¿CUAL ES LA VOLUNTAD DE DIOS PARA MÍ? (Romanos 12), Dr. Stephen E. Jones


Conocer la voluntad de Dios para mi vida


Recuerdo hace muchos años en la Universidad Bíblica de hablar con mis compañeros de estudios sobre esto. La gran pregunta en la mente fue: ¿Cuál es la voluntad de Dios para mí?

Idealmente, uno podría orar, y Dios debería revelar su voluntad a cada persona por revelación. Pero en el mundo real, tenemos dificultad para oír, y Dios es un poco reservado. Él tiende a llevarnos un paso a la vez, no nos permite ver el camino más allá de lo que una lámpara revela en la oscuridad. A menudo nos da una visión de un futuro lejano, que erróneamente nos lleva a la conclusión de que está por venir en breve. Él le dijo a Pablo, "yo te enviaré lejos, a los ethnos" ( Hechos 22:21 ), pero sólo más tarde entendió que esto era Roma, España, e incluso Gran Bretaña.

Continuando en Romanos 12, vamos a ver La Diaglotón Enfática para tener una mejor idea de los diversos llamados:

6 Ahora que tienen diferentes dones de gracia, de acuerdo con que el favor que se imparte a nosotros, si la profecía, habla de acuerdo a la proporción de la fe; 7 o si un servicio, lleve a cabo ese servicio. El Maestro, en la enseñanza; 8 el Exhortador, en la exhortación ...

En otras palabras, si usted cree que tiene un don o llamamiento particular, entonces aprenda cómo hacerlo, y simplemente hágalo. Hay mucho que se puede aprender en casa, sobre todo hoy, donde los libros son abundantes. Pero si son guiados para ir a la escuela para ayudaros con el aprendizaje, entonces id y ver si Dios provee. Hay algunas profesiones que requieren licencias basadas en diplomas. Muchos puestos ministeriales requieren adoctrinamiento, licencias del hombre y ordenaciones.

Pero servir a Dios como sacrificio vivo, sin embargo, requiere sólo la fe y la capacidad de ser guiados por el Espíritu. A veces, el Espíritu dará lugar a una persona para obtener algún tipo de educación; otras veces educará a la gente personalmente. A veces, como con Moisés, Él requerirá primero una educación laica, y luego una educación espiritual en el desierto.

He observado a muchas personas que creen que tienen alguna vocación particular. Algunos de ellos lo hacen, otros esperan la aprobación de los hombres. Si usted está llamado a enseñar la palabra, a continuación, encontrará oportunidades en la vida cuando conozca a gente. Si verdaderamente es llamado como maestro, la gente querrá escuchar lo que tiene que decir. Si nadie quiere escuchar, entonces o bien no están listos o tal vez usted todavía no tiene nada que decir.

Para tener un ministerio, uno debe tener algo que ofrecer, que la gente necesite tener o aprender. Algunas personas están tan obsesionados con el establecimiento de su posición o por convencer a otros de su vocación, que nunca realmente comienzan a hacer el trabajo que les suministre capacitación en el llamado. De hecho, muchos no quieren pasar por el calvario de la formación. Las escuelas de los hombres son lo suficientemente rigurosas, pero la Escuela de Dios va a matar la carne.


A menudo, esto indica que una persona quiere obtener la alta posición con la fácil manera de tener a una persona conocida que lo unja a una posición inmediata de poder. Miran a David, quien fue ungido por Samuel a la edad de ocho años, sin darse cuenta de que esta unción era sólo su inscripción en la Universidad Bíblica de Dios, a Quien conoció en el desierto y en la cueva de Adulam. La Universidad Bíblica de Dios te enseña a escuchar y obedecer Su voz, por que es esencial para todo lo demás. Las escuelas Bíblicas del hombre le enseñarán algunos hechos, pero la Universidad Bíblica de Dios te dejará con un testimonioLos ministros educados pueden decir lo que dice la Biblia, pero los ministros de Dios pueden testificar de cómo vivieron personalmente esas historias y demostrar la validez de la palabra por experiencia. Los hombres dan papeles de ordenación, pero Dios da comisiones facultadas por los dones espirituales.

