¿DISPUESTO A SER DERRAMADO COMO UNA OFRENDA? Oswald Chambers

¿Estás listo para ser derramado como una ofrenda? 

Es un acto de tu voluntad, no de tus emociones. Dile a Dios que estás para ser ofrecido como un sacrificio para Él. Luego, acepta las consecuencias, sin importar cuáles sean y sin ninguna queja, a pesar de lo que Dios pueda permitir en tu camino. 

Dios te hará pasar por una crisis en privado, donde ninguna persona te podrá ayudar (a la cruz vamos solos, aunque tal vez el Señor permita un cireneo que cargue tu cruz en el último tramo y/o un José de Arimatea, que te unja para la sepultura). Desde afuera, tu vida tal vez parezca la misma, pero la diferencia estará en tu voluntad. 

Una vez que sufras esta crisis en la voluntad, no le prestarás atención al costo cuando la crisis comience a afectarte exteriormente. Si no tratas primero con Dios en el área de tu voluntad, el único resultado será que comiences a compadecerte de ti mismo (y a darte a la amargura).

"Atad con cuerdas el sacrificio de la fiesta a los cuernos del altar", Salmos 118: 27. Deberás estar dispuesto a ser colocado sobre el altar y a pasar por las llamas; dispuesto a experimentar lo que el altar representa: quemarte en fuego, purificación y separación, con el único fin de eliminar todo deseo y pasión que no estén arraigados en Dios o dirigidos hacia Él. 

Sin embargo, tú no los destruirás, Dios lo hace. Tú atas el sacrificio a los cuernos del altar y tienes cuidado de no sumirte en la autocompasión (amargura) cuando las llamas comiencen a arder.

Después que hayas pasado por el fuego, no habrá nada capaz de afligirte o deprimirte. Y cuando sobrevenga otra crisis, te darás cuenta de que las circunstancias no pueden afectarte como antes. ¿Qué fuego estás experimentando en tu vida?

Dile a Dios que estás dispuesto a ser derramado como una libación, y Él demostrará ser todo lo que alguna vez soñaste que Él sería.

(Por gentileza de E. Josué Zambrano)