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EL MODELO DEL REINO - Parte 2, God's Kingdom Ministries



El Cielo baja a la Tierra


Parte 2


11 de junio de 2018


La Biblia comienza con el alcance general del Reino en Génesis 1:1,

1 En el principio Dios creó los cielos y la tierra.

El Reino de Dios incluye todo lo que Dios creó. Dios creó el universo, no solo la Tierra. Por lo tanto, el Reino de Dios es universal.

El Reino de Dios actualmente está dividido, porque el pecado de Adán resultó en enemistad contra Dios. La historia muestra que hay una guerra continua entre Dios y los "enemigos". Cualquier cosa que no alcance la gloria de Dios es pecado y, por lo tanto, un "enemigo" bíblico. Dios tiene la intención de someter a todos los enemigos, incluso con el enemigo final, -la muerte (1 Corintios 15:26).

Cuando el universo esté lleno de vida y toda muerte haya sido abolida, entonces la unidad será restaurada en el Reino de Dios. Esto traerá comunión para todos, es decir, una "unión común". Entonces no habrá coexistencia entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad, Dios y el diablo, el Cielo y el Infierno, los santos y los pecadores. No habrá división, como la mayoría de las religiones han enseñado. Todos (y todo) serán restaurados y reconciliados. Todos serán puestos bajo los pies de Cristo. Cada rodilla se inclinará.

Es importante conocer el alcance del Reino y creer en su éxito final. Esta no es solo la intención original de nuestro Dios de amor sino también la meta inherente al Nuevo Pacto. Dios juró y pactó con toda la humanidad (en presencia de unos pocos testigos) que terminaría lo que Él comenzó. Se nos pide que tengamos fe en que Él puede hacer lo que prometió.


Cielo y Tierra como uno
Hebreos 11:16 dice que Abraham buscó tanto "una patria mejor, es decir, una celestial" como "una ciudad", que Dios preparó para nosotros. Se le dijo a Abraham que fuera a la tierra de Canaán, pero él y su casa permanecieron como "extranjeros y exiliados en la tierra" (Hebreos 11:13). Canaán era solo un modelo de algo más grande por venir, una parábola de cosas futuras. Canaán estaba en la Tierra, mientras que la "patria mejor" era celestial.

Se decía que la patria y la ciudad celestiales eran la Nueva Jerusalén o la Jerusalén celestial, a diferencia de la ciudad terrenal. Se muestra que esta ciudad celestial desciende del Cielo a la Tierra (Apocalipsis 21:2). Se representa como un matrimonio entre el Cielo y la Tierra. El objetivo de la historia es casar a ambos, no divorciarlos, como establecen las religiones griega y persa.

También es interesante que la ciudad celestial es la novia, mientras que la Tierra es el esposo. Uno normalmente pensaría que es todo lo contrario. [Muchos hablan de "la madre Tierra", pero Juan describe la Tierra como el esposo para quien la novia celestial está adornada para el matrimonio. ¿Por qué? Apocalipsis 21:3 nos da la respuesta: "He aquí el tabernáculo de Dios entre los hombres, y él habitará entre ellos ... y Dios mismo estará con ellos".

El esposo ha hecho de la Tierra su hogar, por lo que la novia debe acudir a Él en ese día. Esa es la imagen que Juan pinta para nosotros]. 


El párrafo entrecorchetado queda corregido así:
La Ciudad es la Novia que ha sido preparada para Su esposo. Su esposo es  el Cristo, ambos, Jesús, la Cabeza y el Cuerpo que está unido a Él. La Nueva Tierra es su nuevo hogar. Apocalipsis 21: 3 nos da la respuesta: "He aquí el tabernáculo de Dios entre los hombres, y él habitará entre ellos ... y Dios mismo estará con ellos".El Esposo y la Esposa (Cristo, cabeza más Cuerpo) han hecho de la Nueva Tierra Su hogar. Esa es la imagen que Juan pinta para nosotros.


La presencia de Dios en la Tierra morando en Su pueblo como templos de Dios es lo que significa la idea de que somos Su pueblo y que Dios es nuestro Dios. Esa, por supuesto, es la redacción del Antiguo y Nuevo Pactos.

El Antiguo Pacto en Éxodo 19:5,6 hace que el objetivo dependa de la voluntad del hombre y de su capacidad para cumplir su voto. En el Nuevo Pacto, Deuteronomio 29:12,13 hace que la meta dependa de la voluntad de Dios y su habilidad para cumplir Su voto. Cuando el voto de Dios se cumpla, no solo para unos pocos sino para toda la humanidad, entonces todos serán Su pueblo. Entonces morará en todos, abolirá la muerte para todos, y solo entonces veremos la unidad matrimonial plena entre el Cielo y la Tierra. El Cielo estará en la Tierra, y la Tierra será celestial. Serán "una sola carne" como en el matrimonio verdadero (Génesis 2:24).

La pregunta es, "¿Qué aspecto tendrá esto?"


El modelo imperfecto de Canaán
Canaán fue el modelo original del Reino, por el cual Dios mostró lo que debería ser, pero que fracasó y terminó en la expulsión de Israel de la Tierra. Falló porque la gente no cumplió su voto del Antiguo Pacto. Dios les dio Canaán como modelo de la debilidad humana para probar la incapacidad del hombre de traer al Reino por el poder de su propia voluntad.

Sin embargo, bajo la superficie, paralelamente a este rotundo fracaso, el Nuevo Pacto estaba muy vivo y en funcionamiento, ya que se había instituido mucho antes de los días de Moisés. Aunque algunos lo remontan hasta Adán e incluso antes de la fundación del mundo, la primera vez que se usa la palabra pacto es en Génesis 9:9, donde Noé fue testigo del voto de Dios a toda la Tierra.