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EL CEREBRO DESPUES DE LOS 50



El Dr. Juan Hitzig es autor del libro "Cincuenta y tantos" Cuerpo y mente en forma aunque el tiempo siga pasando. En la página de Gerontología de la Universidad Maimónides se lee:   


No hay duda de que el ser humano vive cada vez más. ¿Cómo hacer para que esta longevidad no sea una acumulación de dolencias y enfermedades, sino una etapa vital, plena de experiencias y desarrollo personal?

Las ideas centrales de este libro se basan en investigaciones que demuestran que alrededor de los cincuenta años se encuentra el Punto de Inflexión Biológica que define en qué forma envejeceremos. Profesor de la Universidad Maimónides y reconocido gerontólogo dedicado a  estudiar las causas de la longevidad saludable sostiene con humor que: 

"El cerebro es un 'músculo' fácil de engañar; si sonríes cree que  estás contenta y te hace sentir mejor". 

Explica que el pensamiento es un evento energético que transcurre en una  realidad intangible pero que rápidamente se transforma en emoción  (del griego emotion, movimiento), un movimiento de neuroquímica y hormonas  que cuando es negativo hace colapsar a nuestro organismo físico en forma de  malestar, enfermedades e incluso de muerte. Con los años, el Dr. Hitzig ha desarrollado un alfabeto emocional que conviene  memorizar. 

Las conductas con R: 
resentimiento,
rabia,
reproche,
rencor,
rechazo,
resistencia,
represión.........  
Son generadoras de cortisol, una potente hormona del estrés, cuya presencia  prolongada en sangre es letal para las células arteriales ya que aumenta el  riesgo de adquirir enfermedades cardio-cerebro-vasculares.  


Las conductas R generan actitudes D: 
depresión,
desánimo,
desesperación,
desolación.

En cambio, las conductas con S: 
serenidad,
silencio,
sabiduría,
sabor,
sexo,
sueño,
sonrisa,
sociabilidad,
sedación...
son motorizadoras de Serotonina, una hormona generadora de tranquilidad que mejora la calidad de vida, aleja la enfermedad y retarda la velocidad del envejecimiento celular.  


Las conductas S generan actitudes A: 
ánimo,
aprecio,
amor,
amistad,
acercamiento.

Fíjate que así nos enteramos de que lo que siempre se llamó "hacerse mala  sangre" no es más que un exceso de cortisol y una falta de serotonina en la  sangre.

Algunas reflexiones más del Dr. Hitzig:

                         Presta atención a tus PENSAMIENTOS pues se harán PALABRAS.

                         Presta atención a tus PALABRAS pues se harán ACTITUDES.

                         Presta atención a tus ACTITUDES porque se harán CONDUCTAS.

                         Presta atención a tus CONDUCTAS porque se harán CARACTER.

                         Presta atención a tu CARACTER porque se hará BIOLOGIA.

 Practiquemos.  

Hace muchos años el poeta Rabindranath Tagore decía: "Si tiene remedio, ¿de qué te quejas? Y si no tiene remedio, ¿de qué te quejas?"  Podría servirnos para aprender a dejar las quejas y los pensamientos negativos de lado y buscar en cada situación el aspecto positivo ya que hasta la peor de  ellas lo tiene.  De esa forma nos inundaría la SEROTONINA con todas sus eses, la sonrisa se nos  grabaría en las mejillas y todo ello nos ayudaría a vivir mucho mejor ese montón de años que la ciencia nos ha agregado.  Porque, olvidaba escribirlo, el Dr. Hitzig ha comprobado con sus investigaciones  que quienes envejecen bien son las personas  ACTIVAS, SOCIABLES Y SONRIENTES y no las rezongonas, malhumoradas y avinagradas (que nadie quiere tener cerca). 

