GLORIOSO PANORAMA DE CONQUISTA, ( "El Reino de Dios", Dr. Stephen E. Jones)


Capítulo 5 
El territorio del reino

El reino de Dios tiene territorio que consiste de todo lo que Dios ha creado, ya en el cielo o en la tierra. Todo lo que Él creó es parte de Su reino, y Él es dueño de la tierra por derecho de creación.
En los días de Moisés, cuando Dios le dio a Israel su herencia en la tierra de Canaán, Dios hizo claro que la gente realmente no POSEYERON la tierra. No se le dio el título soberano sobre la tierra, sino se le dio autoridad. Esto se cita directamente en Levítico 25:23, donde Dios dice,
(23) “Además, la tierra no se venderá en forma permanente, pues la tierra es Mía; porque ustedes son sólo extranjeros y peregrinos para conmigo”.
En otros términos, el uso de la tierra por la gente estaba limitado por la ley. No era sin condiciones. Si ellos se negaran a cumplir Sus leyes, Dios ejercería Su derecho para traer juicio sobre ellos e incluso para desalojarlos de Su tierra (Levíticos 26:33).
En otros términos, el derecho de Israel a la tierra de Canaán era condicional a su obediencia. Es por su desobediencia y rebelión que Dios eventualmente los expulsó de la tierra, primero por los babilónicos y después por la mano de Roma.
Cuando Dios desalojó a Judá de la tierra a través de la mano de rey Nabucodonosor de Babilonia, Dios les recordó de nuevo Su derecho como  Creador para hacerlo. Jeremías 27:5 dice,
(5) "Yo hice la tierra, los hombres y los animales que están sobre la superficie de la tierra con Mi gran poder y con Mi brazo extendido, y la doy a quien Me place”.
La tierra fue creada para manifestar la gloria de Dios, y Su propósito se cumplirá al final. Dios no fallará en Sus propósitos.
La tierra de Canaán era un tipo y sombra de un cumplimiento mucho mayor que está por venir. Piense en Canaán como un modelo en pequeña escala que fue diseñado para mostrarnos la intención de Dios para la tierra entera. Él no es meramente el Dios de Canaán, y no es  meramente el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, sino que es el "Dios de toda la tierra" (Isaías 54:5).
El antiguo pacto fue el primer método que Dios estableció para llevar a cabo Su propósito. Fue diseñado para fallar, porque Dios quería que los hombres aprendieran sus limitaciones. El antiguo pacto puso la responsabilidad de ser obediente a Dios sobre el hombre y así estableciera el reino a través de su propio esfuerzo, su propia voluntad y su propia habilidad de cumplir su promesa de ser obediente (Éxodo 19:8). Su confianza en la carne tuvo que ser rota por la experiencia real.
Primero Israel y luego Judá fallaron y fueron desalojados de la tierra. Dios entonces estableció un nuevo pacto en que Dios mismo tomó la responsabilidad de traer justicia en la tierra. En el nuevo pacto, Dios dice, "yo haré" y "tú harás". Esto contrasta con el antiguo pacto que dijo, "SI usted”. El cumplimiento del nuevo pacto depende de la habilidad de Dios, no de la habilidad de hombre. Aún más, el territorio del reino se aumentó de una franja pequeña de tierra en Palestina a la tierra entera.
Cuando Dios desalojó a Judá de Canaán en los días de Jeremías, ellos pensaron al principio que ésta iba a ser una cautividad de no más de 70 años, después de los cuales ellos regresarían y la vida volvería a ser la que fue en los tiempos anteriores. Pero el sueño de Nabucodonosor en Daniel 2 reveló que Babilonia era sólo la “cabeza de oro” en una imagen mucho más grande. Esa imagen representó una cautividad de mucho tiempo que continuaría hasta el fin de la edad. Así, cuando la cautividad de 70 años de Judá en Babilonia terminó, se encontraron bajo el dominio de los medos y persas por otros dos siglos. Medo-Persia formó los “dos brazos de plata" en el sueño de la imagen de Nabucodonosor. Esta fase fue seguida por Grecia—el vientre de bronce—y finalmente por las "piernas de hierro" de Roma. Además, el propio Daniel vio en una visión que el tiempo de Roma se extendería de una manera diferente por un “cuerno pequeño” (Daniel 7:8, 20) que se cumplió con la Roma Papal después de la caída del Imperio Romano en 476 d.C.
Daniel vio sólo un breve resumen de la historia de esta sucesión de imperios, pero él vio que, al final, serían dadas a los santos del Altísimo la jurisdicción y autoridad en la tierra. Sólo entonces terminaría realmente esta larga cautividad. Y cuando nosotros pasamos al Nuevo Testamento, encontramos que a los santos les sería dada autoridad, no por el poder del Primer Pacto, sino del Nuevo Pacto.
También Dios usaría esta sucesión de imperios babilónicos para unir la tierra, así como Nimrod, el fundador de Babilonia, había intentado unir la humanidad por conquista al principio (Génesis 11:4). Así Dios ha usado el intento de Babilonia para Su mismo propósito—para agrandar el alcance del reino para incluir la tierra entera. Así, cuando Dios derroque a Babilonia, podrá tomar todos sus recursos a la vez y por eso reclama la tierra entera.
