Traducción – Claudia Juárez y Juan Luis Molina.
Jamás he sido capaz de disfrutar viendo a un pájaro en una jaula, aunque sea en una jaula bonita. Aunque ésta le pueda proporcionar un refugio seguro y contener todo el alimento y el agua que necesita, también le impide hacer la única cosa para lo que Dios lo hizo. Un pájaro que está prisionero no puede volar y remontarse a las alturas - se pierde la mejor parte de ser un pájaro.
En la última década me he comunicado con miles de personas a quienes Dios ha despertado su entendimiento, haciéndoles ver el hecho de que se han criado en jaulas religiosas que han frenado su crecimiento - les han robado la vida de Dios. Algunos fueron expulsados por cuestionar la santidad de la jaula, mientras que otros se escaparon cuando notaron que la puerta no estaba tan fuertemente cerrada como se les había hecho creer.
Pero no todos los que se encuentran fuera de la jaula prosperan o crecen en su nueva libertad. Aunque muchos lo hacen, otros se encuentran desorientados viviendo fuera y con incertidumbre. Aunque saben bien lo dolorosa que es la jaula en la que se encontraban, no saben cómo prosperar o cómo crecer fuera de ella. Nada funciona de la manera que estaban acostumbrados, y si no aprenden a vivir de manera diferente, su puesta en libertad será su ruina. Pronto aprenderán que la libertad en sí misma no es la meta o el objetivo. Es sólo una oportunidad. Si no la utilizan para vivir más profundamente en Jesús se encontrarán a sí mismos usando esa libertad para guisar su enfado a la jaula que los mantenía, o sucumbiendo a la siempre seductora carne.
En la caja
Yo sé que esta analogía casi “pone de manifiesto” un malentendido, así que permítanme ser claro desde el principio. Si tú estás pensando que la jaula representa aquellos que participan en un evento por la mañana los domingos, en los muchos edificios que erróneamente llaman "iglesias," estás en un error. - No es tan simple como eso. La jaula que encierra al pueblo de Dios no son las instituciones religiosas en sí, sino el sistema de obligación religiosa que muchos de ellos (aunque no todos) utilizan para preservar la institución o para avanzar en su programa. Ni aun con el hecho de que te reúnas en una casa, eso tampoco es ninguna garantía de que hayas sido liberado de este sistema. Moverse en un ambiente más íntimo también puede llegar a ser aun más doloroso.
Así que lo importante no es cómo nos reunimos con los creyentes, Dios quiere libertarnos “del todo” de la jaula de la obligación religiosa. Porque está basada en el esfuerzo humano para el crecimiento espiritual y la vida comunitaria, esta jaula está llena de culpa en donde nunca se hace lo suficiente para ganar el favor de Dios, y se mezcla con el temor de que tu seguridad espiritual consiste en conformarte a la doctrina y al programa del grupo. A menudo se centra en un programa institucional o en la visión personal de alguien, recompensando a aquellos que lo cumplen, mientras que al mismo tiempo se maltrata a aquellos que no lo llevan a cabo.
Muchos de nosotros que nos dimos de todo corazón a este sistema, fuimos sorprendidos al descubrir que éste solo podía ofrecernos una ilusión de la vida de Dios, pero nunca la realidad misma. El sistema explota la mayoría de nuestras nobles intenciones, y se nos encarcela con nuestros más profundos deseos. Este sistema ofrece seguridad temporal, nos da de comer en la boca e incluso nos da algunos momentos emocionalmente satisfactorios, pero no nos deja elevarnos o remontarnos a las alturas. Este sistema sólo nos desgasta con sus programas, hacemos exhaustivos esfuerzos mientras que vemos poco fruto, y si bien moldea nuestra conducta externa, no puede transformar nuestros pensamientos y motivaciones. Así que el pecado nos sigue minando, la culpa nos consume y el vacío nos persigue y llegamos a la ineludible conclusión, de que no está funcionando porque no nos esforzamos lo suficiente.