Empecemos hoy practicando las eses frente al espejo para mejorar nuestro humor y cuidar nuestra salud. ¿Estás de acuerdo con el alfabeto emocional? ¿Qué abunda más en tu vida, R o S? Suena lógico ¿verdad?

Finalmente todo es cuestión de actitud...

EL SILENCIO DE DIOS | Unidos Contra la Apostasía

EL SILENCIO DE DIOS

ESCRITO POR NICOLÁS PANOTTO·
JESUS IMAGEN DE LO INVISIBLE
El silencio es el vacío que posibilita lo pleno.
Todo lo lleno anhela el vacío
para no quedar saturado de sí mismo.
El silencio de los sentidos, de los deseos, de la mente
El silencio que nos devuelve el estado prístino de ser,
de simplemente ser en el Ser.      <Javier Melloni>

En la conocida oración del Getsemaní (Mc 14.32-36), Jesús pone en evidencia sus más hondos sentimientos. Angustia y tristeza de muerte. Es desde allí que pide al Padre (al Abba, al “papito”) que le haga pasar esa copa de inigualable sufrimiento. En este hecho hay dos cosas a resaltar. Primero, el mismo hijo de Dios muestra lo más profundo de sí, siendo transparente con aquello que le aquejaba. Pero en segundo lugar, llama la atención el silencio del Padre. Jesús nunca recibió respuesta. Por eso exclamará un tiempo más tarde, tendido en la cruz: Elohi, Elohi, lĕma’ šĕbaqtani (“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” Mt 27.46)
Existen muchas historias en el texto bíblico que muestran el silencio de Dios ante diversas circunstancias o decisiones. La tendencia generalizada es vincular esta acción divina con momentos de sufrimiento. Es en esas situaciones donde se pide la intervención divina para poder encontrar la solución ante la desdicha. Y con ello –como lo muestra la ya popular imagen en películas y representaciones varias- el clamor por la explicación: “¡¿por qué?!”
Deseo detenerme en esta última pregunta. ¿Por qué los “porqués” aparecen en momentos de desesperación y sufrimiento? ¿Es acaso solo un clamor de exasperación? Creo que dicho interrogante refleja algo aún más profundo, parte de nuestra finitud humana: los porqués devienen de la falta de control sobre una situación. Reflejan nuestra carencia de omnipotencia. Explicar una situación, su origen, sus características, sus funcionamientos, sus propósitos, nos permite dominarla. Por ello, la falta de explicación y conocimiento implican carencia de control.
De aquí podríamos comprender el tema del silencio en Dios desde otro ángulo: éste no se manifiesta sólo en momentos de sufrimiento sino que es algo constitutivo del ser.
Vivimos en un tiempo de saturación: aturdidos por la inabordable información en internet, redes sociales y portales de noticias; por una agenda cargada de actividades y trabajo; por una multitud de expectativas impuestas por otros sobre nuestras espaldas, para alcanzar resultados, estatus y poder. El silencio no encuentra lugar. El silencio es pérdida de tiempo. El silencio nos desenfoca de una meta que debemos cumplir, aunque nunca la pedimos ni buscamos.
¿Por qué esta resistencia al silencio? Precisamente porque, muchas veces, paradójicamente, el silencio aturde. Cuando las voces que saturan de afuera se callan, emerge ese vacío que nos permite ver, sentir y oír más allá. Surgen las voces de lo profundo, que manifiestan nuestras inquietudes, deseos, preguntas y más hondas dudas. El silencio implica darse lugar para cambiar, para moverse. Y ello es, precisamente, una de las cosas más tenebrosas de la vida. Mejor seguir aturdido, para no dar lugar a lo desconocido.
El silencio implica reconocer que no lo sabemos todo, y por ello no tenemos el control sobre las cosas que acontecen. Nada más desesperante que dar cuenta de nuestra finitud. Que las sendas, caminos y opciones que nos representan -aunque llenas de palabras, formas y explicaciones- pueden ser distintas. Ningún murmullo puede acabar con el silencio necesario para hablar otras cosas y escuchar lo desconocido.
