USO DEL VELO: LA RESPUESTA, David Bercot







Fragmento del libro: 

Los primeros cristianos y sus escritos. 

Por qué la iglesia moderna necesita escuchar a la iglesia primitiva 


David Bercot 


Traducido por Anthony Hurtado 







10. La respuesta 

¿Estaba Pablo hablando sobre el velo o sobre el cabello largo? ¿O no había costumbre para ninguna de las dos cosas? La evidencia histórica es sorprendentemente clara. 

El registro revela que todas las iglesias primitivas entendieron que Pablo estaba hablando de un velo de tela, no del cabello largo. Lo único que no estaba claro para algunos era si las instrucciones de Pablo se aplicaban a todas las mujeres o sólo a las mujeres casadas. La razón es que la palabra griega gyne, usada por Pablo, puede significar “una mujer” o también “una mujer casada”. 

Alrededor del año 200, en Cartago, norte de África, Tertuliano escribió un tratado titulado, “El velo de las vírgenes”, en el cual argumentó que Pablo estaba usando la palabra gyne en el sentido de “mujer”. En su argumento, Tertuliano describió las prácticas en la Iglesia, incluyendo la práctica en la Iglesia de Corinto. Su tratado nos da una rica información: 
También amonesto al segundo grupo de mujeres casadas, que no dejen esta disciplina del velo, ni por un momento, ni siquiera por una hora; puesto que tú no puedes evitar llevar un velo, no debes hallar un camino para invalidar esta práctica. Es decir, andar ni cubierta ni descubierta. Pues algunas mujeres no cubren sus cabezas, más bien las envuelven con turbantes y bandas de lana. Es verdad que sus frentes están protegidas, pero no cubren la región que ocupa sus cabezas. 

Otras cubren sólo el área del cerebro con pequeños pañuelos de lino que ni llegan a las orejas… La región que se debe cubrir con el velo, ocupa el mismo espacio que cuando el cabello se halla suelto. De este modo, el cuello también es cubierto. 

Las mujeres de Arabia las juzgarán, porque no sólo se cubren la cabeza, sino la cara también… Pero, ¿cuán severo será el castigo que merecerán quienes permanecen descubiertas incluso cuando recitan los Salmos y en cualquier mención del nombre de Dios? Porque incluso cuando ellas se hallan a punto de orar, ellas colocan un pequeño pedazo de tela sobre la coronilla de sus cabezas. ¡Y piensan que así están cubiertas! 
En el inicio de su tratado, Tertuliano testificó que las iglesias fundadas por los apóstoles insisten que tanto las mujeres casadas como las vírgenes deben llevar el velo: 
En toda Grecia y en algunas de sus provincias bárbaras, la mayoría de las iglesias guardan a sus vírgenes cubiertas. De hecho, esta práctica la siguen en algunos lugares debajo del cielo africano. Por tanto, que nadie atribuya dicha costumbre simplemente a las costumbres gentiles de griegos y bárbaros. 
Además, yo les muestro como modelos a aquellas iglesias que fueron fundadas por los apóstoles o por los varones apostólicos … Este asunto lo han entendido bien los mismos corintios. Porque hasta este mismo día las vírgenes se cubren con un velo. Los discípulos confirman lo que los apóstoles enseñaron. 

Clemente de Alejandría, un escritor líder de Egipto, alrededor del 190 d.C. aconsejó: 
Que las mujeres entiendan esto. Que deben cubrirse por completo, a menos que estén en su casa. Porque esta forma de vestir es sobria y las protege de ser miradas... La mujer cristiana nunca caerá si pone delante de sus ojos la modestia y el velo. Tampoco será causa de tropiezo para el hombre por descubrirse el rostro. Por tanto, es la voluntad de Cristo que deba orar con el velo. 
Hipólito, un líder de la iglesia de Roma, alrededor del año 200 dC, compiló un registro de numerosas costumbres y prácticas en esa iglesia desde las generaciones que le precedieron. Su Tradición apostólica contiene la siguiente declaración: 
Que todas las mujeres tengan la cabeza cubierta con una tela opaca, que no sea un velo transparente, porque eso no cubre en verdad.
Esta evidencia escrita del curso de acción de los primeros cristianos es corroborada por el registro arqueológico. Las pinturas que datan de los siglos segundo y tercero de las catacumbas y otros lugares, representan a las mujeres cristianas orando con un velo sobre sus cabezas. 

Por tanto, el registro histórico es totalmente claro. Revela que las primeras generaciones de creyentes entendieron que lo que cubre es el velo, no el cabello largo. Como Tertuliano indicó, incluso las mujeres que no deseaban seguir la enseñanza de Pablo, no afirmaban que Pablo se estaba refiriendo al cabello largo. Al contrario, simplemente llevaban una pequeña cubierta en mínima obediencia a su enseñanza. Nadie en la Iglesia afirmaba que las instrucciones de Pablo eran simplemente un consenso con la cultura griega. Nadie afirmaba que tuviera algo que ver con las sacerdotisas paganas o las prostitutas. 


De vuelta a la Escritura 

Ahora, volvamos a la Escritura y veamos si el entendimiento histórico se basa en una interpretación razonable de la Escritura. El entendimiento de los primeros cristianos del pasaje en estudio, le da al versículo 4 un sentido literal (un hombre no debe llevar nada sobre su cabeza cuando ora o profetiza) y al versículo 5 (una mujer debe cubrirse con un velo cuando ora o profetiza). Sin embargo, esto no contradice a los versículos 14 y 15 que la naturaleza nos enseña el mismo principio que los varones no deben cubrirse, pero las mujeres sí; puesto que el hombre naturalmente lleva el cabello corto y la mujer lo lleva largo. 

Lo más importante es que el registro histórico se adecúa muy bien a la regla lógica final de interpretación que usamos los abogados. El Instituto de Leyes de América ha expresado el siguiente principio: “Debe preferirse una interpretación que da un significado razonable, válido y efectivo a todas las palabras que a cualquier interpretación que deja una parte irrazonable, inválida o sin efecto”. 

