ESTUDIO-VIDA DE MATEO
MENSAJE SESENTA Y
UNO
LA PROFECIA ACERCA DEL REINO
(1)
El
conocimiento que la mayoría de los cristianos tiene acerca de Mateo 24 y 25 es
muy vago e indefinido. Al llegar a estos capítulos, debemos abandonar tal
conocimiento superficial. Hemos
recibido un entendimiento básico de estos capítulos apoyándonos en las
contribuciones de los grandes maestros de la Escritura que nos han precedido,
entre los cuales podemos nombrar a Darby,
Newton, Pember, Govett y Panton. De acuerdo con la historia de la iglesia,
no fue sino hasta hace unos ciento cincuenta años que estos capítulos fueron
abiertos al pueblo del Señor; estos pasajes empezaron a estar disponibles a los
santos que buscan la verdad desde que surgió la asamblea de los Hermanos
después de 1829. Si usted recopila los diversos escritos relacionados con la
segunda venida de Cristo, la gran tribulación, la profecía sobre las setenta
semanas de Daniel y el arrebatamiento, se dará cuenta que el entendimiento
acerca de Mateo 24 y 25 ha progresado durante los últimos ciento cincuenta
años.
Siendo
aún joven, el hermano Nee obtuvo mucha ayuda al leer los libros de Pember,
Govett y Panton. Por supuesto, él recibió más revelación, y antes de 1930
dirigió un estudio sobre el libro de Apocalipsis, del cual basamos nuestro
estudio de Apocalipsis. Posteriormente, el hermano Nee dio un estudio sobre Mateo, en el cual presentó algunos
mensajes de los capítulos veinticuatro y veinticinco. Además, estudió
cabalmente el arrebatamiento y la gran tribulación y dirigió estudios sobre
estos temas, desarrollándolos con más profundidad que los autores antes
mencionados. En los últimos veinte años, yo
mismo he podido avanzar un poco más en el entendimiento de estos asuntos.
Por lo tanto, lo que
presento en estos mensajes acerca de los capítulos veinticuatro y veinticinco
no es simplemente el fruto de mi estudio personal, sino el resultado del
conocimiento desarrollado durante los últimos ciento cincuenta años. Este
estudio no es nada superficial; más bien, es la cosecha de la labor de muchos
siervos de Dios. Cuanto más he ministrado acerca de la venida del Señor, del
arrebatamiento y de la tribulación, más convencido he quedado que tenemos el entendimiento correcto de estos
asuntos.
En la Biblia, la profecía es como un
rompecabezas donde tenemos que localizar las diversas piezas que se hallan
esparcidas por las Escrituras y descubrir la forma en que se complementan entre
sí. Me he dedicado a esta tarea durante más de cincuenta años. Lo que presento
en estos mensajes es el resultado de todos estos años de estudio.
I. CON RESPECTO A ISRAEL
A. Desde la ascensión de Cristo
hasta la consumación del
siglo
A. Desde la ascensión de Cristo
hasta la consumación del
siglo
Mateo 24:1-31 habla con respecto a
Israel. Los versículos del 1 al 14 abarcan el período desde la ascensión de Cristo hasta la consumación del siglo.
1. La destrucción del templo
La
profecía del reino dada en el monte de los Olivos prosigue a la declaración
hecha por el Señor de que El abandonaría a Israel. Esta declaración fue hecha
al final del capítulo veintitrés. El capítulo veinticuatro dice a continuación:
“Cuando Jesús salió del templo y se iba,
se acercaron Sus discípulos para mostrarle los edificios del templo” (v.
1). El comienzo del capítulo veinticuatro indica que este pasaje sigue
directamente a la última parte del capítulo veintitrés. En Mateo 23:37-39 el
Señor dijo que Él deseaba reunir a los hijos de Jerusalén, que la casa sería
dejada desierta, y que no lo verían más hasta que dijeran: “¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!” Luego,
inmediatamente después de esto, el capítulo veinticuatro prosigue con las
palabras: “Y Jesús salió del templo”
(lit.). Esto indica que
tan pronto como el Señor declaró que abandonaría a Israel, El salió del templo
y empezó a alejarse. La expresión “se
iba” es una declaración solemne, indicando que el Señor se marchaba de
allí. El hecho de que el Señor haya salido del templo indica que lo había
abandonado. Esto sucedió para que se cumpliera lo que dijo en Mateo
23:38, con respecto a dejarle el templo como casa desolada a los judíos que lo
habían rechazado. Esto equivale a lo que sucedió cuando la gloria de Dios dejó
el templo en los tiempos de Ezequiel (Ez. 10:18).