El silencio es parte constitutiva de Dios, quien no da explicaciones de todas las cosas. Ni siquiera podemos conocer lo divino en su plenitud, ya que no da cuenta de todo lo que sucede en la historia. Siempre se presenta como paradoja.
Dios es logos (palabra) Pero para que haya logos, primero hubo kenosis (“vaciamiento, despojamiento”, Fil 2.7)
Esta kenosis da lugar a nuevas enunciaciones. Primero, en ese encuentro paradójico con lo divino en la finitud de la historia nos permite “darle palabras”, como en el encuentro de los discípulos de Juan el Bautista con Jesús al preguntarle: “¿eres tú al que estamos esperando?”, a lo cual éste responde: vean y cuenten (Mt 11.1-6). Jesús pudo haber contestado directamente, pero decidió no hacerlo sino dar lugar a las palabras de los mismos discípulos.
El silencio da lugar a conocer a Dios, y en ese apalabramiento de lo divino nos apalabramos a nosotros/as mismos/as. (Nota del administrador: Nos parece que esta distinción en el lenguaje para aludir a ambos géneros no es necesaria ni bíblica, sino que se suma a la corriente feminista, especialmente de los políticos, que pretende feminizar hasta el diccionario).
Por otro lado, el silencio posibilita conocer a Dios de diversas formas. Esto significa que silencio es equivalente a misterio. La dimensión mistagógica de lo divino, lejos de hacerlo un ente abstracto y lejano, abre la puerta para que, desde ese silencio inherente a la plenitud de su Ser, podamos conocerle de las formas más inesperadas y coloridas. Como bellamente lo dijo la Madre Teresa:
A Dios no lo podemos encontrar en medio del ruido y la agitación. La naturaleza, los árboles, las flores y la hierba crecen en silencio; las estrellas, la luna y el sol se mueven en silencio… Es necesario el silencio del corazón para poder oír a Dios en todas partes, en la puerta que se cierra, en la persona que nos necesita, en los pájaros que cantan, en las flores, en los animales.
Aprendamos a vivir la vida en este silencio que acalla las voces que aturden en su espectáculo, para dejarnos llevar por los susurros de los bellos detalles que inundan nuestro alrededor, y que aún desconocemos (¡y que llevaremos toda la vida descubriendo!)
Vivir en el silencio es aprender que todo puede ser distinto, que siempre hay algo nuevo por experimentar, aprender y poner en diversas voces. Las palabras ponen fronteras. El silencio abre el espacio hacia horizontes aún desconocidos.
Vivir en silencio es aprender a ser humildes al reconocer que no tenemos la comprensión total de las cosas. Por ello, el silencio es una instancia de deconstrucción de aquello que se presenta como único, acabado y absoluto. Las palabras que aturden no permiten ver más allá. La humildad del silencio nos abre a lo diferente.
Vivir en silencio es aprender a vivir en comunidad, ya que el silencio representa ese espacio de desconocimiento que me permite acercarme a mi prójimo, para descubrirle y descubrirme con él/ella en esa presencia compartida.
Vivir en silencio implica amarnos a nosotros/as  mismos/as, al escuchar aquellas voces en nuestra profundidad que nos inquietan, nos desafían y nos asustan, sabiendo que tenemos una historia y que poco a poco la seguimos construyendo, sin saber por completo lo que viene sino tanteando y probando, pero siempre avanzando según los leves susurros nos indiquen.
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REFERENCIA DEL ESCRITOR.
Licenciado en Teología por el IU ISEDET, Buenos Aires. Doctorando en Ciencias Sociales y Maestrando en Antropología Social por FLACSO Argentina. Miembro de la Fraternidad Teológica Latinoamericana. Director general del Grupo de Estudios Multidisciplinarios sobre Religión e Incidencia Pública …

¿QUIENES SON LOS ETHNOS (NACIONES) QUE ESTÁN ENTRANDO?, (Rom. 11), Dr. Stephen E. Jones


¿Quiénes son estos Ethnos (naciones) que están entrando?