Aplicando dicho principio a la interpretación de las Escrituras, podemos declararlo de la siguiente manera: 
Este principio es sencillamente la lógica reducida en palabras. Cuando tú o yo escribimos una carta o un ensayo, normalmente tratamos que todo lo que escribimos tenga sentido, ¿cierto? No tenemos el propósito de escribir cosas que sean totalmente ignoradas. Ni que parte de lo que escribimos sea entendida de tal modo que anule las demás cosas. 
La interpretación histórica de 1ª Corintios 11 armoniza completamente con este principio lógico. Da un significado completo a todo lo que Pablo dijo. A diferencia de esto, nuestras interpretaciones modernas no lo hacen. Toma por ejemplo la interpretación de que Pablo estaba diciendo que los hombres deberían llevar cabello corto y las mujeres cabello largo. ¿Cómo afecta esto al versículo 4 y 6? Pablo dice en el versículo 4: “Todo varón que ora o profetiza con la cabeza cubierta, afrenta su cabeza”. Según esta interpretación, por “cabeza cubierta”, Pablo se estaría refiriendo al cabello, ¿verdad? Por tanto, ¿deberían los hombres raparse todo el cabello? 

En el versículo 6, Pablo dice: “Porque si la mujer no se cubre, que se corte también el cabello; y si le es vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se cubra”. Según la interpretación moderna, Pablo estaría diciendo: “Si una mujer no tiene cabello largo, que se corte también el cabello”. ¿Cuán razonable es eso? Si el cabello de una mujer es corto, es porque ya está cortado. 

Si Pablo está hablando del cabello largo, ¿por qué se enfocaría en “orar y profetizar”? ¿Puede el cabello de un hombre ser largo mientras está haciendo otras cosas y repentinamente volverse corto mientras ora o profetiza? 

En resumen, esta interpretación moderna reduce la mayor parte de nuestro pasaje a un absurdo. Si Pablo se estaba refiriendo al cabello largo, ¿por qué no lo dijo sencillamente así? ¿Por qué habría ido a través de prolongadas palabras referentes al velo o a cubrirse? Él pudo haber dicho con toda simpleza: “Los varones deben llevar cabello corto y las mujeres cabello largo”. Cualquier interpretación que convierte un pasaje en un absurdo, es una interpretación absurda. 

¿O qué de la interpretación que afirma que la única razón que este pasaje fue escrito fue para que las mujeres cristianas de Corinto no fueran confundidas con las prostitutas o sacerdotisas paganas? Si eso es todo lo que este pasaje quiere decir, entonces, ¿por qué parte de él es dirigido a los hombres? Además, esta interpretación contradice lo que Pablo dijo en el versículo 10: “Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles”. Si dicha interpretación moderna fuera correcta; entonces Pablo, o está en un error aquí o está mintiendo. En otras palabras, o Pablo no sabía por qué estaba dando tales instrucciones (pensando equivocadamente que ellas tenían que ver algo con los ángeles), o a propósito dio una falsa razón. En conclusión, esta interpretación no pasa la prueba de la lógica, porque invalida la mayor parte de las palabras de Pablo. 

La otra interpretación moderna es aún peor. Ésta es la que afirma que el versículo 16 está diciendo que no había tal costumbre de llevar un velo: “Con todo eso, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios”. ¿Estaba diciendo Pablo que “no tenemos tal costumbre de llevar velos” o que “no tenemos otra costumbre que llevar velos”? Si señalamos que Pablo estaba diciendo que no había tal costumbre de llevar velos, entonces ¿por qué tuvo la molestia de escribir todo este pasaje? En efecto, vemos a Pablo dando todos estos consejos relacionándolos al orden de la Creación y a los ángeles y luego dice: “Si a ti no te gustan estas instrucciones, no las sigas; porque nadie las está siguiendo tampoco”. 



La eficacia de las interpretaciones históricas 

A diferencia de esto, el entendimiento histórico nos ofrece una interpretación razonable y literal del pasaje arriba mencionado. Cada una de las otras interpretaciones termina anulando todo o parte de él. Algunas interpretaciones añaden muchas suposiciones que ni siquiera se hallan en el pasaje. 

He hallado que este mismo principio es verdad para todo el entendimiento bíblico de los primeros cristianos. Ellos no añaden algo a la Escritura; más bien quitan las tradiciones humanas que nosotros hemos añadido. Casi siempre nos dejan con el significado desnudo y literal de la Escritura. Ellos nos traen de vuelta al significado con el cual habríamos empezado, si no hubiésemos sido cegados por nuestros prejuicios. 

Como dije anteriormente, éste no es un libro referente al velo. Hemos estado viendo el pasaje de 1ª Corintios 11 sólo para ilustrar el método lógico para la interpretación de la Escritura. Por tanto, repasemos dichos principios. 

Es tan fácil. De hecho, es casi demasiado fácil. Es muy obvio, ¿por qué entonces los cristianos no lo han usado? ¿Qué razón hay en todo el mundo para que los protestantes hayamos despedazado el cuerpo de Cristo tan innecesariamente? Puedo asegurarte que no es porque nadie haya visto el curso de acción histórico. No, ¡es porque aquellos que investigaron el registro histórico no encontraron lo que querían encontrar! 


Nota: 

Estamos de acuerdo con el hermano David Bercot en cuanto al uso del velo, que recomendamos encarecidamente a las hermanas. 
Gén. 24: 64 Rebeca también alzó sus ojos, y vio a Isaac, y descendió del camello; 65 Porque había preguntado al criado: ¿Quién es este varón que viene por el campo hacia nosotros? Y el siervo había respondido: Este es mi señor. Ella entonces tomó el velo, y se cubrió.
Que las iglesias obedecieran la Palabra de Dios en este tema transcendental supondría un ataque en toda regla a la línea de flotación del espíritu diabólico del feminismo que ha infiltrado la iglesia y nos devolvería a la correcta relación de autoridad y sumisión, establecida en la Palabra de Dios para el Universo. Antes de esto la Iglesia no estará en disposición de afrontar la Batalla Final. 

Estamos en tiempos de la Restauración de Todas las Cosas y no debemos regatear cuando se trata del principio espiritual más importante del Universo: la autoridad de Dios, el gobierno de Dios, sin el cual su Reino no puede ser establecido. Como lo dice el Espíritu a través de Pablo: 
1ª Corintios 11: 16 Con todo eso, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios. 