Mientras
el Señor Jesús se alejaba del templo, “se
acercaron Sus discípulos para mostrarle los edificios del templo” (v. 1). Aquí
el término “templo” denota las inmediaciones del templo. Mientras el Señor se
marchaba, pudo haberse dado una distancia entre Él y Sus discípulos, quienes
probablemente quedaron rezagados por permanecer cerca del templo. Por tanto, se
acercaron a Él para mostrarle los edificios del templo, lo cual muestra que los discípulos no estaban de
acuerdo con el Señor en abandonar el templo. El Señor había abandonado la cueva
de ladrones, dejándoles el templo como casa desolada. Pero los
discípulos aún apreciaban dicho templo e intentaron hacer regresar al Señor
para mostrarle los edificios, quizás con el objetivo de señalárselos uno por
uno.
El
versículo 2 dice: “Respondiendo El, les
dijo: ¿Veis todo esto, verdad? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre
piedra, que no sea derribada”. Esto se cumplió en el año 70 d. de C. cuando
Tito y el ejército romano destruyeron Jerusalén.
Debemos
notar que el Señor no dijo: “Veo todo esto”; más bien dijo: “¿Veis todo esto, verdad?” Esto indica
claramente que el Señor Jesús no quiso volver Su vista hacia atrás para ver
aquellos edificios. El parecía estar diciendo: “No quiero ni mirar hacia el
templo; sin embargo, vosotros que lo estáis contemplando, lo encontráis sólido,
hermoso, espléndido y perfecto. Pero de cierto os digo, que no quedará aquí
piedra sobre piedra, que no sea derribada. Ahora vosotros Me queréis mostrar
cada estructura del recinto, pero se acerca el día cuando todo esto será
arrasado”. Debemos
visualizar la situación. Los discípulos mantenían su mirada sobre los edificios
y los señalaban para que el Señor los contemplara, pero Él no volvió Su mirada.
En cambio, dijo a Sus discípulos que todo eso sería derribado. Su respuesta
debe haber estremecido a los discípulos. Mientras caminaban desde el
templo hasta el monte de los Olivos, ni el Señor ni los discípulos tuvieron
nada más que decir. Debido a que el asunto era tan grave, ellos no le
preguntaron nada más hasta que llegaron al monte de los Olivos.
El
versículo 3 dice que cuando el Señor llegó al monte de los Olivos y se sentó allí,
los discípulos acudieron a Él privadamente para preguntarle respecto a estas
cosas. Esa reunión con el
Señor sobre aquel monte revela que, para
recibir la visión de la profecía del Señor acerca de esta era, necesitamos subir
a un monte alto para entrar en Su presencia.
Los
discípulos se acercaron al Señor en privado. Habiendo oído las terribles
noticias de que todos los edificios del templo serían arrasados, ellos querían
mantener este asunto confidencial. Quizás mientras leemos estos versículos hoy,
no percibimos la seriedad de ellos; pero cuando los discípulos escucharon estas
palabras de parte del Señor Jesús, se estremecieron y no se atrevieron a hablar
de ello abiertamente. No fue sino hasta que el Señor llegó al monte de los
Olivos y se sentó allí, que ellos tuvieron suficiente valor para preguntarle
acerca de estas cosas.
En el versículo 2 las palabras “todo
esto” se refieren a los edificios del templo. Pero en el versículo 3 la
misma expresión, que se traduce “estas cosas”, hace referencia a los asuntos tratados a partir del versículo 32
del capítulo anterior, tales como: el hecho de que los judíos colmaban la
medida de sus padres, la venida del juicio de Dios sobre ellos, la persecución
que ellos desataron sobre los enviados del Señor, y la destrucción del templo.
El versículo 3 dice que los discípulos preguntaron al Señor cuándo sucederían
estas cosas.
En dicho versículo los discípulos
dijeron: “Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de Tu
venida, y de la consumación del siglo?” Ellos le preguntaron por tres asuntos: primero, el tiempo en que estas cosas ocurrirían,
incluyendo no sólo la destrucción del templo (v. 2) sino también los eventos
mencionados en 23:32-39; segundo, la
señal de la venida de Cristo; y tercero, la señal de la consumación del siglo. Las palabras del Señor
contenidas en el pasaje que abarca del versículo 4 hasta 25:46, contesta la
pregunta de los discípulos acerca de estos tres asuntos.
La palabra griega traducida “venida” en este versículo es parousía, que significa “presencia”. La venida de Cristo será
Su presencia con Su pueblo. Esta presencia, o parusía comenzará con Su venida al aire y concluirá con la aparición de Cristo sobre la tierra.