La Vida Fuera de la Jaula
Pero ocasionalmente Dios permitirá a Sus seguidores que vean a través de la ilusión de la obligación religiosa, para que se den cuenta del fracaso que verdaderamente es. Esta experiencia generalmente nos produce un considerable dolor – tanto por la evidencia o exposición de nuestra vida con poca profundidad espiritual, como también por la explotación o traición que sufrimos, por parte de alguien que pensábamos que era un amigo íntimo.
Las personas reaccionan a esos momentos de maneras diferentes. Algunos aceptan su libertad y comienzan una relación con Dios que llega a ser más profunda y más poderosa cada día. Otros pueden culpar a otros por los síntomas del dolor (a un líder abusador o a una institución intransigente) y pierden la realidad más amplia de lo destructivo que es el sistema en sí (no las personas). Ellos tal vez salgan de la jaula, pero con un considerable enojo y rencor. La herida abierta, porque no se resuelve el dolor, rápidamente les devora su pasión por Jesús y se hallan a sí mismos más vacíos en la libertad de lo que estaban en la jaula.
¿Qué pasa entonces? Igual que los hijos de Israel que anhelaron las comodidades de Egipto, algunos prefieren la seguridad de la esclavitud que ser hijos libres. Procuran otra jaula o, aun peor, construyen otra pensando erradamente que el problema no estaba en la jaula, sino en los líderes que en ella había. Otros llegan a quedar tan exhaustos, que se apartan hasta de las reuniones de comunión que son genuinas, y temerosos acabarán en otra jaula similar. Ni la esclavitud de la religión, ni la complacencia de la libertad guiará a las personas a la plenitud del Padre.
Si no encontramos una libertad más grande en Jesús fuera de la jaula, nos marchitamos, perderemos la frescura y el vigor. Yo sé lo desconcertante que puede llegar a ser, porque dentro de ella nunca aprendimos nada de cómo se vive la vida afuera. Para crecer y florecer en libertad necesitamos aprender una nueva manera de vivir. Aquí están algunas de esas lecciones que he visto a Dios enseñar a la gente, mientras aprenden a vivir en libertad:
1. Relájate. Esta es la Obra de Dios
La obligación religiosa dice que todo depende de ti. Te dice que si Dios no está haciendo las cosas que tú quieres, tienes que esforzarte más trabajando, mantenerte firme y orar aun más. La cuestión se centra en tu desempeño, en tu obediencia, en tu justicia. Fuera de la jaula, rápidamente te darás cuenta de que tus mejores esfuerzos no llevan a cabo la obra de Dios. Aprenderás que eso depende de Él, y no de ti. En vez de intentar manejar a Dios, Él te enseñará a descansar en Su obra a través de ti. Te darás cuenta de que tomas mejores decisiones cuando confías en el amor que Él tiene por ti, a diferencia de las que tomas cuando estás ansioso intentando ganarte tú Su favor.
Aprenderás verdaderamente a depender solamente de Él y a reconocer que siempre que responsabilices a otra persona por tu crecimiento espiritual – sea amigo, pastor o autor, ya estás cambiando un pedazo de tu libertad por vivir en una jaula. Solamente podremos experimentar lo verdaderamente maravillosa que es la vida en el Cuerpo, cuando aprendamos a depender de Dios juntos, no explotándonos o usándonos los unos a otros en un intento de conseguir, los unos de los otros, lo que no hallamos en Dios.
2. Renuncia a pensar que tienes el control o el poder sobre tu vida, o renuncia a pensar que tienes la capacidad de controlar tu vida.
Alguien me dijo la semana pasada, que Dios le está pidiendo que renuncie a tener el control sobre su vida. Yo le dije que no pienso que es la forma en cómo Dios trabaja. Tú podrás intentar ceder el control de tu vida, si todavía estás bajo la ilusión de que lo tienes. Yo sé que nuestras acciones y decisiones tienen profundas consecuencias en nuestro caminar, pero es sólo Dios Quien puede llegar a tener el control o poder de tu vida a medida que tú se lo permites - ¿Qué tipo de esquema o manipulación ha producido alguna vez verdaderamente los resultados que buscabas? (¿Verdaderamente piensas que alguna vez has tenido control sobre tu vida?) Cuando Dios te muestre que tú no estás en control o que no tienes poder sobre las situaciones en tu vida, y le otorgues a Jesucristo ese señorío y poder sobre tu vida, entonces serás verdaderamente libre para vivir en Sus propósitos en vez de en los tuyos.
