Las iglesias en Galacia habían sido fascinadas por los judaizantes (3:1). Ellas habían sido distraídas de Cristo y llevadas al judaísmo. Un buen número de creyentes neotestamentarios de las iglesias en Galacia, se habían regresado a la antigua religión judía y estaban procurando guardar la ley y la ordenanza de la circuncisión. Este fue el trasfondo que le dio a Pablo la oportunidad de escribir este libro maravilloso.
ESTUDIO-VIDA DE GÁLATAS
MENSAJE UNO
TRASFONDO Y TEMA DEL LIBRO
Lectura bíblica: Gá. 1:1-7;
3:1, 3; 4:17, 21; 5:2, 4; 6:12, 15
Los
libros de Gálatas, Efesios, Filipenses y Colosenses, forman un grupo de
epístolas que constituyen el corazón de la revelación divina del Nuevo
Testamento. Por lo tanto, estos libros son muy importantes. Efesios abarca la
iglesia como el Cuerpo de Cristo, mientras que Colosenses habla de Cristo como
la Cabeza del Cuerpo. El tema de Gálatas es Cristo, y el de Filipenses es la experiencia
de Cristo. En Colosenses y Efesios recibimos una visión clara de la Cabeza y
del Cuerpo. En Gálatas y Filipenses vemos a Cristo y la experiencia de Cristo.
Así
como en el año hay cuatro estaciones, también en nuestra experiencia cristiana hay estaciones.
Esto significa que en nuestra experiencia con el Señor, pasamos no solamente a
través del verano, sino también del invierno. Experimentar el invierno es de
mucha utilidad, porque nos prepara para un nuevo comienzo que llega con la
primavera. Durante el invierno, las varias clases de vida son reducidas. Por
medio de la reducción que ocurre en el invierno, la vida es preparada para
crecer de nuevo. Debido a que en nuestra experiencia espiritual existe la
necesidad de ser reducidos, llegado el momento debemos estar listos para el
invierno. Podemos decir
que Gálatas es un libro de invierno, un libro que nos reduce y que elimina todo
lo que no debe permanecer. Sin embargo, esta reducción sirve para un propósito
muy positivo: nos prepara para que crezcamos más en vida.
Todos
nosotros necesitamos ser reducidos. Necesitamos ser reducidos no solamente en
las cosas naturales y mundanas, sino aún en los varios aspectos de nuestra
experiencia espiritual. Si queremos obtener un mayor crecimiento en el Señor, tenemos
que ser reducidos. Tal vez ciertas cosas de nuestra vida cristiana sean muy
buenas, bíblicas y espirituales, pero mientras estas cosas no sean directamente
Cristo mismo, no se les debe dar cabida por mucho tiempo en nosotros. En nuestra vida cristiana,
solamente Cristo debe tener un lugar permanente. Todo lo demás, aun las
experiencias más espirituales, debe ser reducido. Para que esta
reducción se lleve a cabo, Dios envía el invierno. En la vida cristiana nunca debemos esperar un
verano permanente. Por el contrario, debemos esperar el ciclo continuo de
primavera, verano, otoño e invierno. Cada vez que lleguemos a un invierno en
nuestra experiencia con el Señor, debe animarnos el hecho de que la primavera y
el verano le seguirán a su debido tiempo. Por lo tanto, nos debe alentar que
seamos reducidos para tener otro nuevo
comienzo. Espero que estos mensajes de Gálatas sirvan para este
propósito.
I. El TRASFONDO
Para
estudiar apropiadamente el libro de Gálatas, es importante conocer el trasfondo
y el tema de este libro. Todos los libros del Nuevo Testamento tienen un
trasfondo en particular. Le damos gracias al Señor por estos trasfondos, aunque
la mayoría de las veces no sean muy positivos. El Señor usa el trasfondo negativo como base para liberar
la revelación divina. Cuanto más negativo sea el trasfondo, mayor es la
oportunidad para que el Señor libere Su revelación. Cuanto más oscuro es el
trasfondo, tanto más se necesita la revelación de Dios. Si vemos esto, daremos
gracias al Señor por todos los antecedentes negativos que hicieron necesario
escribir los libros del Nuevo Testamento.