Su parusía incluirá el arrebatamiento de la mayoría de los creyentes al aire (1 Ts. 4:15-17), el juicio del tribunal de Cristo (2 Co.
5:10) y las bodas del Cordero (Ap.
19:7-9). Los discípulos preguntaron aquí acerca de la señal de la parusía del
Señor y de la consumación del siglo. Por consiguiente, la respuesta del Señor
en el capítulo veinticuatro se enfoca principalmente en la señal de Su parusía
y en la señal de la consumación de esta era.
Los
discípulos no le preguntaron: “¿Qué es Tu venida?”, sino: “¿Cuál será la señal de Tu venida?” Por ende, los capítulos
veinticuatro y veinticinco presentan la respuesta que el Señor les dio en
cuanto al tiempo en que estos eventos sucederían, la señal de Su venida y la
señal de la consumación del siglo. La consumación del siglo denota el fin de
esta era presente. Mientras
leemos los capítulos veinticuatro y veinticinco, debemos entender claramente
que la respuesta del Señor está dirigida a las tres preguntas de los
discípulos.
2. Vienen muchos engañadores
Los
versículos 4 y 5 dicen: “Respondiendo
Jesús, les dijo: Mirad que nadie os desvíe. Porque vendrán muchos en Mi nombre,
diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos desviarán”. La respuesta del Señor tiene tres secciones: la primera (24:4-31) se relaciona con los judíos, el pueblo escogido; la segunda (24:32—25:30) tiene que ver con la
iglesia; y la tercera (25:31-46)
se refiere a los gentiles, esto es, a las naciones. La primera
sección, la cual trata de los judíos, debe interpretarse literalmente; mientras que la segunda, que trata de la iglesia,
debe interpretarse espiritualmente;
ya que se presenta en parábolas por la razón mencionada en 13:11-13. Por
ejemplo, en 24:20 el invierno se refiere realmente al invierno, pero en el
versículo 32 el verano simboliza los
tiempos de la restauración. La tercera sección, la cual trata de los
gentiles, también debe interpretarse literalmente.
Algunos
aspectos de la profecía mencionada en los versículos del 4 al 14 ya se han
cumplido, y algunos están en el proceso de cumplirse. Durante la gran
tribulación, que será la consumación, de esta era, la profecía se cumplirá
completamente.
En
los versículos 4 y 5 el Señor dijo que muchos engañadores vendrían en el nombre
de Cristo y desviarían a muchos. Los datos históricos confirman que esto ha
sucedido así. Desde el tiempo en que Cristo ascendió a los cielos, muchos han
venido pretendiendo ser el Cristo.
3. Guerras, rumores de guerras,
hambres y terremotos
3. Guerras, rumores de guerras,
hambres y terremotos
El
versículo 6 dice: “Y oiréis de guerras y
rumores de guerras; mirad que no os alarméis, porque es necesario que esto
acontezca; pero aún no es el fin”. Aquí, las guerras se refieren a todas las guerras que han
habido desde el primer siglo hasta el presente, y son representadas por el caballo bermejo del segundo sello
mencionado en Apocalipsis 6:3-4. Muchas de estas guerras se han librado
en la región del Mediterráneo, cerca de la buena tierra.
En el versículo 6 la expresión “el fin” se refiere a la consumación de esta era (v. 3; Dn.
12:4, 9, 6-7), la cual será la gran
tribulación que durará tres años y medio. Recuerde que en estos versículos
el Señor está dando las señales relacionadas con el fin de esta era.
El versículo 7 dice: “Porque se
levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá hambres y terremotos en diversos lugares”. “Nación” se refiere a la gente, a los gentiles, y “reino” se refiere a un imperio. El alzamiento de nación
contra nación, o de gente contra gente, se refiere a la guerra civil, mientras que el levantamiento de reino contra reino
denota las guerras internacionales.
Desde el tiempo de la ascensión del Señor ha habido tanto guerras civiles como
guerras internacionales.
Además, han ocurrido muchas hambrunas, las cuales principalmente
son consecuencia de las guerras. La historia muestra que con frecuencia la
guerra ha traído hambre, la cual está representada por el caballo negro del tercer sello mencionado en Apocalipsis 6:5-6.
Por ejemplo, los alemanes fueron derrotados en la primera guerra mundial por
causa de la escasez de alimentos. Así que, las guerras siempre son seguidas por
hambre y mortandad.