Así, mientras los cristianos se alarman por el esfuerzo de Babilonia por provocar un gobierno único mundial, una religión única mundial, una economía global y la destrucción de las fronteras nacionales, aquéllos que entienden el plan divino y quienes creen en la soberanía de Dios pueden observar estos acontecimientos sin miedo. Ellos saben que todo esto es parte del Plan Maestro de Dios, y que Dios está usando a los babilónicos (como Él usó al rey Nabucodonosor) como Sus siervos (Jeremías 25:6). Ellos son sin darse cuenta empleados de Dios, llamados para organizar los reinos de este mundo de parte del reino de Dios. Cuando su trabajo esté hecho, Dios tomará lo que ellos han construido, lo regulará según Su propia ley y lo incorporará en Su reino. Apocalipsis 11:15 dice,
(15) El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo (se oyeron) grandes voces en el cielo, que decían: "El reino del mundo ha venido a ser el reino de nuestro Señor y de Su Cristo (el Mesías). El reinará por los siglos de los siglos".
Jesús dijo que será dada la autoridad sobre Su casa a Sus siervos fieles que no oprimieron a otros . Lucas 12:42-44 dice,
(42) El Señor respondió: "¿Quién es, pues, el mayordomo fiel y prudente a quien su señor pondrá sobre sus siervos para que a su tiempo les dé sus raciones? (43) "Dichoso aquel siervo a quien, cuando su señor venga, lo encuentre haciendo así. (44) "En verdad les digo que lo pondrá sobre todos sus bienes”.
Nosotros vemos aquí que los siervos "fieles" serán puestos en autoridad sobre "todos sus bienes". En otros términos, ellos gobernarán sobre otras personas que no calificaron para ser gobernantes. El criterio para gobernar es en términos de cómo tratar a otras personas con amor y bondad en lugar de injusticia y opresión. Nosotros calificaremos según nuestra manera de vivir en esta edad presente.
Daniel 7:27 llama a estos gobernantes, "el pueblo de los santos del Altísimo". A ellos será dada la jurisdicción en el reino de Dios en la edad por venir cuando el reino de Piedra quiebre la imagen de Babilonia en sus pies. Nosotros también leemos en Apocalipsis 5:10,
(10) Y los has hecho un reino y sacerdotes para nuestro Dios; y reinarán sobre la tierra.
¿Quiénes serán estos "santos"? El sionismo cristiano dice que ellos serán judíos que serán convertidos al último minuto. En cambio, el nuevo testamento hace claro que serán los cristianos—y no sólo cristianos, sino vencedores. Ellos son quienes que han hecho el viaje completo por Pascua y Pentecostés, son quienes habían tomado la visión de ir más allá de Pentecostés a la fiesta de Tabernáculos, sin tener en cuenta su herencia genealógica.
La idea que los judíos podrán convertirse a Cristo y entonces inmediatamente calificar para gobernar en el reino es absurda. Tal idea está basada en la creencia equivocada que la genealogía de uno es suficiente para ser gobernante en el reino de Dios. Asumen que los judíos son Israel y que una simple experiencia de Pascua los calificará para gobernar al mundo. Esto no es bíblico.
Dios ha derribado la pared intermediaria y está en el proceso de crear a "un nuevo hombre" en Cristo (Efesios 2:15). Ese nuevo hombre es un hombre corporativo, que tiene a Jesús como su cabeza y a los vencedores como su cuerpo. Todos llegan a ser parte de ese cuerpo de la misma manera, no importa su genealogía. Todos tienen que ser justificados por Pascua, santificados por Pentecostés y glorificados por Tabernáculos para calificar a tiempo para la primera resurrección.
Pablo también pinta a este "un nuevo hombre" como un templo corporal, construido sobre los apóstoles y profetas, teniendo Jesucristo como su piedra angular. Sin tener en cuenta cómo se pinta metafóricamente, la verdad subyacente revelada es que está basado en la relación de uno con Cristo.
Apocalipsis 20:6 dice que estos vencedores reinarán con Él mil años hasta el fin del "día" sabático (milenio). Esto traerá al cierre la primera "semana" de Adán. Y entonces la próxima gran fase del plan divino empezará en que todos los muertos serán levantados, juzgados, y todos los incrédulos serán puestos en sometimiento al cuerpo de Cristo. Toda rodilla se doblará a Cristo y lo confesará como Señor en ese momento (Filipenses 2:10, 11). Además, "nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo”, lo que indica que lo tendrán (1 Corintios 12:3).

Ésta será su experiencia de Pascua (la justificación por la fe), porque todos ellos llegarán a ser creyentes a ese tiempo. Pero entonces ellos tendrán que aprender la justicia a través de Pentecostés en la Edad final por venir, hasta el Jubileo de Creación, cuando toda la creación experimentará la libertad de los hijos de Dios.
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