Pablo dice en Rom. 11:25 y 26, "un endurecimiento parcial ha acontecido a Israel hasta que la plenitud de los ethnos haya entrado, y luego todo Israel será salvo, como está escrito..."

¿Son estos ethnos los no-israelitas? ¿Son los no-judíos? El término ethnos es un término genérico que significa "naciones", por lo que la única manera de saber específicamente que naciones se están referenciando es por el contexto. El término puede ser utilizado de la nación judía (como en Hechos 10:22 ) o de otras naciones (como en Hechos 13:19 ).

Por demasiado tiempo la declaración de Pablo en Rom. 11:25 ha sido doblemente mal entendida. En primer lugar, los hombres han asumido que los ethnos eran los no-judíos, y en segundo lugar, que por "Israel" Pablo quiso decir los judíos.

Pero Pablo era ciertamente consciente del significado de ethnos, y no hay duda de que él también sabía que Judá no era Israel, excepto en un sentido muy general. Fue educado en la escuela rabínica de Gamaliel en Jerusalén, y lo cierto es que sabía tanto como Josefo. Josefo, el historiador judío del primer siglo, escribió lo siguiente acerca de Israel y de Judá:

"Por tanto, no hay más que dos tribus en Asia y Europa sujetas a los romanos, mientras que las diez tribus están más allá del Éufrates hasta ahora; Y son una inmensa multitud, y no pueden ser estimados por los números" [ Antigüedades de los Judíos, XI, v, 2]

Por lo tanto, los cristianos modernos están a menudo confundidos al pensar que Pablo se estaba centrando en la salvación de los judíos del mundo, a diferencia de los no-judíos ethnos. Cuando Pablo dice que "un endurecimiento parcial ha acontecido a Israel hasta que la plenitud de los ethnos haya entrado", no estaba diciéndonos que Dios endureció los corazones judíos hasta un cierto complemento de los "gentiles" hubiera llegado a creer en Jesucristo. En cambio, Pablo nos estaba diciendo que Dios había endurecido el corazón de Israel y de Judá, hasta todas las naciones hubieran llegado al conocimiento de Cristo. No aquellas naciones que no son más que "gentiles" a diferencia de los israelitas, sino que, literalmente, ethnos incluye tanto a Israel y Judá como naciones.

Pablo se refería a la promesa hecha a Abraham de que su descendencia bendeciría a todas las naciones (Génesis 12: 3 ). Para el mismo Abraham, Dios prometió: "Yo haré de ti una gran nación". La palabra hebrea usada es goy, que es el equivalente a los ethnos del Nuevo Testamento. Más tarde, Dios le dio una mayor revelación de que esta "nación", también se convertiría en "muchas naciones" ( Génesis 17: 5 ).

Esta promesa fue atada a la primogenitura, que más tarde se le dio a José ( 1 Crón. 5: 1 , 2 ). Cuando Jacob-Israel bendijo a los hijos de José, dijo en Gen. 48:16,

16 El Angel que me liberta de todo mal bendiga a estos jóvenes; y que mi nombre viva en ellos, y el nombre de mis padres Abraham e Isaac; y crezcan hasta una multitud [Heb. rove ]en medio de la tierra.

En el versículo 19, cuando Jacob le dio la explicación de su bendición, usó un término diferente que fue más específico y esclarecedor: "sus descendientes se convertirán en una multitud de naciones". Aquí Jacob usó la frase en hebreo, melo h'goyim, que significa "plenitud de las naciones". Esta, entonces, es la referencia bíblica que Pablo estaba citando.