El Señor también dijo que habría terremotos en diversos lugares. Desde
la ascensión de Cristo, los terremotos han venido incrementando en el
transcurso de los siglos y se intensificarán al final de esta era (Ap. 6:12;
8:5; 11:13, 19; 16:18). Pareciera que cada año hay más terremotos que en los
años anteriores.
En el versículo 8 el Señor dijo: “Y todo esto será el principio de los
dolores de parto”. Esto hace referencia a la nación de Israel comparándola con una mujer encinta. Los judíos,
el pueblo elegido de Dios, sufrirán dolores de parto como una mujer a fin de producir un remanente que
participará del reino mesiánico, es decir, la sección terrenal del milenio.
En ese tiempo, la nación de Israel se regocijará.
Como hemos visto, la respuesta del
Señor en los capítulos veinticuatro y veinticinco se presenta en tres secciones: la sección con relación a los judíos, la sección acerca de la iglesia y la
sección con respecto a los gentiles. Hoy en la tierra existen estas tres categorías de personas. Así que el
Señor, al responder de forma completa a la pregunta de los discípulos, abarcó
estos tres grupos siguiendo una buena secuencia, a saber, empezó con los judíos, continuó con la iglesia y concluyó con los
gentiles. Cuando el Señor habló esta profecía, Su audiencia, que estaba
formada por los discípulos, tenía una doble condición; por un lado, ellos eran
judíos, pero por otro, eran los discípulos de Cristo, los representantes de la
iglesia. Por tanto, el Señor no sólo les habló de los judíos, sino también de
la iglesia. Sin embargo, debemos ser
cuidadosos de no tomar los versículos que pertenecen a la sección de los judíos
y aplicarlos a los creyentes en la iglesia.
Ya hemos señalado que, en la sección
relacionada con los judíos, el Señor habla usando palabras simples que no requieren interpretación. Por ejemplo,
cuando el Señor habla del invierno se refiere literalmente a la estación del
invierno, y cuando menciona el sabat,
El está hablando del sábado judío. Pero la segunda sección, la sección
relacionada con la iglesia, requiere
mucha interpretación, pues en dicha sección el Señor habla en parábolas.
En el capítulo trece de Mateo vimos que la iglesia es un misterio. Así que, a
fin de preservar el misterio de la iglesia, el Señor no habló en palabras
simples sino que usó parábolas, las cuales requieren interpretación. Por
ejemplo, el verano que se menciona
en esta sección no se refiere literalmente a la estación del estío; más bien,
es un símbolo que denota la restauración del reino de los judíos. De igual
modo, la higuera es un símbolo de la
nación de Israel, y las vírgenes
mencionadas representan a los creyentes. La tercera sección, la sección con
respecto a los gentiles, fue dicha en un lenguaje simple y directo que no
requiere interpretación.
La sección que habla de los judíos está impregnada de sufrimiento, pues en ella la nación de
Israel se compara con una mujer que da a luz un hijo. El proceso de dar a luz a
este hijo ha durado casi dos mil años. ¡Qué alumbramiento
tan prolongado! Según la Biblia, este alumbramiento tan largo es una clase de
castigo para la mujer. Por tanto, la nación de Israel, que es la mujer que da a
luz este hijo, todavía sigue sufriendo. Todo lo que se menciona en los versículos del 4 al 7 es
el comienzo de los dolores de parto, y no los sufrimientos agudos. El tiempo de
verdadero sufrimiento será la gran tribulación, de la cual habla el versículo
21. Por consiguiente, los sufrimientos
mencionados en los versículos del 4 al 7 no se refieren a la gran tribulación,
sino al principio de los dolores de parto. En el transcurso de los
siglos el Señor ha cuidado a los judíos de una manera soberana; no obstante,
los judíos han pasado de sufrimiento en sufrimiento. Aun hoy la nación de
Israel sigue sufriendo, pues muchos países árabes están en su contra.
Aunque
la nación de Israel ha estado en el proceso de dar a luz durante tanto tiempo, el niño aún no ha nacido. Este
niño será el remanente de Israel, el
cual será salvo y restaurado. La nación de Israel aún no ha
realizado el propósito de Dios. Algunos de nosotros visitamos Israel este año,
y fue muy desagradable ver allí tanto pecado, inmoralidad y superstición. La
Biblia profetizó que los judíos regresarían en incredulidad a la buena tierra;
no obstante, el Señor cuidará de ellos.