El
Evangelio de Juan es un buen ejemplo de un libro del Nuevo Testamento escrito
contra un trasfondo negativo. Este Evangelio fue escrito durante la última
década del primer siglo. En ese tiempo había una tendencia, aun entre los
cristianos, de negar la deidad de Cristo. Unos dudaban de la deidad de Cristo,
y otros hasta negaban la verdad en cuanto a la deidad. Con tal tendencia como
trasfondo, el apóstol Juan escribió este Evangelio. Sin este evangelio, no
podríamos tener un entendimiento adecuado de la deidad de Cristo y de Su
existencia eterna, ni tampoco podríamos comprender cómo Cristo pudo llegar a
ser nuestra vida. Pero mediante el Evangelio de Juan, vemos claramente que la
deidad de Cristo es eterna y absoluta. En este Evangelio también recibimos una
clara visión de la vida eterna y de cómo Cristo puede ser vida para nosotros.
Si no hubiera existido tal oscuro antecedente al final del primer siglo,
probablemente este maravilloso evangelio no habría sido escrito.
Las
epístolas de Pablo también fueron escritas conforme a ciertos antecedentes.
Primera de Corintios, por ejemplo, fue escrito a causa de la confusión y
división de la iglesia en Corinto. Si no tuviéramos el libro de 1 Corintios, no
sabríamos cómo Cristo puede ser nuestro disfrute en toda clase de situaciones.
Este libro describe nuestro disfrute de Cristo de una manera que no se
encuentra en ninguna parte del Nuevo Testamento. Debemos agradecerle al Señor
por la confusión en Corinto que dio origen a esta Epístola.
El
libro de Colosenses también fue escrito conforme a un trasfondo particular, el
trasfondo de que la cultura había invadido la iglesia en Colosas. Con tal
invasión cultural como antecedente, se escribió el maravilloso libro de
Colosenses. Sin tal trasfondo, hoy no tendríamos este libro.
Bajo
el mismo principio, el recobro de la justificación por la fe, en tiempos de la
Reforma, surgió de una situación negativa y de un trasfondo oscuro. Si no
hubiese existido tal situación y trasfondo, la verdad de la justificación por
la fe no sería tan clara hoy en día. Esta verdad ya no puede estar borrosa
debido a que este trasfondo oscuro hace que resalte claramente.
Ahora
hablemos del trasfondo del libro de Gálatas. Escrito antes del año 60 d. de C.,
Gálatas antecede a Efesios
y Colosenses. Gálatas fue escrito durante la etapa inicial del ministerio de
Pablo, antes que éste fuera encarcelado.
A
fin de tener la experiencia apropiada de la iglesia como el Cuerpo de Cristo,
necesitamos el libro de Gálatas. Necesitamos tanto una experiencia adecuada
como un entendimiento de todo lo que se nos comunica en esta epístola. Si
intentamos practicar la vida de la iglesia hoy día, necesitamos conocer el
Cristo revelado en Gálatas.
Gálatas revela que Cristo está en
contraste con la religión y la ley de la religión. La ley que Dios dio por medio de Moisés era el
cimiento de la religión judía. El
judaísmo estaba edificado sobre la ley. El libro de Gálatas revela que este mismo Cristo a quien nosotros necesitamos
para la vida de la iglesia, está en oposición a la ley y la religión.
A. Las iglesias en Galacia habían sido
fascinadas por los judaizantes
En el versículo 2, Pablo habla de “las iglesias de Galacia”, una
provincia del ancestral Imperio Romano. Por medio del ministerio de predicación
de Pablo, las iglesias fueron establecidas en un buen número de ciudades en esa
provincia. Por eso, se usa el término “iglesias”, en vez de “iglesia”, cuando
el apóstol se refiere a ellas.
Las iglesias en Galacia habían sido fascinadas por
los judaizantes (3:1). Ellas habían sido distraídas de Cristo y llevadas al
judaísmo. Un buen
número de creyentes neotestamentarios de las iglesias en Galacia, se habían regresado a la antigua religión
judía y estaban procurando guardar la ley y la ordenanza de la circuncisión.
Este fue el trasfondo que le dio a Pablo la oportunidad de escribir este libro
maravilloso.
Al escribir a los gálatas, Pablo fue muy franco y honrado; no se
comportó de manera política ni por un instante. Por ejemplo, llamó “falsos hermanos” a los judaizantes que
estaban perturbando a los gálatas (2:4). Los creyentes gálatas habían sido
fascinados por estos falsos hermanos.
B. Las iglesias en Galacia
fueron distraídas de Cristo
y llevadas a la ley
En 1:6 y 7 Pablo dice: “Estoy
maravillado de que tan pronto os estéis alejando del que en la gracia de Cristo
os llamó, para seguir un
evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y
quieren pervertir el evangelio de Cristo”. En este punto Pablo toca su
tema. Debido a que las
iglesias de Galacia se estaban alejando
de la gracia de Cristo y estaban volviendo a las observancias de la ley,
Pablo tuvo la carga de escribir esta epístola. El “evangelio diferente” mencionado en el versículo 6, se refiere a las observancias judaicas de la ley.