Por lo tanto, "la plenitud de los ethnos"( Rom. 11:25 ) es en realidad una referencia a Gen. 48:19, "la plenitud de las naciones". Es la promesa dada a Efraín, hijo de José.

Así que Pablo nos decía que Dios había cegado los ojos de Israel, representado por la tribu de Efraín, hasta que la promesa debía ser cumplida al Efraín convertirse en "la plenitud de las naciones". Esta multitud o plenitud de las naciones no son naciones "gentiles", como distintas de Israel. Ellos son las "muchas naciones" de la promesa de Abraham. Entonces, ¿qué es exactamente esa promesa?

Pablo entendió que esta promesa a Abraham incluiría a todos los ethnos  que eran "hijos de Abraham" por la fe ( Gal 3:2629 ). Esto incluye las naciones que no tienen conexión genealógica directa con Abraham, pero Pablo no estaba excluyendo a los israelitas en la frase "la plenitud de las naciones". Incluía todas las naciones prometidas a Abraham. Pablo estaba diciendo que Israel había estado parcialmente ciego, o endurecido, hasta que la promesa de Efraín pudiera cumplirse.

¿Cuál fue esa promesa? Pablo nos lo ha dicho en la primera parte del capítulo. De hecho, Él ha estado poniendo esas enseñanzas fundamentales desde los primeros capítulos de su carta. Es por eso que Pablo dijo en Romanos 3:23 que "todos pecaron", no sólo los israelitas, sino todo el mundo. Todo el mundo es igualmente un pecador ante Dios y todos están igualmente en necesidad de la justificación por la fe.

En Romanos 9, Pablo explica cómo los hijos de la carne no son la descendencia de Abraham, ni son herederos de la promesa. La única manera de ser un heredero de la promesa es ser de Isaac, y no de Ismael. Pero mientras que este ejemplo era genealógico bajo el Antiguo Pacto, era en realidad una alegoría del Nuevo Pacto.

Pablo explica este concepto con más detalle en Gálatas 4: 22-31, donde leemos que Jerusalén es Agar, que sólo puede traer a Ismael. La "Jerusalén de arriba" (es decir, la Nueva Jerusalén) es Sara, y los que tienen fe en Jesucristo son sus hijos, el alegórico "Isaac", que hereda todas las cosas con Cristo.

En Romanos 9 Pablo se contentó con señalar la distinción entre los hijos de la carne y los hijos de la promesa. Algunos han tratado de interpretar esto aparte de Gálatas 4 y por lo tanto lo han malinterpretado. El mensaje principal de Pablo era librar a la Iglesia del "muro de separación" ( Ef 2,14), que amenazó con retener el estatus de ciudadanía de segunda clase de los no-judíos que estaban aplicando de forma rígida en el templo en Jerusalén. Pablo dice que tenemos un nuevo templo que se construye sobre los cimientos de los profetas y apóstoles. En este templo no hay pared para dividir a los ethnos y mantenerlos un poco a distancia de Jesucristo.

Con este contexto en mente, dice Pablo en Rom. 11:25 que un endurecimiento parcial ha llegado a Israel hasta el momento en que se cumplan las promesas hechas a Abraham, Isaac, Jacob-Israel, y Efraín-José. Esa promesa es hacer a Abraham el padre de muchas naciones. Cuando se haya completado esa promesa, entonces "la plenitud de las naciones" habrá entrado.