Artículos relacionados: 






Ministerio Filadelfia: LOS PRIMEROS CRISTIANOS Y SUS ESCRITOS


Damos las gracias al blog Ministerio Filadelfia por este magnífico libro. Nos veremos empujados a repasar con detenimiento la patrística, como recomienda el autor, con honestidad espiritual.
Absolutamente recomendable. 


REMIENDO DE TELA NUEVA EN VESTIDO VIEJO, (E. V. Mateo-Witness Lee)

ESTUDIO VIDA DE MATEO

MENSAJE VEINTIOCHO

LA CONTINUACION DEL MINISTERIO DEL REY

(4)

Este mensaje es una continuación del mensaje anterior sobre Mateo 9:9-17.

C. No se pone remiendo de tela nueva
en vestido viejo

En Mateo 9:16 el Señor continúa con algo aun más fino, más dulce y más íntimo; El dice: “Nadie pone un remiendo de paño no abatanado en un vestido nuevo; porque lo añadido tira del vestido, y se hace peor la rotura”. La palabra griega ágnaphos se traduce “no abatanado”; está formada por a, que significa no, y por gnapto, que se refiere a cardar o peinar la lana; así que significa no cardado, no tratado al vapor ni lavado, burdo, no abatanado, no procesado. El paño no abatanado representa a Cristo desde Su encarnación hasta Su crucifixión, como un remiendo de paño nuevo, no tratado ni acabado; mientras que el vestido nuevo en Lucas 5:36 representa a Cristo como manto nuevo después de que fue “tratado” en Su crucifixión. (La palabra griega que se traduce “nuevo” en Lucas 5:36 es kainós, la misma palabra que aparece en la expresión “odres nuevos” en Mateo 9:17). Cristo fue primero el paño no abatanado que servía para hacer un vestido nuevo, y luego, por medio de Su muerte y resurrección, fue hecho un vestido nuevo que nos cubre como nuestra justicia delante de Dios, a fin de que seamos justificados por Dios y aceptables a El (Lc. 15:22; Gá. 3:27; 1 Co. 1:30; Fil. 3:9). Un remiendo de paño no abatanado, cosido en un vestido viejo, tira del vestido debido a que se encoge, y hace peor la rotura. Coser un remiendo así en un vestido viejo, significa imitar lo que hizo Cristo en Su vivir humano en la tierra. Esto es lo que tratan de hacer los modernistas de hoy. Sólo imitan las acciones humanas de Jesús para mejorar su conducta; no creen que el Jesús crucificado sea su Redentor ni que el Cristo resucitado sea su justicia para así ser justificados por Dios y aceptos delante de El. Su imitación del vivir humano de Cristo “tira” del “vestido viejo” de ellos, el cual es la conducta producida por su vieja vida natural. Los ciudadanos del reino no hacen esto; ellos toman al Cristo crucificado y resucitado como el vestido nuevo que los cubre como justicia delante de Dios.

El vestido viejo en el versículo 16 representa la buena conducta, las buenas acciones y las prácticas religiosas producidas por la vieja vida natural del hombre. El Señor Jesús fue muy sabio. En el versículo 16 no dijo: “Vosotros los discípulos de Juan debéis daros cuenta de que vuestros vestidos están rotos y llenos de agujeros. Vuestro ayuno es en realidad como cortar un pedazo de tela no abatanada y utilizarlo para remendar los agujeros de vuestra ropa”. En vez de decirles esto directamente, el Señor indicó a los discípulos de Juan que su vestido no era perfecto. Les señaló que sus vestiduras tenían agujeros y que por medio del ayuno ellos intentaban remendar dichas roturas. Ningún hombre podría expresarse así como lo hizo el Señor Jesús en el versículo 16. Sus palabras sabias están llenas de significado, amonestación, revelación e instrucción. El Señor estaba diciendo a los discípulos de Juan: “¿Por qué me preguntáis acerca del ayuno? Vuestro ayuno es una manera de remendar vuestros vestidos rotos. Al ayunar, demostráis que estáis conscientes de que tenéis agujeros en vuestras vestiduras, las cuales necesitan ser remendadas. Juan, vuestro maestro, os guió a Mí, y ahora procuráis utilizarme para remendar esos agujeros. Esto significa que estáis cortando un trozo de Mi tela no abatanada para remendar las roturas de vuestra ropa. Pero Mi tela está llena del poder que encoge; por eso, no debéis zurcir ningún pedazo de ella en vuestra vieja y rota vestidura; si lo hacéis, la rotura se hará más grande”.

La narración de Lucas 5:36 es un poco diferente de la de Mateo 9:16. El versículo 36 dice: “Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo y lo pone en un vestido viejo”. Debemos notar que Mateo dice “tela” y Lucas dice “vestido”. El Señor Jesús se compara a Sí mismo con un pedazo de tela no abatanada. Esto indica lo que El era en el lapso entre Su encarnación y Su crucifixión. Durante este período, El era tela sin encoger, tela nueva que nunca había sido abatanada o tratada. A través de Su muerte y resurrección esta tela nueva fue tratada y hecha un vestido nuevo. El Señor quería darse a nosotros, no como una pieza de tela no abatanada, sino como un vestido terminado y completo que podríamos ponernos como nuestra justicia para ser justificados ante Dios. Después de Su muerte y resurrección El fue hecho el vestido terminado para que lo usemos y así asistir a Su boda. Así que, Él no es únicamente el Novio, sino también nuestro vestido de bodas, el cual nos califica para asistir a Su fiesta de bodas.

