¡Cuán ilustre, oh Dios, es tu misericordia!
Por eso los hijos de Adán se abrigan en la sombra de tus alas.
Se embriagarán de la grosura de tu Casa;
y tú los abrevarás del torrente de tus delicias.
Porque contigo está el manantial de la vida; en tu luz veremos la luz.
(Sal 36:7-9)
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