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DIOS CONTROLA EL BIEN Y EL MAL



De la boca del Altísimo no sale lo malo y lo bueno? (Lamentaciones 3:38)


Dios controla el bien y el mal. Dios no mira de lado o es tomado por sorpresa cuando la adversidad nos golpea. El tiene el control de esa adversidad, dirigiéndola para su gloria y nuestro bien. Volvamos a la esposa de Jacobo. Ella también debió confiar en Dios y Su control soberano sobre la vida y muerte de su esposo. Confiar en Dios no significa que no sufrirá dolor, que su corazón no estará dolido. Significa que en medio de su dolor y angustia pueda decir: Señor, yo sé que tú tenías el control de este espantoso evento. No entiendo por qué permitiste que sucediera pero confío en ti".

Fácilmente admito que es difícil creer que Dios tenga el control cuando estamos en medio de la ansiedad, el dolor o la angustia, pues he luchado con esto muchas veces. Debido a mi trabajo muchos de mis escritos se han realizado en forma intermitente, "unas horas aquí y otras allá". Por eso, este capítulo en particular fue escrito y reescrito en un período de seis semanas o más, y durante ese tiempo tuve que experimentar la soberanía de Dios en dos ocasiones. En cada una de ellas me di cuenta de que sabía la verdad con respecto a Su soberanía. Lo que tuve que hacer fue decidir si iba a confiar en Dios, aun cuando mi corazón sufriera.

De nuevo noté que así como debemos aprender a obedecer a Dios para cada una de nuestras elecciones, también debemos aprender a confiarle cada una nuestras circunstancias. Confiar en Dios no es cuestión de mis sentimientos sino de mi voluntad. No siento deseos de confiar en Él cuando la adversidad me golpea, pero puedo elegir hacerlo aun cuando no lo desee. Sin embargo, ese acto de voluntad, se debe basar en la creencia, y ésta en la verdad. La verdad en la que debemos creer es que Dios es soberano. El cumple Su buen propósito sin ser frustrado, y dirige y controla todos los eventos y todas las acciones de Sus criaturas de tal forma que nunca pueden actuar fuera de Su voluntad soberana. Debemos creer y aferrarnos a esto cuando enfrentemos la adversidad y la tragedia, si queremos glorificarle confiando en Él.

Diré lo siguiente tan amable y compasivamente como pueda. Nuestra prioridad en momentos de adversidad es honrar y glorificar a Dios confiando en Él. Tendemos a hacer que la prioridad sea obtener alivio de nuestros sentimientos de dolor, desilusión o frustración. Este es un deseo natural, y Dios ha prometido darnos gracia suficiente en las pruebas, y paz para nuestras ansiedades (2 Corintios 12:9, Fil. 4:6-7). Pero así como Su voluntad es tener prioridad sobre nuestra voluntad (Jesús mismo dijo: ..."pero no sea como yo quiero, sino como tú", Mateo 26:39) también Su honor es tener prioridad sobre nuestros sentimientos. Honramos a Dios al escoger confiar en Él aun cuando no entendemos lo que está haciendo o por qué ha permitido que algunas circunstancias adversas ocurran.

Cuando buscamos la gloria de Dios, debemos estar seguros de que Él tiene como propósito nuestro bien y que no se detendrá para cumplirlo.

CONFIANDO EN DIOS AUNQUE LA VIDA DUELA -Jerry Bridge

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