¿Por qué el Señor Jesús, después de decirnos que El es el Novio, habló de la nueva tela, del nuevo vestido? Debemos echar una mirada más profunda para discernir lo que significa esto. El Señor nos dice que el Novio está con nosotros. Pero mírese a sí mismo ¿merece usted Su presencia? ¿Piensa que su verdadera condición a los ojos de Dios es merecedora de la presencia del Novio? Todos debemos contestar que no. Todo lo que nosotros tenemos y todo lo que somos (y todo lo que hacemos) no es digno de la presencia del Señor. Para disfrutar de Su presencia necesitamos cumplir ciertos requisitos. Necesitamos estar en cierta situación y en cierta condición. Lo que somos por naturaleza, lo que podemos hacer y lo que tenemos, no nos capacita para estar en la presencia del Novio. El Novio es Cristo, y Cristo es Dios mismo. Supongamos que Dios se le aparece hoy. ¿Podría usted quedarse indiferente? El es el Dios santo y justo, y tal persona es el Novio. Recuerde la historia del hijo pródigo presentada en Lucas 15, quien regresó a su casa. Sin duda alguna, el padre lo amaba profundamente; no obstante, la condición del hijo era totalmente inadecuada ante la presencia de su padre. Por lo tanto, el padre ordenó inmediatamente a sus siervos que tomaran la mejor túnica y lo vistieran para que pudiera estar en su presencia. Nuestro Novio es Dios mismo. ¿Cómo podemos nosotros, unos pobres pecadores, disfrutar de la presencia del Rey celestial? Debemos recordar el contexto de los versículos de Mateo 9, donde el Señor Jesús estaba comiendo con recaudadores de impuestos y pecadores. Nosotros somos “recaudadores de impuestos” y pecadores. No tenemos derecho alguno; necesitamos vestirnos apropiadamente para poder sentarnos en la presencia del Señor. Esta es la razón por la que el Señor, después de que habló de Sí mismo como el Novio, nos dijo que necesitamos ser vestidos con una nueva vestidura. Cuando nos ponemos la nueva vestidura, somos dignos de Su presencia. Cuando el hijo pródigo fue vestido con la mejor túnica, pudo de inmediato presentarse ante su honorable padre. El mejor vestido le permitió disfrutar de la presencia del padre. Nosotros los pecadores y los “recaudadores de impuestos”, necesitamos ser vestidos con una nueva vestidura para poder ser merecedores de la presencia del Novio. (debemos recordar que el hijo pródigo fue siempre hijo y ese vestido por tanto, según nosotros lo entendemos, no es el de la salvación o nuevo nacimiento, sino el de la conversión o vuelta a casa; es decir, el de la salvación del alma, cuando sustituimos nuestra propia justicia por la de Cristo, al despojarnos del  hombre viejo o viejo vestido y nos vestimos con el nuevo hombre o nuevo vestido, que es Cristo).
No me agrada presentar sólo enseñanzas y doctrinas, prefiero la práctica y la experiencia. Permítame comprobar con usted: ¿Puesto que Cristo resucitó y llegó a ser el vestido nuevo, ¿cómo podemos vestirnos de El? Gálatas 3:27 dice: “Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos”. Debemos vestirnos de Cristo, y la manera de hacerlo es bautizarnos en El. Por lo tanto, debemos ver de qué forma somos bautizados en Cristo. Hemos visto que después de Su resurrección Cristo llegó a ser una nueva vestidura, pero la Biblia también nos dice que después de resucitar, el Señor fue hecho el Espíritu vivificante (1 Co. 15:45). Si Cristo no fuera el Espíritu, ¿cómo podríamos ser bautizados en El? Al ser crucificado, sepultado y resucitado, Cristo fue hecho un pneúma vivificante, un aliento dador de vida, el aire viviente. Puesto que El es aliento, le es muy fácil entrar en nosotros, y debido a que El es aire, nos es muy fácil entrar en El. El Cristo resucitado fue hecho un Espíritu vivificante y todo-inclusivo. En este Espíritu está todo lo que Cristo es y todo lo que El ha realizado. Este Espíritu todo-inclusivo es el mismo Cristo todo-inclusivo, y este Cristo como el Espíritu es nuestra vestidura nueva; de aquí que, aun el vestido es el Espíritu. Nosotros fuimos bautizados en Cristo, quien es el Espíritu. Es así como nos vestimos de Cristo. El es el pneúma, el Espíritu todo-inclusivo. Cuando somos bautizados en Él, nos vestimos de Él. Inmediatamente Él como el Espíritu llega a ser nuestra ropa, nuestra cubierta; de esta manera somos hechos aptos [para disfrutar de la presencia del Padre]. Por lo tanto, la nueva vestidura con que nos cubrimos es Cristo mismo como el Espíritu todo-inclusivo.

Este es el significado de lo dicho por el Señor en 28:19: “Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”. La realidad del nombre está en el Espíritu. Bautizar a los hombres en el nombre significa bautizarlos en el Espíritu, quien es Cristo como el pneúma todo-inclusivo. Cristo se encarnó, vivió sobre la tierra, fue crucificado, realizó la redención y resucitó. Después de que todo fue concluido, llegó a ser el pneúma todo-inclusivo en resurrección. En este pneúma están incluidas la encarnación, la crucifixión y la redención. Su resurrección, el poder de Su resurrección y la vida de esta resurrección también están incluidos en este pneúma. Cuando somos bautizados en Él, somos bautizados en este pneúma, y al ser bautizados en Él, nos vestimos de Él. Debemos tomar a Cristo como la vestidura nueva, y esta vestidura es el Espíritu todo-inclusivo. Cristo ya no es la tela no tratada; ahora es el vestido terminado, en el cual tenemos redención, el poder de la resurrección y todos los demás elementos de la Persona divina. Este nuevo vestido no es más un simple pedazo de tela, sino el pneúma divino, el Espíritu todo-inclusivo, que incluye la encarnación de Cristo, Su crucifixión, Su obra redentora, Su resurrección y el poder de Su resurrección. Ahora Él es la vestidura terminada que podemos tomar como nuestro vestido. ¡Aleluya, podemos vestirnos de este Cristo!

(Las notas incrustadas en color azul son del administrador)

Película: CUANDO EL CORAZÓN LLAMA


La película se centra en Elizabeth, una joven maestra y culta que teme abandonar su confortable vida en la ciudad. Pero cuando acepta un puesto de profesora en un pueblo fronterizo, encuentra un nuevo propósito y el amor con un elegante agente de la Policía Montada de Canadá.