La gracia de Cristo está en contraste con la ley de Moisés
(Jn. 1:17). Los judaizantes perturbaban a las iglesias por medio de pervertir el evangelio de Cristo o distorsionarlo, desviando así a los
creyentes, haciéndolos volver a la ley de Moisés. Sin embargo, la
observancia de la ley nunca puede ser un evangelio que libere a los pecadores
que estén bajo su cautiverio y los conduzca a disfrutar a Dios. Solamente puede
mantenerlos como esclavos bajo su cautiverio.
1. Separados de
Cristo y reducidos a nada
Debido a que fueron distraídos de estar en Cristo y llevados a la
ley, los gálatas estaban siendo separados de Cristo y reducidos a nada (5:4).
Ser reducidos a nada es ser reducidos a cero. Dios, en Su salvación, nos ha
introducido en Cristo y ha hecho que Cristo sea de provecho para nosotros en
todo aspecto. Dios, en Su
redención, nos ha puesto en Su Hijo,
quien ahora es todo para nosotros.
Pero los judaizantes habían causado que los creyentes gálatas fueran distraídos
de Cristo y llevados a la ley. Al distraerse de Cristo e ir a la ley,
los gálatas habían sido separados de Cristo y reducidos a nada. Según la
versión King James, Pablo les dijo a los gálatas “Cristo ha dejado de tener efecto en
vosotros”. Los gálatas estaban en una situación en la que para ellos el
Cristo que nos es de provecho no tenía efecto. Ellos estaban siendo privados de toda ganancia obtenida
en Cristo y, como resultado, fueron separados de Él. Como la versión American
Standard dice, ellos
fueron “arrancados de Cristo”.
2. Caídos de la
gracia
En 5:4, Pablo también les dijo a los gálatas que ellos habían “caído de la gracia”. Ser separados de
Cristo y reducidos a nada, es caer de la gracia. Esto significa que Cristo es
la gracia misma, y que nosotros, los creyentes, estamos en Él, la gracia. El Cristo que nos es tan provechoso, es la gracia para nosotros. Ser arrancados de Él, es caer de la gracia.
3. Ser
justificados por la ley
En 5:4, Pablo también señala que los gálatas buscaban ser
justificados por la ley. Aunque ellos ya habían sido justificados en Cristo, habían regresado a guardar la
ley y trataban de ser justificados por las obras de la ley. ¡Qué
sutileza tan diabólica! El hombre caído no puede ser justificado ante Dios por
guardar la ley. La única manera de ser justificado es por la fe en Cristo, por
medio de creer en el Señor Jesús. Sin embargo, los creyentes gálatas habían sido fascinados y, por
consiguiente, trataban de guardar la ley.
Trataban de ser justificados y de agradar a Dios mediante
sus propias obras.
4. Practicar la
circuncisión
Los judaizantes también
estaban presionando a los gálatas para que practicaran la circuncisión (6:12, 15). En Génesis 17, Dios mandó que
Abraham y sus descendientes varones se circuncidaran. Todo varón que rechazara
ser circuncidado había de ser cortado de entre el pueblo de Dios. Sin embargo, la
circuncisión simplemente
tipificaba la
crucifixión de
Cristo. La crucifixión de Cristo, no la circuncisión practicada en
el Antiguo Testamento, es la verdadera circuncisión que da fin a la carne.
Nuestra carne puede ser tratada únicamente por la cruz de Cristo. La
crucifixión de Cristo fue el cumplimiento del tipo representado por la
circuncisión. Puesto que tenemos la realidad de la circuncisión,
ya no se necesita la sombra. Sin embargo, los judaizantes hicieron
que los creyentes gálatas se tornaran de la realidad a la sombra. ¡Qué
insensato!
5. Ser
perfeccionados por la carne
Más aún, los gálatas estaban tratando de ser perfeccionados por la
carne (3:3). Esto
significa que los gálatas estaban
tratando de perfeccionarse a sí mismo por medio de sus propios esfuerzos, a través de las obras de la carne en la
cual no hay nada bueno. ¡Qué insensatos eran los gálatas!
II. EL TEMA
A. Rescatar del maligno siglo
religioso
a los creyentes distraídos
El tema del libro de Gálatas está relacionado con su trasfondo. El
tema es rescatar del maligno siglo religioso a los distraídos creyentes. En
1:4, Pablo dice que Cristo “se dio a Sí
mismo por nuestros pecados para rescatarnos del presente siglo maligno,
conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre”. Un siglo es una parte del mundo, el cual es un sistema satánico. Un siglo se
refiere a una sección, es decir, a un aspecto, de la apariencia actual o
moderna del sistema de Satanás, el cual él usa para usurpar y
ocupar a la gente y así mantenerlos alejados de Dios y Su propósito.