[Nota de traductores: Es un privilegio depositar tu vida entera confiadamente en las manos del Padre, sabiendo que Él te guiará y bendecirá en todos los aspectos de tu vida de una forma más excelente y altísima de lo que jamás pudiste haber imaginado.
Esto tiene que ver con Lucas 11:11-13 que dice: ¿Qué padre de vosotros, si tiene un hijo que le pida un pan, le dará una piedra?......y termina diciendo: pues si vosotros siendo malos…sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos les dará el espíritu santo a los que se lo pidan? Absolutamente nada malo proviene de nuestro Abba. Todo lo proveniente de Él es excelente en gran manera. Cuando le depositamos todas nuestras cosas en Sus manos, llegamos a estar siempre reposados, aun en medio de las tormentas. No estamos hablando de ser poseídos por el Padre, sino de que nosotros somos poseedores de un espíritu excelente que viene empapado de toda Su sabiduría que sólo se va a manifestar al punto en que se lo permitamos.]
3. Vive Para Su Aprobación
La razón por la que los sistemas religiosos funcionan con tanto éxito se debe a la capacidad que tienen, de explotar el deseo de ser aceptados que hay en las personas. Cuando estamos de acuerdo con el programa, somos recompensados con aprobación. Cuando no, somos castigados siendo rechazados, sujetos a murmuraciones o ignorados. La ansiedad por obtener aprobación devora nuestra pasión espiritual, poniendo nuestra atención en lo que las personas piensan de nosotros, en vez de en lo que Dios hace.
Pablo nos muestra claramente que tales pensamientos están en contradicción con el crecimiento espiritual: Pues si todavía tratara de agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo (Gálatas 1:10) A medida que te ves libre de la jaula, se hace inútil esperar que otros te den su aprobación. Aun amigos íntimos, de repente te abandonarán o dirán cosas malas de ti, y todo con la esperanza de traerte de vuelta a la jaula, la caja que ellos piensan que contiene las claves para vivir. Pero no es así.
4. Aprende la Gracia en vez de buscar la Aprobación
Jesús nos advirtió que si le seguimos, habrá otros que hablarán mal de nosotros, haciendo falsas acusaciones y que aun llegarán a excluirnos. Afortunadamente, en este día y tiempo, no podrán apedrearte. Pero es cierto que las personas en la jaula sólo veneran y respetan a aquellos que no son engañados, a aquellos que no son tan peligrosos y rebeldes (dicen ellos).
Así que puede llegar a ser profundamente doloroso, especialmente al comienzo del proceso. Pero a medida que te debilites en Él, encontrarás que Su vida en ti llega a ser más real que el dolor que pueda producirte este proceso. Sabiendo y conociendo por experiencia como Dios cuida de ti, cada día te sentirás más paciente con los demás, incluso con aquellos que te atacan. Tu desprecio por ellos se convertirá en compasión a medida que te vayas dando cuenta de cuan dolorosa es verdaderamente su esclavitud. Recuerda, mientras que reacciones, te opongas o luches contra algo -al dolor o a la impaciencia por ejemplo- te encontrarás siendo controlado por ello.
5. Haz Morir la Culpa
Sientes culpa cuando le das la espalda a un pedido de ayuda, o te sales de una reunión en la que hayas estado participando la mayor parte de tu vida – es la culpa. La culpa es aquel profundo e incómodo retumbar de tambores en tus entrañas, intentando convencerte de que eres realmente una mala persona y de que Dios está enfadado contigo. Aun cuando racionalmente sabes que has tomado la decisión cierta, la culpa puede ser implacable. Hay muchos que prefieren someterse a ella en vez de enfrentarla. Fueron entrenados así. La culpa es la vía más fácil para motivar a las personas que no saben quienes son verdaderamente en Cristo.