Enlace:

http://eltuboadventista.com/mobile/cuando-el-corazon-llama-pelicula-subtitulada_v15555

Película: HOME RUN (2013)....Rehabilitación es posible


La película es un drama inspirado en hechos reales centrado en el alcoholismo de un jugador de béisbol
y su Rehabilitación.

Enlace: 
http://ccfamiliar.blogspot.com.es/2013/09/home-run-

2013rehabilitacion-es-posible.html

ARTES MARCIALES ¿DEPORTE O RELIGIÓN?: el DRAGÓN REVELADO, Testimonio de Eric Wilson

Excelente conferencia-testimonio de un cristiano apartado que cayó en poder del Dragón, 
llegando a la cúspide como maestro en artes marciales
kung-fu, karate, aikido, tai-chi, yoga, etc.


EL CANTAR DE LOS CANTARES, Watchman Nee




















Una vez más después de muchos
años hemos podido deleitarnos
releyendo esta joya de la vida
espiritual profunda, que retrata
la historia de amor del Señor
con el creyente. Una excelente
guía que nos señala el camino
que tenemos por delante.

Enlace descarga:


TU VIDA ES EL PROBLEMA (Probad el espíritu) (audio), Buddy Cobb


¡EXCELENTE PRÉDICA!
Enlace:
TU VIDA ES EL PROBLEMA (Probad el espíritu) (audio), Buddy Cobb

IMPORTANTE: Probablemente lo primero que deba de hacer es descomprimir el archivo con WinRAR.


(NOTA DEL ADMINISTRADOR: El hermano Cobb no ha discernido la diferencia entre la salvación eterna e imperdible del espíritu y la salvación perdible del alma. Esta última nos da entrada o no al Reino, pero su no obtención nunca nos quita la vida eterna que recibimos al nacer de nuevo. La salvación del espíritu es por gracia; mientras que la salvación del alma hay que ganarla con paciencia, mediante el sometimiento a la obra de gracia de edificación del Espíritu y la permanencia en la cruz (Lu 21:19). ¡TODO ES GRACIA!)

NUESTRO LLAMADO (audio), Buddy Cobb


Enlace: NUESTRO LLAMADO (audio), Buddy Cobb

IMPORTANTE: Probablemente lo primero que deba de hacer es descomprimir el archivo con WinRAR.

(NOTA DEL ADMINISTRADOR: El hermano Cobb no ha discernido la diferencia entre la salvación eterna e imperdible del espíritu y la salvación perdible del alma. Esta última nos da entrada o no al Reino, pero su no obtención nunca nos quita la vida eterna que recibimos al nacer de nuevo. La salvación del espíritu es por gracia; mientras que la salvación del alma hay que ganarla con paciencia, mediante el sometimiento a la obra de gracia de edificación del Espíritu y la permanencia en la cruz (Lu 21:19). ¡TODO ES GRACIA!)

ENFOQUE, LLEGAMOS A SER LO QUE CONTEMPLAMOS


La búsqueda del Señor

Ose 10:12  Sembrad vosotros mismos para justicia, segad vosotros mismos para misericordia; arad vuestro barbecho; porque es el tiempo de buscar al SEÑOR, hasta que venga y os enseñe justicia. 

Todos dedicamos tiempo para buscar al Señor, pero para lograrlo, tenemos que aprender a ajustar nuestro enfoque. La razón por la que el enfoque es importante, se debe a que llegamos a ser lo que contemplamos. Si fijamos nuestra atención en las cosas materiales y a las que apelan a nuestros sentidos, no pasará mucho tiempo sin que comencemos a inclinarnos en esa dirección.


Le reto a no sentarse frente al televisor, y a no participar de formas de entretenimiento que pongan ideas nocivas en su mente. Aunque piense que esto no tiene ninguna influencia, en realidad tiene un sutil pero terrible efecto controlador en usted.

Si, por el contrario, usted enfoca su amor y su atención en Jesús, llegará a parecerse a Él. Como creyentes, podemos enfocarnos en Jesucristo cuando oramos, estudiamos la Biblia, y meditamos en las verdades de Dios. Pero debemos profundizar más, al punto de que escuchemos al Señor y le digamos todo lo que hay en nuestro corazón. Si somos transparentes delante de Él, el Señor nos hablará directamente a nuestro espíritu.

Si aprendemos a hacerlo, encontraremos que nuestra hambre y nuestra sed de todo lo demás comenzarán a disminuir. No es que nuestros deseos desaparecerán, sino que serán redirigidos. Usted descubrirá que tiene un hambre cada vez mayor de Dios y el anhelo de conocerlo de una manera personal y profunda. Y notará también que hay en su vida un gozo rebosante que no puede ser detenido o sofocado. ¿Por qué razón? Porque después que usted haya comenzado a buscar con afán al Señor, reconocerá que Él es su todo en todo.

SALMO 31 (Audio), Martin Stendal

Estamos entrando en el día, no estamos entrando en la noche...
El diablo está a punto de derrota, no de victoria...
Lucas 21:28
Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, 
porque vuestra redención está cerca.
Lucas 21:31
Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios.




ARREPENTIRSE Y CONVERTIRSE, Ministerio Apoyo Biblico






ARREPENTIRSE Y CONVERTIRSE, Diccionario Castellano y Traducción de vocablos griegos bíblicos correspondientes
[Aceptar: Recibir, Aprobar por decisión voluntaria / En cuanto a la recepción de conocimientos: Reconocer, Admitir la veracidad, consentir, asumir.]
Del griego decomai [1061] “dejome”: Recibir, aceptar, acoger

[Convertir: (Del lat. convertĕre). Transformar, hacer de algo o alguien una cosa totalmente distinta de lo que es / Producir cambios que hacen de algo una cosa totalmente diferente]
Del griego epistrefw [1812] “epistrefo”: Volverse, convertir, (transformar), (cambiar de dirección) 

[Arrepentir: (Del lat. re, intens. y poenitēre). Cambio de disposición mental o de opinión, por el sentir o pesar del reconocimiento del bien y del mal en un acto cometido.]
Del griego metanoew [2844] “metanoeo”: Arrepentirse, convertirse, (cambio de disposición mental)
Del griego metanoia [2845] “metania”: Arrepentimiento, conversión, (cambio de vida)

¿ ACEPTAR O CONVERTIRSE ?