Podemos considerar que cada década es un siglo o sección distinta del sistema
que Satanás gobierna en el mundo.
Los varios siglos del sistema satánico están expresados en las modas de vestir que prevalecen durante
cierto período de tiempo. Por ejemplo, en los años cincuenta los hombres usaban
corbatas delgadas, pero a finales de los años sesenta y durante toda la década
de los setenta, usaban corbatas anchas. En estos días, conforme al último
cambio de estilo, se están usando otra vez corbatas algo estrechas.
Cuando era joven trabajé en una fábrica donde se hacían redecillas
para pelo que se exportaban a Occidente. Al principio, las redecillas eran
grandes, diseñadas para acomodarse a un peinado en forma de torre. Luego, para
mi sorpresa, comenzamos a recibir órdenes de hacer redecillas más pequeñas. La
razón de este cambio fue que las mujeres occidentales estaban usando ahora el
cabello muy corto, y por lo tanto querían redecillas pequeñas. Por medio de estos ejemplos de
las corbatas y las redecillas, podemos ver que el sistema mundano de Satanás
tiene diferentes siglos, diferentes secciones.
El presente siglo maligno
mencionado en 1:4, según el contexto de este libro, se refiere al mundo religioso, al curso religioso del
mundo, a la religión judía. Esto se confirma en 6:14-15, donde la circuncisión es considerada como parte
del mundo, el mundo religioso al cual el apóstol Pablo está crucificado.
Aquí el apóstol recalca que el propósito de que Cristo se diese a Sí mismo por
nuestros pecados fue rescatarnos,
arrancarnos de la religión judía, del presente siglo maligno, a fin de liberar
al pueblo escogido de Dios de la custodia de la ley (3:23), para sacarlos del
redil (Jn. 10:1, 3), conforme a la voluntad de Dios. Así, en su
introducción, Pablo da a entender lo que está a punto de tratar. El desea
rescatar a las iglesias que estaban distraídas por el judaísmo y su ley, y
deseaba traerlas de nuevo a la gracia del evangelio.
Por años me gustó mucho 1:4, y usé este versículo en varios
mensajes. Sin embargo, no me di cuenta de que el presente siglo maligno que se
menciona en este versículo se refiere a la religión judía. En tiempos de Pablo
el judaísmo era muy prevaleciente. Su intención al escribir a los gálatas era
rescatar de la tiranía del presente siglo maligno a los creyentes distraídos.
En 1:4, Pablo señala que para rescatarnos del presente siglo
religioso maligno, Cristo se dio a Sí mismo por nuestros pecados. Esto indica
que Cristo murió para rescatarnos del judaísmo. En Juan 10 vemos que Cristo,
el buen Pastor, entró en el redil para sacar de ahí Sus ovejas y llevarlas a
los pastos. El redil mencionado en
Juan 10 representa a la ley o al
judaísmo, la religión de la ley, donde el pueblo escogido de Dios estaba
guardado y mantenido en custodia o
vigilancia hasta que Cristo viniese. Antes de la venida de Cristo, Dios usó
al judaísmo como redil para guardar Sus ovejas. Pero Cristo ya ha venido como
Pastor para sacar del redil a Sus ovejas y llevarlas a los pastos, donde ellas
pueden alimentarse de Sus riquezas. Aunque Cristo vino a liberar del
redil a las ovejas, los judaizantes crucificaron a
este buen Pastor. El murió en la cruz no solamente por
los pecados de las ovejas, sino también para sacarlas del redil.
Conforme al Nuevo Testamento, la muerte de Cristo en la cruz
cumplió muchas cosas. En Efesios 2 vemos que Él se dio a Sí mismo para abolir
las ordenanzas, a fin de crear el nuevo hombre. En Gálatas 1, vemos que Cristo se dio a Sí mismo por
nuestros pecados con el propósito de
rescatarnos de la religión, del presente siglo maligno.
Debemos aplicar 1:4 no solamente a los creyentes gálatas, sino
también a los creyentes de Cristo de estos días. La mayoría de los
cristianos están encerrados en alguna clase de redil religioso.