Canaán era solo una pequeña parte de la Tierra, un verdadero modelo de algo mucho más amplio. Dios permitió que los israelitas fallaran en una pequeña porción de la Tierra, de modo que la influencia de su corrupción y rebelión fuera limitada. Aun así, siempre hubo algunos entre ellos que fueron creyentes del Nuevo Pacto. Estos fueron los fieles, como Abraham, Isaac, Jacob, así como Moisés, Caleb, Josué, David y muchos otros. Ninguno de ellos fue "salvado" por el Antiguo Pacto, porque todos ellos eran pecadores de alguna manera. Pero ellos tenían fe en las promesas de Dios.

Después de que Israel prometió el Antiguo Pacto en el Monte Horeb, fallaron, y así la mayoría de ellos murieron en el desierto. Esto fue para mostrar la insuficiencia del Antiguo Pacto. La siguiente generación recibió el Nuevo Pacto en Deuteronomio 29, luego de lo cual Moisés comisionó a Josué para que los condujera a la Tierra Prometida (Deuteronomio 31:23). Esto fue para mostrar que no era posible ingresar al Reino sin del Nuevo Pacto.

Esa es una de las características más importantes del modelo del Reino para nosotros hoy, porque nosotros también debemos entrar al Reino bajo Josué el Efraimita (Números 13:8). Cristo vino la primera vez de la tribu de Judá para cumplir el llamado de esa tribu. Pero Su Segunda Venida es de Efraín (hijo de José) para darnos la herencia Derecho de Nacimiento-Primogenitura y para llevarnos al Reino.

Aunque Israel recibió el Nuevo Pacto en Deuteronomio 29, la mayoría no entendió lo que había sucedido. Por esta razón, la mayoría de ellos continuaron viviendo bajo la mentalidad del Antiguo Pacto, pensando que su salvación y bendición de Dios descansaba sobre su propia decisión y su propio voto de Éxodo 19:8. Entonces el Viejo Pacto continuó dominando su modelo de Canaán.

Entonces ese modelo terminó en desastre y fracaso total. Primero, las diez tribus de Israel fueron conquistadas y deportadas a Asiria, y más tarde la nación de Judá fue llevada a Babilonia durante 70 años. A Judá se le dio la oportunidad de regresar a Canaán para que el Mesías naciera en Belén. Entonces el modelo de Canaán continuó por otros seiscientos años.


El modelo de la Iglesia
Después de la muerte y resurrección de Jesucristo, hijo de David de la tribu de Judá, Sus discípulos recibieron el bautismo del Espíritu Santo en el día de Pentecostés. Este fue el siguiente paso en el cumplimiento de la promesa del Nuevo Pacto de Dios. Fue bueno, pero la gente todavía tenía dificultades para entender la naturaleza del Nuevo Pacto. Por esta razón, la Iglesia comenzó a volver al modelo del Viejo Pacto una vez más.

Se decía que la salvación estaba basada en la voluntad del hombre y su propia decisión o promesa de seguir a Jesús. Perdieron de vista el hecho de que su fe era un regalo de Dios, "para que nadie se jacte" (Efesios 2:8,9). Ellos atribuyeron su fe a su propia voluntad. Esto causó un problema, porque aquellos que fueron honestos pronto supieron que fracasaron a pesar de sus buenas intenciones. Otros supusieron que sus buenas intenciones eran suficientes para garantizar su salvación. A otros se les dijo que cada nuevo pecado debía ser confesado para asegurar su salvación.

La conclusión es que la iglesia permaneció en gran medida ignorante de la base del Nuevo Pacto, por lo que su modelo de Reino en la Era de Pentecostés no fue mucho mejor que el de Israel en el modelo de Canaán durante la Era de la Pascua. El cumplimiento de Pentecostés en Hechos 2 comenzó bien, pero con el paso del tiempo siguió el ejemplo de Israel en Éxodo 20.

Incluso esto, sin embargo, había sido profetizado en la historia del Rey Saúl. Saúl fue coronado el día de la cosecha de trigo (1 Samuel 12:17), que es el día más tarde conocido como Pentecostés. Por lo tanto, Saúl era un tipo del liderazgo de la Iglesia, y su reino era un tipo de la Iglesia en la Edad Pentecostal en los últimos 2.000 años. Esta es también la razón por la cual "el Espíritu de Dios vino sobre él poderosamente, para que profetizara entre ellos", es decir, entre los profetas (1 Samuel 10:10).

El reinado de Saúl comenzó bien, pero pronto comenzó a mostrar signos de rebelión, a pesar de su experiencia pentecostal. Finalmente, terminó en brujería, consultando a la bruja de En-dor (1 Samuel 28:7). Esto profetizaba sobre la condición general de la Iglesia en nuestro tiempo. La Escritura también muestra que la casa de Saúl fue reemplazada por la casa de David. Así también, la Iglesia tal como la conocemos hoy está siendo reemplazada por los vencedores que siguen el patrón de David.

Esta es la imagen general del Reino que muestra los modelos imperfectos de Canaán y la Iglesia, ninguno de los cuales entendió adecuadamente el Nuevo Pacto. Siempre hubo algunos que tenían fe en el Nuevo Pacto, por supuesto, pero la gran mayoría todavía confiaba en sus propios votos bien intencionados para salvarse. Y entonces los modelos anteriores del Reino fallaron.

Ahora hemos llegado al final de la Era Pentecostal y nos estamos preparándonos para un Nuevo Derramamiento del Espíritu, para llevarnos a la Era de los Tabernáculos. Una parte importante de esta preparación es examinar dónde reside nuestra fe, para que podamos ajustarla al modelo del Nuevo Pacto que será la base de la Era venidera.



Category: Teachings

Dr. Stephen Jones

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