¿Cómo tratas o lidias con la culpa? - Déjala muerta. Aunque no puedas parar su retumbar, si puedes rehusarte a bailar con ella. Llegará el momento en que desaparecerá. También descubrirás que, aquellos que te ayudan a crecer más en Dios, nunca te cargan de condenación cuando los desilusionas, sino que te ayudan siempre a descargarla de ti. Al igual que Jesús con la mujer sorprendida en adulterio, ellos saben que la culpa, en lugar de liberar a las personas del pecado, sólo las conduce a oscuros armarios, en los que sólo se vuelve más destructiva.
6. Disfruta la historia
En Su asombrosa gracia, Dios nos dio la historia de cómo Él se ha dado a conocer a hombres y mujeres como nosotros. Dios quiso que nosotros supiéramos exactamente como Él es y como piensa - así, podríamos conocerlo tal como Él Es.
El Evangelicalismo tal vez puede pasar a la historia como el grupo que más ardientemente defiende la verdad de la Escritura, mientras que ignora la mayor parte de su contenido. La Biblia no es un manual personal con reglas para ser seguidas, ni un archivo de textos documentales para librar guerras doctrinales. Es la historia de Dios dando a conocer Su realidad, en medio de la ruina de nuestro mundo. No acaba con un libro llamado Apocalipsis, sino con una persona: ¡Jesús mismo! La Escritura nos guía hacia él para que podamos conocer al Padre (Juan 5:40). Y si no produce esto en nuestras vidas, si no nos acerca a nuestro Padre, puede ser en sí misma un obstáculo.
[Nota de traductores: Las Sagradas Escrituras NO pueden ser separadas del amor de Dios como hacen los religiosos, porque si los hombres las presentan sólo como un libro de reglas, nos llenan de carga, culpa, condenación y de una terrible frustración, a esto se refiere aquí Wayne Jacobsen cuando dice que “la Escritura puede ser un obstáculo”, y es porque deben ser entendidas como “la historia de Dios dando a conocer Su amorosa realidad” y no presentadas por hombres como las reglas de un juez cruel. Jesucristo reprendió duramente a los religiosos de su época por la dureza de sus corazones, por separar las Sagradas Escrituras del amor de Dios y les amonestó por imponer cargas a los hombres que ellos no tocaban ni con un dedo. 1ª Juan 4:8 dice que “el que no ama, no ha conocido a Dios, porque Dios es amor”, así que, es posible conocer mucho de las Escrituras sin conocer a Dios. Otro ejemplo de esto es Saulo de Tarso. Él conocía ampliamente las Escrituras siendo fariseo, pero fue un hombre cruel que llevó a la muerte a muchos cristianos creyendo que hacia la Voluntad de Dios. Fue hasta que se le apareció el mismo Jesús en el camino a Damasco que comenzó a ser alumbrado en su entendimiento de Quien verdaderamente es el Dios vivo y verdadero y después llegó a ser el apóstol Pablo.]
Si tú estás acostumbrado a que otros te den de comer la Palabra de Dios en la boca, ahora es tiempo para comenzar a digerirla por ti mismo. Comienza con los Evangelios. Léelos tres o cuatro veces para que llegues a conocer la persona de Jesús en sus palabras y acciones. Después lee Hechos y las epístolas de Pablo, comprendiendo como él vio a Dios trabajar en la gente. Una vez que estés familiarizado con el Nuevo Testamento, entonces vuelve al Antiguo y léelo a la luz del Nuevo. ¿Cómo llega la revelación de Dios más clara? ¿Cuál ha sido Su propósito a través de los tiempos, y qué es lo que piensa acerca de las cosas en este mundo? ¿Cómo es que el Hijo en mi, resume todo esto?
A medida que vayas disfrutando la historia de Dios, te encontrarás a ti mismo mejor capacitado para ver y apreciar cómo se sigue escribiendo esa historia en tu propia vida. Verás a Jesús más claramente y reconocerás su voz más sencillamente.