Aunque en El Nuevo Testamento el término redil no tiene una connotación
positiva (según el griego, la segunda mención de “redil” en la versión King
James en Juan 10:16,
debe ser “rebaño”), ciertos himnos cristianos hablan de ser conducidos de
regreso al redil, en un cierto sentido positivo. Hemos señalado que en Juan 10,
el redil representa al judaísmo. En principio, el catolicismo y
todas las denominaciones son rediles. Solamente la iglesia es el rebaño de Dios. Cristo nos ha llevado al rebaño, no al redil. Muchos de nosotros podemos
testificar que hemos sido rescatados del redil y traídos de regreso al rebaño
de Dios.
Cuando se escribió Juan 10, el pueblo de Dios, Sus ovejas, estaban
en el redil del judaísmo. Pero como aclara este capítulo, Cristo vino para
sacar del redil a Sus ovejas y, junto con los creyentes gentiles, formar un
rebaño, la iglesia (10:16). Por lo tanto el redil
es la religión, mientras que el rebaño es la iglesia. Hoy en día el catolicismo y
las denominaciones son rediles que guardan las ovejas de Cristo, pero Cristo busca rescatar
de los varios rediles religiosos a Sus ovejas, a fin de juntarlas y formar un
rebaño.
La muerte de Cristo en la cruz para liberarnos del presente siglo
maligno fue conforme a la voluntad de Dios el Padre. Rescatar del redil a las
ovejas es, por consiguiente, conforme a la voluntad de Dios. Debido a que el catolicismo y
las denominaciones dañan al rebaño de Dios, están en contra de la voluntad de
Dios. Por medio de edificar sus rediles, contaminan la vida de la iglesia.
Hoy día el Señor todavía está laborando para sacar del redil a sus
ovejas. Por esta razón, se está librando una batalla
entre la religión y el recobro del Señor. El Señor Jesús no vino a
robarse las ovejas, sino a sacarlas del redil. Sin embargo, los judaizantes lo
consideraron un ladrón de ovejas. Del mismo modo, nosotros en el recobro del
Señor somos acusados de practicar proselitismo, de robar ovejas. Aunque no practicamos el
proselitismo, sí deseamos que las ovejas del Señor sean sacadas del redil y
llevadas al rebaño.
El Señor Jesús vino al redil, abrió la puerta y sacó a las ovejas.
Los judaizantes lo crucificaron, pero por Su muerte en la cruz el Señor se dio a Sí mismo por
nuestros pecados para rescatarnos del redil religioso. Este principio se
aplica a los creyentes que vivían en los tiempos de Pablo y también a nosotros
hoy en día.
B. Pablo es hecho apóstol
En 1:1, Pablo habla de su apostolado: “Pablo, apóstol (no de parte de hombres ni por hombre, sino por
Jesucristo y por Dios el Padre, que lo resucitó de los muertos)”. El
apostolado de Pablo tiene mucho que ver con el evangelio que él predicaba. El
propósito del libro de Gálatas es hacer que aquellos que reciban este libro
sepan que el evangelio
predicado por el apóstol Pablo no provino de enseñanza humana (1:11), sino de la revelación de
Dios. Por lo tanto, en la introducción misma de este libro, Pablo
recalca el hecho de que él
no fue hecho apóstol por mediación de hombres ni por hombre, sino por Cristo y
por Dios.
En el versículo 1, así como en todo el libro, Pablo pone mucho
cuidado en el uso de sus palabras. Primeramente dice que él fue hecho apóstol
no “de hombres” y luego dice que su
apostolado no era “por hombre”. Él
fue hecho apóstol directamente por Jesucristo y por Dios el Padre, que resucitó
a Cristo de entre los muertos. La ley trata con el hombre como la vieja creación, mientras que el evangelio hace al hombre la nueva creación en resurrección.
Dios hizo a Pablo apóstol, no conforme a su hombre natural en la vieja creación
por la ley, sino según su hombre regenerado en la nueva creación por medio de
la resurrección de Cristo. Por
consiguiente, Pablo no dice aquí: “Dios el Padre, que dio la ley por medio de
Moisés”; sino que dice: “Dios el Padre,
que levantó a Cristo de los muertos”. La economía neotestamentaria
de Dios, no tiene nada que ver con el hombre de la vieja creación, sino con el
hombre de la nueva creación, por medio de la resurrección de Cristo. El apostolado de Pablo
pertenecía por completo a la nueva creación, la cual se realiza en nuestro
espíritu por medio de la regeneración efectuada por el Espíritu de Dios.
En el versículo 2, Pablo habla además de todos los hermanos que
están con él. Esto indica que él considera escritores adjuntos a los hermanos
que estaban con él, para que fuesen un testimonio y una confirmación de lo que
él escribe en esta epístola.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Agradecemos cualquier comentario respetuoso y lo agradecemos aún más si no son anónimos. Los comentarios anónimos no serán respondidos.