2 Pedro 2:1Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. 2Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, 3y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.

[Falsedad: Falta de verdad o autenticidad / Alteración o simulación de la verdad (a veces hasta con efectos relevantes) / Mentira]
Del griego qeudov [4833] “psevdos”: Falsedad, mentira

[Encubiertamente (de encubrir): Introducido ocultamente / Subrepción (ocultar un hecho para obtener lo que de otro modo no se conseguiría)
Del griego pareisagw [3369] “parisago”: Encubrir, Introducir furtivamente u ocultamente

Los falsos maestros son reconocidos por su obrar, por introducir doctrinas y enseñanzas tergiversando las Escrituras, doctrinas que no tienen sustento bíblico, también por usar palabras fingidas, palabras que reemplazan a las verdades Espirituales que aunque se parezcan a las que están escritas en la Biblia cambian el mensaje, tergiversan la doctrina produciendo disolución, produciendo una mezcla entre la verdad y la mentira. En definitiva los falsos maestros hablan mentiras que mezclan con la verdad y con las Escrituras para beneficio propio y para hacer errar a los que la oyen.

Por lo general los falsos maestros están avalados por las instituciones religiosas. Las religiones luchan por el dominio y el control sobre las personas y para ellos usan esta clase de estrategias para introducir encubiertamente doctrinas mentirosas mezcladas con las Escrituras, con el único fin de sacar provecho (sea este económico, comercial, reconocimiento, fama, popularidad, etc).

Hoy en día vemos como la Iglesia de Jesucristo está avasallada por la religión, avasallada por aquellas estructuras humanas a las cuales llaman “denominación” que lo único que provocan son divisiones y que al final lo único que logran es ponerse en vergüenza y hacer que el camino de la verdad sea blasfemado.

Entre tantas palabras mentirosas que usan los falsos ministros, entre tantas doctrinas erradas, vamos a meditar en una doctrina muy básica que es la de: Aceptar al Señor o Convertirse al Señor.

Hoy en día entre tantas campañas religiosas por predicar el evangelio, entre tantos show y espectáculos que se montan con el fin de atraer a las personas y expandir sus enseñanzas de sometimiento religioso, al final de los eventos se suele preguntar: ¿Quién quiere aceptar a Jesús?.
A cuanto de nosotros se nos ha preguntado lo mismo: ¿Quieres aceptar a Cristo como tu único Salvador personal?. ¿Quieres aceptar a Jesús en tu corazón?
Yo he considerado tal pregunta, y busqué la verdad en las Escrituras, busqué quienes fueron los primeros en “aceptar” (reconocer y admitir por voluntad propia) el Evangelio. Busqué si los primeros apóstoles hicieron las mismas preguntas o si tenían el mismo propósito que los que hoy predican, y penosamente el resultado fue totalmente negativo, no encontré en ninguna parte de las Escrituras esa expresión, no encontré el vocablo “aceptar”, no encontré la doctrina de que “hay que aceptar a Jesús”. Y es lógico que no la encuentre porque no se trata de “aceptar”, no se trata de considerar, no se trata de recibir el conocimiento y de consentir en decir muy adentro “es verdad” o “lo acepto”, esperando que eso sea suficiente para lograr la Salvación.

¿Aceptar? Si es por aceptar, todo el mundo ha aceptado la existencia de Jesucristo, las religiones aceptaron, los gobiernos lo aceptaron, casi todas las naciones asumen esto.

El evangelio no se acepta, el evangelio convierte:

Hechos 3
19Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,

Hechos 3
26A vosotros primeramente, Dios, habiendo levantado a su Hijo, lo envió para que os bendijese, a fin de que cada uno se convierta de su maldad.

Hechos 26
18para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.

Hechos 28
27Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyeron pesadamente, Y sus ojos han cerrado, Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y entiendan de corazón, Y se conviertan, Y yo los sane.

Hechos 9
35Y le vieron todos los que habitaban en Lida y en Sarón, los cuales se convirtieron al Señor.

1 Tesalonicenses 1
9porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero,

Hechos 26
20sino que anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.

Como leemos, no se trata de aceptar, se trata de convertirse. Este es el verdadero propósito del Evangelio, el de “convertir” a las personas, transformar, cambiar totalmente a tal punto de que una vez que haya asimilado el Evangelio mire hacia atrás y pueda ver todos los cambios que se han producido en su vida, todo aquello a lo que ha renunciado por seguir a Cristo.
Ser parte del Reino de Dios es un cambio de mentalidad, un cambio de dirección al sentido de la vida, es la inserción de un nuevo Espíritu para que Cristo tome el Control, de esto se trata la conversión, de dejar atrás la vida vieja, de despojarse de la naturaleza pecaminosa, salir de la existencia sin sentido para pasar a la Vida Espiritual.

Efesios 4
22En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

¿Quién puede despojarse del viejo hombre? ¿Quién puede renunciar al pecado para seguir a Cristo?
Ser cristiano no es nada fácil; No es fácil seguir a Cristo.
Lo que debemos comprender es que el Evangelio no es una oferta para el hombre, no es una alternativa, no se debe jamás preguntar ¿quiere Ud..?, o “que levante la mano el que quiere ..”

Hechos 17
30Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan;

El Evangelio es una demanda, es una petición obligatoria, el Evangelio es una orden: ¡Dios te llama!, Jesús dice: ¡Sígueme! (se obedece o no se obedece), y el obedecer implica grandes cambios, implica una transformación. Una transformación que se sufre, un cambio que nos es contradictor.

En estos versículos se resume el costo de lo que implica seguir a Jesús, los cambios que debemos realizar:

Lucas 14
26Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. 27Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.

Lucas 14
33Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo

¿Has aceptado a Cristo o te has convertido a Cristo?

El verdadero arrepentimiento
Entonces “convertir” no es “aceptar”, pero para convertirnos primero tenemos que arrepentirnos, primero debemos experimentar el arrepentimiento.

Juan el bautista dijo:

Mateo 3
1En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, 2y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.

Mateo 4
17 Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.