Luego las profecías de David se cumplirán también. Tenemos una lista de algunas de ellas a continuación:

"Dios nos bendice, que todos los confines de la tierra le teman".
Salmo 72: 81117, y 19
"Que Él también gobierne de mar a mar, y desde el río hasta los confines de la tierra .... Y que todos los reyes se inclinan ante él, todas las naciones le sirvan .... Que todas las naciones lo proclamen dichoso .... Y bendito sea Su nombre glorioso para siempre; y pueda toda la tierra ser llena de su gloria Amén y Amén".
"Levántate, oh Dios, juzga la tierra, porque Tú que posees [o heredas] todas las naciones".
"Todas las naciones que hiciste vendrán y adorarán delante de ti, Señor, y glorificarán tu nombre".
"El Señor ha dado a conocer su salvación [Yeshúa]; Él ha revelado su justicia a los ojos de las naciones ... El viene a juzgar la tierra; Él juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con rectitud [justicia igual]".


El plan divino desde el principio ha sido el de reunir a todas las naciones en el Reino. La gran "piedra" en Dan. 2:35 llenará la tierra cuando Su gobierno se extienda a lo largo de todas las naciones. Sólo cuando se termine esto se cumplirá la promesa a Abraham y a Efraín.

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CEGUERA EN PARTE (Romanos, 11), Dr. Stephen E. Jones


Volvamos a la declaración de Pablo en Rom. 11:25 que Israel estaba aquejado de "endurecimiento en parte" (o "endurecimiento parcial", NASB) hasta que la plenitud de los ethnos hubieran entrado. ¿Qué era esta ceguera? ¿Por qué era sólo "en parte?"

La ceguera es el equivalente de un corazón endurecido en el idioma metafórico de la época. Isaías profetizó acerca de la ceguera de Israel en 42: 18-20,

18 Sordos, oíd, y vosotros, ciegos, mirad para ver. 9 ¿Quién es ciego, sino mi siervo? ¿Quién es sordo, como mi mensajero que envié? ¿Quién es ciego como mi escogido, y ciego como el siervo de Jehová? 20 Viendo muchas cosas, no te das cuenta; abriendo los oídos, no oyes.

Isaías continúa su profecía en el capítulo siguiente, diciendo en el capítulo 43,

1 Pero ahora, así dice el Señor, tu Creador, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: "No temas, porque yo te he redimido, te he llamado por tu nombre, ¡tú eres mío! 2 Cuando pases a través de las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás; ni la llama arderá en ti.

Por lo tanto, a pesar de que las tribus de Israel se "perdieron", Dios dice que Él no los ha olvidado. Él los llevará a través de su tiempo de juicio en Asiria y los revelará en los últimos días, así como su padre José fue revelado después de estar perdido en Egipto.

8 Sacad al pueblo ciego que tiene ojos, y a los sordos que tienen oídos... 10 "Vosotros sois mis testigos," declara el Señor, "y mi siervo, a quien he escogido, para que me conozcáis y me creáis a mí, y entendáis que yo soy. Antes de mí no fue formado dios, y no lo será después de mí. 11 Yo, yo soy el Señor, y no hay salvador fuera de mí".

A muchos cristianos hoy en día se les ha enseñado que esta es una profecía para los judíos, cuando en realidad es todo una profecía acerca de las tribus dispersas perdidas de la casa de Israel. Estas son palabras de consuelo que el profeta se inspiró para dirigir hacia la nación israelita después de la caída de Samaria. Esos israelitas habían sido deportados a Asiria en su día, pero Dios prometió que el Derecho de Nacimiento no se perdería para siempre.

Reconozco, por supuesto, que estos versículos se aplican también a la nación de Judá. Jesús aplicó estos versos a la gente de Judá en su día en Marcos 8:18. Mi punto es que la profecía puede extenderse a Judá, pero fue escrita específicamente para Israel. Por lo tanto, no se puede aplicar la profecía exclusivamente a los judíos.

Sólo cuando no somos capaces de comprender la distinción entre Israel y Judá empleamos mal la profecía. La reunión de Israel no es el presente estado sionista que se auto denomina Israel. Ese es un estado judío, remontando sus orígenes a los higos malos de Judá que habían sido maldecidos y separados. Los higos buenos de Judá se convirtieron al cristianismo y fueron excomulgados de judaísmo. Ellos fueron cortados del árbol de la vieja Jerusalén, pero fueron unidos al árbol de la vida de Judá del que Jesucristo era el rey.