4. Los discípulos son perseguidos
y aborrecidos por las naciones
4. Los discípulos son perseguidos
y aborrecidos por las naciones
En
el versículo 9
leemos: “Entonces os entregarán a
tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las naciones por causa
de Mi nombre”. Este
versículo se refiere a los discípulos judíos, quienes eran los profetas y los
sabios enviados al pueblo de Israel (23:34). Los primeros mártires fueron todos
judíos. Ellos fueron asesinados no sólo por la nación judía, sino por
todas las naciones. A dondequiera que iban, eran perseguidos.
5. Muchos tropiezan, y se entregan
unos a otros y se aborrecen unos a otros
5. Muchos tropiezan, y se entregan
unos a otros y se aborrecen unos a otros
El
versículo 10 dice: “Muchos tropezarán entonces, y se entregarán
unos a otros, y unos a otros se aborrecerán”. Esto se refiere a los
creyentes judíos, entre los cuales muchos tropezarán y se entregarán unos a
otros, lo cual indica que
los judíos cristianos pelearán y se aborrecerán entre sí. Con esto se muestra
la degradación de los creyentes judíos.
6. Muchos falsos profetas
se levantan y extravían a muchos
6. Muchos falsos profetas
se levantan y extravían a muchos
El
versículo 11
declara: “Y muchos falsos profetas se
levantarán, y extraviarán a muchos”. Esto empezó a suceder después de la ascensión de Cristo y
continuará hasta el fin de esta era.
7. Se multiplica la iniquidad
y el amor de muchos se enfría
7. Se multiplica la iniquidad
y el amor de muchos se enfría
El
versículo 12 dice: “Y por haberse multiplicado la iniquidad, el
amor de muchos se enfriará”. No debemos aplicar este versículo directamente a los miembros de la
iglesia. Aunque podemos tomarlo prestado y aplicarlo a la iglesia, la
aplicación directa debe recaer en los creyentes judíos, cuyo amor se enfriará.
8. El que persevere hasta el fin, éste
será salvo
A
pesar de que el amor de muchos se enfriará, “el
que persevere hasta el fin, éste será salvo” (v. 13). Ya que los creyentes judíos han de sufrir
persecución, ellos son exhortados a perseverar hasta el fin para ser salvos.
Ellos necesitan ejercitar esta perseverancia en el Señor y no claudicar en su
fe. Ser salvo aquí implica participar en la manifestación del
reino. Supongamos que por causa de la persecución y el odio, algunos
creyentes judíos sean derrotados. Aquellos que sean derrotados no participarán
en la manifestación del reino de los cielos. Por lo tanto, en este versículo, ser salvo no se refiere a recibir la salvación eterna,
sino a ser salvo de la persecución y así poder participar en la manifestación
del reino.
9. El evangelio del reino es predicado
en toda la tierra habitada
a todas las naciones
9. El evangelio del reino es predicado
en toda la tierra habitada
a todas las naciones
El
versículo 14 dice: “Y será predicado este evangelio del reino
en toda la tierra habitada, para testimonio a todas las naciones; y entonces
vendrá el fin”. El evangelio del reino, que incluye el evangelio de la gracia (Hch. 20:24), no sólo introduce al hombre
en la salvación de Dios, sino también en el reino de los cielos (Ap. 1:9). El evangelio de la gracia da énfasis al perdón del pecado, a la redención
y a la vida eterna; mientras que el evangelio
del reino recalca el gobierno
celestial de Dios y la autoridad del Señor. El evangelio del reino será predicado en toda la
tierra para testimonio a todas las
naciones antes del fin de esta era. El evangelio del reino es un testimonio a todas las naciones, es
decir, a los gentiles. Este testimonio debe extenderse por toda la tierra
antes del fin de esta era, el período de la gran tribulación.
En
los versículos del 4 al 14
vemos la verdadera historia relacionada
con los judíos, desde la ascensión de Cristo hasta el fin de esta era, que
son los tres años y medio de la gran tribulación. Antes que la gran tribulación venga, se habrán cumplido
todos estos versículos. El último asunto
será la predicación del evangelio del reino. Yo sí creo que las
iglesias en el recobro del Señor cumplirán la comisión de llevar este evangelio
a toda la tierra habitada. El evangelio de la gracia ha
sido predicado en todos los continentes, pero no así el evangelio del reino. El evangelio de la gracia es
el evangelio básico, pero el
evangelio del reino es el evangelio
elevado. Este evangelio elevado será introducido a todos los
continentes por medio de las iglesias en
el recobro del Señor. Esta predicación, la cual es
la señal más firme de la consumación de esta era, se llevará a cabo antes de la
gran tribulación. Por tanto, la señal más importante de la
consumación de esta era será la predicación del evangelio del reino por toda la
tierra habitada.
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