"Arrepiéntanse" fue la primera palabra que predicaron Juan y Jesús

Hechos 3
19Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,

"Arrepiéntanse y conviértanse" fueron las palabras de Pedro y de todos los que predicaron, y hasta ahora sigue siendo la primera demanda.

El arrepentimiento es muy pero muy importante, es lo primero que debemos experimentar.
Pero lamentablemente los cristianos de hoy y me atrevería decir de forma muy generalizada, no han experimentado, ni experimentan un verdadero arrepentimiento.
Muchos cristianos que pasan de una "aceptación", es decir de "haber levantado la mano", a una extraña "oración de fe" y de allí al bautismo y a un "estilo de vida supuestamente cristiano con una enraizada cultura mundana" sin haber experimentado un verdadero arrepentimiento y es por esta razón que no se han convertido ni pueden convertirse porque no han sido verdaderamente consientes de sus actos, de sus pecados, de su manera de vivir. 

Muchos solo suelen sentir un pesar, una acusación a veces una muy leve, quizás un remordimiento, una emoción que apela a la auto-compasión,... y allí queda en un "es cierto, quizás necesito ayuda", "tal vez tenga razón el que me predica", "siento algo" "sentí algo", solo eso, un sentimiento pasado, sin frutos, sin valor, una planta seca y así siguen su vida sin haber experimentado un arrepentimiento genuino, sin cambios, sin conversión sino solo con una "aceptación" de los conocimientos predicados por alguien. De nada sirve y en vano es el pesar, si no cambiamos la manera de proceder. 

Muchos cristianos suelen preguntarse después de muchos años si están en el verdadero camino, si verdaderamente se han arrepentido, suelen preguntar a otros cristianos al respecto, y como ellos tienen también una vaga noción del arrepentimiento, consideran y asienten que es así, que esa es la forma y se convencen y se encierran en ella.

Pero,

¿Qué es arrepentirse?
Para entenderlo, vamos a la experiencia de un hombre que verdaderamente se arrepintió.

Lucas 19
1Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. 2Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, 3procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. 4Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí. 5Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa. 6Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso. 7Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador. 8Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. 9Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. 10Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.

El Señor Jesús entró a la casa, a la vida de Zaqueo, un pecador, un hombre que había amasado su fortuna mediante la cobranza de impuestos para Roma, una riqueza que había obtenido mediante fraudes, "coimas", y despojando a otros de sus posesiones.
Nunca había sentido remordimiento, no tenía pesar por lo que hacía, y aún así el Señor Jesús entró a su casa, había muchos a su alrededor, muchos que estaban oyendo, Jesús estaba predicando y de repente solo Zaqueo salta de su lugar, se levanta y dijo lo que hemos leído en Lucas, la pregunta es ¿Que llevó a Zaqueo a esa conversión?, la respuesta es el "arrepentimiento". Aquello que por las palabras de Jesús le dio a Zaqueo una conciencia de pecado, una noción del daño que nunca había tenido en cuenta, y ahora eran voces de personas a quienes había defraudado, lamentos de personas en las cárceles por su causa, llantos y gritos de niños y mujeres que no tenían que comer porque Zaqueo los había despojado de sus cosas. Todo eso recaía sobre Zaqueo, y no se queda allí, no puede, Zaqueo siente la culpabilidad, siente el peso de la justicia sobre él y quiere escapar de la condenación, y por esa razón siente la profunda necesidad de revertir, de cambiar, de rehacer su vida y compensar los daños cometidos.
La actitud de Zaqueo es una muestra fiel de lo que es el verdadero arrepentimiento.

Muchos piensan que arrepentirse es solo un pesar, en parte es cierto, pero es mucho más que eso.
El arrepentimiento es una exhortación a nuestra conciencia, para que podamos experimentar los malos actos, las malas obras, la mala manera de vivir y una noción completa del daño causado por los pecados cometidos, sea a uno mismo y a otros (familia, amigos, extraños, etc).
Arrepentirse es tener una conciencia de pecado que genera automáticamente una reacción para cambiar de disposición mental.
Nos arrepentimos para cambiar el sentido de nuestra vida, nos arrepentimos para cambiar la forma en que hacemos las cosas, nos arrepentimos para dejar una vida viciada del mundo para una vida en Cristo Jesús, Señor de toda la creación.

Arrepentimiento, algo lo provoca, lo induce, sin eso jamás habría arrepentimiento y por ende jamás habría una conversión.
¿Te has arrepentido como Zaqueo?, ¿Has revertido los daños ocasionados?, ¿Has hecho frutos dignos de arrepentimiento?, o te has quedado sentado como el resto que solo escuchaba.

Hay mucho que considerar. Obviamente no existe un arrepentimiento perfecto. Nunca evaluaron como llegaron al Señor?, que cosas tuvieron que pasar para que llegar rendidos a Cristo, ¿Quién lo provocó? y si esas cosas no hubieran acontecidos ¿habríamos llegado a Cristo?

¿Conciencia de pecado o conocimiento de pecado?

Hay una gran diferencia entre tener conciencia de pecado, y tener conocimiento de pecado.
El conocimiento de pecado, lo tiene todo el mundo, absolutamente todos; Es todo aquello malo y dañino que hacen todos y no les importa, como tampoco pueden evitarlo. Todo saben que mentir es pecado y todos mienten y siguen engañando, todos saben que robar es pecado y roban, cometen "coimas", fraudes, corrupción, todos saben que fornicar y la inmoralidad sexual es pecado y fornican, adulteran, viven de los placeres y se dan el derecho a hacerlo sin que nada se los impida.

En cambio la conciencia de pecado, es un auto-reconocimiento del raciocinio que evalúa y experimenta el conocimiento del bien y del mal, aplicado al modo en que hacemos las cosas y que por ello sentimos el peso del pecado, de la justicia, la condenación. Y por esta razón sentimos la profunda necesidad de revertir, de cambiar, de rehacer la vida, compensar los daños cometidos y seguir la justicia y la paz con Dios y con todos los hombres.
Sin conciencia de pecado, no hay arrepentimiento. Pero ahora la cuestión es: 

¿Cómo alcanzo la conciencia de pecado?

Juan 16
8Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.

