la fiesta,  no abiertamente,  sino como en secreto… (14)  Mas a la mitad de la fiesta subió Jesús al templo,  y enseñaba.
Este relato sumamente profético nos da el tiempo de Su segunda venida.  El "templo" es el cuerpo de Cristo (1 Corintios 3.16). Aunque El "viene" anteriormente a su aparición en el Templo, queda en "secreto" hasta la mitad de la fiesta de Tabernáculos. Esto profetiza, yo creo, del hecho que Jesucristo "vendrá" al principio o antes del principio de Tabernáculos, pero no estará en contacto con Sus discípulos (el verdadero templo) hasta la mitad de la fiesta.
En la historia en Juan 7, El tenía que separarse de los discípulos por un tiempo para reunirse la Cabeza con el Cuerpo a la mitad de la fiesta. Así también en la segunda venida de Cristo, la Cabeza no puede unir con el Cuerpo hasta que el Cuerpo entero haya sido hecho "una carne" en el primer día de Tabernáculos. El tiene que unirse con ellos antes del octavo día cuando el Cuerpo completo tiene que ser presentado al Padre. Así, El viene a la mitad de la fiesta


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