7. Se Audaz Y Decidido Cultivando Relaciones
Tú nunca sabes como Dios puede trabajar en ti para tocar el corazón de alguien que trabaja al lado tuyo, que vive cerca de ti o que simplemente pasa cerca de ti durante el día. Te quedarás sorprendido de las personas con quienes Él te pondrá en contacto, y cómo con Su Presencia en ti, serás una bendición para ellas. (Para más información sobre este increíble proceso, considera echarle una ojeada a nuestro nuevo libro Relaciones Auténticas).
A medida que te encuentres a ti mismo bendiciendo a otros que se encuentren cerca de ti, también te pondrá el Padre en contacto con hermanos y hermanas que se hallan en un camino similar. Cuando así suceda, haz el esfuerzo de encontrarte con ellos periódicamente para almorzar o para pasar la tarde juntos, para que la relación pueda crecer.
8. Vive la Vida, No te llenes de Reuniones
¡No te precipites tan rápidamente en encontrar la vida del Cuerpo, de manera que estés tratando de reconstruirla para tus propias necesidades! La verdadera comunidad es un don que Dios da, en la creciente amistad, no es algo que produzcamos nosotros a base de algún método o programa. En vez de crearla, lo único que hacemos es reconocerla y comprobar que está siendo edificada por Dios a nuestro alrededor.
Yo sé que hay personas que mal-entienden esto, y que piensan que estoy en contra de las reuniones. No hay nada que pueda estar más lejos de la verdad. Yo amo reunirme con el Cuerpo tanto en grandes como en pequeños grupos, cuando Jesús es el centro de ellas. Desafortunadamente, también tenemos muchas reuniones porque no sabemos como compartir la vida de Dios, en el gozo de ir profundizando continuamente más y más las relaciones. Eso no sucede en muchas reuniones. Los mejores encuentros en la vida del Cuerpo surgen de las relaciones en las cuales, las personas, están aprendiendo a compartir juntos el camino de Jesús.
Si conoces personas que quieran intencionalmente compartir esta clase de comunidad, busca por todos los medios unirte o juntarte a ellos. Pero si no es así, no caigas en la mentira de que Dios te tiene olvidado. Hay muchas maneras en las que Dios puede relacionarte con personas que también están viviendo o andando en el mismo camino, incluso aunque sólo sea una conversación aquí y otra allá, de tiempo en tiempo. Sospecho que cuando las personas tienen dificultades para encontrar comunión con otros, es porque Dios quiere acercarlos más a Sí mismo primero.
9. Por último, no desprecies o aborrezcas la lucha
Sé que no es fácil aprender a vivir fuera de la falsa seguridad de la obligación religiosa, pero la libertad vale tanto esta lucha. Los científicos dicen que si tú ayudas a una mariposa a escapar de su crisálida, lo que verdaderamente haces es matarla. Dios diseñó el proceso para que, en la lucha misma, se fortalezca la mariposa, y entonces será capaz de volar, cuando finalmente sea libre. Nuestras luchas logran lo mismo. Son parte de lo que Dios utiliza para invitarnos a fundirnos con Él.
Yo conozco el temor que puede llegar a emerger, cuando todos los apoyos que te hacían sentir confortable desaparecen. Sé muy bien cuán fácil es pasar por la vida ignorando la increíble amistad que Dios desea tener contigo. Pero, ¿no crees que ya es tiempo de que descubras cuan maravilloso es el deseo que Dios tiene de tenerte consigo en Sus brazos?
Una cosa es alejarse de todo aquello que no da fruto y es doloroso, y otra muy diferente es elevarse y volar en la vida de Jesús. Deja de reaccionar con los fracasos de los demás. Deja de tener esperanza de encontrar un sistema que supla tus inseguridades. Deja de esperar que algún día vayas a entenderlo todo y deja de pensar que vas a encontrar a alguien, fuera de Dios, que tenga todas las respuestas para ti.
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