Los que fundaron el estado sionista moderno estaban tratando de reafirmar a los higos malos como los verdaderos representantes de Judá e incluso de Israel. Jesús profetizó de este vano intento en Mat. 24: 32-34, afirmando que este "árbol" habría de venir a la vida y traer más hojas. Sin embargo, ni una sola vez se contradice o rescinde su maldición anterior diciendo que esta higuera jamás daría sus frutos.

Los que permanecen adheridos a esta higuera sin fruto no se salvarán en su tiempo de vida. Ellos, sin embargo, le reverenciarán y confesarán en el Juicio del Gran Trono Blanco, cuando todas las cosas son completamente evidentes, y todas las mentiras son expuestas a la luz de la Verdad.

Mientras tanto, Israel ha estado aquejada de "endurecimiento parcial". Qué quiere decir esto? Hasta ahora, la mayoría de los cristianos han asumido que esto significa que los judíos tienen parte de verdad y que sólo les falta a Jesucristo como la piedra angular de su religión. Como resultado, muchos piensan que pueden aprender la verdad desde el punto de vista rabínico y luego añadir Jesucristo a sus enseñanzas.

Pero esto no es una forma correcta de ver la situación. Para entender realmente la Ley, hay que estudiarla con los ojos de Cristo. La opinión rabínica es talmúdica, no bíblica. El Talmud es la "tradición de los ancianos" y las "tradiciones de los hombres", que negaban la Ley de Dios ( Mat. 15: 3-9 ). Para tener una comprensión adecuada de la Ley, se debe estudiar la mente de Cristo, no la mente de los rabinos.

El árbol del judaísmo está maldito y no lleva fruto. No es correcto que los cristianos se conviertan en judíos, sino que los judíos vuelvan a Cristo, dejando su árbol muerto y adhiriéndose al Árbol de vida cuya raíz es Jesucristo.

Cuando los cristianos fueron expulsados ​​de Jerusalén y excomulgados del judaísmo, se unieron con aquellos israelitas dispersos que también se convertirían a Cristo al escuchar el evangelio. Juntos, junto con las otros ethnos que creyeron, se convirtieron en un solo cuerpo en Cristo, una nueva creación del hombre, sin paredes divisorias para separarlos o para negarles el acceso a Dios.

Debido a que los israelitas estaban sólo parcialmente ciegos, que fueron capaces de "ver" a Cristo con más facilidad que los "higos malos" que eran totalmente ciegos a la verdad. Debido a que muchos de los israelitas dispersos habían inmigrado de Asiria a Europa, el evangelio encontró terreno fértil. Sin embargo, ya que esta era todavía la Edad Pentecostal, que es una fiesta con levadura, la verdad de la Palabra estaba siendo todavía parcial. El mismo Pablo dice en 1 Cor. 13: 910,

9 Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; 10 pero cuando venga lo perfecto, lo incompleto se acabará.

Vivimos en una era de verdad parcial. Nosotros vemos a Cristo tenuemente. Incluso en Su encarnación en la tierra, Su carne era un velo que ocultaba la gloria que estaba en Él ( Heb 10:20 ). Nuestra comprensión ha sido parcial en toda la Edad Pentecostal. La comprensión completa viene sólo por la transfiguración y la manifestación ("revelación") de los Hijos de Dios. Leemos en 1 Juan 3: 2, "Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es".


Esto, creo, es como Pablo vio la ceguera parcial de Israel. El hecho de que la ceguera era sólo parcial hizo posible que vinieran al conocimiento de Cristo, siempre y cuando Su pueblo, y sus enseñanzas presentaban con precisión Su carácter. Hay, por supuesto, un problema más grande en que los cristianos no siempre han presentado a Cristo al mundo como realmente es, y por esta razón muchos se han apartado de Cristo.

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