Solamente el Espíritu de Cristo convence de pecado, solamente Cristo puede provocar la conciencia de pecado, solamente Cristo provoca el arrepentimiento.
Entonces la diferencia entre una predicación religiosa (basada en un show musical, luces, sonido, espectáculo) de una predicación Espiritual, radica en que la religiosa genera solamente un conocimiento del pecado, mientras que la Espiritual genera una conciencia de pecado.

Entonces sabrán cuando habla el Espíritu y cuando habla un hombre con conocimiento bíblico.

Cuando habla el Espíritu, genera una reacción, una preocupación, hace que cambies cosas, que veas tu error y quieres cambiar.
El Espíritu Santo, santifica, está continuamente llevando a un mejor estado de santidad, en definitiva siempre está exhortando al arrepentimiento, siempre está trabajando a través de pruebas y aflicciones un ser Espiritual disciplinado en Cristo Jesús.
En definitiva el Espíritu del Señor está convirtiendo el barro seco y duro en una vasija útil para el Señor Jesús.

En cambio, cuando habla un hombre con conocimiento bíblico solo produce inquietud, un leve pesar, una "aceptación" y dice "ahora sé que mi vecino es un pecador", y de él mismo dice "soy una víctima, ayúdame a tener cosas en el mundo sin que tenga que pecar tanto", y por esta razón la personas se someten a las estructuras religiosas, no experimentan el arrepentimiento ni la conversión solo "aceptan" cosas que les enseñan. 

Convertir no es aceptar, y es aquí cuando comenzamos a considerar quien predica el verdadero Evangelio y quiénes son los falsos maestros que usan palabras fingidas.
Porque si pedimos a las personas que “acepten” no estamos pidiéndoles los cambios que son necesario para entrar en el Reino. Por eso una persona que “acepta” al Señor, estima el conocimiento como verdadero pero sigue haciendo su voluntad, su vida, no aborrece lo que estaba haciendo, sigue con sus ambiciones, con sus pretensiones y propósitos en el mundo, sigue respondiendo al sistema, desgastándose por cubrir sus necesidades, sus impuestos y sus responsabilidades, y lo peor de todo es que ahora que acepto a Cristo espera que Cristo le ayude en sus objetivos mundanos y a satisfacer sus ambiciones y ansiedades que considera justas exponiéndolas en oración, pone su empeño y fe en conseguir cosas en el mundo (estudiar, mantener o conseguir trabajo, crecer económicamente, casa, esposa, hijos, salud, paz interior, etc) proponiéndose a si mismo asistir a las reuniones de la congregación a ofrendar o diezmar esperando que eso sea suficiente para alcanzar tanto el bienestar en el mundo y la salvación.
Pero la realidad le muestra duramente que inútil son sus oraciones por sus pretensiones y que Dios no hará nada por su bienestar en el mundo, antes por el contrario es Dios quien no “acepta” la voluntad del hombre, sino que espera a que este se convierta, que deje su vida para hacer la voluntad de Dios.

¿Aceptar que? ¿Aceptar a Cristo como único Salvador personal?, de donde sacaron esta expresión.

La Salvación no se acepta, porque la Salvación en Cristo Jesús es una consecuencia, es una acción de gracia por parte de Dios.
Lo que hay que entender es que toda la predicación no bebería estar centrada en la Salvación sino centrada en el “Señorío de Cristo”

Hechos 2
36Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.

Cuando se predica “El Reino de Dios”, se debe presentar a Cristo por lo que es, Él es el Señor, Él es el Rey sobre todo dominio y potestad. 
Cuando entiendas que Jesús es el Señor y que solo se debe hacer su voluntad entonces entenderás su propósito y la postura que debes asumir y el porqué de la necesidad de convertirse.

1 Corintios 7
22Porque el que en el Señor fue llamado siendo esclavo, liberto es del Señor; asimismo el que fue llamado siendo libre, esclavo es de Cristo.
23Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres.

Convertirse en esclavo de Cristo, de eso se trata la conversión, de dejar de servir al mundo y su vanidad para servir al Señor Jesucristo, salir de las tinieblas a la Luz.
Un esclavo no toma decisiones, no escoge, no depende de sí mismo, un esclavo está puramente para obedecer y hacer la voluntad del Señor. Y para hacer la voluntad primero tienes que oír, aprender a escuchar, aprender a asimilar todas las enseñanzas.

Juan 8
31Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; 32y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

Y esta es la verdad que te hará libre, en que el Señor es Soberano y de Él dependen todas las cosas (Col 1:16-17), y Él no desampara. Entonces te librarás de esa pesada carga que te puso el príncipe de este mundo y dejarás todo en manos del Señor y entenderás que:

Mateo 6
31No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

De ahora en más, entiende hermano cuan necesario es el arrepentimiento, cuan necesaria es tu conversión, cuan necesario es someterte a la voluntad de Dios y no esperar a que Dios te ayude en tus pretensiones. Aquí la única voluntad que hay que seguir es la voluntad de Dios y no las pretensiones de las religiones o las enseñanzas de los falsos que niegan el Señorío de Cristo y reniegan de su voluntad y que disfrazan el Evangelio con palabras falsas como la de “aceptar a Jesús” sin pedir cambios.
No blasfemes diciendo a Cristo Señor cuando solo buscas egoístamente tus propósitos.
Ama al Señor tu Dios: Aprende a decir: ¿Señor qué quieres que yo haga? (Hch 9:6).

Salmos 51
13 Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, Y los pecadores se convertirán a ti.

Jeremías 15
19 Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos.

La Paz de nuestro Señor Jesucristo.

NOTA DEL ADMINISTRADOR:
Damos un rotundo amén a este artículo, especialmente a su intención y espíritu, pero queremos añadir que este debate sobre "aceptar o convertirse" se acabaría con una adecuado discernimiento y entendimiento de la diferencia entre el nuevo nacimiento o salvación y la salvación del alma, que marca el final de la obra gradual del arrepentimiento mediante la muerte al yo. ¡Ésta es la CONVERSIÓN, EL VOLVERSE!
Recomendamos la lectura del breve artículo: DE ORUGA A MARIPOSA, UNGIDO PARA LA SEPULTURA: http://txemarmesto.blogspot.com.es/2010/11/ungido-para-la-sepultura-de-oruga.html